El club del divorcio

Mujer japonesa divorciada busca igualdad de derechos

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Edición original: Futabasha
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: KAMIMURA Kazuo
Dibujo: KAMIMURA Kazuo
Formato:Flexibook con sobrecubierta. 504 páginas
Precio: 25,00€

Parece mentira que con la buena salud de la que goza el manga en España en los últimos tiempos, aún haya autores seminales de los que apenas hemos podido disfrutar por estos lares. Ese es el caso de KAMIMURA Kazuo, conocido como “el pintor ukiyo-e de la era Showa” y maestro de TANIGUCHI Jiro. Contrasta la veneración que se tiene en Europa desde hace décadas hacia su alumno con el desconocimiento generalizado sobre su sensei, ya que este colosal artista ha sido un gran desconocido hasta hace unos pocos años, y es que en nuestro país, hasta el momento en que ECC Ediciones comenzó a traer algunas de sus obras, solo se había publicado Lady Snowblood, en la que dibujaba los guiones de KOIKE Kazuo.

A pesar de haber visto truncada su vida a la temprana edad de 45 años, Kamimura fue un autor muy prolífico durante el tiempo que se prolongó su corta trayectoria profesional, y sus trabajos, de una apabullante calidad, le sirvieron para que esté considerado como uno de los autores más importantes de la historia del manga. A lo largo de su obra da muestra de sus principales inquietudes, ya que todas muestran la complejidad de las relaciones humanas, las vergüenzas de la cultura japonesa, la lucha de las mujeres por abrirse paso en contextos de opresión, la perspectiva psicológica de los seres humanos o la imposición de las normas establecidas por la tradición en la rígida sociedad nipona, poniendo tabúes sobre la mesa, como la convivencia de parejas sin estar casados o la crítica situación y el bajo estatus social de las mujeres divorciadas.

El club del divorcio es un local regentado por Yûko, una joven de 25 años y madre de una niña pequeña, que tras su divorcio se esfuerza por ganarse la vida como puede. Consciente de su situación, en una sociedad que estigmatizaba a las mujeres divorciadas, no se amilana ante las dificultades y abre este negocio, donde ofrece una salida a otras mujeres en su misma situación a la vez que les da la oportunidad de formar parte de una familia, mientras trabajan dando compañía a los hombres que acuden a ellas para cubrir sus necesidades de relacionarse con mujeres, como el propio autor había experimentado. Conviene aclarar que estas mujeres no eran prostitutas, sino que se limitaban a dar compañía a sus clientes y solo se acostaban con ellos si ambos lo deseaban.

Ken, el joven barman del local, desempeña un papel importante en la vida de Yûko, ya que representa a un ideal de hombre moderno y un nuevo interés romántico para una mujer que todavía no ha conseguido dejar atrás sus sentimientos por su ex-marido ni la amargura que le supuso esa relación. Precisamente, también veremos desfilar por el club a su antigua pareja, un hombre al que la adicción a la mala vida y el derroche de su talento lo llevaron a sacrificar su matrimonio y malvivir gracias a un trabajo de pianista en un cabaret, que muestra un sentimiento de culpabilidad y un deseo de aferrarse al pasado y a la familia perdida para mitigar el miedo que siente ante su nueva realidad.

Durante toda la obra acecha el estigma de la mujer divorciada en la sociedad japonesa de la época, ilustrando las penurias que sufrían aquellas que se veían abocadas a esta situación. A pesar de los intentos de la protagonista por sobreponerse a todas las dificultades de su nueva vida y los prejuicios de quienes la juzgan por su condición civil, se ve abofeteada en repetidas ocasiones por la dependencia del marido ante la sociedad, que las mujeres se veían obligadas a aceptar sin cuestionar. Kamimura enriquece su discurso con argumentos incontestables, acudiendo a estadísticas como la cuantía de la compensación mensual de los maridos a las esposas, o los porcentajes de intención de las mujeres divorciadas de volver a casarse, aportando evidencias de la terrible posición social que estas ocupan y de las numerosas dificultades que debían superar para poder tener una vida digna.

Otro aspecto delicado que queda reflejado en la historia es la maternidad de la protagonista, quien ante la imposibilidad de conciliación laboral con la vida familiar, se ve obligada a dejar a su hija al cuidado de su madre, debilitando su vínculo y debiendo soportar los reproches de su propia madre por su estilo de vida y el abandono de su hija.

Kamimura exhibe sus incontables habilidades como historietista gracias a una fluida agilidad narrativa, la sobriedad y elegancia con la que plantea las injusticias a las que debían hacer frente las mujeres en esta situación y la capacidad de abordar en profundidad la psicología femenina, escarbando en la tristeza de su protagonista y en su fortaleza para abrirse paso en un mundo que la rechaza. Además, establece estrechas conexiones con la cultura japonesa gracias al uso certero de canciones, poemas y otros escritos relacionados con el trasfondo social de la historia.

El dibujo de Kamimura se caracteriza por su elegante trazo, la belleza de sus personajes femeninos y una gran sensibilidad y elegancia, plasmando multitud de emociones con simples gestos, miradas o silencios. Se revela como un gran dominador del lenguaje corporal, lo que le permite reflejar gráficamente un amplio abanico de emociones o la tensión sexual entre unos personajes de estilizada figura. También recurre hábilmente a elegantes simbolismos que sirven de apoyo a las ideas que desea transmitir en cada capítulo, como la ocasión en que Yûko pide a Ken ayuda para que le desate el obi (trozo de tela que sujeta el kimono), en representación de la asfixiante opresión que aún siente y la liberación que está experimentando, o cuando se suelta el pelo ante su contable, en un gesto de deseo sexual.

Todas las virtudes de las que el autor hace gala a lo largo de la obra le sirvieron para ser galardonado de forma póstuma con el Premio del Patrimonio del Festival Internacional de la Bande Dessinée de Angoulême en su edición del año 2017, confirmando así un merecido reconocimiento del que no ha disfrutado más allá de las fronteras de su país hasta la última década.

Los dos tomos que componen El club del divorcio fueron publicados por ECC Ediciones en noviembre de 2017 y enero de 2018. Tras agotarse dicha edición, los publicaron de nuevo en marzo y junio de 2019, en dos volúmenes con encuadernación flexibook y sobrecubierta, que es la que actualmente se puede encontrar en el mercado. Como el resto de títulos del sensei Kamimura, su tamaño es el A5 (150×210 mm), a un precio de 25,00 euros cada uno. Se trata de una buena edición, ya que su tamaño permite apreciar su elegante dibujo y disfrutar de esta gran historia, además de que cuenta con unas agradecidas notas de traducción, que permiten conocer mejor las diferentes referencias culturales utilizadas por el autor.

Edición original: Futabasha Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: KAMIMURA Kazuo Dibujo: KAMIMURA Kazuo Formato:Flexibook con sobrecubierta. 504 páginas Precio: 25,00€ Parece mentira que con la buena salud de la que goza el manga en España en los últimos tiempos, aún haya autores seminales de los que apenas hemos podido…

VALORACIÓN GLOBAL

Guión - 9.8
Dibujo - 9.4
Interés - 9.8

9.7

Imprescindible

El club del divorcio es un manga de enorme calidad, que gracias a su narrativa cinematográfica, la complejidad de sus personajes, la elegancia de su autor para denunciar la injusticia y la importancia de su discurso social se constituye como un clásico atemporal.

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Fer García
Abandoné la Logia Negra y llegué a la ciudad de Málaga en 1984. Mis primeras lecturas fueron los clásicos francobelgas y los cómics de un ratón y unos patos que, años más tarde, gobernarían un vasto imperio. Devoré tiras de prensa, hasta que un niño con cola de mono apareció en mi televisor buscando unas bolas mágicas y el manga me atrapó. Pasé años en blanco y negro, pero los superhéroes llenaron mi vida de mallas y capas de colores. Sobreviví a la Era Hiboria en compañía de un bárbaro y su espada salvaje. A finales de los 90 sentí vértigo, el arenero me llevó al mundo de los sueños y caí en los oscuros abismos del underground. Viajé en el tiempo a través de la banda de Moebius, desde el salvaje Oeste al Largo Mañana. Un mago de Northampton me contó grandes historias y su hijo calvo me dio setas alucinógenas. En Italia probé el fumetto y un marinero maltés me llevó hasta la Pampa argentina, donde tuve mi último recreo antes de conocer al hombre eterno. He estado en Camelot en los días del Rey Arturo, en el planeta Mongo y en las letras del Oceáno Atlántico. En mis aventuras siempre estuve acompañado por un asombroso grupo de profesionales españoles. Los escritos del maestro Eisner me revelaron los secretos de un nuevo lenguaje y ahora solo veo el mundo en viñetas... Cómic camina conmigo.
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