Motorista Fantasma / Capitán América: Miedo

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Edición original: Marvel Comics – octubre 1992
Edición España: Comics Forum – agosto 1993
Guión: Howard Mackie
Dibujo: Lee Weeks
Entintado: Al Williamson
Color: Gregory Wright
Portada: Lee Weeks
Precio: 550 pesetas (tomo en formato prestigio de 48 páginas)

 

El Motorista Fantasma fue uno de los protagonistas más habituales de la sucesión de tomos que constituyó el primer volumen de la serie “prestigio” de Comics Forum. Este hecho no es nada extraño, si tenemos en cuenta que la versión urbanita del jinete del cráneo llameante representada por Daniel Ketch constituyó uno de los platos fuertes de la Marvel de la primera parte de los años noventa del siglo pasado. Eran los días de los “seis pesetas” que, ora por separado, ora en la forma de incómodos equipos, paseaban sus expeditivos modos a lo largo y ancho del universo Marvel. El éxito de este nuevo motorista sobrenatural, la feroz competencia contra las nuevas editoriales y la burbuja especulativa convirtieron a aquél en el buque insignia de una franquicia de corte paranormal que, sin embargo, no duró mucho. Mientras tanto, el motero llameante recorrió con su fiel bestia de carga series regulares, miniseries, apariciones estelares y tomos prestigio que como este Miedo, en el que hizo equipo con el Capitán América.

El relato contenido en este tebeo cuenta la extraña alianza que se forja entre el Motorista Fantasma y el vengador abanderado durante un enfrentamiento con un antiguo enemigo de este último que pasará a engrosar la lista de enemigos del primero. El Espantapájaros era un vulgar caco al que Jean Marc DeMatteis elevó a la categoría de amenaza terrorífica durante sus días de guionista de la colección del cabeza alada. Un desequilibrio mental acercó a este escapado de una granja a los estándares marcados por su homónimo deceero, aunque con una diferencia fundamental: así como el desquiciado profesor Crane provocaba el miedo gracias a su conocimiento científico, Ebenezer Laughton lo imponía por medio de la sangre (y de una horca para levantar mieses). Como su contrapartida deceera, el Espantapájaros marvelita quiere ser un “estudioso” del canguelo, pero se enfrenta al objeto de su estudio con unas premisas que, a falta de mejor adjetivo, bien podrían calificarse como “quirúrgicas”.

El equipo conformado por el Motorista Fantasma y el Capitán América refleja a la perfección el estado de cosas imperante en Marvel (y bien podría decirse que también en DC): los viejos superhéroes, caracterizados por el brillo de sus uniformes y la luminosidad de sus códigos, cedían ante la pujanza de los nuevos antihéroes de expeditivos modales. Los primeros solían considerar que los segundos eran amenazas tan temibles como sus teóricos enemigos comunes; los segundos opinaban que la pervivencia de los villanos se debía a la pusilanimidad de unos veteranos que temían ensuciarse las manos. Esa dicotomía, tan bien reflejada por Mark Waid y Alex Ross en Kingdom Come, encuentra aquí una inesperada tregua. El Capitán América decide que, pese a su aterrador aspecto, el Motorista Fantasma merece un voto de confianza porque nunca ha tomado vida alguna. Una apuesta arriesgada, si tenemos en cuenta que el alter ego flamígero de Ketch es el objetivo de las fuerzas del orden.

Howard Mackie
aprovecha una vez más la ocasión brindada por un proyecto especial para seguir añadiendo detalles al entorno del Motorista Fantasma, de cuya serie regular era guionista y dueño casi indiscutible. De esta forma, utiliza los trucos habituales de la doble identidad (tan bien explotados en la franquicia de Superman) para que Danny y su otro yo se vean en la tesitura de enfrentarse a personas que aquél aprecia pero que persiguen a este último. También añade una versión “tuneada” del villano y deja abierta la puerta a su reaparición. Si a ello unimos el excelente trabajo de un ilustrador tan competente como el veterano Lee Weeks, tenemos una aventura entretenida en la que hay un buen tratamiento de los personajes y de la continuidad marveliana. Otros proyectos especiales no serán tan afortunados, pero de ellos tocará hablar en otra ocasión.

Portada por Lee Weeks
Portada completa de la edición española

  Edición original: Marvel Comics – octubre 1992 Edición España: Comics Forum – agosto 1993 Guión: Howard Mackie Dibujo: Lee Weeks Entintado: Al Williamson Color: Gregory Wright Portada: Lee Weeks Precio: 550 pesetas (tomo en formato prestigio de 48 páginas)   El Motorista Fantasma fue uno de los protagonistas más…
Guión - 7
Dibujo - 7.9
Interés - 7.5

7.5

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flashpoint
flashpoint
Lector
16 julio, 2015 5:33

A mi me gustó. Tengo todos estos cruces de los noventas. Además el Motoristas de esa época gustaba un montón.
Por favor hagan un análisis del Reino del Diablo con los cruces de los personajes de Top Cow, historias autoconclusivas, por decirlo de alguna manera, donde Ellis y Hama mostraron lo buenos que eran con libertad absoluta.