#ZNGames Little Nightmares

 

Título: Little Nightmares
Desarrolladora: Tarsier Studios
Plataformas: PC/ XBOX ONE/ PS4
Idiomas: Textos en castellano

 

Nuestras pesadillas

Adoro esos juegos en que la incertidumbre y el desconcierto van forjando una narrativa emergente. Esos juegos en que no hay diálogos, solo imágenes; en que el jugador tiene que ser parte activa de todo lo que está sucediendo. En Little Nightmares controlamos a un niña de chubasquero amarillo. Una diminuta niña que recorre los pasillos oscuros e infernales de lo que podría ser la mente de cualquier niño asustado. Y deberemos escapar. Huir de la oscuridad y de las criaturas que la pueblan.

Con este sencillo punto de partida, Tarsier Studios nos retrotrae a una época en que todo era confuso. En que los videojuegos no nos daban todo mascado, con puntos en el mapa, flechas que señalan el objetivo y diálogos que nos exponen una trama repensada para encandilar al jugador. No. Little Nightmares nos lanza a la incertidumbre de una pesadilla. Al desconcierto de una sala oscura, de un pasillo interminable, de buscar una salida allí donde solo nos encontramos enemigos de fantasía que buscan nuestro diminuto cuerpo como un bocado delicioso.

Si hablamos de conceptos como narrativa emergente, tal vez a alguno le suene a chino. Pero si hablamos de Another World, mítico juego con el que hay que relacionar esta obra, quizás se nos ilumine la mirada. En el citado Another World carecíamos de diálogos y de cinemáticas al uso, y aún así,se nos narraba una de las historias de ciencia ficción más épicas en el mundo de los videojuegos. En Little Nightmares deberemos recomponer en nuestra cabeza las piezas de narrativa que se nos van dejando: los personajes, los escenarios, las reacciones de estos a nuestra interacción. Así es como se crea la atmósfera y así es como se crea la narrativa. A través de mecánicas simples como saltar y empujar, exploramos una serie de niveles en esta corta aventura tan bien diseñados y con un alarde de arte que quita el hipo. Se trata de estas obras en que te quedas a mirar el entorno, no por el realismo de sus diseños ni por el virtuosismo de sus gráficos (que lo tiene), sino por lo imaginativo de sus diseños artísticos, de su profundidad.

La resolución de sencillos puzzles y la habilidad en saltar y llegar de un punto a otro es el leimotive del juego, con unas mecánicas sencillas que hacen que el conjunto sea simple pero efectivo. El control a veces se vuelve un poco complicado y hará que muramos de forma absurda más de una vez, pero en general todo es muy correcto. La cámara es fija y al tener el juego un sistema de scroll lateral, al modo arcade, no echaremos demasiado de menos por rotar y controlarla a nuestro antojo. La duración es corta, no os voy a engañar, de alrededor de 3 o 4 horas, pero lo cierto es que al terminarlo me hace pensar que si hubiera sido más largo se hubiera alargado de forma insustancial. El precio no es excesivo y esta es, sin duda, una pequeña gran obra. Una dosis corta que meterse en un par de tardes y ser absorbido por el juego. Es como leer un relato corto y esperar que fuera una novela: si hubiera durado mucho más, se hubiera arruinado la experiencia.

Así pues, Little Nightmares es una pequeña joya que deja un sabor dulce, aunque no por su temática. Una obra de horror que aprovecha los miedos infantiles y una narrativa muy especial para causar un desasosiego en el jugador. Un imprescindible.