Edición original: Basic Books – 2007
Edición España: Editorial Laetoli – 2012
Autor: Lawrence Krauss
Portada: Serafín Senosiáin
Precio: 18 euros (libro en tapa blanda con solapas de 232 páginas)
El espacio, la última frontera. ¿Quién no ha escuchado alguna vez estas palabras? ¿Quién no se ha topado en alguna ocasión con un derivado de la franquicia de Star Trek? Medio siglo después de su primera aparición en la pequeña pantalla, las aventuras de los bizarros componentes de la flota de la Federación de Planetas Unidos han sido contadas y cantadas en la ya mentada televisión, el cine, los cómic, los videojuegos, los juegos de rol o los de cartas coleccionables. Intérpretes como William Shatner, Leonard Nimoy o Jonathan Frakes deben gran parte de su fama (por no decir toda) a sus respectivas participaciones en todo tipo de productos y, después de unos años de sequía, la buena salud de la franquicia (al menos en su parte cinematográfica) parece un hecho, por obra y gracia de algo tan conocido en la industria de los tebeos como el reseteo. Sin embargo, una de las críticas constantes a lo largo de estos cincuenta años ha sido la larga y constante sucesión de patadas a la ciencia propinadas por unos guionistas que, sobre todo al principio, debían compensar con imaginación la evidente falta de perras. En honor a la verdad, este tipo de análisis crítico es común a prácticamente cualquier producto situado dentro del género (y ahí está el reciente ejemplo de Luci para comprobarlo), pero allí donde algunas personas ven una forma de perpetuar toda suerte de falacias (obviando el detalle fundamental de que hablamos de obras de ficción), otros encuentran la oportunidad de hacer algo tan necesario como una labor divulgativa, a partir de las preguntas que cualquier espectador podría hacerse como consecuencia del visionado de un episodio o un filme de cuantos componen la creación de Gene Roddenberry. El físico Lawrence Krauss representa al segundo colectivo.
La Física de Star Trek es la edición española de una obra que vio la luz en el mercado anglosajón hace ahora dieciocho años. En 1996, Krauss, profesor de Física y devoto “trekker”, publicó el libro que unía sus dos pasiones y abordaba la tarea de contestar a esas cuestiones que intrigaban al aficionado con inquietudes científicas. Partiendo de la premisa de que Star Trek se desarrolla en el futuro ¿cuántas de las cosas que se muestran son viables? ¿cuáles suponen violaciones de las leyes de la Física? El éxito del trabajo movió a Krauss a lanzar una edición en 2007 (que es la que Laetoli y la Universidad Pública de Navarra han utilizado para la publicación en español) en la cual se amplía el contenido de la original sobre la base de los nuevos productos surgidos en el seno de la franquicia, las novedades nacidas de los avances en el estudio de la Física y las preguntas, comentarios y aportaciones de las personas que leyeron ávidamente la primera edición.
El libro se estructura en tres grandes apartados, a los que hay que añadir la introducción, escrita por otro ilustre científico “trekkie” que responde al nombre de Stephen Hawking. En el primero de ellos, Krauss aborda cuestiones relativas a los viajes de las naves de la Federación. ¿Es posible alcanzar las velocidades a las que se hace referencia en las series? A partir de la formulación de esta cuestión, el autor reflexiona sobre las posibilidades del viaje espacial y temporal y explica al lector conceptos como los de agujero negro y agujero de gusano, así como una parte del debate en torno a las hipótesis del desplazamiento temporal y las paradojas que se generarían. En el segundo, don Lawrence aborda otro aspecto largamente comentado de Star Trek, como es el del teletransporte. La imposibilidad presupuestaria de rodar escenas de descenso y salida de cada planeta fue solucionada de forma original pero ¿llegará algún momento en el cual todo lo que define a una persona pueda ser convertido en datos y transportado a través de las autopistas de la información? Sobre esta pregunta, Krauss reflexiona en torno a los avances en el campo de la informática (ciertamente espectaculares en los diez años que van de la primera a la segunda edición de su libro) y plantea hipótesis sobre las necesidades para un hipotético teletransporte. En el último, el autor aborda el uso de términos científicos en las distintas series y películas de la franquicia, explicando su naturaleza y determinando en qué ocasiones el concepto está bien empleado y en cuáles no. En este tercer capítulo hay que destacar un sub-apartado en el que el autor reseña diversos errores detectados por él, por colaboradores y por lectores de la edición anterior. Las pifias mencionadas corresponden tanto a vulneraciones de las leyes físicas como a problemas de coherencia interna.
La Física de Star Trek es un libro ameno en el que las personas que estén interesadas en la materia pueden actualizar sus conocimientos en la materia, así como comprobar el potencial divulgativo de las creaciones vinculadas a la ciencia-ficción. Sin dejar de reconocer los múltiples fallos que pueblan la franquicia, Krauss recuerda el valor de las aventuras estelares de Kirk y compañía, a la hora de inspirar a nuevas generaciones de científicos y en su papel de promoción de un futuro en el que, sin fronteras planetarias, la humanidad aborde la exploración de la última (penúltima, según Terry Pratchett) frontera. La mejor conclusión, sin lugar a dudas, la que recuerda que la ciencia no vive a espaldas de la cultura sino que forma parte de ella y se relaciona con las demás disciplinas y artes que la componen.
Interesante lectura. Me lo apunto!