Valor imperdonable
Tom King, reputado autor de miniseries para DC Comics, ha regresado en exclusiva a las mismas después de su paso por Batman, con resultados de la entidad de Strange Adventures y Rorschach.
El guionista ha sabido encontrar su lugar en las historias de guerra, que le han permitido elaborar un estudio complejo acerca de la naturaleza del ser humano y las consecuencias del horror. En esta ocasión, aunque indirectamente sí veamos parte de este, aboga por un enfoque distinto, con dos protagonistas femeninas por primera vez en su carrera.
La pequeña Ruthye ve cómo su familia es asesinada, lo cual le lleva a emprender un viaje en el que conocerá a Kara, su salvadora y compañera. La situación vital de ambas hace que se establezca una relación fuerte, que va a ir creciendo mes a mes a partir de lo que les ocurre y cómo los actos del resto influyen en sus propios problemas.
Al dibujo contamos con Bilquis Evely, artista que se ha labrado una reputación en The Dreaming, por su particular estilo a la hora de construir escenarios atractivos, con una imaginación desbordante en lo que respecta a sorprender con la profundidad de lo que no se conoce. Por su parte, al color tenemos a Mat Lopes, uno de los principales reclamos de la colección y que completa un trabajo sorprendente y llamativo.
La obra guarda una semejanza evidente, tanto por argumento como caracterización de protagonista con Valor de Ley, la novela del oeste llevada al cine en dos ocasiones, con interpretaciones memorables a cargo de Jeff Bridges y el Duque John Wayne. La influencia del western también está presente en el dibujo, principalmente en las primeras páginas, con un enfoque crepuscular que nos remite directamente a la que quizás sea la última gran obra del género, Sin Perdon, de Clint Eastwood.
En este sentido, resulta estimulante cómo los autores toman una fórmula habitual, niña busca venganza y encuentra el apoyo de un peculiar guardián del orden y justicia, la acercan al lenguaje y cánones del cómic, y la convierten en una historia plenamente conectada con el personaje de Supergirl.
El primer número resulta confuso, al encontrarnos con Kara en su momento más bajo, lo cual hace que esta difiera de la versión que hemos conocido en tiempos recientes. Pero a través de momentos, diálogos y juegos de miradas, su personalidad sale a la superficie y es cuando el tebeo despliega su pleno potencial, con posterioridad.
Un elemento fundamental en la aventura está precisamente en la disparidad de planetas, arquitectura y naturaleza. Su camino les lleva a situaciones distintas, lo cual se traslada en el trabajo de dibujo y color. Bilquis Evely desarrolla el núcleo del arte a partir de la intimidad primera de las protagonistas, para posteriormente ponerlas en relación con un entorno dinámico y rico en detalles.
Las emociones de Supergirl llevan la dirección del estilo de Lopes, con tonos apagados y oscuros para las escenas más recluidas de Kara, cuando apenas empezamos a comprender qué le ha pasado, como es el comienzo del segundo número. Por su parte, los momentos cumbre del tebeo tienen el reflejo inmediato en el color, con un amarillo y rojo muy claros para representar las heroicidades de la Mujer del Mañana.
El aspecto visual es sobresaliente, sin separarse del desarrollo de King en el guion, centrado en que lo que sucede sea algo más que una concatenación de escenas de poder, sin mayor fundamento o interés último. Sobre el trabajo del autor de Míster Milagro, demuestra en el extremo positivo un gran conocimiento de la estructura en el cómic, con una narración que, a pesar de seguir un desarrollo normal, cuenta con escenas en retrospectiva.
El hecho de cambiar de género hace que su imaginación y trabajo respiren, sin desgastar las temáticas que ha desarrollado en tiempos recientes, permitiéndose una historia distinta, más superheroica, divertida y rica en situaciones clásicas del medio. Por otra parte, no termina de convencer con la voz implementada en la narración, a cargo del personaje de Ruthye, con un enfoque plenamente cinematográfico y que recuerda además de las citadas a Camino a la perdición, tebeo y posterior película de Sam Mendes.
La solemnidad en el habla termina por desgastar en parte lo que se nos cuenta. Recarga la historia e interrumpe lo que desde el dibujo ya se nos está efectivamente trasmitiendo. Al contrario, sus diálogos sí que resultan adecuados, estudiando a partir de estos las diferencias entre las dos protagonistas y permitiéndose momentos cómicos y agradables.
Que tengamos al enemigo en la sombra desde el primer número, permite que los siguientes tres sean de caracterización de personajes, con los enfrentamientos de rigor, muy potentes por la fuerza del arte de Evely y Lopes, pero entregado al factor emocional. Que cumple con creces y que deja en el lector un poso antes de lo que está por venir.
Lo mejor
• El arte y color de Bilquis Evely Mat Lopes.
• El desarrollo de personajes y potencial que deja de cara a la continuación.
Lo peor
• La voz de la narradora.
NOTABLE
Guion - 7
Dibujo - 9
Interés - 8
8
Una aventura que convence y deja con ganas de más. Brillante en dibujo y color.
He sido muy fan de King, pero mi paciencia con él cada vez es menor. Las historias se vuelven confusas, el texto es excesivo y acabo teniendo esa sensación horrible de tener que esforzarme por no abandonar.
¿Un talento narrativo o un adalid del aburrimiento? Dudo. Cuando termino sus obras me lanzo sin pensarlo a por historias más frescas, con ritmo y divertidas (gracias amigo Taylor). Pero tengo que reconocer que está serie la estoy disfrutando.
La premisa inicial es fantástica, el western y el espacio siempre han casado bien en las viñetas. El dibujo y el color son una maravilla, cuando toman el control sobre la narración todo fluye. Parece que King hasta se divierte. Es cierto que la voz en off corta un poco el rollo y que quizá podía limitarse más. El personaje de la narradora está más que construido desde las dos primeras grapas. Yo no necesito más. Lo que si que necesito es aventura, viajes, paisajes y acción. Y está serie tiene todas esas cosas.
Así si, Tom. No abandones la senda del entretenimiento. Se puede ser profundo, talentoso y divertido a la vez.