La realidad aumentada llega a los cómics de la mano de “Anomaly”

En el Universo del Cómic es muy difícil sobrevivir en el espacio interestelar. Lejos de los grandes soles de Marvel y DC, son pocos los sistemas solares en los que puede generarse vida a largo plazo. De tal manera, como si de un gran ecosistema se tratara, para sobrevivir en condiciones adversas se desarrollan ciertas formas de vida distintas a todas las demás. Es decir, terminando con nuestras metáforas, que para conseguir llamar la atención del gran público consumidor en su mayor parte de cómics de superhéroes, las pequeñas editoriales optan por muchos y muy diversos recursos. Y gracias al gran desarrollo visual que introdujo la informática en el noveno arte, uno de esos recursos es el de ofrecer obras muy cuidadas en su aspecto gráfico. Detrás de ese gran atractivo en ocasiones nos encontramos con guiones prácticamente inexistentes o guiones que están a la altura del dibujo. En el caso de Anomaly parece que estaremos más cerca del segundo caso que del primero, y es que llenar un cómic de 370 páginas con una historia de ciencia-ficción llena de nuevos mundos y de razas de los mas variopintas no se consigue sin un concienzudo y laborioso trabajo. Esta exagerada paginación eleva ya la obra a lo más alto en el ranking de las novelas gráficas más largas de la historia (en un solo volumen, claro). Al que aquí escribe no se le ha ocurrido ninguna que se le equipare, al menos en el mercado americano. Al frente del proyecto se encuentran Skip Brittenham y Brian Haberlin. El primero es un neófito tanto en las labores de guionista en general como en los cómics en particular, pero es un fan confeso del medio e indirectamente siempre ha trabajado en entornos creativos, ya que Brittenham es un conocido abogado de la industria de Hollywood. No en vano, Ridley Scott y Harrison Ford son dos de los conocidos nombres que firman recomendaciones en la contraportada de la obra, junto a Todd MacFarlane y Bill Sienkiewicz. El segundo implicado en Anomaly, Haberlin, tiene experiencia en todas las grandes editoriales. Para Marvel y DC hizo principalmente portadas y labores de colorista, pero dentro de Image Comics dibujó bastantes números de Spawn y es co-creador de Witchblade.

Y bueno, algunos os estaréis preguntando ¿qué es eso de realidad aumentada? Pues bien, según nuestra amiga la Wikipedia se trata de “una visión directa o indirecta de un entorno físico del mundo real, cuyos elementos se combinan con elementos virtuales para la creación de una realidad mixta en tiempo real”. En el caso de Anomaly, esa realidad mixta es más una experiencia interactiva con la historia, que se vivirá de forma distinta si la lectura es física o digital. Para aquellos que lean la obra en iPads, Kindles o Nooks se tratará más un motion comic, ya que la narración es llevada por hasta 16 actores de doblaje del mundo de los videojuegos. Y para los que se hagan con el macro tomo habrá sorpresas en forma de pop-ups en 2D, personajes en 3D saliendo del cómico muy diversos puntos en los que se podrá acceder a información adicional sobre una raza extraterrestre o sobre las estructuras políticas de un planeta en particular (puede verse una demostración aquí). Esto se conseguirá gracias a aplicaciones hechas a medida y que funcionarán tanto en entornos iOS de Apple como en Android. Además, está experiencia se ampliará dos meses después de su salida al mercado con nuevos contenidos. Y si tiene éxito no se descartan futuras actualizaciones. De esta manera intentan aplicar las ventajas del medio digital al cómic impreso, alguno nunca antes visto y que sirve de paso para alejarse lo más posible de Marvel y DC ofreciendo algo novedoso y que aporte algo al medio.

En cuanto a la historia, Skip Brittenham cuenta que se juntan en la misma ciertos temas principales. Uno es que, en nuestro futuro (estamos hablando del año 2717) el cambio climático ha destruido la Tierra y el planeta es inhabitable. En este entorno se explorará la diferencia entre ricos y pobres, ya que todo el planeta es regido por una sola corporación llamada el Conglomerado y uno vale tanto como las acciones que posea de dicho ente. Los mayores accionistas viven como dioses, y los más pobres tienen menos derechos que los robots. A ese nivel ha llegado Jon, un antiguo soldado intergaláctico degradado a realizar trabajos que no se le dan ni a los robots por una misión que no salió nada bien. Sin embargo, tendrá la oportunidad de redimirse cuando se le ofrezca la oportunidad de acompañar a Samantha, hija de un alto cargo del Conglomerado, en un misión que servirá de primer contacto con un planeta primitivo. Pronto descubrirán que se les ha usado por otros propósitos y se verán atrapados entre los nativos del planeta y las fuerzas del Conglomerado.

Entre ambos autores han montado la editorial Anomaly Productions, y que irá mucho más allá de este primer tomo. Para empezar, Brian Haberlin anuncia que ya lleva dibujadas 70 páginas (proceso que realiza junto al artista Geirrod Van Nyke) de la segunda parte de Anomaly, y que si todo marcha bien apuntará a trilogía. Así, en cada nueva entrega podrán ir incorporando más avances tecnológicos que ayuden a la experiencia de realidad aumentada. Además, ambos autores ya están preparando para marzo tanto Shifter, otra novela gráfica situada en un mundo distinto al de Anomaly, como Between Worlds un libro de ilustraciones de fantasía. Además, gracias al mundo en el que se mueve Brittenham, una adaptación cinematográfica parece casi asegurada. Joe Roth (productor de Alicia en el País de las Maravillas y de Blancanieves y la leyenda del Cazador) ya ha pedido la vez, pero los autores no tienen todavía ninguna prisa en que se haga. Brittenham afirma que su sueño era ver esto publicado y que quiere saber qué respuesta comercial tendrá. Después de eso, ya se verá.

Fuentes: Comic Book Resources, Experience Anomaly.