Capitán América: La muerte de Cráneo Rojo

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1926
 


Edición original: Marvel Comics – febrero 1984 – enero 1985
Edición España: Panini Comics – agosto 2014
Guión: J. M. DeMatteis, Bill Mantlo, Michael Ellis, Mike Carlin, Mark Gruenwald
Dibujo: Ron Frenz, Herb Trimpe, Paul Neary, Mike Zeck
Entintado: Steve Leialoha, Jack Abel, Eduardo Barreto, Josef Rubinstein, Brett Breeding, Sam Delarosa, Roy Rihardson, Dennis Janke, John Beatty
Color: Andy Yanchus, Bob Sharen, Juliana Ferriter, Glynis Oliver
Portada: Mike Zeck, Paul Neary
Precio: 29,95 euros (tomo de la línea Marvel Gold de 336 páginas)
Valoración:

 

La muerte de Cráneo Rojo (una de tantas) cierra la reedición de la etapa de Jean Marc DeMatteis como guionista de la colección dedicada al Capitán América. Su compañero de fatigas, Mike Zeck, se despidió en el tomo anterior para dedicarse a la maxiserie dedicada a las primeras guerras secretas, manteniéndose como autor de las ilustraciones de portadas durante luengo tiempo, dentro de la primera parte de la larguísima etapa de Mark Gruenwald. El lugar de don Mike a los lápices sería ocupado por varios dibujantes de la casa –Ron Frenz, Herb Trimpe- hasta el asentamiento en el puesto del inglés Paul Neary, que también acompañaría al citado don Mark durante los tres años siguientes. Este cambio redundaría negativamente en el aspecto gráfico de la serie (y especialmente en un arco argumental como el recopilado en este tomo, que requería especialmente de los talentos de Zeck) pues Neary es un buen editor y un gran entintador mas un pésimo dibujante a lápiz. La presencia de artistas del pincel tan competentes como Dennis Janke, Eduardo Barreto o Brett Breeding permitirá maquillar sus múltiples carencias, pero cuando en su última época sea el veterano Vince Colletta el encargado de pasar la brocha, éstas aparecerán en toda su extensión, restando mucha fuerza a un arco argumental –la dimisón de Rogers y su sustitución por John Walker- que merecía mejor suerte. En ambos casos, dos historias que bien pueden estar entre las mejores de la larga historia del abanderado no alcanzaron más altas cotas de gloria por no contar con un dibujante más notable, pero esto es una reflexión personal y como tal, cuestionable y debatible.

Si nos centramos en la historia contenida del tomo, ésta se presenta como un fin de ciclo para el personaje. Su colección ha alcanzado la nada desdeñable cifra de trescientos números –aunque es bien cierto que gracias al hecho de que su cabecera supusiera la transformación de otra preexistente- y don Jean Marc se dispone a decir adiós enfrentando al buen Capitán con su mayor y más pertinaz adversario, el Cráneo Rojo. El viejo adalid del III Reich ya había hecho su aparición en los primeros compases de la etapa de DeMatteis y Zeck, pero entonces se trataba de una toma de contacto y tuvimos a un villano que obedecía a la mejor tradición de sus orígenes. Aquí Herr Schmidt es una criatura maleada por un guionista plenamente afianzado en la serie y dispuesto a dejar una huella indeleble en la misma, haciendo germinar todas y cada una de las semillas plantadas en tiempos precedentes.

Al principio de la historia, Steve Rogers parece haber alcanzado cierta estabilidad vital. Su compromiso con Bernie Rosenthal parece ir viento en popa y Jack Monroe parece responder bien a la tarea de ocupar el siempre difícil puesto de escudero. Mientras ocupa el tiempo en aventuras menores –como la de relleno realizada por Mantlo y Trimpe donde aparece nuevamente el Acróbata- o en reflexiones sobre las zonas oscuras de la historia de Estados Unidos –con la batalla contra Cuervo Negro- sus adversarios mueven pieza. Una misteriosa Madre Noche se mueve en las sombras para contactar o capturar a personajes presentados durante toda la etapa: el nuevo Barón Zemo, Arnie Roth… pronto se descubrirá que esta mujer sigue las órdenes de un Cráneo Rojo que no parece estar en su mejor momento. Un brevísimo interludio para visitar Mundo de Batalla y participar en las Secret Wars y comienzan los fastos del fin de fiesta. El viejo enemigo va descargando golpe por golpe y colocando al Capi en una posición cada vez más dramática. Los ataques son feroces, despiadados y frenéticos. Cráneo ya no tiene un especial interés en ser el grandilocuente orquestador de antaño porque su tiempo en la Tierra toca a su fin. El socorrido producto químico experimental que le mantuvo en animación suspendida durante largo tiempo está perdiendo su efecto y los efectos de su provecta edad empiezan a notarse, por lo que ansía abandonar el mundo de los vivos llevándose por delante a su némesis. Uno de los perjuicios irrogados a Rogers como consecuencia de este plan viene dado por el hecho de que, por medio de otro socorrido producto, es el envejecimiento acelerado. El Capi pasa a convertirse en otro anciano cuyos días no sólo están contados (como los de todo hijo de vecino) sino que además son pocos. Además, sus seres queridos y más próximos son sometidos también a ataque por una Madre Noche y un Barón Zemo que, además, compiten entre sí por suceder a Cráneo Rojo al frente de su organización.

La obligada visita a Chez Cráneo supone una de las historias más terroríficas de la larga trayectoria del Capitán América. DeMatteis y Neary se embarcan en la tarea de re-contar los días y tiempos del viejo nazi, lo que se traduce en un tremebundo relato narrado a través del protagonista. Cada escena, cada evocación destilan odio, frustración y una total ausencia de arrepentimiento. Cráneo Rojo fue una vez Johann Schmidt, el desgraciado hijo de una familia de clase baja en la hundida Alemania que siguió a la I Guerra Mundial. Su dureza y su predisposición hacia la violencia constituyen un reflejo de esa parte de la población germana que se resistía a aceptar el orden establecido por la República de Weimar y que hablaban de puñalada por la espalda al rememorar el fin de la gran guerra. Un encuentro fortuito con Hitler cuando los nazis han hurtado el poder y principado a montar su régimen de terror marcará para siempre a Schmidt, que, fascinado por la carismática perversión de Adolfito, se entregará a su causa con el firme propósito de superar a su mentor. La ambientación en la que se produce el encuentro entre los dos viejos enemigos –literal y figuradamente- evoca los cabarés berlineses de la década de los veinte del siglo pasado, cuando la frustración de un país se tradujo también en un movimiento cultural que los nazis se encargarían de pisotear. En este contexto, DeMatteis aprovecha para relatar el origen de Madre Noche y hacer ver a la parroquia que las maldades de Cráneo Rojo no tienen fin. Cualquier atisbo de compasión que pudiera tenerse al conocer los duros principios de Schmidt se borra al comprobar que, una vez dotado de capacidad y poder para decidir qué camino seguir en el mundo, optó por seguir haciendo de las suyas. Años después, un intento de Mark Waid para atemperar esta imagen del personaje se traduciría en un arreglo editorial y en la marcha del exitoso guionista de la cabecera principal del Capi. El odio rezumado en hechos y palabras amenaza con ahogar a Steve Rogers, el cual es provocado de todas las maneras posibles para dar muerte a su oponente y con eso cruzar la línea que, siempre según Cráneo, les separa. Si se compara esta reluctancia a tomar vidas (aunque fuera alguna tan hedionda como la del viejo nazi) con la “alegruja” con la que se trata el tema ahora (sobre todo desde la etapa Brubaker) se puede comprobar que, poco a poco, el cabeza alada ha ido “ultimatizándose” hasta ser un poco irreconocible.

El epílogo de la historia corre a cargo de Mike Carlin, que poco después pasaría a desarrollar una larga y fructífera etapa como editor en DC. Como colofón –y como involuntaria remembranza de la primera publicación de estos números en Comics Forum- tenemos un “adelanto” de la etapa Gruenwald: el anual en el que el Capi hacía incómodo equipo con Lobezno, dibujado por Mike Zeck. Una vez leído, uno no puede evitar esbozar una amplia sonrisa al leer decir al Capi que el garras jamás tendría un puesto en los vengadores. Nunca digas nunca jamás.

Cubierta de la edición estadounidense
Portada original del anual

  Edición original: Marvel Comics – febrero 1984 – enero 1985 Edición España: Panini Comics – agosto 2014 Guión: J. M. DeMatteis, Bill Mantlo, Michael Ellis, Mike Carlin, Mark Gruenwald Dibujo: Ron Frenz, Herb Trimpe, Paul Neary, Mike Zeck Entintado: Steve Leialoha, Jack Abel, Eduardo Barreto, Josef Rubinstein, Brett Breeding,…

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Dynamo
Dynamo
Lector
17 noviembre, 2014 8:44

Yo coleccionaba ese capitán América de Forum y el número que recuerdo con mas cariño es ese anual de el Capi con Lobezno.

marcus
marcus
Lector
17 noviembre, 2014 19:33

Batalla MEMORABLE la narrada aquí entre el Capi y Cráneo. La reseña acaba con la portada del primer cómic que me compré en mi vida, el nº23 de Cómics Fórum.!Qué cosas, luego nunca me ha atraído Lobezno! ¿Alguien sabe en qué mes/año salió ese número? Es que me gustaría datar mi pérdida de la virginidad comoqueril.

Omar Little
Omar Little
Lector
17 noviembre, 2014 20:07

1986. El mes no lo especifican en los crditos de la grapa Forum… o no he sabido buscarlo bien

Eme A
Lector
17 noviembre, 2014 20:30

La fecha sí se especificaba en la grapa Forum, en formato de esteo tipo: «(XI/86)». Estaba lo penúltimo en los créditos, justo antes del «printed in Spain»

Eme A
Lector
17 noviembre, 2014 20:33

Y en cuanto a la fecha… primeros de diciembre. Diciembre de 1986 fue un mes en que, coincidiendo con Navidad, Forum sacó dos entregas de muchas de sus colecciones mensuales. Una de estas fue Capitán América, del que se publicaron el 23 y el 24 el mismo mes

Omar Little
Omar Little
Lector
17 noviembre, 2014 21:19

Cierto, Eme A. Soy un incapaz

marcus
marcus
Lector
17 noviembre, 2014 23:09

Muchas gracias caballeros!! No sea tan duro consigo mismo señor Little!
Y no sea tan duro con Paul Neary, señor Capote, era un dibujante más que digno!

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
18 noviembre, 2014 4:44

Final apoteósico para una gran etapa, si señor, que he completado con este tomo del que realiza Mr.Capote
su magnífica reseña .
Y yo también compré en su momento ese 23 de Fórum. Aun no tenia entonces 20 añitos!
Respecto a Neary, hombre, tan malo no era. A mi, por poner un ejemplo, en «Nick Furia vs Shield», su estilo clásico me encantó, la verdad. Y aun me gusta cuando recupero la serie de tanto en tanto. Lo que quizás pasa es que lo metes en este momento de la serie del Capi, justo detrás del Zeck, y, hombre, muy bien parado no sale, pero hemos visto cosas peores, eh! y mejor consideradas en el mundillo.

Rockeros Saludos.

tiamath
tiamath
Lector
18 noviembre, 2014 16:58

Que recuerdos que me trae ese annual, vivia yo por aquellos entonces en Estados Unidos y me acuerdo de haberlo pillado en el seven eleven en el que solia pillar mis comics semanalmente , como alucine com esa portada de Mike zeck y la historia de TESS one , un annual de lo antes, que solian ser historias especiales y no de relleno como los de ahora.

As I Die
As I Die
Lector
18 noviembre, 2014 20:42

Hay que ver lo bien que dibujaba Zeck, siempre me ha encantado, lástima que a mediados de los 90 parece que se perdió por ahí ¿sigue en activo o alguien sabe qué está haciendo?

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
19 noviembre, 2014 16:16

Pues a mí el final de la etapa de DeMatteis se me hizo pesada (a veces, incluso cansina). El enfrentamiento con Cuervo Negro, por ejemplo, no me gustó nada (por mucho simbolismo subyacente que hubiese y tal) y el enfrentamiento «final» entre el Capi y Cráneo se me hizo tan largo que incluso me resultó anticlimático. Claro que el dibujo de Paul Neary tampoco ayudaba mucho.

No sé. Igual debería releérmelo, pero (tras tanto oír hablar de ella) esta etapa (que tiene buenos momentos) tampoco me pareció para tanto. Disfruté más la de Gruenwald, la verdad.

Ocioso
Ocioso
Lector
19 noviembre, 2014 17:52

Luis Javier Capote Pérez: “Nick Furia contra SHIELD” es, con diferencia, el mejor trabajo de Neary a los lápices

Si te molan los maduritos en trikini.
http://oi55.tinypic.com/2lmwayf.jpg

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
19 noviembre, 2014 18:28

Joder, qué imagen. Eso no lo supera ni David Hasselhoff con el bañador de Borat.

Truvor
Truvor
Lector
20 noviembre, 2014 10:33

Jo, que buenos recuerdos aquel annual del Capi y Lobezno. Lo debí leer no sé cuantas veces, cuando Lobezno era un personaje fresco y diferente. Un cómic a la vieja usanza, dos héroes con personalidades muy marcadas y muy opuestas, con un enfrentamiento no (demasiado) forzado, una colaboración a regañadientes y una despedida fría. Lo que hemos leído miles de veces, pero bien hecho y con el encanto de antaño. Y una portada inmejorable, de esas que se te quedan grabadas para siempre. En fin….

Con este tomo completo la etapa que tenía picoteada de tiempos de forum, a ver si la leo del tirón y qué tal.

El amigo BaldRocker se me ha adelantado con el comentario, si me hablan de Paul Neary a los lápices me viene a la memoria aquella limited del tuerto que estaba muy pero que muy bien. Yo no lo recuerdo como mal dibujante en absoluto. Claro que tampoco recuerdo nada mas de él.

Eso sí, ese trikini tiene delito. Mucho.

Arturo Porras
20 noviembre, 2014 10:42

Precisamente me hallo en medio de la la relectura de Nick Furia vs Shield para un asuntillo que llevo entre manos y tambiénde declaro que Neary no esta nada mal en la serie. Para mi siempre sera el entintador de Alzan Davis( y editor jefe de Marve l Uk)
Esta etapa de Dematteis y zeck una pasada