La Otra América: Richard Corben

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EL NARRADOR APASIONADO

Sobre Richard Corben (Missouri, 1940) se pueden decir muchas cosas, pero tal vez la que lo resuma todo es que… es único. Gran parte de los dibujantes actuales han aprendido a dibujar copiando dibujos, lo que genera un estancamiento en fórmulas reconocidas y una perpetuación de imposturas y errores adquiridos. Corben, gran admirador de Miguel Ángel o Leonardo da Vinci, es consciente de la importancia no sólo del aprendizaje del dibujo al natural, sino de la riqueza que supone ser un autor multidisciplinar. Sus incursiones en el cine suponen nuevos descubrimientos y aportaciones a su técnica narrativa, sus esculturas son otro modo de aprehender la tridimensionalidad del mundo real para después poder traspasarla fielmente a las dos dimensiones del papel. Porque Corben puede admirar a muchos autores, desde Will Eisner a Frank Frazetta, Víctor de la Fuente, Wally Wood, Alex Toth o Carlos Giménez, pero no se parece a ninguno de ellos. De igual modo, muchos de sus coetáneos que se manifiestan admiradores de su obra, como Simon Bisley, Tanino Liberatore, Moebius o (de nuevo) Frank Miller, poco tienen mucho que ver con Corben. Puede que Liberatore aprendiese de los volúmenes de Corben, o que Miller adoptase algo de su narrativa efectista y voluptuosa, pero desde luego, son otra cosa. Tal vez sea Robert Crumb, otro de sus admiradores, quien más se acerque gráficamente en algunas de sus historias al bueno de Rich, con esa extraña mezcla marca de la casa (de ambos) de caricatura y exageración con acabado realista y volumétrico. Corben tiene pues, un estilo propio y definido. Es imposible ver una página de cómic y no reconocer su trazo o sus argucias narrativas, que funcionan tan bien que repite a menudo sin que pierdan eficacia. Sin duda Corben debe mucho al The Spirit de Eisner en sus historias más cinematográficas, aquellas en las que se desarrollan recursos del cine como los primerísimos planos, los travelling, picados o contrapicados o la cámara lenta.

A nivel puramente de dibujo, hay una serie de características que definen a Corben, como puede ser el modo en que se mueven sus personajes o, a pesar de un impresionante dominio anatómico, la negativa a renunciar a la caricatura que le permite el medio del cómic para potenciar determinados rasgos, herencia de otros de sus ídolos del cómic como Harvey Kurtzman o EC Segar. Por supuesto, podríamos hablar de su dominio del color o de la técnica de overlays (confundida a menudo en su día con el uso de aerógrafo) que prácticamente inventó él y que utilizó durante mucho tiempo, una técnica que requería de una visión del color que muy pocos tienen. Resumiendo, se podría decir que Corben realizaba en su estudio la labor inversa a la del impresor: componía varios acetatos con distintas gamas de colores que al superponerse daban como resultado el color final. De este modo tenía la seguridad de que sus colores se imprimirían tal como él los había ideado, pero por otra parte resultaba una práctica tediosa y agotadora. Pero durante mucho tiempo esto no fue problema para Corben, un autor cuyo nivel de producción es elevado y que da la sensación de que nunca ha tenido miedo al trabajo duro para obtener resultados satisfactorios. Otra de sus características identificativas es el uso de esos escorzos imposibles a lo Neal Adams, esas viñetas con el punto de vista a ras de suelo o desde puntos inverosímiles o el gusto por resaltar efectos de iluminación extremos, bien mediante la trama manual o las masas de negro compactas, más habituales a medida que pasa el tiempo.

A DOS METROS BAJO TIERRA

A lo largo de su carrera, como muchos de los grandes (volvemos a mencionar aquí a Moebius, Eisner, Miller…) Corben ha tenido que o ha querido reinventarse varias veces. De 1968 a 1972 publica sus historias en distintos fanzines underground, florecientes por aquel entonces, mientras trabaja en una empresa de animación. Muchos ejemplos del trabajo de aquella época se han publicado en España, y la mayoría de ellos fueron recogidos por Toutain en distintos tomos de la Obras Completas del autor. Tras un trazo grueso y algunas incongruencias anatómicas que le acompañarían a lo largo de toda su carrera, Corben explora sus temas favoritos: terror, fantasía y ciencia-ficción, con una gran influencia tanto de los cómics EC de los años ’50 como de la literatura de la misma época. Aunque Corben nunca forma parte del underground más “clásico”, es decir, aquel que hace apología de las drogas o el amor libre, sí que muestra una vena antirreligiosa y antisistema, y tampoco falta el alegato antibélico en una de sus historias más celebradas de la época, Rowlf, una subversión de los cuentos clásicos donde ya están presentes muchas de las cualidades (y alguno de los defectos) del Corben futuro e incluso algunas que después casi abandona, como el simbolismo o la parodia. Rowlf se edita primero serializado en un fanzine, en blanco y negro, y posteriormente se reedita como monografía, resultando un éxito de ventas. Nada mal para una historia donde la mayoría de los diálogos son en un idioma inventado.

Ya en aquella época Corben da muestras de su gusto por HP Lovecraft y su círculo adaptando Las ratas de las paredes, y crea los personajes y el escenario de lo que después será Den III: Hijos del Fuego en la historia corta Un Demonio Sentimental. Su héroe genérico de mandíbula cuadrada, su heroína/damisela desvalida de grandes pechos, ojos y caderas y su viejo brujo repelente ya pululan por muchas de sus historias. En realidad, Corben acostumbrará a reutilizar personajes, situaciones, escenarios e incluso reelaborar guiones y dibujos a lo largo de toda su carrera. Sin embargo, algunas de las mejores historias son aquellas en las que estos arquetipos no aparecen: El Amor del Cojo Lem, La Casa de Harvey el Horrible o CidOpey, su primera historia a color que además representa, por su alegato anti-drogas, un nadar contra corriente respecto a lo que se puede leer en otras revistas underground de la época.

AFILANDO LA HERRAMIENTA

Su entrada en las publicaciones de James Warren en 1972 marca el segundo de sus ciclos. Prácticamente por imposición editorial, las historias continúan la senda de los cómics de horror de los años ’50, pero Corben, que ya se dedica a tiempo completo al noveno arte, tiene la posibilidad de experimentar con el color, amén de entrar contacto con los entresijos del mundo editorial y con varios guionistas profesionales. Lo primero le sirve para revivir su propia editorial, Fantagor Press, tras el descalabro inicial en 1970. Desgraciadamente, por una u otra razón, Fantagor Press nunca llegaría a dar los frutos que podrían esperarse del talento de su propietario y autor principal. Lo segundo le sirve para entablar relaciones duraderas con guionistas como Richard Margopoulos o Bruce Jones, que después darían lugar a interesante colaboraciones. A lo largo de toda esta etapa, Corben produce sobre todo historias cortas, entre las que destacan algunas adaptaciones de cuentos de Edgar Allan Poe como El Cuervo, La Sombra y El Retrato Ovalado o las historias realizadas junto a Bruce Jones como Profundo y Una y Otra Vez, Por Siempre Jamás y Dentro de Ti sin Ti, trilogía que sería el germen de Rip in Time años más tarde. Gracias a algunos de estos trabajos, Corben se convierte en el dibujante favorito de los lectores de las publicaciones Warren.

A lo largo de toda esta etapa, Corben sólo produce una obra larga, que además será probablemente su obra maestra: Bloodstar.

La idea de adaptar El Valle del Gusano, relato de Robert E Howard, parte de Gil Kane, que ha fundado una nueva editorial, Morning Star Press, en la que pretende editar obras dirigidas a un público “más adulto”. John Jakes adapta el relato para Corben, eliminando las referencias racistas, y Corben aprovecha la oportunidad que le ofrecen el tema heroico, tan querido por él, y la extensión de la historia, la mayor a la que se ha enfrentado hasta entonces, para retratar a algunos de sus personajes no más complejos, pero sí mejor caracterizados, alternando las escenas de lucha, caza, aventura, con otras costumbristas en las que asistimos al refuerzo de los lazos de amor y amistad, a la aparición del odio o al retrato del honor y la nobleza. Como narrador, Corben despliega todos sus recursos: los primeros planos expresivos, la secuencia ralentizada en escenas de acción, la distribución de los elementos en la viñeta que refuerza y complementa el sentido del (abundante) texto, la composición de página jugando con el ritmo y forma de las viñetas para acelerar la acción o crear una sensación de confusión o simultaneidad, el espacio negativo de la página con amplias zonas en blanco, la utilización del encuadre y de los fondos… Todos estos elementos estarán presentes en sus siguientes obras largas, pero a diferencia de muchas de estas, Bloodstar se beneficia de un guión sólido y bien estructurado que entronca con el ideal del héroe, la nobleza y el sacrificio. El simple hecho de que el relato principal sea un meta-relato, un cuento narrado dentro del cómic que tenemos entre manos, lo dota de una verosimilitud mayor, como haciendo olvidar al lector que lo que tiene ante sus ojos es un cómic y trasladándolo a la tradición del relato épico oral.

Varios pasajes son inolvidables: la lucha de Bloodstar contra el tigre de dientes de sable para salvar a Helva, la prueba de los Dientes de Ymir y, por supuesto, ese climax final que enfrenta al héroe con el monstruo, enfrentamiento que le lleva a uno de los momentos más emotivos que se han leído en cualquiera de los cómics de Corben, sin el menor rastro de cursilería.

Bloodstar se publica por vez primera en blanco y negro en una lujosa edición limitadísima por Morning Star Press en 1976, y es reeditada en 1979 por Ariel con pasajes reescritos por John Pocsik. Más tarde sería coloreado utilizando la técnica de overlay de Corben por Herb y Diana Arnold, que no obtienen unos resultados muy reseñables y en gran medida desmerecen el trabajo de Corben en blanco y negro (y una infinita gama de grises). En España Bloodstar puede leerse en blanco y negro en la revista Creepy (nº 8 a 13) o en color en la edición en álbum de Toutain.

EL MONSTRUO DESENCADENADO

Y llegamos a la tercera etapa de Corben, tal vez la más conocida. En 1978 entra en contacto con Jean-Pierre Dionnet, uno de los fundadores y editores de la revista francesa Metal Hurlant, que le ofrece libertad creativa total y por supuesto conservar los derechos de sus páginas, lo que no sucedía en Warren. Así pues, Corben comienza a publicar en la revista, recuperando a un personaje suyo muy querido nacido como proyecto de animación: Den. Posteriormente, la serie se publicaría también en Heavy Metal, la versión norteamericana de Metal Hurlant. En esta serie, Corben va depurando su estilo a los lápices y en el color, convirtiéndola en una extraña amalgama de técnicas para lograr, desde unas premisas gráficas puramente de cómic, una sensación de realismo en un mundo absolutamente irreal. Es poco más o menos por estas fechas cuando el avispado Josep Toutain reconoce el potencial de Corben como generador de universos propios (aunque beban del pulp y de los autores de terror y fantasía de principios de siglo), de un estilo que impacta al ojo y de un tratamiento del sexo muy apropiado para el boom del cómic “adulto” que comienza a florecer en España, y decide convertirlo en bandera de sus publicaciones. Durante toda la primera mitad de los años ’80, es difícil que pase un mes sin que se publique algo de Corben en España. Para muchos es el súmmum del noveno arte, y hay una auténtica legión de fans del autor fieles a muerte que todavía hoy glosan (glosamos) sus excelencias. En tan sólo 5 años, Corben produce obras tan emblemáticas como Den I: Neverwhere, Den II: Muvovum, Mundo Mutante, Jeremy Brood, Las Mil y Una Noches y Pilgor: The Bodyssey. Casi nada. Evidentemente, no todas tienen el mismo nivel. Si algo ha impedido que Corben goce hoy en día del reconocimiento como autor que merece son los guiones de sus historias.

Den da la sensación de ser un vagar sin rumbo, con un mínimo argumento que sirve para hilar escenas de heroísmo, sexo y acción y dar carta blanca a la imaginación del autor en el diseño de escenarios y personajes y la experimentación gráfica. Y gráficamente impacta, mucho, pero tomados en su conjunto estos dos Den son poco menos que… una paja mental. El tratamiento explícito del sexo y la ausencia de una historia que realmente atrape al lector propica que éste se quede en la superficie, alabando la desinhibición de Corben, su dominio (y exageración) de la figura humana y los innumerables experimentos con texturas y colores (mejor resueltos en la segunda parte). Realmente, no hay mucho más que rascar, a menos que de nuevo nos centremos en aspectos secuenciales de la narración en viñetas. Nos atrevemos a suponer que a día de hoy es difícil leerse completo un Den, y sin embargo es imposible no sentir admiración por la forma en que Corben planifica algunas secuencias o el dinamismo que imprime a sus personajes.

Bastante más logrado resulta Las Mil y Una Noches, posiblemente debido a la presencia del guionista Jan Strnad, amigo de la infancia de Corben. Publicado originalmente por entregas en Heavy Metal, de nuevo asistimos al relato dentro del relato (no será la última vez) en un cuento oriental narrado por un Simbad crepuscular que permitirá a Corben dibujar monstruos y escenas sobrenaturales pero encuadradas en un mundo real y reconocible. Como en el caso de Bloodstar, una aventura en toda regla con un argumento mucho más definido y elaborado que Den, y sin los excesos experimentales de éste sin renunciar a los hallazgos narrativos y gráficos más clásicos y efectivos. Impresionantes el trabajo de ambientación, la cualidad voluptuosa y erótica de sus féminas y la representación de genios, ogros y ejércitos de muertos vivientes.

Jeremy Brood es el intento de Corben de retomar algunos de sus temas clásicos desde su revivida editorial Fantagor Press, en colaboración de nuevo con Strnad. Como en el caso de Den, el héroe llega a un mundo extraño para él en el que se convierte en catalizador de una lucha contra los poderes establecidos, que en este caso ejercen la represión a través de la religión. Al menos hasta la mitad de la historia, la narración de Strnad es, aunque simple y previsible, efectiva, y el dibujo de Corben acompaña a la perfección. Los escenarios gozan de un acabado modélico y aunque el estilo es relativamente distinto, el estilo del dibujante muestra la misma consistencia que Las Mil y Una Noches y el color se nutre de lo mejor de Den. El problema es que debido a problemas editoriales, los autores deben concluir una historia que debería haber ocupado dos tomos más, en 15 páginas. El apresuradísimo final hace mella en el cómic y se convierte en un intento fallido, una auténtica lástima, porque esta sería podría haber sido lo que no fue Den en términos de coherencia argumental.

Mundo Mutante, otra vez con Stnad y realizado para Warren, sigue siendo a día de hoy una de las obras de Corben favoritas para los lectores. El protagonista, noble e idiota, ha de lidiar con diversas situaciones comprometidas a lo largo de las páginas de la historia, que aunque en principio fue concebida como una sucesión capítulos independientes, se acaba adaptando al formato de historia larga. De nuevo un futuro post-apocalíptico permite a los autores mostrar las más extrañas criaturas y hacer nacer el horror del lugar más insospechado. La personalidad de Dimento, el protagonista, consigue que el lector empatice con sus desgracias y merced a ello logra mantener el interés a lo largo de una historia no excesivamente brillante. Corben, que ya ha alcanzado su madurez artística y es capaz de sacarse de la manga mil recursos, borda de nuevo la ambientación y destaca por el uso del color no ya como elemento gráfico, sino como artefacto narrativo.

Cierra el quinteto de obras clásicas de esta época Pilgor, The Bodyssey, una gamberrada que nace, curiosamente, de las ilustraciones de un portafolio anterior de Corben que Simon Revelstroke utiliza como base para realizar una parodia del héroe y la aventura clásica por antonomasia, La Odisea. No falta tampoco la ridiculización del sexo, como si Corben quisiera reírse de algunas de sus anteriores obras, o de la percepción del público de ellas. La falta de pretensiones y el humor descacharrante convierten paradójicamente a esta obra menor en una lectura muy recomendable, donde se recupera el sabor del Corben paródico de la época underground con el añadido de todo el oficio adquirido con los años. Además, los afortunados lectores españoles pudimos disfrutar en la revista 1984 de la historia corta Pilgor The Plunderer, inédita en Estados Unidos, y es que Toutain fue mucho Toutain, para lo bueno y para lo malo. Además de contar casi con el monopolio de Corben en España, el editor catalán editó o reeditó en Estados Unidos a través de Catalan Communications gran cantidad de material del autor. Desgraciadamente, Corben acabó bastante quemado.

Aunque por su extensión estas puedan parecer las obras más importantes de Corben de esta época, no podemos olvidar una historia de longitud intermedia (28 páginas) donde el autor da lo mejor de sí mismo y que publica Pacific: La Caída de la Casa Usher, adaptación del relato de Edgar Allan Poe del mismo título. Corben realiza un excelente trabajo de línea que en cierto modo contrasta negativamente (o al menos genera cierta extrañeza) con los colores aplicados por, de nuevo, Herb y Diana Arnold. No importa. Los soberbios efectos narrativos son más que suficientes para arrastrar al lector al mundo de Poe y para generar la inquietud y la incertidumbre en el lector en un ambiente claustrofóbico y enfermizo.

LIBERTAD SIN LIBERTINAJE

A partir de 1986 arranca otra de las etapas de Corben, que lejos de amedrentarse por pasados fracasos, decide centrarse en la autopublicación. Dos de las primeras obras de esta etapa, ambas en blanco y negro, se encuentran entre lo mejor de la producción del autor. Como hemos comentado anteriormente, Corben retoma un viejo argumento junto a Bruces Jones y pergeña Rip, Tiempo Atrás para la nueva época de Fantagor Press. Viajes en el tiempo, una estructura de thriller y persecución, dinosaurios, trampas mortales, aventura y más dinosaurios. De nuevo, Corben se luce en esos paisajes repletos de frondosa vegetación que tan bien sabe dibujar (o sugerir), y nos recuerda que no necesita el color para crear la sensación de tridimensionalidad, con sus magistrales gradaciones de grises. Interesantes escenas de transición, simplificación de los elementos en la viñeta y acertadas composiciones de página acaban de redondear su trabajo narrativo. Sin más pretensión que el entretenimiento y adoptando una forma de autocensura sexual que mantendría durante bastantes años para evitar problemas de distribución, Jones y Corben tratan de ofrecer un producto de factura clásica para el público general y lo consiguen.

La otra obra a la que nos referimos es Vic & Blood, con guiones de Harlan Ellison, que expande aquí las aventuras dos de sus personajes literarios más celebrados, un muchacho (Vic) y su perro telépata (Blood). Futuro postapocalíptico de nuevo, probablemente con el regusto más negro y pesimista de cualquiera que se haya visto antes en un cómic de Corben. El cómic se compone de tres historias, una corta a modo de prólogo, una más larga con el peso del relato principal, y otra historia corta final que sirve de epílogo demoledor. Corben opta en esta ocasión por prescindir de los grises y confiar en la trama manual, lo que supone una revisión de su estilo underground en blanco y negro tas una larga temporada experimentando con el color. Prescinde también de detalles superfluos y cobran protagonismo las masas de negro para acabar su dibujo (salvo, muy apropiadamente, en la “ciudad idílica” bajo tierra), lo que concuerda a la perfección con el tono sombrío de la obra. Corben hace incluso una tercera concesión y prácticamente rehuye sus habituales escorzos y enfoques desde posiciones estrafalarias, narrando de un modo más clásico y dejando que sea la propia historia y no el dibujo la que llame la atención. Lo que comienza pareciendo un tebeo de aventura y ciencia ficción, acaba convirtiéndose en la mejor historia de amor que ha firmado Corben, amor a tres bandas con consecuencias nefastas para todos los implicados. Los pequeños detalles que Ellison introduce en los diálogos y situaciones refuerzan la verosimilitud de las relaciones entre personajes como en pocas obras del dibujante (donde se suele confiar en el arquetipo) haciendo que el final de historia principal sea espeluznate… aunque comparado con la historia de 13 páginas que cierra el cómic podría parecer un cuento de hadas. Es este último relato donde Corben y Ellison condensan horror, fantasía, ciencia-ficción, acción y psicología el que da el mazazo definitivo al lector y lo sume en la más profunda depresión, convirtiendo Vic & Blood en un tebeo redondo. La edición española de Toutain en dos cuadernillos en blanco y negro es muy superior a la de Norma en tomo y en color.

En 1987 Corben retoma algunos de sus personajes y crea uno de sus cómics más olvidables, Hijos del Fuego, que complementa realizando a posteriori una pirueta narrativa con algunas historias cortas que lo relacionan con el universo de Den y le permiten calificar la obra completa como Den III. Una anécdota argumental sin mucho interés estirada sin ninguna gracia que sin embargo depara algún que otro buen momento: al fin y al cabo estamos hablando de Corben.

Y en 1988 vuelve Den en una serie de 10 comic-books editados por Fantagor Press, ahora con colores más planos, sin desnudos o sexo explícito, una mayor presencia de la línea y explorando esa nueva vía del negro como elemento funcional en la viñeta. Simon Revelstroke hecha una mano en la escritura de los textos pero, en general, el lenguaje peca de engolado y excesivo, tal vez tratando de emular el estilo Lovecraft, y la lectura es farragosa. Esta serie se divide en dos arcos que después darán lugar a dos tomos: Den IV: Sueños y Den V: Elementos. Recordamos el rechazo por parte del público que sufrió en España la serialización de la primera saga Zona 84. Que si Corben ya no “se lo curraba” como antes, que si ya no había sexo, que sí era inconcebible un Den gordo… Probablemente esto último es lo más interesante de la saga. No el simple hecho de que Den se convierta en una bola de grasa, sino el camino de reencuentro consigo mismo para volver a su estado original. De todas formas, aunque hay momentos interesantes, la historia se hace tan dura de leer como los dos primeros Den. Prácticamente lo mismo se puede decir de Den V, donde Corben ata algunos cabos y recupera a algunos personajes pero que no acaba de cuajar. En los últimos números de la cabecera, se publican las historias mencionadas que sirven de complemento a Hijos del Fuego.

La primera mitad de los años ’90 llega marcada por más de un desastre editorial para Corben como editor de comic-books: Hijos del Mundo Mutante (continuación, evidentemente, de Mundo Mutante), de nuevo con Strnad, Horror in the Dark, serie de historias cortas de terror junto a Rich Margopoulos, que queda inconclusa, y From the Pit, que dura incluso menos que la anterior y supone el fin de Fantagor Press. Ningua de estas obras es especialmente reseñable, y algunos experimentos con el ordenador no están tan bien resueltos como sería deseable. En cualquier caso, las historias muestran el oficio de un gran autor que no quiere estancarse. También de esta época, aproximadamente, datan Den Saga y DenZ, que como aún no hemos terminado de leer preferimos no entrar a valorar.

UN ZORRO EN EL GALLINERO

La segunda mitad la década de los ’90 es una de las épocas menos prolíficas del Corben historietista, pero se van sentando las bases para su retorno al mundo del cómic por la puerta grande en la que será su etapa actual, con diversas colaboraciones con editoriales mainstream, empezando en 1996 con una historia corta para Batman: Black & White a la que seguirían otras historias cortas y portadas para DC. En 1997 Corben realiza su primera historia larga mainstream: Aliens: Alchemy, miniserie de tres números con John Arcudi al guión para Dark Horse. Por menor que pueda parecer este trabajo, no desmerece en absoluto de anteriores trabajos de Corben en lo que a su aportación se refiere. Arcudi firma un guión sencillo y bastante tópico, pero es capaz de ir dosificando la información de tal forma que el suspense se mantiene casi hasta el final. Si a esto sumamos que la temática mezcla algunas de las constantes de Corben (ciencia-ficción, religión, terror, mujeres con carácter), es todo un caramelo para el dibujante, que se esfuerza por expresar el horror que se supone debe generar una historia de Aliens. Y lo consigue, vaya que sí.

También para DC Corben dibuja en 2000 una saga de la serie Hellblazer titulada Tiempos Difíciles con guión de Brian Azzarello. Aunque en estos cinco números Corben se encuentra un poco alejado de su elemento natural, resuelve con mucha efectividad el relato carcelario de Azzarello, que mantiene el interés justo hasta poco antes del decepcionante final. En cualquier caso, Corben destaca en su recreación de un ambiente carcelario realmente amenazador y su representación de los tipos duros y repulsivos allí encerrados. El modo en que presenta los distintos encuentros de Constatine con sus enemigos presidiarios (es decir, prácticamente con toda la prisión) hace que la tensión se corte con un cuchillo en cada viñeta. En esta nueva etapa Corben no acostumbra a colorear sus trabajos, y recurre de nuevo a la trama manual, casi puntillista en ocasiones, para dotar de volumen a las figuras. A partir de ahora, está será una de sus señas caligráficas de identidad. También utiliza otra técnica que comenzó a explotar en Hijos del Mundo Mutante, como es la adecuación del tamaño de la viñeta a sus propios intereses narrativos, dejando la página surcada de calles de amplitud variable (principalmente las horizontales). De este modo, Corben consigue huir de la monotonía de las retículas más o menos regulares, logra crear ritmos muy interesantes y da a la página un aspecto más atractivo y dinámico.

Claro ejemplo de las técnicas anteriormente descritas es la gran obra que ya nadie esperaba que Corben regalase al mundo del cómic y que llegó de la mano de DC también en 2000: La Casa en el Confín de la Tierra. Con Simon Revelstroke respaldándole en el guión, Corben acomete un antiguo proyecto, la adaptación de la novela homónima de William Hope Hodgson en la que lo real se mezcla con lo irreal y la locura, donde la fantasía y el terror juegan papeles importantes y que sin duda entronca perfectamente con las anteriores adaptaciones de Corben de escritores como Edgar Allan Poe, Howard Phillips Lovecraft, Robert E. Howard o Clark Ashton Smith. Se trata del primer proyecto claramente personal de Corben en casi un lustro y se nota que el autor disfruta y se entrega sin concesiones en su ejecución.

De nuevo se repite el esquema de historia dentro de la historia de otras grandes obras (Bloodstar, Las Mil y Una Noches) y de nuevo hay un referente literario tras el guión. Corben hace gala de una consistencia gráfica digna de encomio si tenemos en cuenta el alto nivel de detalle y preciosismo que aplica a cada viñeta, pero, de nuevo, no es el acabado gráfico lo más importante de este cómic, sino el dominio de la técnica narrativa con la que se logra transmitir al lector la sensación de desorientación y esquizofrenia del protagonista. La extensión del relato sería excesiva si no fuese porque Corben logra en las escenas de acción una agilidad impresionante y porque algunos de los momentos de mayor tensión psicológica que se extienden a lo largo de varias páginas están resueltos con composiciones de página que reflejan un crescendo magistral, rompiendo las viñetas en múltiples formas y desequilibrando la armonía de la página con todo tipo de diagonales. Los encuadres anómalos brillan aquí en todo su esplendor, llegando a marear (intencionadamente) al lector, que en el último tercio del cómic se encuentra tan desorientado como el protagonista.La Casa en el Confín de la Tierra, independientemente de que resulte del gusto de todos los lectores por su dificultad literaria (nos referimos de nuevo a la utilización de un lenguaje heredero de épocas pasadas) y lo oscuro de su interpretación, en un auténtico manual de narrativa para nuevas generaciones.

Corben da el salto a Marvel en 2001 de nuevo acompañado por Azzarello en Banner!, una miniserie de cuatro números protagonizada por Hulk y su alter ego humano que, a nuestro entender, tiene poco de reseñable más allá del trabajo del dibujante. Estirada, obvia y a la vez pretenciosa, la historia que propone Azzarello no va más allá de “otra historia de Hulk”, aunque Corben se esfuerce en plasmar la ola de destrucción que acompaña habitualmente al coloso esmeralda y dé lugar a una de las interpretaciones del mismo más impresionantes que se recuerdan, donde cada página de acción desprende energía.

Misma editorial y mismo guionista para la miniserie Cage, una actualización del personaje clásico de Marvel, Powerman, que cuenta con acertado coloreado de José Villarrubia. Sin duda, la previa colaboración de guionista y dibujante en Hellblazer sirvió en cierto modo para capturar ese ambiente de gueto que se destila a la perfección en Cage y que tan poco común es en la trayectoria de Corben. El guión de Azzarello cuenta con el aliciente de capturar el lenguaje de la calle con acierto y de crear una historia de género negro alejada de los tópicos superheroicos, pero debe demasiado a Dashiel Hammett y su Cosecha Roja, convirtiéndose en una colección de tópicos bastante previsible. Corben vuelve a cumplir con nota.

Vuelta a DC y vuelta a representar el universo propio del autor en Solo, una recopilación de historias cortas bien de terror, bien de final sorprendente marca EC que en líneas generales resulta irregular pero que contiene una pequeña joyita: La Plaga. Quien no conozca a Corben, quiera conocerlo a través de trabajos más personales y no desee hacer el desembolso que supone adquirir alguna de sus obras clásicas, actualmente objeto de especulación, tiene en Solo una excusa perfecta. Además, el autor despliega en los distintos relatos distintos estilos y recursos, lo que sirve para hacerse una idea de la versatilidad de Corben.

Siguen a esta obra historias alternas para Marvel y DC. Punisher: The End, con Garth Ennis al guión, que no hemos leído, y tres números (dos consecutivos, uno aislado) de Swamp Thing, fill-ins en la serie cuyo dibujante principal es Enrique Breccia y que hacen desear que Corben se encargue de más números. Combinar monstruos, terror y vegetación es una gran idea cuando hablamos de Corben. Ya hablamos en otro lugar de Bigfoot junto a Steven Niles y Rob Zombie para IDW y de Hellboy: Makoma junto a Mike Mignola para Dark Horse, allí os remitimos para un comentario más amplio.

Y para ir terminando, recordar la nueva incursión de Corben en el universo de Edgar Allan Poe en 2006 con la ayuda de Richard Margopoulos en la excelente La Guarida del Horror: Edgar Allan Poe. Nos ahorramos aquí el comentario, que podéis leer en el enlace, pero no podemos dejar de señalar que cuando Corben hace lo que le gusta, se nota. No podemos decir nada de sus dos números de Ghost Rider en 2006 hasta que los leamos, ni del recientemente aparecido primer número (de tres) de la serie Haunt of Horror: Howard Phillips Lovecraft, aunque el adelanto visto en internet y la pasión de Corben por el universo del escritor hacen presagiar buenos resultados. Por último, comentar que Corben ya tiene en marcha una nueva miniserie de Hellboy y hace tiempo que completó un buen número de páginas de Conan para Dark Horse que pueden resultar una de las versiones gráficas del bárbaro más interesantes en muchos años, habida cuenta de la experiencia previa del autor en los universos de espada y brujería.

Si alguien ha logrado llegar hasta aquí y sigue interesado en conocer algo más sobre Corben, puede pasarse por estos enlaces donde se muestran algunas de sus obras de ilustración, por este otro donde se da cuenta de algunas curiosidades sobre su obra o por aquí para ver todas o casi todas sus portadas mainstream.

Alberto García Marcos (el tio berni)
www.entrecomics.com

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Alberthor
Alberthor
Lector
18 junio, 2008 12:34

impresionante artículo, aunque dada su extensión hubiese sido mejor haberlo dividido en dos partes para una lectura más amena (eso de leer textos largos en el pc cansa muchísimo). Mi enhorabuena a su autor.

Saludos!

Carlos
18 junio, 2008 12:50

Enhorabuena por el artículo, es magnífico. Como dice Alberthor, un poco largo, así que me lo guardo en favoritos para leerme la segunda mitad.

Alberto Morán Roa
18 junio, 2008 12:52

Me sumo a las felicitaciones. Magnífico artículo.

Y esperad a ver el que hay listo para esta tarde… 😉

José Torralba
18 junio, 2008 13:00

Un artículo excelente, impresionante… ¡qué repaso, dios mío!

Andrea Parissi
18 junio, 2008 13:09

Aplausos!!!

Vaya gustazo me he dado, amigo.

Andrea Parissi
18 junio, 2008 13:21

… pero si no recuerdo mal Vic&Blood fue publicada siempre por Norma, incluyendo los cuadernillos.

JackHawksmoor
JackHawksmoor
18 junio, 2008 13:23

Felicidades por el articulo. Nadie va a hacer lo que ha hecho Corben en el mundo del comic, ser tan bueno haciendo lo que le ha dado la gana. Uno de los mejores dibujantes de la historia!
Hay que leer Niño… y la historia de Perdido en el tiempo… y Punisher el fin con Ennis es otro estilo pero es buenisimo.

el tio berni
18 junio, 2008 13:54

Andrea, tienes razón, las dos ediciones de Vic & Blood son de Norma, me lié con tanto dato, y eso que tenía los tebeos delante.

Cabecilla
Lector
18 junio, 2008 16:05

Ya era hora de que le dedicarais un artículo a Corben, leñe.
Excelente artículo, por cierto.

Blade Runner
Blade Runner
Lector
18 junio, 2008 17:33

Ahora sólo falta que alguien se anime a editar/reeditar todo este material, porque en la mayoría de los casos lleva la leche de tiempo descatalogado… y es una pena.

Toni Boix
18 junio, 2008 18:22

Corben siempre me ha impresionado por su acabado gráfico, ha habido quien me ha hecho notar su destreza narrativa, pero he tenido la mala suerte de leer sus peores trabajos, con unos guiones flojísimos (los Den, Mundo Mutante…) que han hecho que no tenga demasiado interés por la obra global de este autor.

Gracias a tu estupendo artículo, Alberto, veo que tendré que buscar alguno de sus trabajos que imagino ya inencontrables, como Bloodstar, Vic ¬ Blood y La Casa en el Confín de la Tierra.

Etrigan
18 junio, 2008 18:25

Plas, plas, plas…, EXCELENTE o EXCELSIOR como diría el tío Lee. ¿Cómo puede esta aautor estar tan olvidado por nuestras editoriales?

Toni Boix
18 junio, 2008 18:28

Creo que es él mismo quien tiene bloqueada la reedición de sus obras clásicas.

M.M.V.
M.M.V.
18 junio, 2008 21:58

Nunca habrá nadie como Corben. mirar cada una de sus páginas es deleitarse con una obra del arte del grafismo y la narrativa.

grijaldo
grijaldo
Lector
18 junio, 2008 23:35

Uno de mis idolos,de lo mejor que leí de crio…y como disfrutabaa con sus mujeres jeje…buen artículo,si señor!

Jeremy Brood
Lector
19 junio, 2008 0:52

Vaya Berni, veo que el aniversario te supo a poco…
Unas cosillas. Sobre Aliens Alchemy, el guión me pareció lamentable y el color es el peor que ha tenido un trabajo de Corben, con una paleta de colores que no hay por donde cogerla, absolutamente deplorable, con un uso del magenta vomitivo. Todo lo contario que el color de los Arnold en La casa Usher. En mi opinión esta muy bien aplicado, mezclan tonos frios y cálidos de manera magistral. Observar cualquier viñeta con la casa como protagonista, no creo que nadie pueda decir que ese color no está dado de una manera más que correcta. Y por último, sobre las “suposiciones” de Den…
Den es AVENTURA EN ESTADO PURO, así, en mayúsculas. Puede que en su primera parte ( por estar serializado con muchos espacios de tiempo ) pueda no tener cierta coherencia, pero si se observa bien, sobre la mitad de esa primera parte coge un desarrollo bastante bueno, con un acelerón final de infarto. Y Den 2 Muvovum… Es una puta obra maestra en todos los sentidos, para mí es la mejor obra de Corben junto a Bloodstar. Decir que no se puede leer un Den completo.. !! Den 2 se lee solo !!!!!! y la historia es una pasada, todo el rollo de los Dramites, la tensión que genera , la sensación de alivio de la doble página al final. Una autentica obra maestra, de principio a fin.

Por cierto el bueno de Corben da las gracias a todos los fans españoles, lo tenéis en la última, ultima, actualización del 40 aniversario.

aparrilla
aparrilla
Lector
19 junio, 2008 10:28

cojonudo el articulo… gracias por este pedazo curro divulgativo

Mar
Mar
30 junio, 2008 19:57

Cariñito:
¿tú… cuándo duermes?

Besitos

P.d. Ole!!!

Vicente
Vicente
2 septiembre, 2008 11:07

Un excelente artículo, tio Berni.

Para todos los Corbenianos aquí teneis mi página web orientada por años.

http://perso.wanadoo.es/richardcorben/

Espero que os guste.

Adgalo
Adgalo
Lector
7 septiembre, 2008 14:17

Hace año y medio le mandé un correo a Corben para preguntar el porqué de su negativa a publicar su material antiguo, y esto es lo que me respondió:

«Hello Adrian,
Thank you for your nice email message. I do not like my old work to represent me now. I am still doing comics and I think my new ones are better than the old work. The old comics may have had more freedom but the new ones have more skill in storytelling and drawing. My hope is that I can find an editor/publisher who will pay me to do new comics with the freedom I had before. Alas, I do not think it will happen. Furthermore, publishers who want to print the old material want to pay a small amount or nothing at all. I am flattered that you want to see my old comics, but I hope you understand my feelings.
Sincerely,
Richard Corben»

Versus
Versus
27 septiembre, 2008 15:42

Buen trabajo y buen repaso por la obra y gracia de Corben. Pero al igual que otros foristas, no estoy de acuerdo en englobar a todos los DEN en el mismo saco. Ciertamente, la primera parte es un exprimento (necesario: un crisol estilistico que luego tendría sus resultados en obras posteriores) de multiples tecnicas graficas y donde el guión se subordina a la ejecución gráfica del artista. Pero MUVOVUM es tanto una depuración estilistica de Richard Corben (extraordinaria recreación de un mundo tridimensional, con sus paisajes y su fauna) como una consolidación de su mundo: se traza un mapa, y una historia bien definida, y no puede decirse que «vaya errando» como en la historia primigenia.

Simplemente, Corben consigue rescatar los elementos arquetípicos del género de aventura -al estilo del gran Jack Vance en sus novelas de la Tierra Moribunda- para elaborar un comic irrepetible, y donde no se busca ninguna cohartada intelectual al uso, ni ninguna «tesis de salón» que convierta a DEN en un filatélico de Neverwhere.

Hay otro elemento común de opiniones con el que tampoco estoy de acuerdo, y es con las malas criticas que ha recibido DEN IV a menudo. Corben usa, a mi juicio, la historia escrita por Revelstroke para elaborar uno de los comics de aventuras más ingenioso y sorprendente que haya dado la Historia. Desde su inicio (uno de los mejores que uno recuerde: el asalto a la fortaleza de Scon) hasta el final ambiguo y la estructura circular (la posible muerte de DEN) Sueños y elementos está entre lo mejor de su obra. Argumentalmente, Revelstroke usa al héroe para emplearlo en una aventura de supreración y rescate que adquiere un tono épico ineludible. Así, aunque el dibujo no sea tan espectacular como en DEN II: MUVOVUM, la solvencia gráfica y los recursos narrativos cumplen a la perfección el papel asignado, de modo que se trata de una historia nuevamente de aventuras extraordinaria.

Otra cosa que me gustaría comentar es sobre Jeremy Brood, sobre el que se han derramado litros de tinta. Siempre se dice que el final de 15 páginas es»apretadísimo» y que sin duda mejor hubiera sido la elaboración de la obra completa en dos tomos más (¿mejor por qué?, me pregunto: ¿acaso sabemos cómo podría ser su terminado sin haberlo leído? ¿Cómo se puede comparar lo que no ha existe?). Bien, personalmente, siempre he sentido una cierta decepción por esas páginas finales, pero no tanto a nivel argumental, como tanto se repite, sino a nivel gráfico, donde Corben desarrolla un trabajo muy por debajo del impulso y atmosfera de las 30 primeras páginas. A nivel argumental, el final tal y como lo concebimos de Brood es, en mi opinión, mucho mejor de lo que algunos dicen o aseugran. El comic, que es una obra notable de ccff que usa los elementos del mesías y la adoración de masas ante aspectos religiosos con carga profetica, cconcluye a mi juicio de una forma redonda y acertada (insisto: hablo del guión, no del dibujo); es decir, la idea de que el Mesias de ese mundo acabe amnésico y olvidado de su mundo, es una idea brillante. Otra cosa es la -en efecto- aceleración que se imprime a la trama en el ataque de los enemigos del pueblo que defiende Jeremy, lo que deja al argumento cojo en una parte: en no explicar muchas cosas. Pero incluso en ese defecto, podría verse algo interesante, y es la plasmación de un mundo in media res, y una conclusión definitiva nada complaciente para quienes buscan un hapy end a toda costa.

Por último, estoy de acuerdo en que la adaptación de la obra de Hogdson es de lo mejor de su obra narrativa, pero siempre habría que apuntar que uno de los mejores trabajos de Corben se encuentra en su obra corta, tan prolífica que a veces se olvida.

Sus obras más reseñables son, tal vez, DEN II, Mundo Mutante (obra hermosa y cruel, casi una fábula extraña) Bloodstar (única e irrpetible) DEN IV, sus relatos cortos de terror y fantasía, donde se incluyen obras maestras como In Deep, la caída de la casa usher, y tantos otros.Por último, y a pesar de los 40 largos años de carrera, pienso que Corben no tiene el reconocimiento que se merece, porque hoy, este genio que fusiona a Toth, Frazetta y Eisner, ya está en el Olimpo con los grandes.

León Gorriate
León Gorriate
1 diciembre, 2009 2:41

Espléndido artículo. No me parece largo en absoluto, sino interesantísimo. No estoy de acuerdo con todo lo que he leído, pero eso es lo bueno de acercarse a otros puntos de vista. Lo mejor de todo es que me he enterado de que existen obras de Corben que se señalan aquí como lo mejor de su obra ¡y que no he leído aún!  Esas cosas recompensan el acostarse demasiado tarde: tesoros inesperados que brotan de la noche y amigos desconocidos que te esperaban allí. Un saludo y muchas gracias por todo.

Jorge Eugenio
Jorge Eugenio
10 febrero, 2010 19:48

Hola, buen trabajo, genial, trato de buscar unas graficas de un comic que salió hace mucho tiempo en mexico, la historieta se llamaba «Morgan el Temerario», se trataba de un piloto que se pierde como en una dimensión diferente y aparece en un mundo adentro de la misma tierra, no se si lo hayas visto, te lo agradecería me me envias una respuesta.

Marga
Marga
10 febrero, 2010 21:45

Por favor, es necesaria una reedición de la obra completa de Corben en condiciones!!

Kiko
27 marzo, 2010 9:28

muchisimas gracias por tan exhaustivo articulo.
El primer DEN es para mi una obra maestra, y en un solo tomo es un placer ver como Corben evoluciona su estilo y prueba diferentes tecnicas. DEN 1 es un libro que ya he comprado varias veces, debido a mis muchos andares por tierras foraneas (o necesidades monetarias de quinceañero). No me canso de hojearlo.
Os invito a mi blog, en el primer articulo comparo AVATAR con el comic de Corben HISTORIA TONTA.
http://kikobarahona.blogspot.com/
Si os gusta, pues apuntaos y corred la voz.

bushido71
bushido71
Lector
3 diciembre, 2010 12:13

No se puede decir mas, si pudiera poner nota te pondría un 10, buen trabajo, con tu permiso puse un enlace en mi blog para que no se pierda este magnifico texto.
Yo desde mi punto de vista creo que Corben con todos sus delirios y grandezas deberia tener ese reconocimiento que tienen otros tantos autores, la mayoria de sus obras tienen algo que por poco que sea te engancha, en fin un autor que para los no expertos como yo, saben apreciar el arte en estado puro y gustan de leer un buen cómic sin mas pretensiones que asombrarse de los detalles del maestro.
Por cierto me quito el sombrero con el trabajo que haceis tanto en Entrecomics como en Zonanegativa, «chapeau», solo cabe decir una palabra, «GRACIAS»