#ZNGames Maize

 

Título: Maize
Desarrollador: Finish Lane Games
Plataformas: PC/ PS4/ XBOX ONE
Idiomas: Voces en inglés y textos en castellano

 

Algo pasa en el maizal

Maize es para darle de comer aparte. La obra de Finish Line Games llega sin hacer demasiado ruido a PC y consolas de sobremesa para devolvernos a la nostalgia de la aventura gráfica de los ochentas y noventas. Hablamos de aventura gráfica de humor; un tipo de videojuego que vuelve a estar en auge y que echa mano de elementos que los jugadores más veteranos ya conocemos.

Se nota que los mismos responsables de Maize son deudores de algunas de estas claves.

Despertamos en mitad de un gigantesco maizal en el momento en que dos sombras misteriosas desaparecen por entre las enormes plantas. Desde este punto, todo se descontrola. Un maizal misterioso, una casa abandonada, un laboratorio secreto y un plan maestro que puede poner a la humanidad de rodillas.

Con este esperpéntico punto de partida, Maize nos pone en la piel de un personaje misterioso cuya identidad no será revelada hasta el final del juego y que irá descubriendo el plan de dos hombres, Bob y Ted, para dotar de inteligencia al maíz. Sí. Plantas de maíz con cara que se han adueñado de la plantación y que nos guían en un laberíntico laboratorio secreto para ayudarles en sus planes.

El humor es el punto clave para entender y disfrutar Maize: una serie de situaciones absurdas, como tener que construir un personaje frente a una cámara de reconocimiento facial usando un perchero, un sombrero, un abrigo y una pizarra con la cara dibujada; o leer las desternillantes notas que se dejaron ambos fundadores por todo el complejo, insultándose el uno al otro y manifestando lo absurdo de sus planes y sus descabelladas decisiones. También nos encontraremos con algunos puntos en que el juego se reirá de sí mismo, lanzando comentarios en pantalla que pondrán en duda todo lo que está pasando pero en fin, esto es un videojuego. De hecho, hay un mensaje que se me quedó especialmente grabado, y decía algo así como: “La lógica de esta historia es muy frágil, pero puedes ponerte a bailar”.

En lo argumental, Maize cumple con su cometido de retomar un humor que es a la vez sofisticado y absurdo; una sutil mezcla de genio y estupidez que pocos guionistas pueden lograr, pero que logra que el juego sea realmente desternillante por momentos. En esto cumple con creces.

Es en lo jugable en lo que tenemos que ponerle algún pero. Los puzzles son realmente sencillos, hasta el punto de que no supone un reto en ningún momento. Los objetos necesarios para desbloquear la siguiente sección del escenario o para resolver algún problema suelen estar muy cerca del lugar en que tienen que usarse; las guías son extensas, con puntos en los que se nos señala exactamente qué objeto tenemos que encontrar y combinar. A esto se le sume la ayuda de un osito de peluche soviético que es realmente cargante en sus comentarios y que no tiene ninguna gracia, el único punto del guión que me ha resultado un fallido intento.

En lo técnico el juego cumple, con unos gráficos y un diseño muy interesantes y una banda sonora bastante a la altura (incluyendo el maravilloso tema musical “Top Secret” que podría ser un hit de los 80s); pero de nuevo tenemos que poner la atención en un tema que patina, como es la duración. Dada la extrema facilidad del juego y su corta duración, podremos terminar la aventura en apenas 3 o 4 horas, lo que es un suspiro para una aventura gráfica.

Maize es un buen guión, ejecutado de forma algo escueta. Pareciera que una parte del equipo (los guionistas) tenían muy claro qué querían hacer, pero los responsables de diseño de niveles y mecánicas han simplificado demasiado el aspecto jugable del título, lo que hace que desmerezca bastante el conjunto. La aventura gráfica, aparte de un fuerte guión, necesita de un reto jugable. De una duración y una dificultad a la altura de las circunstancias. Y aquí es donde, me temo, Maize flojea. Y es una verdadera lástima, porque el guión de Maize y el repertorio de chistes y situaciones estrambóticas son realmente notables.

El conjunto acaba siendo un videojuego iniciático, sin duda. Un primer paso en un estudio que ha establecido algunas buenas bases, pero que necesita trabajo en lo jugable. Un guión que echa mano de lo absurdo como pocos y sale bien parado.