Sabueso Vol. 1: Psicología de puños de acero

 

Guión: Dan Jolley
Dibujo: Leonard Kirk y Eddy Barrows
Edición España: Aleta Ediciones (2014)
Contiene: Bloodhound Nº 1-4 y 6-10 USA (DC Comics/Dark Horse, 2004-2005 y 2013-2014)
Formato: Tomo rústica de 232 páginas
Precio: 19,95€

 

El cómic de superhéroes de la última década ha alcanzado una cierta madurez en relación a su voluntad por experimentar con otros géneros, referentes e influencias alejados de sus enfoques tradicionales. Ello ha derivado en propuestas en las cuales el elemento metahumano ha pasado a un segundo plano para facilitarnos una perspectiva diferente y más humana del género superheroico. Este tipo de historias, muchas de ellas enmarcadas en relatos de corte policíaco o periodístico, han sido una verdadera conquista realizada por autores con un punto de vista «menos clásico». En este punto resulta inevitable reconocer la figura del guionista estadounidense Brian Michael Bendis como uno de los principales precursores del éxito de esta tendencia debido a su trabajo en cabeceras como Sam & Twitch, Powers o Alias. Este concepto sería también explorado por Ed Brubaker y Greg Rucka en Gotham Central, y Marvel Comics, desde su renovado culto al crossover recuperado en Civil War, la llevaría a su terreno personal en The Pulse o Front Line, series en las que Jessica Jones o Ben Urich intentaban darle una vuelta de tuerca al espíritu moldeado por Kurt Busiek y Alex Ross en Marvels. En plena vorágine por este tipo de historias DC Comics publicaría en 2004 una nueva serie titulada Bloodhound acerca de un investigador humano encargado de indagar y dilucidar casos de homicidas dotados de superpoderes.

La obra presentada por el guionista Dan Holley al editor Ivan Cohen viene a ser una especie de Expediente X con un protagonista con el físico de Triple H enmarcado en los rincones más oscuros y peligrosos del Universo DC. En cierto momento se llegó a pensar que Bloodhound podría ser uno de los embriones para la creación de una futura línea de cómics para lectores adultos a imagen y semejanza del sello MAX de Marvel Comics. Pero para cuando se perfilaron los detalles de la cabera y esta obtuvo su luz verde en DC Comics no había ya ningún interés por ese tipo de iniciativa. No obstante, la editorial estadounidense accedió a darle una oportunidad a la criatura, situando al frente del apartado gráfico a Leonard Kirk -por entonces aclamado por su trabajo en Supergirl– y cediendo a Dan Holley una generosa libertad creativa para enfocar el contenido. Pero el resultado, por desgracia, no acabaría de llamar la atención de los aficionados, ni siquiera las desinteresadas alabanzas y elogios de autores tan opuestos como Kurt Busiek o Warren Ellis sirvieron como señuelo para los lectores. La andadura de Bloodhound sería muy breve, el cruce con Firestorm -cabecera también guionizada en esa época por Dan Jolley– o la aparición de algún personaje secundario del Universo DC no consiguieron salvar la serie de su previsible destino y la aventura sólo prolongaría su agonía durante una escasa decena de números.

Pero, como suele ocurrir en el cine con las comedias románticas y las películas de terror, en el mundo del cómic a veces nos encontramos con inesperadas segundas oportunidades y secuelas y Dan Jolley podrá reencontrarse nuavemente con su personaje. En este caso, recuperados los derechos de Bloodhound por parte de su creador, ha sido Dark Horse y la habilidad de su presidente Mike Richardson la que han rescatado la cabecera del destierro con la intención de convirtirla en una de las nuevas publicaciones de su catálogo. En nuestro país, Aleta Ediciones, siguiendo su reciente interés por la producción independiente estadounidense, ha sido la encargada de la edición de esta obra con un primer tomo titulado Sabueso. Psicología de puños de acero que en la línea de la propuesta por Dark Horse incluye los números de Bloodhound publicados en su día por DC Comics exceptuando el mencionado cruce con Firestorm y eliminando la presencia del villano Zeiss que también se paseaba por sus páginas. En estas primeras historias conoceremos al imponente Travis Clevenger, policía experto en el rastreo de delincuentes con habilidades súper humanas inhabilitado y condenado por matar a su propio compañero. Pero la agente Saffron Bell le propondrá una reducción de su condena si ayuda al FBI a capturar a un asesino en serie cuya siguiente víctima será la propia hija de su antiguo compañero.

La premisa en sí misma no nos dice mucho de este cómic pero, vaya por delante, el mérito de Bloodhound no se encuentra en la originalidad de sus argumentos, ni siquiera en su punto de vista, más allá de ello sus verdaderas virtudes se pueden resumir en tres puntos nada desdeñables y fáciles de conjugar: la inteligencia en la puesta en práctica de sus planteamientos, la orgánica caracterización de sus personajes y la plasmación de estos dos elementos previos en una impecable narración en la que guión y dibujo se entienden a la perfección. El resultado sorprende por su equilibrio y mesura en lo formal, cada pieza parece estar en todo momento en el lugar que le corresponde y todo fluye de manera tan precisa como natural. En la balanza se sitúan unas buenas dosis de intriga, un sentido de la acción que no hace ascos a las escenas más brutales y sangrientas, retratadas con una sorprendente y salvaje elegancia por Leonard Kirk, y una puesta en escena que bordea con los límites de la dimensión humana de su personaje protagonista. Este último se beneficia de una personalidad compleja que consigue arrastrar y contaminar el resto de la obra, no es el suyo un perfil prototípico del género superheroico, ni tampoco del género negro, y por ello logra tomarnos con la guardia baja debiado a contrastae entre su presencia física, su faceta como investigador y el interesante trasfondo y aspereza de su carácter.

En otras palabras, como el mismo subtítulo de este primer tomo indica, Bloodhound es verdadera «psicología de puños de acero», con una caracterización de personajes contundente y muy bien llevada a través de los diálogos y su coqueteo con el género policíaco. En el último número del presente recopilatorio los lápices de Leonard Kirk son sustituidos por los del brasileño Eddy Barrows, en el que sería el primer trabajo de este autor en DC Comics, pero el apartado gráfico no se resiente lo más mínimo manteniendo el tono y el respeto al diseño de personajes realizado por Drew Johnson. En conclusión, Bloodhound es una serie con mucho oficio y no debería volver a pasar desapercibida, si ya cometiste ese error en su día ahora es el momento de enmendarlo porque podrás descubrir en ella una obra que logra superar las expectativas y rezuma una agradable y sobria calidad en todos sus apartados. No reinventa nada, ni tampoco resulta un dechado de originalidad, para ello la propuesta de Dan Jolley hay que reconocer que llega unos años tarde, pero lo que hace lo hace de una manera realmente sobresaliente. Por otro lado, ahora también tendremos la oportunidad de comprobar como le ha sentado a Bloodhunt el sentirse «liberada del Universo DC» con su nueva historia en la cabecera Dark Horse Presents en la que Dan Jolley y Leornard Kirk retoman, diez años después, un personaje merecedor de nuestra atención.