V de Vigilantes: ¡Potatos, reuníos!

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Podemos definir la «Cultura» como el conjunto de formas, modelos o patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. La RAE matiza un poco más y en su segunda acepción explica que cultura es el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grados de desarrollo artístico, científico, industrial, en un época, grupo social, etc”.

Hay muchísimas buenas definiciones del concepto de cultura, un concepto básico para las disciplinas de estudio encargadas de lo social, concretamente para dos de ellas: antropología y sociología, íntimamente relacionadas con lo cultural.

Hoy hablaremos por aquí de un juguete. Un juguete clásico que ha sabido reinventarse y amoldarse a los nuevos tiempos sin perder ni un ápice de su carisma y de su identidad. Se trata de un personaje que se ha convertido, por derecho propio, en uno de esos iconos culturales de los que tanto hemos escrito, leído y debatido. Se trata de Mr. Potato, el Señor Patata, ese entrañable ser con cara de tubérculo que tanto nos divirtió de niños.


Cuando un personaje consigue formar parte del imaginario colectivo nos acordamos de él en multitud de ocasiones; nos viene a la memoria alguna de sus frases, puede que varios nombres de sus aliados o enemigos o incluso su melodía (si es que tenían una característica). Mr. Potato está más de actualidad que nunca, no porque sea el juguete más vendido de la historia, que lo es, ni porque vaya a aparecer de nuevo en la tercera parte de Toy Story (tanto él, como su señora), sino porque se está comercializando una línea de “cabezas de patata” ataviados como varios de nuestros personajes favoritos de otras franquicias.


Toda historia tiene un principio. En 1940 George Lerne inventó a este peculiar personaje de cabeza de tubérculo. La idea de esta patata con brazos, piernas, ojos, nariz, boca y demás accesorios, fue vendida a un fabricante de cereales para que fueran consiguiéndose las piezas como premio dentro de sus cajas. Más tarde, viendo que esa forma de comercialización no era la más acertada, Lerner recupero los derechos de su creación y comenzó a hacer negocio con los hermanos Hassenfeld (procedentes de la industria textil), que más tarde acotarían su nombre al de Hasbro.

En 1952, cuando se comenzó a vender al gran público, fue el primer juguete en contar con publicidad en la televisión nacional americana. Los ingresos fueron enormes. La simpleza de una patata “de verdad” a la que poner diferentes piezas de plástico: ojos, brazos, complementos… gustó tanto, que todos los niños querían tener uno de estos juguetes. En 1953 la línea se amplió con la aparición de la Señora Patata, Spud, su hermano, y Yam, su hermana. La familia estaba ya casi al completo. Unos años después, en 1964, ya se incluyó el cuerpo de plástico.


Diez años más tarde, todos los tamaños, tanto del cuerpo, como de los complementos, aumentaron, para que los infantes pudieran jugar con su “cara de patata” sin riesgos. También se redujeron las combinaciones, mediante una disminución en las piezas y un nuevo mecanismo para colocar cada una en su sitio, aunque esta medida se volvería a cambiar poco después, volviendo a fomentar la creatividad de los niños (que pudieron volver a poner las piezas donde les apetecía).

Mister Patata ha tenido una serie de televisión propia en Fox Kids; fue el encargado de publicitar las patatas fritas del Burger King durante una larga temporada; protagonizó, incluso, un cómic a cargo de Jim Davis; ha sido uno de los juguetes de Andy en las dos primeras entregas de Toy Story (y también lo será en esta tercera parte), y, ahora, nos lo encontramos disfrazado de Darth Vader, Indiana Jones o Spider-Man, entre otros.

Ya sabemos que los distintos productos culturales se van moviendo, dan el salto de unos soportes a otros, todo está relacionado y la inspiración puede provenir de cualquier parte. Ya sabéis que normalmente los “V de Vigilantes” se caracterizan por tener un volumen de texto elevado y por tener varias imágenes que suelen ser meramente ilustrativas de ese texto. Hoy he querido hacer, de nuevo, algo similar a otras veces, y lo importante de esta semana no es tanto el texto, sino las imágenes. Y estas imágenes tienen que ver con los productos culturales y con los personajes icónicos culturales, tal y como aparecen en la nueva línea de Potatoes personalizados.













Tenemos aquí a un gran personaje, que es ya un gran símbolo de la cultura popular, vestido con lo más característicos de otros muchos otros personajes icónicos y simbólicos. La simbolización es la esencia última del pensamiento humano. Los símbolos, entonces, son una fuente de información externa (extrapersonal) que el ser humano utiliza para organizar sus experiencias y sus relaciones sociales.

La función de los símbolos culturales es vehicular ideas o significados. Mediante el uso de los símbolos, nuestras creencias e ideas se hacen tangibles y podemos expresarlas de forma concreta, con lo que conseguimos que tengan una cierta resistencia y resultan más fáciles de comunicar y de recordar (más fáciles de mantenerse en el subconsciente colectivo, en la mente global y social).

Mediante el uso de los símbolos expresamos nuestros más íntimos pensamientos y nuestros más profundos ideales; nos servimos de ellos para integrar, de forma completa, nuestras acciones y emociones. También nos valemos de los símbolos para almacenar y transmitir nuestros valores (tanto sociales como culturales) de generación en generación. Los símbolos y los iconos culturales nos facilitan también nuestra pertenencia al grupo social, al tener una iconografía cultural común formamos parte de un todo (un todo que cada vez es más global).

El marketing se aprovecha de esos símbolos y los utiliza para “manipular” nuestros impulsos y vendernos un producto. Aquí lo han conseguido; jugando con una doble nostalgia (la del Mr. Potato, por un lado, y la del producto “personalizado”, por otro). El Señor Patata está más de moda que nunca; y lo seguirá estando.


Alguien se atrevería a decirnos, ¿a qué otros personajes veremos próximamente “potatizados”?, ¿cuáles os gustaría que lo fueran?

Nos leemos.

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JAVIE
JAVIE
Lector
14 abril, 2010 14:39

Joder que buenos los de STARSWARS,estos articulos son contraproducentes para frikis como yo,ya que ahora estare todo el dia pensando que necesito tener una patata vestida de YODA…En fin,gran articulo como siempre!!!

curioso
curioso
Lector
14 abril, 2010 16:43

muy bueno el potato

je je

carlos
carlos
14 abril, 2010 19:09

Rememorando tu infancia, eso no vale, asi cualquiera escribe, auque en tu epoca solo estaba el potato simplon,buen trabajo como siempre

Ramius
Ramius
14 abril, 2010 19:47

Yo tengo el Potato Jones y si le pulsas el sombrero suena el tema principal de la saga. Brutal. 🙂

Ziggy
Lector
14 abril, 2010 21:44

¿No existio una serie de dibujos con los hijos del señor patata?

MiRo
15 abril, 2010 3:39

Mola, creo que quiero uno xD

xtremo
25 abril, 2010 21:08

Para empezar felicidades por otro gran articulo, al leerlo me dio por buscar mas ejemplos de Señores Patata, y escribi un articulo en mi blog con algunos ejemplos de ello. No esta el del Lobezno pero si un sr patata tuneado como el Capitan America (entre otros)… Aqui tienes el enlace po si os apetece pasaros.

http://e-culturaalternativa.blogspot.com/2010/04/mr-potato-y-la-caja-de-los-disfraces.html