#ZNCine – X-Men: Los 10 momentos para definir una saga

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Mañana llega a nuestros cines X-Men: Apocalipsis, la última entrega de la franquicia mutante de 20th Century FOX que nuevamente ha confiado en Bryan Singer como director y maestro de ceremonias para llevar a buen puerto la producción. Han pasado dieciséis años desde el estreno de la primera X-Men, y obviamente la saga ha vivido mejores y peores tiempos, pero en este tiempo ha sabido mantener el favor de un público que ha sido en definitiva el que ha convertido las aventuras de estos personajes en un éxito casi ininterrumpido durante década y media de vida, pariendo a su vez varios spin-offs como son las películas de Lobezno -las decepcionantes X-Men Orígenes: Lobezno y Lobezno Inmortal– y la más reciente Deadpool. Y el futuro se encuentra ahora mismo en construcción, con nuevos proyectos para seguir expandiendo este universo cinematográfico que ha jugado un papel decisivo a la hora de abrir el camino a las primeras grandes superproducciones del género.

En su día, con motivo del estreno de X-Men: Días del Futuro Pasado, ya hicimos un repaso a la franquicia con el artículo Especial X-Men. La franquicia mutante en la gran pantalla, y en esta ocasión, de cara a preparar el desembarco de la citada X-Men: Apocalipsis, hemos decidido apostar por otro punto de vista para hablar de estas producciones que para bien, y a veces también para mal, nos ha acompañado durante tanto tiempo. Para ello hemos pensando en destacar y recordar algunos de los momentos que a nuestro juicio han marcado y definido esta saga, una selección -de la que hemos excluido sus spin-offs y sucedáneos- que nos ayude a echar la vista atrás para afrontar lo que todavía está por venir. En la selección han colaborado los compañeros Daniel Gavilán, Samuel Secades, Luis Javier Capote Pérez y Arturo Porras. ¿Coinciden estos momentos con los vuestros? ¿Qué balance hacéis de la saga a falta del estreno de X-Men: Apocalipsis? ¿Hay futuro para la franquicia?

casting_X-Men

1) Erik Lehnsherr en Auschwitz.

El nuevo siglo nos presentó por primera vez a los X-Men en la gran pantalla, el responsable último de ello fue el director Bryan Singer que junto a muchos espectadores descubrió el potencial de unos personajes y una historia por los que nadie apostaba. La película sentaba las bases de la futura franquicia de una manera simple y sencilla, pero sin descuidar el concepto de temidos y odiados de los cómics originales. Por primera vez una película de superhéroes se atrevía a hacer paralelismos con temas serios, planteando un dilema moral con diferentes actores en conflicto en el que las decisiones se adentraban en unos jugosos grises. En este sentido, la escena de apertura del filme era toda una declaración de intenciones, situada en Polonia en 1944 en el campo de concentración de Auschwitz conocíamos un pequeño episodio del drama personal que había marcado a Erik Lehnsherr y le había moldeado hasta convertirlo en el poderoso Magneto interpretado por Ian McKellen en las primeras producciones de la saga. En esta historia se profundizaría posteriormente, X-Men: Primera Generación aportaría más detalles de la infancia del joven Magneto, pero esta escena inicial de X-Men era ya en el año 2000 tan potente que volvió a incluirse en el metraje de la secuela rodada por Matthew Vaughn.

2) Lobezno y Pícara.

Uno de los grandes aciertos de la primera X-Men fue sin duda la relación entre Lobezno y Pícara forjada a través del magnífico arranque de la película con el incidente de Pícara con su novio y su posterior huida, encontrándose con Logan en un bar de carretera donde participa en combates ilegales. Singer jugó a la perfección con dos personajes que no podían ser más distintos y a los que unía su mutación para verse en la misma casilla de salida: dos mutantes huyendo de los prejuicios, el temor y la incomprensión del mundo hacia sus poderes. Hugh Jackman y Anna Paquin desarrollaron una química espléndida durante la película con esa extraña relación que combinaba el interés romántico adolescente de Pícara hacia el rudo Logan y el sentimiento de protección paterna de éste hacia la joven, ambos rellenando los huecos emocionales de sus vidas y a la vez compartiendo la pertenencia a la comunidad mutante con su llegada a la vez a la Escuela del Profesor Xavier. Lobezno y Pícara no dejaban de ser la representación de dos momentos en la vida de todo mutante (el miedo de la adolescencia da paso a la frustración y la desconfianza del mutante adulto) y también por esa razón se identificaban mutuamente como versiones de sí mismos. La relación entre ambos nos dejará grandes momentos como la maravillosa escena de la pesadilla de Logan que termina con sus garras de adamantium clavadas en Pícara, que deberá absorber los poderes regenerativos de Logan en una escena inquietante y repleta de connotaciones sin necesidad de guion. Y es que si las tramas del Profesor X y el origen de Lobezno, Jean Grey o Bobby no se hubieran interpuesto y ambos hubieran seguido sin incidentes su viaje en la camioneta, uno casi puede imaginarse un elseworlds donde Lobezno y Pícara protagonizaran un remake mutante de El Profesional (León). Queda para nuestros húmedos sueños cinéfilos.

3) Mutant Freedom Now.

En la primera película de los X-Men fueron el Lobezno de Hugh Jackman y el Magneto de Ian McKellen los que se robaron toda la atención del público, algo que se ha convertido en algo reiterativo a lo largo de la saga. Pero X-Men 2 empezaba presentando a un nuevo mutante destinado a grandes cosas y su primera escena ya ponía el listón muy alto. Hablamos de Rondador Nocturno, el personaje creado en 1975 por Len Wein y Dave Cockrum saltaba a la gran pantalla con los rasgos del actor Alan Cumming en una caracterización lograda tanto en su aspecto físico como en el despliegue visual de sus poderes. La escena en la que Rondador Nocturno se colaba en el Casa Blanca para intentar asesinar al presidente, utilizando sus poderes para sortear a todo su servicio de seguridad, fue una de las más aplaudidas y comentadas por los aficionados a la salida de los cines. El personaje se ganó inmediatamente el corazón de los espectadores pero por desgracia Alan Cumming rehusó aparecer en las secuelas de la saga dejando su personaje en el limbo hasta su reciente regreso en X-Men: Apocalipsis donde veremos una versión más joven del mismo en manos de Kodi Smit-McPhee.

4) La fuga de Magneto.

El final de la primera entrega de X-Men acababa con Magneto encerrado en una prisión de máxima seguridad especialmente acondicionada para su persona. En ella Charles Xavier le haría alguna visita rutinaria para jugar al ajedrez con un tablero y piezas de plástico. Pero todos sabíamos que esa situación no podía durar. La fuga del supervillano interpretado por Ian McKellen fue una de las grandes escenas de X-Men 2, una que definía a la perfección el carácter de Erik Lehnsherr; astuto, frío y cruel, pero sin perder por ello nunca un mínimo hilo de su extraordinaria clase y elegancia. El principal adversario de los X-Men lograba fugarse de su prisión gracias a la colaboración externa de Mística que había administrado a uno de los guardas una sobredosis de hierro en sangre. La manera en la que Magneto aprovecha esta mínima ventaja para crear un arma y unas plataformas para su huida, masacrando a todos los que osan ponerse en su camino, deja muy claro al espectador la amenaza que representa el apodado Amo del Magnetismo, uno de los mejores villanos del género.

5) Es complicado.

Una de las escenas más importantes de X-Men 2 es sin duda la que acontece en casa de los padres de Bobby (Shawn Ashmore) No sólo porque significa un punto de inflexión en la trama tras el ataque de Stryker a la Escuela de Charles Xavier (muy al estilo de lo que hizo Whedon con el retiro a la granja de Clint en La Era de Ultrón), sino que le permite a Singer parar la acción para recordarnos de qué van realmente sus películas sobre los X-Men. La revelación de Bobby a su familia (que ignoraba su condición mutante) es toda una salida del armario para el personaje, y la reacción de sus padres y sobre todo su hermano de rechazo e incomprensión (“¿has intentado no ser un mutante?”, una frase terrible y reveladora) da alas al guion de la cinta para ponernos en una situación complicada como espectadores al justificar de un modo más sutil que los métodos de Stryker o el Gobierno la existencia misma de la Hermandad de Magneto; es por ello que no nos extraña (e incluso podemos empatizar con él) cuando Pyro (Aaron Stanford) despliega su poder contra la policía avisada por el hermano de Bobby en otra ejemplar escena de acción de X2, o cuando recoge la mano tendida de Magneto para unirse a él en un claro ejemplo de lo que es la manipulación de los extremismos. Con una escena aparentemente sencilla, Singer consigue apuntalar todos los conceptos que quiere manejar de los mutantes y su lugar en la sociedad. Brillante.

6) El sacrificio de Jean Grey.

Las historias de los X-Men en los cómics están plagadas de grandes pérdidas y tragedias: amores imposibles, amistades rotas y sacrificios por un bien mayor. El final de X-Men 2 nos mostró algo de todo esto, y además lo hizo con un clímax en el que descubríamos los entresijos del Proyecto Arma X y uno de los personajes más emblemáticos de la saga tomaba una difícil decisión para salvar a sus compañeros. La Jean Grey de Famke Janssen utilizaba sus poderes para detener el desbordamiento de la presa que rodeaba las instalaciones del Proyecto Arma X al que había estado vinculado Logan en el pasado con la única intención de salvar la vida a sus compañeros mutantes. En el interior de la nave azota por las aguas Cíclope, Tormenta, Rondador Nocturno, Pícara y Logan veían impotentes como Jean llevaba al limite sus poderes y les dedicaba unas últimas palabras a través de la mente del Profesor Xavier. En un destello los espectadores más avispados reconocieron al Fénix, la entidad que en los cómics había traído tanto dolor a la historia de los X-Men, y la escena final en la que se reflejaba su forma en las aguas del lago evidenciaba que su historia apenas había comenzado.

7) Jean Grey vs Charles Xavier.

El cierre de la primera trilogía de los X-Men no contó con Bryan Singer a los mandos de la nave, el encargado de suplantarle fue un vilipendiado Brett Ratner que pese a amoldarse al tono y la estética de las anteriores producciones de la saga no logró el beneplácito de los aficionados. Las críticas y reproches a su tratamiento de personajes y a los derroteros que siguió la historia fueron mayoría pero X-Men 3: La Decisión Final también nos dejó alguna que otra imagen para el recuerdo. El director había planteado el filme como un punto sin retorno y eso le permitió asumir riesgos y transformar este final en una auténtica tragedia llena de muerte y dolor para todos sus protagonistas. La trama estaba centrada en el regreso de Jean Grey imbuida por el poder del Fénix, una transición hacía la oscuridad que se cobraría numerosas víctimas entre sus antiguos compañeros y amigos. La escena que mejor ejemplifica el filme posiblemente sea el enfrentamiento de Jean Grey con el Profesor Charles Xavier en un momento en el que la alumna supera al maestro con un triste desenlace del cual Magneto y Lobezno son testigos privilegiados. La mutante desata toda su furia y asesina a sangre fría al patriarca mutante en una escena localizada en la antigua casa de Jean Grey que ya habíamos conocido en la misma película en un flashback en el que Magneto y Charles Xavier visitaban a la joven telépata que les hacía una demostración de su poder para asombro de los mismísimos Stan Lee y Chris Claremont.

8) Los Nuevos X-Men.

Después de X-Men 3: La Decisión Final la franquicia había quedado totalmente rota y no parecía haber manera de dar vuelta atrás y recuperar a sus personajes y su historia en el punto donde se habían quedado. La solución fue retroceder en el tiempo, organizar un reboot de la franquicia que además funcionase como precuela de la trilogía original. El spin-off centrado en Magneto pronto se convirtió en X-Men: Primera Generación, producción que recayó en manos del director Matthew Vaughn. La poca confianza de 20th Century FOX en el proyecto le ofreció una inesperada libertad creativa al cineasta y, pese a los malos augurios sobre la producción que corrían como la pólvora, la película salvó los muebles dando pie a un nuevo y renovado inicio para la franquicia mientras presentaba a unas versiones más jóvenes de Magneto y Charles Xavier a los que ahora ponían rostro respectivamente James McAvoy y Michael Fassbender. La acción si situaba en los años sesenta, en esta corriente temporal en la que todavía no habían nacido Cíclope, Jean Grey o Tormenta, y los personajes interpretados por James McAvoy y Michael Fassbender tenían que reunir a un primer grupo de X-Men. La solemnidad de otras ocasiones quedaba aquí aparcada para hacernos partícipes de este reclutamiento en el que Angel, Havok, Banshee o Darwin se unían al equipo a ritmo de funky.

9) El accidente.

El renacimiento de la franquicia mutante en X-Men: Primera Generación tuvo como eje central la relación de Erik y Xavier –James McAvoy y Michael Fassbender como ya hemos comentando- en tiempos anteriores a convertirse respectivamente en Magneto y el responsable último del Instituto Charles Xavier para Jóvenes Talentos. La historia se desarrolló mediante un triángulo amoroso cuya tercera parte en discordia era Mística, la mutante interpretada ahora por la actriz Jennifer Lawrence y cuyo papel fue creciendo en sucesivas secuelas a medida que lo hacía el propio caché de la protagonista de Los Juegos del Hambre. No importaba que su papel plantease todo tipo de interrogantes y problemas de continuidad con la primera trilogía en la que el personaje había recaído en manos de Rebecca Romijn y en la que en ningún momento se dio a entender ningún tipo de relación especial con Charles Xavier. No obstante, X-Men: Primera Generación llenaba un hueco que venía a saciar la curiosidad de los espectadores, esa extraña relación entre los dos principales ideólogos mutantes cobraba ahora una nueva dimensión y también elevaba el drama a un nuevo nivel con la explicación del accidente que había condenado a una silla de ruedas a Charles Xavier.

10) Time in a Bottle.

Las primeras imágenes de Mercurio en X-Men: Días del Futuro Pasado no auguraban nada bueno, muchos aficionados se llevaron las manos a la cabeza al ver su look, tan estrambótico, setentero y, por supuesto, alejado de los cómics. El actor Evan Peters fue poco menos que declarado enemigo público número 1 y muchos se apresuraban a asegurar que el regreso de Bryan Singer a la franquicia tenía como única meta el destruirla desde dentro. Pero ni esto último paso, ni el Mercurio de Evan Peters fue lo peor del filme en el que se reunían miembros de las dos plantillas de X-Men que habíamos conocido hasta ahora. De hecho, Evan Peters se ganó al público con su principal escena, una en la que se adelantaba a Magneto, Xavier y Logan para desarmar a un grupo de guardias dispuestos a coserlos a tiros. El mutante recurría a sus poderes dejando una escena de acción para el recuerdo llena de humor y a ritmo de Time in a Bottle de Jim Croce. El buen hacer del mutante se ha visto recompensado con un papel de más calado en la presente X-Men: Apocalipsis y siendo una parte importante de la promoción de la nueva película como se puede ver en este comercial de Sky Fibre TV. Ha nacido una estrella.

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Gusgus
Gusgus
Lector
19 mayo, 2016 21:09

Buena recopilación de escenas. Bastante de acuerdo con todas ellas. Pondria algunas más, como ser la final de DOFP donde te hacen la gran star trek(Circulen circulen aca no ha pasado nada), o en la misma pelicula la batalla en el futuro, muerte de Storm incluida(Miren chicos si leí el comic original!!!). Por otro lado, y no se lo digan a nadie, a mi X3 no me parece tan mala como se empeñan en decir absolutamente todos…en fin. Buen post!!!!!!!

Imparcial Enmascarado
Imparcial Enmascarado
Lector
19 mayo, 2016 21:47

Muy buena selección de momentos, todos con un gran ‘valor icónico’, como se suele decir ahora.

Puestos así, uno al lado de otro, forman un retablo completo y coherente, y dan la impresión de que la franquicia realmente evolucionara hacia algún sitio. Sin embargo, por desgracia, sabemos que eso no es del todo así. Con Singer otra vez a los mandos la sensación de repetición es demasiado fuerte, y es una pena, porque la labor de tabla rasa que hizo Matthew Vaughn fue ejemplar, sacando oro de un serial agotado por la vía de: a) retroceder 50 años en el tiempo y sacarse de encima toda la carbonilla ‘grim and gritty’ que arrastraba la franquicia; b) sustituirla por un tono popero y una ligereza ‘Edad de Plata’ que fue un soplo de aire fresco (esos uniformes amarillos y azules… ¡toda una afirmación de ‘Sí se puede’!; c) descargar el peso de la historia no sólo en Magneto y en su drama, sino en un dúo (tanto montaba James McAvoy como Michael Fassbender, la pareja perfecta de poli bueno-poli malo) y dejar al de siempre, es decir, Lobezno, para un mero pero célebre cameo, y d) meterle alegría y ritmo a la narración, dejar que los dilemas y la evolución de los personajes se mostrasen con sus actos (ese Xavier que pasa de hacer botellón con los colegas del ‘college’ a echarse a la espalda la responsabilidad de liderar a un grupo de parias; ese Magneto intentando retener el submarino de Shaw, al tiempo que se ahoga bajo el agua, que nos muestra en una sola estampa toda la soledad e impotencia que arrastra), hacerlo así y no con diálogos plomizos e interminables, o metiéndole filtros lúgubres a la cámara, marca Singer (bueno, esa marca personal la comparte con otro ‘innombrable’).

Esta misma escena que habéis seleccionado, la del reclutamiento del nuevo equipo, es toda una declaración de principios y un ejemplo maravilloso de montaje, economía narrativa y uso excelente de la música al servicio de lo que se cuenta.

Qué pena que esto fuese un espejismo y tuviera que volver Singer, y con él la oscuridad, la noche eterna, las caras de estreñimiento y los uniformes ‘posmodernoides-sadomaso style’, sólo que esta temporada en vez en cuero vienen en plaquitas de plástico plata oscuro, línea G.I Joe…

Qué pereza da la peli esa que se estrena mañana.

l rodriguez
l rodriguez
Lector
En respuesta a  Imparcial Enmascarado
20 mayo, 2016 8:57

Y se te olvidan los errores de continuidad introducidos por Vaughn faltando total respeto a lo ya establecido? personajes fuera de su época? los chistes de pena ajena? los cambios de bando solo porque si? «ahora soy buena, ahora soy mala», y lo que la gente mas critica: poner al personaje de Mistica a un nivel en plan protagonista como personaje fundacional al nivel de Erick y Charles???
Vaughn es bueno, buen director, gran creativo pero no hay que sobrevalorarlo tratando de minimizar el talento de uno sobre de otro.

golazo
golazo
Lector
19 mayo, 2016 22:18

Una lastima que el equipo de superheroes por excelencia (mas grande que los avengers o la jla) haya estado secuestrada por Synger y la fox tanto tiempo. Se han dedicado a sacar historias de personajes que se parecen a lo lejos a los que estan basados pero definitivamente quedan muy por debajo de sus contrapartes del comic. Historias deshabridas y descoloridas que hoy mas que nunca se ven grises al lado de las excelentes producciones de marvel studios. En su tiempo , creo que fueron necesarios los ajustes de Singer, pero hoy son peliculas desfasadas 20 años , y no hablo del guion, sino de las posibilidades de estos personajes. Ojala algun dia Marvel recupere los derechos

Muad Dib
Muad Dib
Lector
20 mayo, 2016 1:26

Me parece que faltan algunas escenas grosas:
– X-men; cuando Wolverine despierta y la explicación de Xavier, el enfrentamiento de Wolverine con Mystique
– X-men 2; estado feral de Wolverine para defender a los niños en la mansión
– X-men 3: La batalla final; entrenamiento en la sala del peligro contra los centinelas (primera aparición de ellos)
– X-men: Primera generación; cuando Xavier calma a Magneto usando sus poderes; escena de los misiles en Cuba
– X-men: Días del futuro pasado; todas las escenas del futuro y muerte de los X-men

l rodriguez
l rodriguez
Lector
20 mayo, 2016 9:07

Pues mira que tan cansada estaba la gente de Singer que DOFP fue la que mas a recaudado en taquilla de toda la saga, ya veremos que sucede con Apocalipsis, pero creo que eso de que la gente esta cansada de Singer es solo en foros de gente que lee comics. En cuanto a Deadpool que haya recaudado mas que DOFP no tiene que ver nada con que la gente este cansada de las películas de x-men, tiene que ver con otro fenómeno, que es un personaje chistoso, cómico y sui generis y que no compete solo a la saga mutante sino es un fenómeno a analizar para todo el género porque no solo ha superado a las películas de Fox sino a unas cuantas de Marvel y DC también.

Daniel Gavilán
20 mayo, 2016 10:03

Yo no se si a veces nos quedamos más con las formas que con la sustancia (y ojo, tampoco me saco yo del lote, que también le di lo suyo a Días del Futuro Pasado hasta que tuve oportunidad de revisarla y me di cuenta de que había pasado por alto prácticamente todo).

Pero me llama la atención lo que comentas de que Primera Clase fue la novedad y DdFP la que marco el paso atrás, Jordi, cuando no solo la propuesta de la de Singer no se parece en nada a nada de lo que se haya hecho ni en la franquicia ni en el género de superhéroes en general, sino que además la de Vaughn era prácticamente un remake nada camuflado de la primera de X-Men

Daniel Gavilán
En respuesta a  Jordi T. Pardo
20 mayo, 2016 11:12

pero Días del Futuro Pasado también es un remake

¿Un poco pillado por los pelos esto, no? 😛 No confundamos «remake» con cuasi «reboot» ni el «refresco de cola» por mucho que empiecen todas por «re» 😆

Pero vamos, en lo que dices de que no supone ninguna revolución sino que más bien es un paso lógico muy de acuerdo. Aunque para mi la consistencia y coherencia interna nunca ha sido nada negativo, por lo que a espera de ver que nos ofrece Apocalipsis poco le tengo que achacar a Singer respecto a su labor en la franquicia, que en ese aspecto pocas sagas me parecen tan logradas como la hasta ahora pentalogía de los X-Men

p.s.: Y no, como todo el mundo sabe tras Deadpool, las películas de Lobezno no existen

Save
Save
Lector
20 mayo, 2016 12:17

La escena de la moneda de First Class.

Imparcial Enmascarado
Imparcial Enmascarado
Lector
En respuesta a  Save
20 mayo, 2016 17:59

Otro pedazo de escena, bien ideada y bien realizada.
Con todo lo que se abusa hoy de la cámara lenta, en este caso el ralentizar la trayectoria del dólar era algo necesario por «exigencias del guion» pero, a la vez, cumplía esa función dramática que se pretendía.
Matthew Vaughn es uno de los directores-artesanos actuales mejor dotados y con más recursos narrativos dentro del género ‘blockbuster de acción/fantasia/como le quieras llamar’. Luego, el resultado final será mejor o peor según el guion con que trabaje y las ganas de ‘macarrear’ que tenga: los clímax de Kingsman y Kick-Ass fueron bastante chorras en sus orgías de exceso gore para regocijo de quinceañeros.

Imparcial Enmascarado
Imparcial Enmascarado
Lector
20 mayo, 2016 18:41

Bryan Singer tampoco es ningún inútil, pero estilísticamente lo veo anclado en el final de los noventa (por temática, estética, etc.), es decir, en su primer X-Men, solo que ahora con más y mejor CGI. Y no hay que perder de vista cómo dejó colgada su propia trilogía para irse a dirigir Superman Returns (aunque a la vez ejerciera de productor de First Class) y luego, cuando otro se ha encargado de abrir un nuevo camino para los mutantes, volver a Fox reservándose los bártulos de director.

El remate fue hacer la cuadratura del círculo para poder colar a sus viejos actores, ‘contaminando’ el reinicio. Para mí eso es mezclar churras con merinas, no preocupación por la continuidad (mucho le preocupará esta a Singer, que ni siquiera era seguidor de los cómics cuando cogió la saga). Tanto es así que uno de los fallos que para mí lastran DOFP es que hay demasiados personajes y ninguno tiene un protagonismo claro (donde antes había un dúo Xavier-Erik ahora tienes dos profesores X, dos Magnetos, un Wolverine con derecho a minutos extra, una Mística que ídem, etc.).

Personalmente, de DOFP me gustaron las escenas ambientadas en los 70, con su estética retro-futurista (¡y a plena luz del día!) y me sobró toda la distopía singeriana, que ya estaba más que implícita en sus películas anteriores.

l rodriguez
l rodriguez
Lector
20 mayo, 2016 19:33

Dias del Futuro Pasado seria mas un retcon que un reboot y creo que ese es uno de los principales aciertos de la saga, evitarse de hacer reboots y seguir adelante, lo hecho mal ya esta hecho y no hay vuelta atrás, toca mirar adelante y seguir que es básicamente lo que ha hecho Marvel Comics toda la vida, la continuidad en el cine es esencial al igual que en el comics sobretodo para una saga que no lo necesita como lo es x-men, de ahí también el error de X-men 3, de darle un enfoque de cierre a la saga en vez de un capítulo mas y aunque ciertamente First Class significó un enfoque nuevo y fresco para la franquicia también lo es que frustró la continuidad de la línea principal, X-men 4, 5, 6 eran esenciales y lo hubiera preferido mil veces mas que la trilogía del pasado.

Zerfoinder
Zerfoinder
Lector
20 mayo, 2016 19:53

Estos momentos icónicos yo agregaría:
X2: Cuando Wolvernie se desata defendiendo a los niños de la mansión.
Cuando Pyro dice su frase de que «ha escuchado hablar de los mutantes peligrosos…» antes de atacar a los policías.
X3: La escena al inicio en el Danger Room contra los Sentinelas.
Ver a Coloso y Wolverine haciendo la «bola rápida».
FC: El primer encuentro entre el Profesor y Magneto en el barco. Debo decir que me sacó una lagrimilla tonta cuando la vi.
DoFP: Mas que un momento en particular. Esta me encantó por lo que significó unificar las dos lineas de películas. Sin que esto estuviera pensado así de origen.