El Roadie, de Tim Seeley y Fran Galán

Hoy nos vamos de gira con El Roadie, un cómic de Tim Seeley y Fran Galán con demonios y mucho guitarreo. Publicado por Norma Editorial.

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el roadie

Edición original: The Roadie 1-4 USA (Dark Horse)
Edición nacional/España: El Roadie (Norma Editorial, 2023)
Guion: Tim Seeley
Dibujo: Fran Galán
Color: Fran Galán
Traducción: El Torres
Realización técnica: El Torres
Formato: Cartoné. 104 páginas. 22€

Exorcizando a golpe de guitarra

«Mejor eso que el rap ¿verdad?»

El mundo del rock, antes el del blues y después el del metal, ha sido relacionado en muchas ocasiones con el satanismo. Cierto que en muchas veces hay más pose que realidad, pero no se puede negar que hay una cierta unión. En principio dada por la demonización de estos géneros musicales por parte de los sectores más tradicionales de la sociedad, sí, cosa que los seguidores del mundo del cómic conocemos muy bien, pero muchas bandas aprovecharon la ocasión para estrechar unos ficticios lazos con el príncipe de la oscuridad y su hueste demoníaca. Y no les fue mal, desde Black Sabbath hasta Marilyn Manson, pasando por Alice Cooper, Kiss o… bueno, una cantidad de grupos tan grande que da para escribir cientos de libros, han sabido vender una imagen atractiva y transgresora que les llegaron a unir a la juventud de una manera que incluso se puede calificar de sana, en el sentido en el que potenciaban una crítica social y un desarrollo artístico novedoso que hacía más bien que mal. Ahora lancemos una pregunta y dejemos volar nuestra imaginación: ¿Y si, aún sin ser conscientes, estos grupos estaban ayudando al gran señor del infierno? Algo así nos plantea El Roadie.

Los pipas, los roadies, son una parte menos conocida pero fundamental en todas estas bandas. Dicho de otra manera menos coloquial, esta gente es el equipo técnico que hace que todo funcione, desde preparar el escenario hasta afinar los instrumentos así como muchas otras cosas inimaginables. Hoy en día con internet y las redes sociales se han dado algo más a conocer, son varios los que forman grupos y publican sus hazañas, pero antes de todo eso eran personas prácticamente anónimas, aunque algunos de ellos bien cotizados en la industria por su profesionalidad. En el mundo ficticio que nos plantea El Roadie, Joe D. es el más solicitado de todos ellos. Solo que además de hacer bien su trabajo consigue exorcizar los demonios que todas estas bandas invocan sin querer. Ahora bien, la historia que nos presentan aquí en realidad nos lleva décadas después de todo ello, con un Joe D. retirado que tendrá que volver a la acción para ayudar a su hija.

Este tomo que nos ha presentado Norma Editorial contiene una miniserie original de Dark Horse de sabor español, pues aún estando escrita por Tim Seeley, su apartado gráfico está realizado por el artista Fran Galán mientras que de la rotulación se ocupa El Torres, tanto de la original como de la versión española, siendo él mismo el traductor. Con esto, El Roadie tiene todos los elementos para que a un servidor le pueda encantar, sin embargo se queda un poco a medio gas y no es todo lo perfecta que esperaba, al menos en cuanto a esta temática se refiere.

El dibujante que nos impresionó con Goya, Lo sublime terrible, llevaba ya un tiempo haciendo trabajos muy interesantes en Estados Unidos, también cercanos al terror y la fantasía, como es el caso de El Roadie. A una estupenda Knights Temporal le siguió un Lucky Devil en la que Fran Galán mejoraba aún más su trabajo. En El Roadie el autor sigue manteniendo sus buenas formas, que definen muy bien a los personajes, así como una narrativa que hace muy ágil la lectura del cómic. No es tan original con los diseños como su anterior trabajo para Dark Horse, se muestra más tradicional en todos los aspectos, pero teniendo en cuenta el tema que trata tampoco eso se puede tomar como una crítica negativa. Pero sí creo que hay algo que le favorece menos en esta obra que en las anteriores mencionadas, el color.

Galán opta por una paleta algo crepuscular que no hace que su dibujo brille tanto. La idea es buena pues cada escenario en el que se mueven los personajes está iluminado con la predominancia absoluta de un color, tonos que además recuerdan mucho a las luces de los conciertos. Por eso la idea está muy bien pero estos tonos hacen que su dibujo no destaque tanto como en Lucky Devil, por ejemplo. Tiene un estilo muy bueno que no casa bien con un coloreado de este tipo, por lo menos para mi gusto, ya que no lo define tan bien como debiera. Sirva esto de crítica muy influenciada por el gusto personal, pero para nada se trata de un mal dibujo. Ni mucho menos. Sigue demostrando ser un artista con personalidad al que tener en cuenta.

Sin embargo con la historia sí que tengo mis más y mis menos, y en este caso personalizo porque quizás mi problema se deba más a mi vena melómana que a la historia en sí.

Respecto a la trama de El Roadie no hay nada malo que decir. Si acaso que la historia adolece de cierta rapidez, en ocasiones es bueno tomarse algo de calma para que los personajes interactúen algo más o para desarrollar ciertas ideas, pero en general es un relato resultón que tiene un poco de acción, un poco de terror, algo de humor y muchos demonios. Ligera, se sigue bien y nos hace pasar un buen rato, teniendo como punto álgido su tercer capítulo, donde los diálogos de Tim Seeley hacen avanzar más a los personajes y toca, de soslayo eso sí, temas interesantes.

Sin embargo el problema es que, a la hora de establecer el lenguaje de los personajes, El Roadie está lleno de tópicos que pertenecen más a la parte más cerrada del mundo del hard rock y del heavy metal que a la realidad mayoritaria. Son guiños que por momentos tienen su gracia pero luego se quedan o muy vacíos de contenido o con una especie de reflexión final cogida con pinzas, en un último acto de por sí apresurado, que quizás hubiera estado bien como idea a lanzar en el 93, enfocada a gente que no haya investigado mucho en la música de esa época, pero que a día de hoy se ha quedado muy atrás. De ahí mi cierta reticencia a algunos momentos del cómic, pero aún así estamos hablando de un tomo resultón que entretiene y, en cierta manera, visibiliza unos trabajadores que nunca han sido muy bien considerados por el público en general, pero que son imprescindibles para poder disfrutar de un buen espectáculo.

Lo mejor

• Es una historia sencilla, divertida y entretenida.
• Fran Galán es un buen narrador con mucha personalidad.

Lo peor

• El color no hace que resalte del todo el dibujo de Fran Galán.
• Le quedan muchos aspectos por desarrollar, en especial los diálogos de los personajes cuando tratan sobre música.

Edición original: The Roadie 1-4 USA (Dark Horse) Edición nacional/España: El Roadie (Norma Editorial, 2023) Guion: Tim Seeley Dibujo: Fran Galán Color: Fran Galán Traducción: El Torres Realización técnica: El Torres Formato: Cartoné. 104 páginas. 22€ Exorcizando a golpe de guitarra "Mejor eso que el rap ¿verdad?" El mundo del…
Guión - 6.5
Dibujo - 7.5
Interés - 6.5

6.8

Un cómic divertido al que le falta pulir ciertos aspectos para sobresalir. Pudo haber sido mejor pero no funciona nada mal.

Vosotros puntuáis: 7.84 ( 1 votos)
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