Relatos Marvels: Wonder Years

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Edición original: Marvel Comics – agosto, septiembre 1995
Edición España: Comics Forum – diciembre 1996
Guión: Dan Abnett, Andy Lanning
Dibujo: Igor Kordey
Entintado: Igor Kordey
Color: Igor Kordey
Portada: Igor Kordey
Precio: 750 pesetas (tomo en formato prestigio de sesenta y cuatro páginas)

 

El éxito de la serie limitada de Kurt Busiek y Alex Ross Marvels trajo consigo una nutrida colección de proyectos que, con mayor o menor fortuna, intentaron repetir la jugada, bien por la parte gráfica (mediante la repetición del uso de las técnicas de ilustración pictórica) bien por la parte narrativa (a través del recurso narrativo de volver a contar una historia desde la perspectiva de un personaje diferente). Wonder Years combina ambas estrategias al presentar un repaso de la vida y milagros del redivivo (y en ese momento redimuerto) Hombre Maravilla desde el punto de vista de una de sus seguidoras, una joven de Nueva Jersey llamada Cindy Knutz.

El tomo del que hoy toca hablar recopila en una sola entrega los dos números de una serie limitada publicada en el verano de 1995. En aquellos días, la franquicia vengadora estaba pasando por lo que Terry Pratchett denominaba “tiempos interesantes”. De la mano de Bob Harras y Steve Epting, la colección principal había recuperado el pulso (aunque fuera a costa de “tomar prestada” la estética de la competencia imaginera de barbas, cazadoras y cananas); por su parte, el Hombre de Hierro se había “independizado” y comandaba su propia franquicia (serie de animación incluida) con Máquina de Guerra y unos independizados Vengadores de la costa oeste. En un extraño giro de los acontecimientos, vengadores veteranos como la Bruja Escarlata o Iron Man se iban con la música a otra parte, hartos de las injerencias y paternalismos de la división neoyorquina. El experimento no duró mucho, ya que año y medio después, las díscolas ovejas volvían al redil vengativo para afrontar la saga de la Encrucijada. Entre medias, quedan para la posteridad una colección olvidable –Fuerza de Choque- y algunos de los tebeos más lamentables de la historia de la franquicia, pero también una pequeña perla en la forma de este Wonder Years, firmado literariamente por los responsables de la aventura independiente: Dan Abnett y Andy Lanning.

La historia comienza cuando la narradora de la historia, Cindy Knutz, cuenta su historia ante las integrantes de un club de fans del Hombre Maravilla. Simon Williams es, en esos momentos, una celebridad por su condición de vengador y por su carrera cinematográfica. Cindy es una recién llegada a la soleada California; ha llegado siguiendo los pasos de su ídolo. Todas las decisiones importantes en su vida adulta se explican a partir de un momento crucial: el Hombre Maravilla salvó su vida cuando estuvo a punto de ser aplastada por un robot gigantesco (Ronin Rojo, el “Mazinger-Z” de Marvel, en una de las historias cortas más recordadas de la serie principal). La joven considera esto una señal y comienza a seguir los pasos de su salvador (del que conserva un recuerdo en la forma de sus famosas gafas rojas) en los medios de comunicación y en sus desplazamientos. Así, cuando Simon se enrola en la división californiana de los Vengadores, Cindy decide probar suerte laboral en la industria del cine. Por una curiosa broma de los acontecimientos, da con sus huesos en la misma empresa en la que él intenta conseguir respeto y prestigio como intérprete. Ella lo considera un nuevo signo del destino, pero así como la vida sonríe a Williams la existencia de Knutz parece una versión gris y anónima donde su única fuente de alegría son las andanzas y hazañas de su héroe, así como la esperanza de que algún día él la identifique como la pareja ideal. El fin de los Vengadores Costa Oeste y la aparente muerte de Simon en la primera reunión de Fuerza de Choque parecen dar al traste con ese anhelo.

La segunda parte el relato narra la reacción que Knutz experimenta al ser consciente de la pérdida de quien había sido el motor de su vida. Testigo accidental de la desaparición del Hombre Maravilla, pasa por diversas etapas que van desde la negación (después de todo, Simon había vuelto de la muerte en otra ocasión) hasta la aceptación, pasando por la necesidad de ser fuerte y ayudar a otras seguidoras de su ídolo, como su amiga Bernie Sedaka. El final de la historia presenta a una Cindy más madura que decide pasar página y despedirse de una parte muy importante de su existencia para poder crecer y entrar definitivamente en la adultez.

Wonder Years es, probablemente, el comic de mayor calidad de cuantos realizaran Abnett y Lanning en esos años. La forma en la que dieron carpetazo a la colección de los “wacos” (en el centésimo segundo número de su colección) es uno de los peores tebeos de la historia de la franquicia en cuanto a caracterización de personajes y justificación de actitudes (sólo comparable al tratamiento que Bendis diera a, por ejemplo, Henry Pym). Fuerza de Choque resultó ser uno de los experimentos más aburridos de aquellos años, de tal manera que este ilustre dúo se ganó una merecida mala fama (de la cual se redimieron hace unos años en la franquicia cósmica de Marvel, todo hay que decirlo). Sin embargo, aquí lograron contar una historia que daba notablemente el tipo respecto de la todopoderosa Marvels. Cindy Knutz personifica a esas personas que, un poco, se obsesionan con la fama y sus integrantes. Es en sí misma una celebridad en un concreto sector poblacional, porque ha tenido la suerte de interactuar con el objeto de su adoración. Esta experiencia define una vida que parece definirse como anodina: un aspecto normal, una existencia gris y un motor alimentado por la esperanza de que todo eso cambie radicalmente. ¿No hemos tenido todos ese sueño en alguna ocasión? Vivir y disfrutar del éxito y la fama más allá de esos quince minutos que nos tocan (con mucha, mucha suerte). Un sueño hermoso, pero los sueños, sueños son y toca despertar (aunque la protección de la manta siempre sea tentadora). Knutz jamás olvidará que le debe la vida al heroico gesto de Williams, pero el regalo de esos años adicionales requiere de un sentido que no puede residir en la querencia por un mito.

En la parte gráfica hay que destacar el buen trabajo del ilustrador balcánico Igor Kordey, que en años subsiguientes prodigaría sus lápices a ambos lados del Atlántico y que aquí da a los empijamados las adecuados dosis de realismo que requiere toda historia contada desde la perspectiva de una persona normal, corriente y moliente.

Años después, y de la mano de Busiek y Pérez, Simon Williams volvería al mundo de los vivos (como estaba cantado) y un poco más tarde –por obra y gracia de Stern y Bagley- se encontraría con una joven Cindy Knutz. Nada es definitivo en la casa de las ideas, pero siempre queda la ocasión de disfrutar de un tebeo que, esta vez sí, hace honor a su condición de especial.

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  Edición original: Marvel Comics – agosto, septiembre 1995 Edición España: Comics Forum – diciembre 1996 Guión: Dan Abnett, Andy Lanning Dibujo: Igor Kordey Entintado: Igor Kordey Color: Igor Kordey Portada: Igor Kordey Precio: 750 pesetas (tomo en formato prestigio de sesenta y cuatro páginas)   El éxito de la…
Guión - 8.7
Dibujo - 8.5
Interés - 9.2

8.8

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Jack
Jack
Lector
24 noviembre, 2015 11:00

Buen análisis y con ganas de poder leerla, ya que me la perdí en su época. Pero discrepo de Fuerza de Choque, sin ser la mejor serie si me pareció entretenida y con algunos números de Jim Cheung que ya apuntaba maneras. Eso sí lo peor fue la muerte absurda de WonderMan, soy fan del personaje y de su serie noventera que sin ser lo mejor de la época si estaba por encima de la media.

AlbierZot
AlbierZot
Lector
24 noviembre, 2015 11:39

Ni idea de esto! A mí me chifla la serie de Wonder Man de Gerard Jones y Jeff Johnson; alejada del noventerismo imperante y centrada en construir personajes, con grandes dosis de humor. Me gustan los DnA y Kordey. Search Mode: ON.

Dultyx
Dultyx
Lector
24 noviembre, 2015 12:59

Fuerza de Choque no me gustó demasiado, tenía aventuras que se dejaban leer, pero no me enganchó en ningún momento, y el dibujo además era de lo más lamentable. Su punto fuerte y lo que me ayudó a acabármela es el mismo que vi en la mayoría de los cómics de los 90s: la estética. El uniforme de Wanda, USAgente, Wonder Man, Siglo y especialmente Iron Man con su armaduera modular me chiflaba, y la combinación de chaquetas también, sobretodo con el contraste que daba con la armadura del Caballero Negro, sin embargo eso no hace más que evidenciar que en aquella época tiraban solo de molonismo.

Soy bastante defensor de esa década, en el sentido de que creo que se hicieron más buenas historias de lo que popularmente se cree. Al fin y al cabo, los Vengadores me siguieron gustando hasta la Encrucijada, y los X-Men no me aburrieron hasta finales de los 90s. Ahora bien, está claro que hubo una decadencia.

Asclepios
Asclepios
Lector
31 diciembre, 2015 19:30

El artículo es de hace tiempo y no sé si alguien leerá este comentario pero no me resisto. Leí Wonder Years cuando tenía doce años o así y me impactó sobremanera. Tenía un enfoque intimista que se alejaba de lo que yo conocía y además me caló porque realmente me dolió la muerte del personaje. En fin, los 90 no fueron tan horribles. Gracias por estas reseñas, señor Capote.