Garabatos orientales #5 – Shintaro Kago: el autor que NO gusta a los otakus

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Aviso: El artículo que sigue a continuación contiene imágenes que pueden no ser de agrado para todos los públicos.

Ya llevamos unos cuantos meses con esta columna, y habéis sido unos cuantos los que os habéis quejado de que hemos hablado poco de autores. Y aunque sea mentira, lo que sí es cierto es que no hemos dedicado ninguna columna a un autor en particular, y quizás ya viene siendo hora de que dejemos polémicas aparte (sólo un poquito) y os hablemos de un autor que no deja a nadie indiferente. Y esto último no es un tópico, las reacciones que he visto hasta el momento de la obra de Shintaro Kago han sido de fascinación o de auténtica repulsión, sin punto medio.

Shintaro-Kago

Shintaro Kago, nacido en 1969 en Tokyo. Debutó en 1988.

Dicen que la imaginación y el atrevimiento de los japoneses no tiene límites. También dicen que eso se debe a que su aislamiento durante más de 200 años evitó que la moral cristiana contaminase su arte, y que por eso son capaces de plantear cosas que los artistas occidentales no se atreven a hacer (o al menos la mayoría, pregúntenle al Marqués de Sade). Esto quizás no os cuadre con la bien conocida censura que existe en Japón en el material pornográfico, con esos típicos píxeles en las partes pudientes (sí, todos lo conocemos, no digáis que no). Pero es que los japoneses son una contradicción andante. De hecho, más de uno se ha escandalizado al ver como se publican en Japón revistas para adultos protagonizadas por niñas de 12 años en bañador. Y no es que no se queje nadie, pero ahí están. Según la autora de Thermae Romae (genial manga que os recomiendo), realmente no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que el puritanismo cristiano llegó a Japón, y a pesar de que pueda haber arraigado muy fuerte en la sociedad nipona, su recorrido es corto, y por lo tanto es lógico pensar que esa libertad creativa total, sobretodo en cuestiones eróticas o escatológicas, siga vigente en el mundo del arte (con precedentes como Hokusai – otro gran manga – dibujando sexo con pulpos, ya me contaréis…).

Shintaro Kago es un buen ejemplo de artista que no pone límites algunos en su trabajo. La mayor parte de su obra es candidata a ser censurada en decenas de países, ya que muchos de sus planteamientos dejan a nivel de libro infantil las portadas de los discos de Cannibal Corpse. Es actualmente uno de los autores abanderados del ero-guro (contracción de erótico y grotesco), junto a autores como Suehiro Maruo (más conocido aquí por La Sonrisa del Vampiro de EDT) o el recientemente publicado Usamaru Furuya (Hikari Club, también de EDT). Las obras de Shintaro Kago están plagadas de mutilaciones, excrementos, sexo y situaciones surrealistas, y a menudo todo se presenta a la vez. Los argumentos de muchos de sus manga son tan locos que a veces son difíciles de explicar, y los hay de tan desagradables que es mejor no intentar explicarlos en ciertos lugares públicos (como la mítica historia sobre el “estreñimiento femenino”). Este autor es un provocador nato, y aunque él mismo nos cuente en Fraction que le gustaría intentarlo con algo que llegase al gran público (“¡el ero-guro es un concepto que sólo conocen cuatro frikis!” dice él), parece que lleva lo erótico y grotesco en su ADN (él se excusa diciendo que empezó con estos temas porque no había nadie famoso por ello).

kago-fraction

El propio autor aparece reflexionando sobre su obra en Fraction (EDT)

Pero hablar de Shintaro Kago única y exclusivamente por el sexo y la violencia de sus manga es quedarse a las puertas de su obra (como mirarlo desde el escaparate). Él mismo dice que “el sexo y la mierda son un mero punto de partida”, entre miembros desmembrados y violaciones, este autor se dedica a experimentar con el medio. Al dominar a la perfección la narrativa, es capaz de desafiarla y jugar con ella. Reproducción por mitosis, el primer título que publicó EDT, es probablemente una de las recopilaciones más completas del autor, porque precisamente muestras esas dos facetas, y donde encontramos algunos de los experimentos más originales que hemos visto en cómic: historias que cambian de significado en función del encuadre de la viñeta, cómics “tridimensionales” en 2D, y por supuesto, una viñeta que se reproduce por mitosis y acaba creando decenas de historias. Sólo por esto, vale la pena leer a Kago, aunque no seas muy fan del ero-guro. Después tienes obras como la más reciente Fraction, que es un relato de misterio algo más “normal” (más apta para estómagos sensibles), pero que no renuncia a jugar con el lector y a teorizar sobre los recursos narrativos.

Shintaro-Kago

Una de las páginas de Reproducción por Mitosis (EDT)

El problema es que no todo el mundo está dispuesto a hacer ese esfuerzo de enfrentarse a al sexo y a la mierda de Shintaro Kago. Algo que explica bastante bien el siguiente fragmento de una tesis doctoral sobre el arte grotesco: “(…) todo lo que envuelve al término de lo grotesco relaciona y aborda aspectos que atentan contra la integridad y conformación humana por medio de temas que confrontan directamente al espectador con ellos mismos, cuestionándolos e incursionando en temas susceptibles. El contexto en que se exponen estos trabajos influye mucho en su apreciación, puesto que dentro de lo que envuelve a lo grotesco, se proponen aspectos que socialmente están mal vistos y sugieren mostrar el lado “oscuro” del ser humano, así como exponerlo en cuanto a sus límites, deficiencias y decadencias.(…) Por lo tanto, el hecho de que siempre se mantenga en relación con lo verdadero, genera en el espectador un sentimiento de cercanía, a lo que Basañez (2002) ahonda mencionando que: …provoca pues, una mezcla de sensaciones contradictorias que oscilan entre el rechazo de lo absurdo por la razón o de lo repugnante por lo sentidos, y el interés propio de la curiosidad intelectual o científica, o la atracción o simpatía suscitada por su rareza, excepcionalidad o carga humorística.”

Shintaro Kago desafía nuestro intelecto y nuestros sentidos, y eso implica cierto grado de incomodidad. Estamos más acostumbrados a lo bonito, que es lo que nos inculcan a diario los medios de comunicación. Desafiar esos valores choca con nuestra moral, más conservadora de lo que pensamos o queremos admitir. Por eso nos puede costar tanto enfrentarnos a este tipo de obras. ¿Pero acaso todo lo que vemos o leemos tiene que producirnos “buenas vibraciones”? (¿a cuánta gente le gusta ponerse pelis “para llorar”?) Creo que a veces es bueno poner a prueba, no solo nuestro estómago, sino también nuestros valores morales, nuestra sexualidad, nuestras fobias y nuestras filias. En el arte no solo deberíamos buscar el entretenimiento, sino también el desafío y la emoción (sea buena o mala). Y eso es lo que nos plantea Shintaro Kago. Nos provoca sensaciones de todo tipo, desde la risahasta el asco (como decía antes, con este autor pueden ser las dos cosas a la vez), y sus historias pueden ir desde el puro divertimento a la ácida crítica social. Pero todo está construido con grandes dosis de imaginación y creatividad (y un gran sentido del humor… negro).

Shintaro-Kago

¿Cómo no puede gustarte esto? Pregunta retórica, gracias.

Antes os decía que los japoneses son algo más relajados en cuanto a las perversiones, pero no os penséis que las obras de Kago se publican en la Shônen Jump y las leen decenas de miles de japoneses (a los que quizás les repugna su arte tanto o más como a muchos occidentales). Aunque sí llegó a publicar una historia en una revista juvenil como la Weekly Young Jump (versión adulta de la Shônen Jump), Kago se puede definir como un autor underground o alternativo, y es gracias a ello que puede hacer lo que hace. De hecho, a pesar de tener varias revistas interesadas en su material (entre ellas, algunas dedicadas a la escatología), también publica de vez en cuando sus dôjinshi (autoediciones, tipo fanzine), donde se deja llevar completamente, incluso por el humor. Al mismo tiempo se dedica a vender cuadros, dibujos originales, e incluso colgantes para el móvil con sus particulares diseños (niño achicharrado por el microondas, mujer ahogada…). No sabemos si tanta actividad responde a sus necesidades en cuanto al alquiler o porque realmente necesita sacar todo lo que lleva dentro y provocarnos de todas las formas posibles, pero en cualquier caso, este autor no para. Incluso ha hecho algún que otro video y llegó a organizar un festival llamado Shit Film Festival.

(Podéis ver algunos de sus fanzines y otros productos en mi blog)

Aquí EDT ha apostado mucho por él, y en apenas un año habrá editado cuatro o incluso cinco títulos suyos (vamos, que a Navarro le ha dado una fuerte “kagalera” – ¡tutupish!). Aunque no sabemos de cuantos ejemplares son las tiradas, parece que se van agotando las primeras ediciones, y se ha hablado mucho del autor en todo tipos de blogs. De hecho, aunque es un “autor de manga”, le han dado mucha cancha en aquellas webs y blogs más generalistas dentro del cómic. Parece que Shintaro Kago ha conseguido superar la etiqueta de “manga” para interesar a otro público, más acostumbrado quizás a la novela gráfica que al cómic japonés (desde gafapastas a gafotakus). Lo que puede llegar a sorprender, es que su impacto dentro del mundo otaku ha sido escaso. Ya sea por esa condición de mangaka alternativo, o por la repulsión que puede generar, parece que a nuestro “otaku medio” no le interesa un pimiento Shintaro Kago. En una tira cómica de DAC, miembro de Misión Tokyo (uno de los portales y podcasts referentes en cuanto a manga y anime), ilustraba el interés que generaba este autor entre la redacción tal que así.

Dando Caña

¿Pero por qué cito esto? ¿Acaso no son los otakus libres de leer lo que les plazca? Por supuesto, pero uno no debe desaprovechar la oportunidad de meterse con el otaku medio cuando puede (ya lo hice aquí una vez). Y en realidad ellos dispararon primero. Parece que el supuesto “éxito” de Shintaro Kago no acaba de gustarle al otaku, porque piensa que EDT debería editar lo que él quiere “y no estas mierdas” (pero de Urutsukidojii nadie se quejaba…). Existe incluso cierto tono beligerante en algunos de los (pocos) comentarios que suscitan las noticias sobre Shintaro Kago en los blogs de referencia. Quizás se sienten algo amenazados porque un autor así puede atraer al público hipster dentro del terreno manga (¡oh, no! ¡no queremos gente rara leyendo manga, aunque nosotros tampoco lo leamos!). Pero supongo que lo más extendido es la pura indiferencia. Una pena, porque soy del parecer que cuanto mayor variedad, mejor (que no lea shôjo no significa que me alegre de que cada vez se publique menos). Y sinceramente, otakus cabreados aparte, la indiferencia tampoco me parece un síntoma muy saludable, y dice poco del supuesto carácter abierto del lector de manga (esa gran falacia).

Shintaro Kago

Kago y la interacción social en Japón.

Por suerte os tenemos a vosotros, ese público dispuesto a probar nuevas experiencias, a leer cómics sin prejuicios ni manías, para que os intereséis por obras como las de Shintaro Kago y así se sigan publicando unos de los mejores cómics que ahora mismo se pueden encontrar en las librerías especializadas. Por su originalidad, por su frescura, por su humor, por el desafío que supone para el lector, Kago es ahora mismo obligatorio si tienes un mínimo interés por el cómic como medio de expresión, y no solo como producto de consumo.

shintaro-kago

Una de las especialidades de Kago es usar guapas colegiales de forma macabra.

Si alguien se pregunta con qué obra debería empezar a leer a este autor, creo que hay dos opciones. Reproducción por mitosis es la obra seguramente más salvaje, pero también es la más experimental. Si buscas un cómic transgresor, quizás sea el mejor. Si crees que aún no estás preparado para tolerar ciertas cosas, en Fraction tenemos a un Kago algo más relajadito en cuanto a bestialidades, con lo cual podrás disfrutar algo más de su dibujo y sus juegos narrativos (aunque más de un sobresalto te vas a llevar). Novia ante la estación ya será para aquellos que quieran un poco más. Quizás no es tan experimental, pero sí es el ero-guro habitual, y tiene algunas historias realmente originales e incluso divertidas. Ahora solo nos queda esperar las próximas obras que ya ha anunciado EDT, y recibir la visita de Shintaro Kago en el próximo Saló del Manga de Barcelona, una gran oportunidad para dar a conocer a este gran mangaka.

kagourias

Shintaro Kago y quien firma el artículo en Tokyo, en Marzo de 2013. En persona parece una persona muy normal y agradable (por si alguien estaba pensando eso de “este tío tiene que estar zumbado”).

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Jose Angel Ares
Jose Angel Ares
Lector
13 mayo, 2013 12:04

Fraction está genial, ahí lo dejo.

Jorgeru
Jorgeru
Lector
13 mayo, 2013 12:09

mmm, ¿no falta el «Garabatos Orientales #4», el cual iba presuntamente a hablar de los distintos tipos de tomos y formatos de manga, la shonen jump y todo eso? ¿me he perdido algo?

Sobre éste autor, no me gusta éste estilo de dibujo, soy más «tradicional», y la temática igual, me gusta el «gore con historia» pero la escatología por la escotología no es lo mío, cuestión de gustos…

Alberto de Sosa
13 mayo, 2013 12:15

Todo a su tiempo, Jorjeru. Lo haremos.

Mr. X
Mr. X
Lector
13 mayo, 2013 12:17

¡Sois como DC, que saca el epílogo al Alzamiento del primer lantern antes del fin! 😉

db105
db105
Lector
13 mayo, 2013 12:35

No sé qué pensar. Está claro que es original, y tengo curiosidad por leerlo. También puede funcionar como ilustración de lo diverso que es el manga. Sin embargo, como 5º artículo de una serie dedicada a hablar de manga a una audiencia que tira más por el cómic de superhéroes (y primer artículo dedicado a un autor concreto) me parece una elección un poco rara, por lo underground y minoritario que es.

De todas formas un placer leer estos artículos, como siempre, y espero que la series «Garabatos orientales» dure mucho. Y si la audiencia no responde siempre podremos hacer un reboot y empezar a numerar por el 1 de nuevo, o hacer un evento con crossovers y demás… 😉

Darquez
Darquez
Lector
13 mayo, 2013 13:02

No se por que, pero sus dibujos me han recordado a los de la galleguiña Emma Rios.

judeh
judeh
Lector
13 mayo, 2013 14:41

Pues sinceramente, yo con este autor no sé que pensar. Admito que provengo del comic japones, aunque de otaku muy poco. Pero tengo tanto europeo como americano en la estantería. Pero es que con Kago, Maruo… No puedo.

A nivel técnico, creativo, es digno de mención pero es que es una retroalimentación en el mismo grotesco. Siempre que leo algo de él, me da la sensación que Kago pretende más evocar una sensación que contar una historia…

Después Maruo, del cual solo he leído La Sonrisa del Vampiro, me parece peor autor. A mi ese comic, que es el único que tengo de él se me hizo enterno. Y mira que me podría definir como devorador de tomos, pero para que no me lo acabara del tirón… Como anecdota me vino mi hermano (lector ocasional), que se le ocurrio escoger ese comic para leerlo una noche, que wtf era ese comic.

chirripitiflautico
chirripitiflautico
Lector
13 mayo, 2013 14:50

¿Shintaro Kago? Coño como yo, que hacerlo de pie es mu jodio

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2013 14:57

Llevo tiempo queriendo leer algo de este tipo porque las imágenes que veo publicadas no pueden ser mas sugerentes. Vamos, que tiene una pinta acojonante.
Pero es manga y solo las niñas con baja autoestima leen manga.

Almenglo
Almenglo
Lector
13 mayo, 2013 15:45

A priori no me interesa mucho Shintaro Kago,no el ego uro o como se escriba,pero un muy bien articulo

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2013 16:02

con esos típicos píxeles en las partes pudientes (sí, todos lo conocemos, no digáis que no).

Pues yo no los conozco. Veo píxeles en las partes pudendas, pero eso que censuren por razones económicas no lo había visto nunca. 😛
Acabo de reparar en la segunda parte del título «el autor que no gusta a los otakus» y me apetece todavía mas. Solo veo dos problemas: formatos demasiado pequeñajos para dibujos muy complejos (putos japos y sus manos enanas) y que el humor sexual y el escatológico solo me hace gracia cuando lo hago yo, cuando lo hacen otros me da repelús. Aunque en este caso se trata de eso ¿no?

syx
syx
Lector
13 mayo, 2013 16:39

Eso de, si no te acercas a Shintaro Kago eres de mente cerrada no lo veo. Como no quiero generalizar cito mi caso personal. Leo de todo, centrándonos en cómic me da igual la nacionalidad, si es «comercial», alternativo, si se vende como chucherías a la puerta de un colegio o lo compran dos personas. Sin embargo no puedo con Shintaro Kago que tiene similitudes con Maruo, del que disfruté El misterio de la isla Panorama pero lo pasé mal con la Sonrisa del Vampiro,

Aunque puedo valorar la parte formal tengo muchos problemas con el guro, no puedo separar un contenido basado en la fascinación de algunos autores con las violaciones y la violencia en la mujer que no quiere llegar a ningún sitio salvo a «jugar con el medio». Que por otra parte ya tengo otros autores que experimentan con él para leer sin adentrarme en este género.

Por lo demás, respetable que haya gente a la que le guste. Pero lo mismo para los que no.

Jose Maria Vicente
Autor
13 mayo, 2013 17:05

Buff… Tu artículo es muy convincente, pero es que no puedo con la temática de su trabajo.

judeh
judeh
Lector
13 mayo, 2013 17:26

@Oriol Estrada Rangil No hay problema en que la intención sea evocar no contar. El problema es que siempre trata de evocar las mismas sensaciones.

Después hay que admitirle su originalidad en los planteamientos visuales. Así como ser capaz de plasmar dicha originalidad.

Grijaldo
Grijaldo
Lector
13 mayo, 2013 18:37

Me parece genial que haya variedad tanto en el manga como en cualquier otro tipo de comic,pero en el caso que nos ocupa,como dice Jorgenexo,ni con un palo toco yo esto.

No me atrae ni su estética ni lo que me cuenta ni como me lo cuenta.
Entonces eso me hace estar por «debajo» del nivel de los otakus que disfrutan con su obra? No creo.
A mí me gusta el manga con una determinada estética que al autor del artículo seguro le parece más comercial,y que parece que el autor de estos artículos no para de digamos y entrecomillemos «criminalizar» y a mí eso no me gusta.
Si a mí me gusta un manga que tenga un estilo más de anime como el que veía cuando era crio,quien cojones es nadie para decirme que eso es menos válido que el tema que aquí nos ocupa? Es diferente nada más.

No me gusta que alguien se suba a su hipotético púlpito y se ponga por encima de mí por el simple hecho de que no me gusten según que autores ni según que temáticas.

Y lo dice un tio que hace tiempo que pasó de los 30 y que tiene una biblioteca de lo más variada entre comic americano,europeo y japonés.

Así que vale ya de intentar dejar a la gente por debajo por no compartir sus gustos caballero.

Haya paz y mucho comic,o en este caso,manga,del estilo que sea.

syx
syx
Lector
13 mayo, 2013 18:44

@Oriol Estrada Rangil Jugar con el medio desde luego es interesante, pero vuelvo a lo mismo, tengo autores como Tezuka, Eisner, Spiegelman y otros que juegan con el medio y puedo leer. Es más que nada un rechazo a la temática guro. A pesar de que el humor negro sí me gusta, el guro cruza los límites dentro de mis gustos. Por ponerte un ejemplo, «Los carruajes de Bradherley» que podría casi caer en ese género sí que me gustó, porque me parecía que había una crítica detrás. Y la famosa hiperviolencia de Tarantino que no hace crítica ninguna, la encuentro divertida en algunos momentos. Pero el guro va más allá, de una forma para mí demasiado retorcida y autocomplaciente. Igual el tipo es un genio, no te lo voy a negar pero hay estómagos que no están hechos para según qué obras.

judeh
judeh
Lector
13 mayo, 2013 18:50

No incluiría a «Los carruajes de Bradherley» en el mismo género que a Kago. Por cierto, para el que no la haya leído, muy recomendable. Es del mismo autor de la Espada del Inmortal.

También opino que entre Kago y Maruo hay muchas diferencias.

syx
syx
Lector
13 mayo, 2013 18:58

Me refería al guro – que es un género que a Samura le gusta mucho y ha tocado más de una vez – y no al surrealismo etc. que pueda tocar Kago. Quizá me he expresado mal pero quería decir que con los carruajes llega a rozarlo, salvándose no sé si a posta o no porque el tebeo tiene una visión crítica de lo que narra. También recomiendo la obra.

Y con Maruo, lo mismo, hablo de ciertas raíces comunes: guro y surrealismo, no de que sean lo mismo.

syx
syx
Lector
13 mayo, 2013 19:00

Resumiendo, que no me mola el guro lo haga quién lo haga XD

bowler02
bowler02
Lector
13 mayo, 2013 19:38

Muy buen artículo, que señala una tendencia underground pero digna de seguir para quien le interese.

Eso debe de ser la divulgación.

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2013 19:52

jorgenexo ha comentado: me puedes decir que una performance de topmodels cagando y lanzándose sus mierdas unas a otras en directo es un evento transgresor…

Hala, ya me he puesto cachondo.

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2013 20:42

Pues tu proselitismo ha conseguido reanimar mi curiosidad. Digo reanimar porque hace tiempo al sector gafapasta patrio le entró la fiebre Kago y aparecieron varias reseñas y artículos sobre su obra. De aquella no me animé, me faltó un pelín y vete tú a saber lo que pasará ahora, pero lo cierto es que llevo media tarde mirando páginas en Google y cada vez me llama mas la atención.

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
13 mayo, 2013 21:30

Tras horas de profunda reflexión he decidido que voy a arriesgar y me apunto Fraction como futurible.

Peluserio
Peluserio
Lector
13 mayo, 2013 23:25

Jamás en mi vida había leído algo como «Reproducción por mitosis», pero seguí con «Novia ante la estación» y ahí paré. No fui capaz de terminarlo.

Y lo peor es que tengo curiosidad con el de «Fraction». Como pueda, lo pillo y lo intento

SuscrofaD
Lector
14 mayo, 2013 1:48

A mi me parece simplemente bestial. Kago o te encanta o lo odias, y en cuanto en términos de narrativa me parece sublime.
¡Qué ganas de que me firme un ejemplar este grande!

ShintaX
ShintaX
Lector
14 mayo, 2013 10:03

Hola. Entiendo que estás aquí para hacer proselitismo y que tratas de convencer exponiendo tu opinión. Pero hay una diferencia entre intentar que la gente «abra su mente» a otros productos a través de tu opinión, y llamar a la gente «mentes cerradas» solo porque no comparta dicha opinión.

Por otra parte, llamar a alguien «mente cerrada» solo porque no le guste un género de comic… Ser de «mente cerrada» sería censurar dicho género, o este comic en concreto. Pero si a mi me gusta o no un género no deja de ser una cuestión de gustos, no de tener la «mente cerrada».

Elokoyo
Elokoyo
Lector
14 mayo, 2013 15:47

A mi Shintaro Kago me produce 2 sentimientos muy enfrentados: por unlado lo encuentro muy original, sus dibujos y su narrativa me parecen muy originales, pero las temáticas que toca no me van mucho.

He leído cosas suyas que me han gustado mucho y otras que directamente no me han gustado nada. Como bien dice en el artículo, es un autor muy radical. O gusta o no gusta.

Yo aún estoy indeciso sobre si lo adoro o lo odio, pero la verdad es que original lo es un rato largo.

Dillinger
Dillinger
Lector
15 mayo, 2013 12:54

Puto amo de la barraca este Kago.

Sus dos primeras obras me han recordado excesivamente a «DDT» y «El monstruo de color de rosa» de Maruo, dos sobradas igualmente aunque creo que Maruo da más importancia a contar algo que Kago cuyas historias cortas son un poco «¿Pero qué cojones?» en sun gran mayoría pero solo por la originalidad que desprende, merecen la pena.

Con Fraction aún no me he animado porque EDT se ha sobrado con una subida de 3€ en el tomo.

Entiendo que a la mayoría de la gente no le guste esto al igual que no disfrutará, de película como Black Devil Doll u obras maestras como The Taint.

Muy buen post y articulo interesante para dar a conocer a este pequeño cabrón que es Kago.

Kurt
Kurt
Lector
17 mayo, 2013 22:38

Kago es un original hijo del cyberpunk y de la biotecnología. La integración y la relación entre la máquina y el hombre, algo que tiene mucha tradición en el mundo del manga de ciencia ficción pero que Kago lleva a otros géneros. Recuerdo la primera vez que vi esta idea, en el film “Videodrome”, de David Cronenberg, casi antes incluso de la llegada de la era de la informática a España.

La idea seminal de Kago, de la que parte el resto de sus ideas, parece consistir en darle otra vuelta de tuerca a eso de borrar las fronteras entre lo que consideramos máquina y lo que consideramos biológico (vegetal, animal o humano). Los objetos vs. los sujetos.

Kago coge a un ser humano/vegetal/animal y trata su cuerpo como si fuera una máquina, lo somete a una disección, literal, sin contemplaciones -o con las mismas que tendría un mecánico desmontando un coche- y nos muestra que efectivamente desde un punto de vista fisiológico el hombre es un mecanismo, un objeto. Lo interesante de Kago es que lo hace desde un punto de vista amoral, totalmente desprejuiciado, permitiéndole así llegar a brillantes conclusiones que otros no se hubieran atrevido ni a explorar.

La despersonalización del hombre y su conversión en mercancia es un tema muy de estas sociedades postindustriales actuales como la japonesa o como, no nos engañemos, la nuestra.

Kago analiza fríamente un cuerpo humano, un animal o un vegetal y los divide en sus partes funcionales más básicas. El mangaka luego establece símiles funcionales con máquinas igualmente diseccionadas. A partir de ahí el resto es reintegrar todas estas partes combinándolas de forma original y novedosa: máquina-con persona, máquina-con vegetal, persona-con vegetal, etc. Pero Kago no se queda en la disección del cuerpo físico, también ve los edificios como máquinas y ve su relación con las personas. Y entonces pasa a la disección de las relaciones entre las personas y la sociedad y establece con éstas otros símiles con máquinas, vegetales, procesos, etc… todo muy a la japonesa.

De su interés por el ser humano como simple objeto al porno, y sus derivados, hay sólo un paso,… pero en su caso particular es un paso novedoso, original e interesante, desde el punto de vista creativo.

A partir de aquí hay que empezar a ver al Kago empresario, el mangaka que intenta hacer animaciones y que produce merchandising gore a partir de sus mangas. Su eroguro (que como género es comercial y por tanto tienes sus lectores) parte de ideas originales pero se vuelve más convencional cuando el mangaka necesita dinero. Está claro que, en el futuro, para llegar a sus perlas habrá que tragar algo de mierda.

Yo espero que la gente valore la obra de Kago más desde su vertiente de autor personal que como perteneciente a un género que, como todos, tiende -salvo excepciones- a la estandarización y a la repetición una y otra vez de los mismos tics.

He estado pensando en algún film reciente con coincidencias temáticas con los universos más originales (no los de género) de Kago pero no es fácil encontrarlos. En cambio con Suehiro Maruo no es tan difícil. Creo que quizás algunas escenas de «Funky Forest», por ejemplo la de los instrumentos musicales, apunta a maneras de Kago:

http://www.filmaffinity.com/es/film289381.html

Aquí la escena en cuestión:

http://www.youtube.com/watch?v=d0WTri-TNSM

Saludos

Kurt
Kurt
Lector
17 mayo, 2013 22:43

Sobre los que piensan que a veces Shintaro Kago se pasa de asqueroso,… bueno, no siempre es fácil saber cuándo el autor está experimentando más allá de toda moral para obtener resultados interesantes, creativos, y cuándo está sólo explotando el morbo. A veces son las dos caras de la misma moneda, sobre todo cuando el autor necesita dinero o cuando se vive en un mercado del cómic altamente comercial como lo es el japonés.

Quizás desde el punto de vista del mundo del cómic llame la atención lo escandaloso y provocador de la obra de Kago pero si se echa una mirada a otros ámbitos, como por ejemplo la experimentación artística, se verá que ese tipo de posturas no son tan inusuales.

Hay cierta manera de entender el arte que entiende que para explorar nuestra realidad desde un punto de vista artístico es necesario, por decirlo así, “descarrilar” de nuestro eje de coordenadas moral, desde el que habitualmente vemos las cosas, para ver el mundo desde otro eje, otra perspectiva, que permita una visión más global, o diferente, de las cosas. Esta manera de ver el arte considera que mostrar un mundo desde “el propio mundo” puede dejar puntos ciegos sin explorar y que sólo serán visibles desde otro eje de coordenadas más amplio (o diferente). Así, en mi opinión, se entienden carreras como la del artista Santiago Sierra. Recomiendo ver este vídeo para entender los resultados interesantes que puede dar no tener en cuenta las convenciones morales usadas por todo el mundo:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/metropolis/metropolis-santiago-sierra/945193/

Yo me imagino a Shintaro Kago como a un mangaka interesado en visitar exposiciones, no tanto de pintura convencional, bidimensional, y sí más de performances y de instalaciones artísticas contemporáneas. Estoy seguro que ha aprendido de eso para sus mangas. Es una nueva manera de entender los comics que, seguramente, también implicará una nueva manera de criticarlos, por parte de los teóricos del cómic.

De todas formas, si miramos atrás en el mundo del cómic, se verá que de cuando en cuando ha habido autores que han “descarrilado” de su eje para ofrecernos algo nuevo, un nuevo paradigma:

– Moebius alteró su manera de percibir el mundo para ofrecernos nuevos cómics, fue un cambio de ejes en la percepción de los sentidos.

– Chris Ware dejó de lado las habituales y limitadas fuentes de información que solían influir en los dibujantes de cómics y buscó nuevas fuentes más exigentes que le permitieran el titánico esfuerzo de concebir una manera profunda de entender los cómics que entroncara con el arte, que pudiera ser entendible desde el mundo del arte, y no sólo desde el de los comics. En su esfuerzo, encontró herramientas nuevas que nos trajeron un nuevo cómic. Fue un cambio de ejes intelectual.

– Shintaro Kago parece partir de un cambio de ejes moral para ofrecernos comics nuevos desde un nuevo paradigma. No digo que Kago sea un autor de la talla de los anteriores, eso sólo se verá con el tiempo, pero creo que sí está claro que en su obra hay la intuición de una nueva sensibilidad en el comic, de una nueva época que vendrá o que ya empieza a estar aquí.

Siempre pensé que tras Chris Ware sería bastante difícil encontrar a un autor que aportara algo nuevo, ha dejado el listón tan alto. La mayoría de dibujantes que han intentado ser modernos se han ahogado en el paradigma de Ware. Para aportar algo nuevo se debía ser un autor de cómics muy sofísticado, multidisciplinar y con inquietudes inimaginables incluso por el propio Ware. Así que es lógico que aparezca en una sociedad altamente tecnificada y potencia indiscutible del cómic. Pero ya se verá si Kago llega a más. Por mi parte sí que creo que ha abierto una puerta creativa que ya nadie podrá cerrar y que aportará cosas positivas, nuevas vías, al cómic mundial, si la gente le hace caso.

Yo recomiendo a todo el mundo comprarse los mangas de Shintaro Kago. Os garantizo una experiencia única, nueva, nunca antes vivida con un cómic. ¿Qué otro dibujante de cómics os puede ofrecer eso? Hoy por hoy, ninguno.