29 Manga Barcelona – Escribir Boys Love en Catalunya

Una reflexión sobre el Boys Love (BL) de proximidad en Catalunya con Gemma Minguillón, Josep Rodríguez y Marina Golondrina

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Las claves de un buen Boys Love

Si bien el Boys Love (BL) siempre nos ha llegado de Japón, con mangas encantadores como Given (Milky Way), Metamorfosis BL (Ediciones Fujur) —pese a que no es un BL al uso, sino que es una excusa para la trama— o ¡No te rindas, Nakamura! (Milky Way), también tenemos nuestros particulares romances de proximidad. La 29a edición del Manga Barcelona dio la oportunidad para hacer debate, uno que pretende normalizar al colectivo en las historias románticas. Los autores Josep Rodríguez, Gemma Minguillón y Marina Golondrina llenaron la Sala Manga Academy para reflexionar sobre sus libros, cuestionar el modelo actual y, porque no decirlo, fangirlear un poco, que nunca viene mal.

De izquierda a derecha: Iker Mons, Marina Golondrina, Gemma Minguillón y Josep Rodríguez. Fotografía de Clara González.

“Hice un curso de literatura catalana LGTBI y resultó que todas las historias que tenían un romance entre dos chicos acababan inexorablemente mal, ya sea por ruptura, muerte o contraer el sida”, señala Josep Rodríguez. Escribió Mientras duren las velas (Mentre durin les espelmes, en catalán) con Voliana Edicions precisamente para reivindicar una historia de amor en positivo.

Este romance plantea una relación de lo más peculiar entre dos muchachos, que se conocen fortuitamente en el cementerio. Amor a primera vista. Pero claro, hay un pequeño problema, uno de ellos es un fantasma. “Con ello pude extraer el conflicto de la relación”, matiza Rodríguez. El éxito del primero fue abrumador, llegó a ser el autor más leído de la editorial, así como el más reeditado. Mientras el cielo no nos reclame (Mentre el cel no ens reclami, editado en catalán también por Voliana Edicions) llegó un año después con una trama algo más fantástica y menos romántica, pero que exploraba las diferentes maneras de romance, todas ellas válidas.

Gemma Minguillón, autora de Te querré hasta que me muera (T’estimare fins que em mori, en catalán), explicó que lo más importante era dar un golpe de efecto al lector. Para ello, lo sitúa en urgencias con un protagonista que recuerda todos los errores que ha cometido hasta el accidente. “No tenía ni idea de que era el Boys Love, me enteré después”, confiesa Minguillón. “Yo solo decidí hacer una historia de amor en que lo importante no fuera el género de las personas que la protagonizaban, sino la historia en sí”, concluye.

Los tres protagonistas del libro, de izquierda a derecha, Hanú. Tiza y Calíope. Marina Golondrina

En Camino de Tiza sucede algo particular. No es una historia de romance. Sin embargo, sí es una historia de amor. Marina Golondrina quiso experimentar en su trama de fantasía con un protagonista que no ha conocido emoción alguna. Tiza es un homúnculo, un ser creado por un alquimista, que sirve para motivos académicos o investigaciones éticamente dudosas.

Tiza aprende a vivir, más que a servir, gracias a un grupo selecto de personas, de quienes descubre el amor en todas sus vertientes. “Es un proceso de autorreflexión. En realidad, el tropo de Camino de Tiza más que el romance es la familia encontrada. Y una de las cosas muy importantes que le pasa a Tiza es que existen distintos tipos de afectos”, explica la autora.

El fenómeno fantástico

El romantasy se ha convertido en la mejor herramienta de algunos escritores de romance, ya que en un contexto inventando y alejado de la realidad se puede incluir aquello que más convenga sin que se cuestione. Como en la divertida serie Nuestra bandera significa muerte, sobre piratas gais. ¿En serio nadie se ha cuestionado que hombres fornidos y musculosos, completamente solos y aislados del mundo en alta mar, no follarían? Pues eso.

Los tres protagonistas del libro, de izquierda a derecha, Hanú. Tiza y Calíope. Autora del dibujo: Marina Golondrina

En el ámbito literario, el romantasy a menudo se encuentra en novelas que incorporan elementos de fantasía, como magia, mundos alternativos, criaturas míticas o realismo mágico, mientras a su vez exploran relaciones amorosas como elemento central de la trama. “La fantasía te permite incluir personajes no binarios, de género fluido, transexuales o del colectivo en general, con mayor facilidad. Puedes escribir BL con más libertad”, puntualiza Rodríguez. Este género permite a los autores combinar la intensidad emocional del romance con la maravilla y la imaginación de la fantasía. “A la práctica, nos permite colarle a los editores aspectos que en la literatura realista no lo aceptarían”, ironiza.

“Me encanta imaginar mundos. La fantasía es un espacio para la alteridad”, reflexiona Golondrina. Sin embargo, aún hay mucho camino por hacer. Si bien es cierto que los romances entre chicos cada vez son más frecuentes, falta ver más diversidad de etnias o de cuerpos. “Un amigo mío estuvo a punto de publicar su obra, Parcialmente nublado, pero la editorial le pidió que el protagonista debía ser delgado”, critica la escritora. “Los editores necesitan que los libros sean comerciales. Y lo que entienden por comercial es estereotipado. Así funciona el mundo editorial”, sentencia Minguillón.

Quien es quien

GEMMA MINGUILLÓN, también nacida en Barcelona, es autora de novela negra e histórica, pero también de romance. Ha escrito teatro, con La casa de l’àncora o El crimen de la ouija, y ha dirigido un programa de radio, llamado Un café en la plaza, de contenido cultural. Es profesora de talleres literarios de escritura creativa. Actualmente, pública policíaca con Click Ediciones, del Grupo Planeta. Pero para este artículo la conoceremos mejor con su particular Boys Love (BL): T’estimaré fins que em mori.

MARINA GOLONDRINA es chilena, pero hace años que vive en Barcelona. Se licenció en ilustración, pero también estudió Literatura en la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, hace videos de divulgación y crítica narrativa en YouTube y Twitch, donde pretende explorar y analizar autores y obras, como Mo Dao Shi o Given. Sus inicios a la escritura están a Wadpatt, donde ha mostrado la incompleta obra Camino de Tiza. Incompleta porque saldrá publicada el año que viene con una editorial, cuyo nombre aún no se puede conocer.

JOSEP RODRÍGUEZ I FERRER nació en Barcelona en 1982. Se licenció en Filología Catalana y Filología Románica y, actualmente, es profesor de catalán en secundaria. Pero sobre todo es un amante del género fantástico, del manga y de la cultura japonesa (y en general todo el mundo asiático), siempre muy presentes a sus obras. También es un experto del haiku, puesto que debutó como autor con un poemario en 2018. Pero principalmente es conocido por sus dos novelas: Mentre durin les espelmes y Mentre el cel no ens reclami.

Portada de Mentre el cel no ens separi, un Boys Love entre un fantasma i un chico

Portada de Mentre durin les espelmes, un Boys Love entre un fantasma i un chico

Portada de Camino de Tiza, donde se ve a los tres protagonistas

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