Entrevista a Nicholas Meyer

Larga vida y prosperidad para Nicholas Meyer, una de las figuras más relevantes en la consolidación cinematográfica de Star Trek.

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Con motivo de la 28 edición del FANT, los organizadores del evento quisieron reconocer la carrera de Nicholas Meyer con el premio «Estrella del fantástico». En Zona Negativa no quisimos perder la oportunidad de entrevistar a uno de los personajes cuya aportación en la franquicia Star Trek permitió que se consolidara en el cine. Star Trek II – La ira de Khan forjó la figura de uno de los villanos más representativos de la franquicia. Pero Nicholas Meyer tenía mucho más de que hablar además del universo trekkie. Ángel Sala, director del festival de Sitges, le definió como uno de los cineastas más inteligentes de Hollywood. Tras finalizar la entrevista tan solo podemos corroborar dicha afirmación. A lo largo de su dilatada carrera, Meyer ha conseguido una nominación a los Oscar trabajando con nombres como los de Malcolm McDowell, David Warner, Mary Steenburgen, William Shatner, Leonard Nimoy, Christopher Plummer, Kim Cattrall, Christian Slater, Eric Idle, Tom Hanks, John Candy, Jason Robards, Steve Guttenberg, John Lithgow, Pierce Brosnan, Gene Hackman, Clancy Brown, Christopher Walken o Dustin Hoffman. Agradecemos enormemente a Sandra María González Gracía su ayuda en la traducción.

Larga vida y prosperidad

Nicholas Meyer

Introducción

Artista polifacético. Nicholas Meyer nació en Nueva York en 1945, licenciándose en teatro y cine en la Universidad de Iowa en 1968, para poco después comenzar su carrera como guionista de televisión. En 1974 publicó la primera de una serie de novelas sobre Sherlock Holmes, Elemental, Dr Freud: solución al siete por ciento, convirtiéndose en un éxito de ventas. El guion de Meyer para Elemental, doctor Freud (Herbert Ross, 1976), adaptando su propia novela, le valió su única nominación a los Oscar. Tres años más tarde, en 1979, debutó como director con Los pasajeros del tiempo, cinta interpretada por Malcolm McDowell, David Warner y Mary Steenburgen. A comienzos de los ochenta, Meyer se puso detrás de las cámaras en Star Trek II – La ira de Khan, una de las cintas de la franquicia más recordadas por parte de los aficionados y El día después, película que mostraba los efectos del holocausto nuclear en plena Guerra Fría, que sigue siendo a día de hoy el filme de televisión más visto jamás realizado, nominado a catorce premios Emmy.

Meyer continuó dirigiendo películas como Voluntarios, protagonizada por Tom Hanks, La secta de los falsarios, encabezada por Pierce Brosnan, Star Trek VI – Aquel país desconocido o Vendetta, con Christopher Walken liderando el reparto. También ha escrito guiones para películas como Sommersby (Jon Amiel, 1992), La mancha humana (Robert Benton, 2003) o Elegy (Isabel Coixet, 2008). En 2016 creó, junto a Frank Spotnitz, Los Medici, señores de Florencia, serie de gran éxito en Italia que contó con Dustin Hoffman y Richard Madden en sus filas.

Entrevista a Nicholas Meyer

Gracias a Elemental, doctor Freud, conseguiste una nominación al Oscar adaptando tu propia novela. Escribiste cuatro pastiches más sobre Sherlock Holmes, es obvia tu devoción por el personaje, ¿No has tenido oportunidad de dirigir alguna de ellas?

Todavía no.

¿Cuál es tu historia favorita, canónica o no canónica, del personaje?

¡¡Oh, por Dios!! Esa pregunta es realmente difícil. Tengo alrededor de cinco historias que me vuelven loco. Me encanta Estrella de plata, me encanta El pie del diablo, me gusta Los planos del «Bruce-Partington», me gusta El valle del miedo. Amo El perro de los Baskerville, aunque Holmes salga poco en ella. También me gustan mucho El círculo rojo o La aventura del rastro amarillo.

Los pasajeros del tiempo es una de las películas más icónicas sobre viajes en el tiempo, pero, si pudieras volver al pasado ¿Qué cambiarías en tu carrera?

¿Si pudiera regresar en mi propia carrera? ¿Qué es lo que cambiaría? Bueno, trataría de tomar mis películas malas y hacerlas mejores (risas). ¿Sabes? Trataría de hacer mejor la película Espías sin fronteras (protagonizada por Gene Hackman en 1991). Probablemente la hubiera dirigido de forma diferente. Aunque la verdad es que no creo que hubiera hecho tantos cambios. Alguien le recomendó un general a Napoleón diciéndole «este hombre fue muy buen general» y Napoleón le respondió «yo sé que es bueno, pero es un tipo con suerte». Yo he sido un tío muy afortunado.

¿Cómo entraste en el universo Star Trek?

Por accidente (risas). Dirigí Los pasajeros del tiempo y había una novela canadiense que quería convertir en película. Yo había escrito el guion y no había nadie que la quisiera hacer. No había ningún problema con el guion, pero no era comercial. Así que me quedé en casa y un día coincidí con una joven amiga mía, ejecutiva de Paramount Pictures, a quien conocía desde la infancia. Yo estaba haciendo hamburguesas en una barbacoa y me dijo «si quieres aprender a ser un director, tienes que dirigir. No deberías quedarte aquí esperando solo porque la gente no esté haciendo las películas que tú quieres. Deberías ir a Paramount y reunirte con Harve Bennett para hablar con él sobre la película de Star Trek.» Y yo le dije «¿Star Trek? ¿Es esa del hombre que tiene las orejas puntiagudas?» porque yo no tenía ni idea de que iba la historia. Y ella me dijo «no seas tan snob. Solo ve y conócelo, a ver que te comenta». Harve me agradó mucho. Comenzó a enseñarme cosas de Star Trek y pensé «esto me recuerda a algo que me gusta». Me di cuenta de que había novelas que leía con 12-13 años protagonizadas por Horatio Hornblower, el cual era un capitán de la Marina Real Británica durante las guerras napoleonicas. Tenía muchas aventuras… Entonces pensé «esto es como Hornblower en el espacio». ¿No sé si viste Master and Commander: Al otro lado del mundo?

Por supuesto.

Esa película es como Hornblower. Así que pensé «yo puedo hacer eso. Yo puedo hacer Hornblower en el espacio». Y fue así como me incorporé a la franquicia Star Trek.

La figura de Khan se convirtió en uno de los villanos más representativos de Star Trek, ¿esperabas que acabaría siendo tan relevante en la historia de la franquicia? ¿Cómo encaraste la película que significó el final de la tripulación original?

Cuando hago una película, tan solo me dedico a rodarla. ¡Yo que sabía que cuando estaba dirigiendo The Wrath of Khan se iba a convertir en una franquicia! ¡Ni siquiera sabía el significado de la palabra franquicia! No hay que pensar en los fans ni en los cinéfilos cuando estás realizando tu trabajo. Robert Bresson dijo que su labor no era pensar en lo que el público quería, sino que el público quisiera lo que él hacía. Te pongo un ejemplo. Si un chiste no es divertido para mí, ¿para qué te lo voy a contar? ¿con la pequeña esperanza de que a ti te parezca divertido? No, el chiste me tiene que parecer divertido a mí. Por ejemplo, el público se sorprendió cuando Spock murió. Sin embargo es la película de Star Trek que más se ve. ¿Quién sabía que Ricardo Montalbán iba a funcionar como Khan?, esta pregunta me la hacen muy a menudo. ¿Quién sabía que después de hacer El día después, un millón de espectadores iban a ver esa película en una sola noche? Hoy en día ya no puede pasar eso porque hay muchas plataformas. Lo que hay que estar es en el momento. Un artista tiene que ofrecer lo que él considera que tiene que ofrecer, y me considero un artista en este aspecto. No hay que pensar en lo que pensaría otro artista, porque cuando haces eso, lo mejor es que te quites de en medio y dejar que otra persona haga el trabajo.

Durante años, Star Trek II – La ira de Khan ha sido considerada la mejor película de este universo, ¿Qué te pareció el remake realizado por J.J. Abrams?

Es un pregunta trampa (risas). Es una cuestión especialmente capciosa porque yo solía leer cuentos para dormir a J.J. cuando él era pequeño. Creo que J.J. Abrams es un gran cineasta pero no estoy seguro que su versión de La ira de Khan (Star Trek: En la oscuridad) sea tan buena como la mía (risas).

Con la cantidad de productos relacionados con el universo trekkie, ¿crees que es accesible su entrada a las nuevas generaciones?

Eso espero. ¿Sabes? La audiencia puede ser estúpida, pero nunca se quivoca (risas).

En El día después abordaste los efectos del holocausto nuclear en plena guerra fría. ¿Consideras que hoy estamos más cerca de que eso pueda llegar a suceder?

Quizá los artistas no seamos las mejores personas para poder juzgar una situación de esta índole. Me ofrecieron El día después una vez que tres directores ya la hubiesen rechazado. Yo venía de hacer Star Trek en la cuál creíamos que estábamos entrando en un mundo fantástico y maravilloso. El día después acabó siendo una película muy relevante dada la situación y creo que el estado de las cosas, desde aquel entonces, no ha mejorado sino que ha empeorado. En 1983, cuando rodamos la película, presumiblemente los dos grandes poderes mundiales (Estados Unidos y la Unión Soviética) se supone que tenían control sobre sus armas nucleares. No fue así y, de hecho, hubo algún que otro accidente nuclear durante esa época. De todos modos, hoy en día ya no se necesita un arma nuclear para que todo explote. No se necesita un misil, se necesita una persona loca que tenga un maletín y con eso ya puede crear el caos. En este caso el loco se llama Vladimir Putin, porque considera que se puede ganar la guerra con un arma nuclear. Todos sabemos que esto no es posible. Es como cuando empiezas a sacar la pasta de dientes. Una vez has hecho esto, no la puedes volver a meter del todo. Hay dos premisas a la hora de empezar una guerra. Básicamente, la primera premisa es que la guerra siempre va a ser corta, no va a durar mucho y la segunda premisa es que «la vamos a ganar». Bueno pues las guerras no se ganan, sino que se pierden y es muy difícil pararlas. En el momento que filmé El día después lo hice con una perspectiva optimista sobre la guerra nuclear porque, evidentemente, si hubiese sido una visión negativa nadie la habría visto en televisión, no hubiera tenido público. Así que, en resumidas cuentas, no creo que estemos viviendo un buen momento actualmente.

En Voluntarios (1985) dirigiste a Tom Hanks, actor que, por entonces, no salía de la comedia. ¿Te sorprendió su particular metamorfosis? ¿Ya por entonces le viste algo especial?

Esa es una pregunta interesante (hace una larga pausa). Me convertí en amigo suyo. De hecho, se lo presenté a su esposa, Rita. Así es como se conocieron. Pienso que él tiene una especie de potencial ilimitado. Hay muy pocas cosas que Tom no pueda hacer y, probablemente, se convierta en alguien muy bueno tratando de hacer esas cosas que, en principio, no le ves haciendo. Tom Hanks es muy buen actor, muy comprometido. Aunque nunca le he visto interpretar a un villano convincentemente. Lo intentó en La Hoguera de las vanidades. En mi película interpretaba a una clase de villano chistoso, pero estaba construído en clave de comedia. Eso sí, tiene un rango enorme y se pone muchos retos en sus elecciones. ¿Sabes? Nadie se atrevía a interpretar a un personaje gay cuando hizo Philadelphia. Incluso actores homosexuales no se animaban a interpretar personajes gays en ese momento. Así que eso es una prueba de su gran talento y siempre está tratando de mejorar. ¿Si yo visualicé todo esto cuando rodamos Voluntarios? Absolutamente no, pero pude ver algo de eso y es realmente serio en lo relacionado a su trabajo.

Has adaptado dos novelas de Phillip Roth para cine (La mancha humana y Elegy). ¿Qué tiene de especial este autor para ti?

Para mi Phillip Roth está entre los mejores novelistas americanos contemporáneos. Creo que lo que aprendí acerca de ser un artista, cualquier clase de artista… Gertrude Stein decía «¿qué es todo esto de ser féliz? haz el trabajo» y Phillip Roth hace el trabajo. Él lo pone de manifiesto. ¿Vosotros jugáis aquí al beisbol?

No

Bueno, hay una frase en beisbol que viene a decir «coming up to bat», lo cual significa tener la oportunidad de pegarle a la pelota. Y el nombre del juego si tú eres un artista es «do the work», batea. Algunas veces fallarás pero otras veces avanzarás a las bases o conseguirás un home run, como decimos en este deporte. Pero sin importar si tú fallas o anotas un home run, tú continúas bateando y Phillip Roth es alguien que continúa bateando. No todas sus novelas son home runs, no son todas fantásticas pero con solo el hecho de que siga intentándolo durante todos estos años ya sea cuando estemos hablando de Goodbye, Columbus, de La conjura de América, de Zuckerman encadenado, de El mal de Portnoy o de… (hace una pausa) La mancha humana, la cual pienso que fue una novela grandiosa. Te voy a contar algo. El título original de Elegy era The Dying Animal. No pude contemplar The Dying Animal como el título de la película ya que no pensé que pasaría la prueba del sábado por la noche (Saturday night test). Por eso es que cambié el título, pero me gustó el hecho de que Roth fuera absolutamente temerario fotografiando el estilo de vida americano. Continuaré leyéndole tratando de entender como lo hace. Es difícil ver cómo lo consigue.

Elegy fue dirigida por Isabel Coixet, ¿qué recuerdo guardas de la colaboración con ella?

¡Sí! Es maravillosa. Fueron todos recuerdos muy felices. Realmente me encantó la película que hizo, porque no trató de reinventar el guion, ella es su propia cinematógrafa. Isabel deja a los actores intervenir con sus personajes. Pasamos muy buenos momentos.

¿Qué opinión te merece que CODA se llevara el Oscar a la mejor película y al mejor guion adaptado siendo prácticamente una fotocopia de, la reciente, La familia Bélier?

No vi La familia Bélier. Antes que nada estoy muy confundido por los premios relacionados con el arte. Cuando dices «¿Cuál es la mejor película?» ¿La mejor? ¿En qué sentido?. Cuando te preguntas «¿Quién es el mejor actor?» ¿Quieres saber cuál es el mejor actor? Todos deberían interpretar el mismo papel. ¿Cuál es el mejor Hamlet? Vale, este hombre parece ser el mejor Hamlet. Pero ¿Quién el es el mejor director? Dejémosles que dirijan el mismo guion. ¿Cuál es el mejor guion? Dejemos que todos escriban acerca del mismo tema y entonces ya podría entender cuál es el mejor. Pienso que CODA fue una buena película, no sabía que estaba basada en algo más. Pero lo último que te diré es que todo el arte, TODO EL ARTE (pone mucho énfasis repitiéndolo), es una historia de copia y pega. ¿Qué es La Odisea? La Odisea es un spinoff de La Ilíada. Así que podemos decir que hemos estado copiando y pegando desde hace muchos años. (risas)

Muchas gracias por tu atención.

Gracias a vosotros.

Enlaces de interés

Reseña de Star Trek – Lower Decks 1º Temporada, escrita por Gustavo Higuero.

Reseña de Star Trek: La ciudad al borde de la eternidad, escrita por Pedro Pascual Paredes.

Reseña de Star Trek: Destino Manifiesto, escrita por Pedro Pascual Paredes.

Los cómics de Star Trek de principio a fin, escrito por Tomás Martínez.

Crítica de Star Trek: En la Oscuridad, por VV.AA.

Mundo independiente: Star Trek, escrito por Enrique Ríos.

Reseña de Star Trek / Green Lantern: The Spectrum War, escrito por Tomás Martínez.

Reseña de Star Trek: Deuda de Honor, escrita por Javier Agrafojo.

Cels Piñol nos habla de Star Trek, escrito por Raúl López.

La Física de Star Trek, escrito por Luis Javier Capote Pérez.

Star Trek/Legion of Super-Heroes, escrito por Jose Ramón Carballal.

Crítica de Star Trek: Más Allá, escrita por Juan Luis Daza.

Reseña de Star Trek: Countdown to Darkness #1-4, escrita por Enrique Ríos.

Reseña de Star Trek Boldly Go#1-4, escrita por Pedro Pascual Paredes.

Reseña de Star Trek Boldly Go#5-6, escrita por Pedro Pascual Paredes.

Crónicas del XXVIII Festival de cine fantástico de Bilbao / FANT 28, escrito por Sergio Fernández Atienza.

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