Entrevista a David Baldeón.

Entrevista a David Baldeón, uno de los talentos de la cantera patria de dibujantes más interesantes del mercado USA en la actualidad.

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Uno de los talentos de la cantera patria de dibujantes más interesantes del mercado USA en la actualidad es David Baldeón. Quedando ya en el pasado sus comienzos en la línea Fanhunter de Cels Piñol, la trayectoria del artista cántabro no ha dejado de ir en ascenso durante los últimos años y la Casa de las Ideas ha confiado en él el lanzamiento de no pocas nuevas cabeceras como Young Allies, Web Warriors o la futura Monsters Unleashed, con Cullen Bunn. Un dibujo dinámico, lleno de energía y con una profesionalidad en lo respectivo a las fechas de entrega, su nombre es sinónimo de calidad, diversión y aventuras en el catálogo Marvel mes a mes. Para hablar de su trayectoria y de su evolución como dibujante, hemos querido hablar con el propio David Baldeón en la entrevista que os traemos a continuación.

Entrevista a David Baldeón

Pedro Monje: ¿Cómo empezaste a leer cómics y cuáles son las lecturas que recuerdas con más cariño de tus tiempos mozos?

David Baldeon: Con el mix habitual de los chavales de mi edad. Con los Mortadelos, los Asterix y los tebeos que empezaban a llegar poquito a poquito de superhéroes. Lo que encontraba que me llamaba la atención, básicamente. Lo que al final más cuajó fue la parte de cómic americano. Me encontré con el número dos de Spiderman de Fórum y aquella portada de flipó, pero me enganché definitivamente con el primer número de Vengadores que leí. No recuerdo quien lo guionizaba, pero el dibujo era de George Perez. Y aquello era un locurón tremendo. Una fiesta de dibujo y con un montón de personajes. Recuerdo que el Hombre de Hierro le llamaba “Capi” al Capitán América y yo no sabía por aquel entonces quién era el Hombre de Hierro y por qué era un amigo de tanta confianza como para llamarle “Capi”. Y había un señor que de nombre Ojo de Halcón que les llamaba por teléfono y les contaba cosas que habían pasado. Yo no sabía qué era pero aquello me dejaba flipado. Como tenía acceso a toda la línea de la historia un poco anárquico y no podía hacer una idea lineal de la historia en conjunto, pues eso hacía que esos cómics me intrigaran aún más. Y encima, pues eso, dibujaba George Perez. Aún a día de hoy me sigue fascinando. Yo he tirado por otros lados y por otras influencias, pero lo de Perez es alucinante. Aquellos números me llegaban mucho.

P.M.:¿Cómo fue tu entrada en el mercado profesional?

D.B.: Pues mucha prueba y error, muchos ensayos. He hecho muchas tonterías que si las viera ahora pues me daría a mí mismo muchas collejas. Entrar a trabar con Cels [Piñol] y con Fanhunter fue un poco a las bravas. Yo estaba en la universidad y empezaba a tener claro ya que la carrera que estaba estudiando era el Plan B y que lo que de verdad quería hacer era dibujar cómics. Y para eso tenía que empezar a sacar el material que yo producía más allá del círculo de amigos, tenía que llegar a más gente de alguna forma. Llegar a gente con criterio, profesional de verdad, para que me dijera cómo podría mejorar, aunque fuera a base de ostias. En aquella época había salido por fin del pueblo para ir a la universidad, había visto por fin lo que era una librería especializada, que exceptuando alguna de Bilbao era algo que todavía no había podido hacer. Y estaba leyendo Fanhunter y pensé que igual era buena idea mandarle un sketchbook a Cels, que además era una persona que tenía mucho contacto con los aficionados. A ver qué pasaba. Sin saber que Fanhunter iba a entrar en Forum y que iba a haber una línea. Solo para que lo viera alguien que sabía de qué iba esto y que me pudiera aconsejar. Y entonces me llevé la sorpresa de que me llamó y me ofreció trabajar en la línea Fanhunter y empezar a convertirme en un dibujante profesional. Me dio lecciones y aprendí lecciones que a día de hoy sigo utilizando.

P.M.:¿Cómo fue tu entrada al mercado norteamericano?

D.B.: Justo después del último Fanhunter que hice, de Gaslight, la idea era dar el paso al mercado norteamericano. Pero por una serie de problemas familiares tuve que dejar aquella trayectoria y retomar el dibujo un año después o así. Pero ya por el lado de la animación. Había un estudio en Castellón, por donde yo estaba en aquel entonces, y ahí es donde pude seguir aprendiendo y por fin retomar las pruebas para el mercado norteamericano. Pero lo que pasa es que la animación es un mercado muy absorbente y estuve allí más tiempo del que pensaba en un principio. Cuando se me agotó el recorrido en animación ya es cuando me lo tomé más en serio que nunca y me puse a tope con las pruebas para USA. A ver qué pasaba. Tuve entrevistas con editores en Barcelona y en Madrid y viajes a Estados Unidos para poder entrar en las editoriales americanas. A base de portfolios y de dar las chapas. Hasta que llegó el día que me pidieron unas pocas páginas de esto porque no llegaba el dibujante.

P.M.:¿Eso fue en el segundo año de Blue Beetle, no?

D.B.: Sí, además es curioso porque eso ocurrió un par de semanas después de que Erik Larsen me mandara un email diciendo que mejor me dedicase a otra cosa porque no tenía posibilidades de dibujar en el mercado USA. Así que me llegó un email de Joan Hilty, de DC. Había estado en Avilés y le había pasado mi portfolio a ella y a Eddie Berganza. Me ofreció hacer unas pruebas con un guión de Teen Titans. Las preparé y se las envié y ya después me pidió hacer estas páginas de Blue Beetle. Creo que eran diez páginas a entregar una semana más tarde.

P.M.:¿Un locurón, no? [Risas]

D.B.: [Risas] Sí, sí. Pero bueno, fueron sinceros conmigo. Andaban mal de tiempo y como yo no dejaba de darles la tabarra, pues me dieron la oportunidad. Y ese fue mi primer trabajo americano.

P.M.: En Blue Beetle hiciste algunas páginas más adelante, volviste algunas veces. ¿Por aquel entonces veías evolución en tu trabajo?

D.B.: No. El pánico no me daba tiempo a analizar esas cosas. Me daba cuenta de que poco a poco conseguía llegar con un poco más de solvencia a las fechas de entrega. Yo lo que quería era ser fiable con una mínima calidad. Que no pareciera de un aficionado que pasaba por allí. Una de las cosas que tiene este trabajo, por lo menos lo que me pasa a mí, es que no te da mucho tiempo a ver tu evolución. Tiras de instinto y de lo que ves que te van ofreciendo los editores y sí se ajusta a tu perfil o no. Y mientras seguir currando sin parar.

P.M.: Ahí das el salto a Marvel, donde te encargas de algunas páginas de Nómada, la protagonista juvenil de aquel momento de la editorial. Con guiones de Sean McKeever. ¿Cómo surgió y cómo lo recuerdas?

D.B.: Lo recuerdo con el cariño de los primeros balbuceos. Yo había hecho algunas páginas y un número para la línea de Marvel Adventures que por aquel entonces estaba en marcha. Me había colado un poco de aquella manera. La oportunidad de Nómada llegó en un Salón en Barcelona. Le pasé material a C.B. Cebulski, que vino ese año. Ahora que lo pienso yo podría haber sido un poco más honesto, porque yo había hecho ya unas poquitas páginas para ellos y podía haber dejado mi turno a alguien que todavía no hubiera trabajado con ellos. A él le gustó, se sorprendió que fueran páginas ya publicadas con ellos. Y me dijo que estaban buscando a alguien para una miniserie, que sería la de Nómada. Y me pusieron en contacto con el editor. La primera miniserie fue con Sean McKeever. Al principio estaba un poco preocupado porque me dijeron que iba a estar protagonizada por la Bucky de Rob Liefeld. Y claro, pues yo… ¡Pero no les vas a decir que no! Al fin y al cabo es tu proyecto mínimamente regular en Marvel y quería hacerlo como fuera. Y entonces me llegó el primer guión y me enamoré del personaje. Era como Buffy pero con más superhéroes. El guión de Sean era brillante. Maravillosamente bueno. Era un personaje al que le pasaban unas cosas muy puñeteras pero que tenía mucha entereza y mucho sentido del humor. Me enganché a Ricky, más que a Nómada. Y con eso tiré para adelante, tanto en Nómada como en Jóvenes Aliados. Y de hecho, de esto que luego lo hablas por Twitter o así, Sean me comentó que Ricky era una adelantada a su tiempo. Porque con el escenario actual con las Batgirls, Ms. Marvel y demás que están de moda hoy en día, yo creo que Nómada hubiera encajado muy bien. Y que además tal y como estaba planteado el personaje, yo creo que la miniserie recorre un camino emocional que no pocos personajes tienen, ni siquiera hoy en día. Creo que hoy encajaría muy bien en esta línea de ese tipo de héroes jóvenes. Pero bueno, fue otro momento.

P.M.:¿Qué tal con los Jóvenes Aliados? ¿Cómo llevaste eso de hacer una serie de grupo en aquel momento?

D.B.: Pues como podía. Muchas cabezas parlantes. Hay que repartir metros cuadrados de página como sea y hacerlo con solvencia, que todos los personajes tengan su cuota de pantalla. Y bueno, hice lo que pude. Lo que os comentaba, te fías de tus herramientas y de que te hayan puesto en esa serie.

P.M.: Después trabajaste con Paul Tobin, que tenía un corte de escritura similar al de McKeever, lo que en Marvel llaman «para todos los públicos» y que en otros lados se conoce como «para público infantil». ¿Temías que te encasillaran en ese perfil infantil?

D.B.: Es cierto que hay un poco de eso, dibujando a personajes infantiles o juveniles. A partir de que se cerró Young Allies decidí que quería estar en varios sitios a la vez, para poder ejercitar diferentes estilos de trabajo y además no tener todos los huevos en la misma cesta. A pesar de todo sí que siento que hay un cierto encasillamiento de mi como de un autor infantil. Luego hay cosas como el Marvel Zombies Christmas Carol que me descolocan hasta a mí cuando me la ofrecen. Por eso siempre he intentado hacer cosas bien distintas para quitarme de esa fama y de esa preocupación. Tener muchas cosas en el tablero y que haya contraste.

P.M.: En este momento ya tienes un trabajo más o menos constante en Marvel. Tu trabajo más regular ha venido en la serie de Nova estos dos últimos años. ¿Cómo te has encontrado?

D.B.: Pues bien. Cuando estás tanto tiempo en una serie acabas cogiéndole el gusto. Tanto en Nova como en Web Warrios ha sido una gozada trabajar, además con el mismo guionista durante vario tiempo. En Nova yo era un fan de los guiones de Gerry Duggan. Me pasó como con Nómada. Sam me encanta, a veces es un poco tontorrón y muy salado. Acabé dibujando un crio tontorrón y salao. En redes me decían que le dibujaba muy cabezón, pero yo pienso que lo que estaba dibujando era un chaval escuchimizado y delgado con un casco de moto en la cabeza. Dibújalo a ver qué te sale. [Risas] Pues sí, queda muy raro. Y creo que encajaba muy bien en la serie, porque quería que se notara esa sensación. Cuando tienes el lujo de estar una temporada larga en una serie y estás contento con el personaje y con el guionista, pues te lo pasas genial.

P.M.: Y, al contrario, ¿se pasa mal cuando te la cancelan aunque tengas otro proyecto ya asignado?

D.B.: Sí, se pasa mal. Por ejemplo con Web Warriors. Ha sido un proyecto con muchos desafíos, muy complicado. De estas complicaciones que gustan y que gustan. Pero es una pena porque teníamos ahí serie para un tiempo y para haberlo pasado muy bien. Pero no pasa nada. Aunque fuera una cabecera de la franquicia de Spiderman, era una serie nueva. Y en el mercado de hoy en día, afianzar una serie nueva es muy difícil. Es una hazaña. Cosa como la de Moon Girl y Devil Dinsosaur es tan difícil y habla tan bien del equipo creativo y de lo que están haciendo. Hemos llegado a once números, pero me hubiera gustado llegar mucho más. Porque además se nos han quedado un par de líneas argumentales. Y me hubiera gustado hacer el rediseño de Spider-India, que al final no tuve tiempo para poder hacerlo.

P.M.: Y después de Web Warriors, con el mismo editor de la franquicia arácnida, estás a bordo del proyecto Marvel Tsum Tsum. ¿Cómo ha salido esto?

D.B.: Cuando me lo propusieron y reaccioné con el mismo escepticismo con el que ha reaccionado mucha gente en redes sociales, aunque luego me lo he acabado pasando muy bien y me han gustado las reviews que he leído. Al final es un tebeo promocional de un juguete. Una franquicia que compró Disney que están metiendo en todas sus propiedades y aquí le tocó a Marvel. Tsum Tsum llegó en un momento en el que como os decía yo estaba intentando tocar varios palos. Me había llegado el proyecto de Micronautas, con Cullen Bunn, y cuando se lo conté a mi editor tardó poco en proponerme Tsum Tsum para que hiciera entre que empezaba Web Warriors y empezaba Micronautas. Para mí era perfecto, pero para eso tienes que cuadrar los horarios. Y encima el síndrome del trabajador freelance te impide decir que no a nada. Me lancé y lo acepté con la idea de hacer el anuncio y poco más. Pero pasó como con Nómada o Nova. Te das cuenta de que el guionista ha hecho un buen trabajo, con unos protagonistas muy interesantes y con mucho cariño y oficio, prescindiendo del hecho de que sean unos juguetes. Lo mismo que luego pensé que habría pasado con Micronautas, Transformers o G.I.Joe. Al final es todo lo mismo. Y se trata de que la gente disfrute. Y si luego se compran los juguetes, pues genial, pero eso ya es trabajo de la gente de marketing. Lo nuestro es hacerlo divertido. Y a eso me dediqué yo.

P.M.: ¿Y en qué momento no puedes trabajar con Rom y con los Micronautas? ¿Qué parte hay de falta de tiempo o de presión editorial?

D.B.: Pues de presión editorial nada. No me puedo quejar porque el editor que tengo en Micronautas es un tipo estupendo. No había bandos. El problema es que cuando me ofrecen Micronautas, que es un caramelo (porque entrar a formar parte de la historia de los Micronautas era algo a lo que no podía decir que no), es mi ritmo de trabajo. Mi centro es Marvel y alrededor voy haciendo otras cosas. En Micronautas ya sabían cómo era, y que si querían que lo dibujara yo tendríamos que hacerlo con mucha antelación. Cuatro o cinco páginas al mes y acumular material hasta llegar al momento de salida y luego conseguir un fill-in tras acabar el primer arco. Que yo dibujara el primer arco y diseñara los personajes. Un caramelo. «Toma la línea original de Micronautas y rediseña a tu gusto«, me dijeron.

P.M.: Nostalgia por vena.

D.B.: Eso es. Me dio tiempo a diseñar los personajes. La idea original era empezar a dibujar la serie en Octubre de 2015 para llegar a tiempo a la salida del número 1 y quizás hacer un fill-in en el número tres o cuatro. Esa era la idea, y según ese plan se podía hacer. Pero el problema surgió tarde, porque no tuvimos guiones y diseños aprobados hasta finales de Enero de 2016, para una salida en Abril. No había manera humana de hacerlo. Porque además andaba con Web Warriors. Para llegar al primer número y cumplir las promesas de que yo pudiera hacer el primer número era abocetear las páginas de ese número. Y me ofrecieron continuar así en la serie pero yo creía que lo mejor era que me despidieran, para que se pudiera ocupar alguien como Dios manda. A ver si por el ansia de cumplir los dos con el compromiso que teníamos, la serie fuera acabar mal. Y tenía que calar bien. Con mucho dolor de corazón, pero bueno…

Portada de Monsters Unleashed #1

P.M.: Muchas gracias por tu tiempo, David.

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