Ted, un bicho raro, de Émilie Gleason

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Edición original: Ted, drôle de coco FRA (Atrabile, 2018)
Edición nacional/España: Ted, un bicho raro (Astiberri, 2021)
Guion: Émilie Gleason
Dibujo: Émilie Gleason
Traducción: María Serna
Realización técnica: Alba Diethelm
Formato: Cartoné. 128 páginas. 16€

Cómic en estado puro

«Prefiero el término ‘Asperger’ no se usa contra mi voluntad o al menos como un insulto.»

Astiberri acaba de publicar Ted, un bicho raro, la novela gráfica en la que Émilie Gleason narra las peripecias vitales del protagonista, aquejado de un trastorno específico del desarrollo (TED). Editada en 2018 en el mercado francófono por Atrabile, la obra está basada en su propia experiencia puesto que su hermano también tiene ese trastorno. Gracias a este trabajo la autora fue galardonada con el Premio Revelación del Festival de Cómic de Angoulême del 2019. No es primer cómic que trata sobre las personas con un trastorno de este tipo como hemos podido ver en obras como María y yo (Astiberri) y su continuación María cumple veinte años (Astiberri) de Miguel Gallardo, Habla María (Astiberri) de Bef, La geometría de los silencios (La estrella azul) de Carla Berrocal y Marc Buleo, Tranquila (Nuevo Nueve) de Santi Selvi y Gol, Downtown (Dibbuks) de Noel Lang y Rodrigo García, Mi año (Ponent Mon) de David Morvan y TANIGUCHI Jirō o ¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra? (Norma) de Zidrou y Roger Ibáñez, por citar algunos de los ejemplos más conocidos.

La novela gráfica nos cuenta la historia de Ted, un joven diagnosticado de Asperger, que trabaja en la biblioteca de una gran ciudad, en donde conoce la ubicación de cada uno de las referencias. Su vida diaria está marcada por las dificultades que tiene para relacionarse con los demás y además de una serie de TOCs de lo más singular. Cumple con una serie de rutinas como sentarse siempre en el mismo lugar en los transportes públicos, comer siempre lo mismo, etc. que le dan estabilidad y orden a su vida diaria. Pero ese orden salta por los aires cuando se produce un cambio en la línea del metro que debe tomar para ir a trabajar provocándole que su planificada vida se ve alterada y desequilibrándolo por completo algo que exacerba su trastorno. Es el comienzo de una serie de desventuras contadas con grandes dosis de ternura en las que la diversión y la locura se entremezclan con el drama y la tragedia.

La novela gráfica se encuentra dividida en varios capítulos, los primeros comienzan con una secuencia maravillosamente construida que nos permite ver las rutinas que Ted sigue a diario. Es la primera nuestra, junto a la portada, de que no estamos ante una obra estándar, sino que vemos que su autora ha decido ofrecernos algo diferente en lo narrativo y en lo plástico con un ritmo endiablado que no te deja ni un momento de respiro. Desde ese momento, la obra se convierte en un catálogo de recursos gráficos extraordinarios con un estilo nada convencional marcado por un trazo nervioso y sencillo, donde las proporciones de los personajes y escenarios mutan, al igual que las viñetas, las páginas se llenas de colores vivos etc. Un trabajo deslumbrante que los acostumbrados a los estilos de dibujo más realistas podrían calificar de feo, pero que nos regala algunas secuencias memorables llenas de experimentación y riesgo. Sin embargo, en contra de los que pueda parecer este despliegue de recursos no es algo meramente estético que obedece a la pretensión de Gleason de enseñarlos todas sus capacidades, sino que trata de reflejar la locura en la que se transforma la vida del protagonista.

Aunque el apartado gráfico resulta deslumbrante, no nos puede hacer olvidar que estamos ante una obra que trata de reflejar cómo es la vida de las personas con TED. Para ello Gleason emplea sobre todo el humor, muy negro en ocasiones, construyendo una historia muy divertida, pero que, a lo largo de obra nos golpea con la realidad para que no olvidemos que Ted afronta serias dificultades a diario en un mundo que no hace nada para ponérselo fácil. Algo que vemos especialmente en la parte final de la novela gráfica cuando Ted debe enfrentarse a la incomprensión de sus familiares y del personal sanitario que trata su caso.

Émilie Gleason es una historietista nacida en México en 1992 de orígenes belgas. Tras cursar estudios de Artes Decorativas en Estrasburgo trabajó como responsable de prensa en la editorial francesa Ça&Là. Ted, un bicho raro, su primer cómic, fue todo un éxito de crítica que la ha situado como una de las autoras más prometedoras del mercado francófono, además de marcar el comienzo de una enorme actividad editorial ya que en los últimos años ha publicado varios trabajos de diversos géneros como autora completa como Slapinbag, Comment survivre, Jean-Shrek a peur des maisons o L’origine du Monstre. Pero no solo ha trabajado como autora completa ya que en el año 2020T apareció J’perds pas la boule, una novela gráfica en la que ilustraba el guion de Vikash Dhorasoo.

La edición tiene la calidad a la que nos tienen acostumbrados desde Astiberri con una buena reproducción y un precio muy ajustado.

Ted, un bicho raro es un cómic con un apartado gráfico deslumbrante gracias a una narrativa y composición de página que explota a la perfección las posibilidades del medio. Todo un gozo visual con un estilo muy original. Pero también es una obra que muestra el día a día de las personas con trastorno específico del desarrollo (TED) y las dificultades que deben afrontar, tanto ellos como sus allegados.

Lo mejor

• Las composiciones de páginas son simplemente maravillosas.
• Ted, un personaje que se hace querer.
• Lo golpes de realidad con los que cierra cada capítulo.

Lo peor

• Que el estilo de dibujo aleje a los que creen que un cómic solo está bien dibujado cuando tiene un estilo realista.

Edición original: Ted, drôle de coco FRA (Atrabile, 2018) Edición nacional/España: Ted, un bicho raro (Astiberri, 2021) Guion: Émilie Gleason Dibujo: Émilie Gleason Traducción: María Serna Realización técnica: Alba Diethelm Formato: Cartoné. 128 páginas. 16€ Cómic en estado puro "Prefiero el término ‘Asperger’ no se usa contra mi voluntad o…
Guión - 7.5
Dibujo - 9
Interés - 8.5

8.3

Festival visual

Émilie Gleason firma una obra esplendida en todos los aspectos, en particular en el apartado gráfico que es un inventario de recursos gráficos perfectamente empleados, pero que no olvida poner de manifiesto las dificultades de las personas que tiene TED.

Vosotros puntuáis: 7.26 ( 7 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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