#ZNCine – Guardianes de la Galaxia Vol. 3. La redacción opina

Ha llegado el momento, la redacción de Zona Negativa emite su veredicto sobre Guardianes de la Galaxia Vol. 3, el cierre de la trilogía de James Gunn con los personajes de Marvel Studios

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Dirección: James Gunn
Guion: James Gunn. Cómic: Dan Abnett, Andy Lanning
Música: John Murphy
Fotografía: Henry Braham
Reparto: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Karen Gillan, Pom Klementieff, Will Poulter, Chukwudi Iwuji, Sean Gunn, Elizabeth Debicki, Sylvester Stallone,Daniela Melchior, Maria Bakalova, Michael Rosenbaum. Voz: Bradley Cooper, Vin Diesel
Duración: 150 min
Productora: Marvel Studios, Marvel Entertainment. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Nacionalidad: Estados Unidos

Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación puede contener trazas de spoilers de Guardianes de la Galaxia Vol. 3, la última producción de Marvel Studios estrenada en la gran pantalla. Si no la has visto todavía, mejor vuelve más tarde y podrás disfrutar de la experiencia completa y opinar con conocimiento de causa. ¡Esto no es Twitter! ¡Estás avisado!

La maquinaria de Marvel Studios sigue en marcha pese a posibles contratiempos. En ese sentido, cabe mencionar la moderada taquilla de Ant-Man: Quantamania, el descontento de algunos aficionados con producciones recientes como Wakanda Forever y Thor: Love & Thunder y las malas críticas recibidas por algunos de sus productos estrenados en los últimos años en la plataforma de Disney Plus. En este contexto, Guardianes de la Galaxia Vol. 3 ha sido el último gran estreno de la compañía en la gran pantalla, una cinta que supone -a priori- la despedida de muchos de los personajes de la franquicia que nos han acompañado en los últimos años y de un director como James Gunn que nos deja en herencia un final de trilogía que redunda en las directrices que ya habíamos apreciado en sus anteriores entregas. Star-Lord, Gamora, Mapache Cohete, Groot y compañía regresan con sus particulares aventuras, su extraño balance entre drama y humor y una historia que se presenta como un auténtico fin de ciclo para esta popular franquicia.

En Zona Negativa nuestro redactor Juan Luis Daza ya compartió a raíz del estreno de Guardianes de la Galaxia Vol. 3 sus primeras impresiones sobre esta producción que lleva recaudados a nivel mundial más de 730 millones de dólares. En el reparto repiten los nombres de Chris Pratt, Zoe Saldaña, Dave Batista, Karen Gillan, Pom Klementieff, Vin Diesel y Bradley Cooper y comparten escenas con nuevos fichajes como el de Chukwudi Iwuji que interpreta al villanesco Alto Evolucionador y Will Poulter que hace lo propio con el mítico Adam Warlock. ¿Qué ha parecido la tercera entrega de las aventuras de los Guardianes de la Galaxia a nuestra redacción? Eso pretendemos dilucidar en esta publicación en la que también os invitamos a comentar vuestras impresiones sobre el fin de fiesta organizado por James Gunn con la saga. ¡Vamos a ello!

Fin de la cara A, por Edu Sesé

 

Reconozco que desde el cierre de la Saga del Infinito, la ilusión por el MCU se me ha enfriado considerablemente. Sigo viendo lo que nos ofrecen y disfrutando de algunas de sus propuestas, pero aquella euforia inicial ya tocó a su fin. Algo bueno, si me preguntan mi opinión, pues todas las historias deben concluir. Sin embargo, dentro de esta montaña rusa de sinsabores que ha sido la Fase IV, había una película que sí esperaba como agua de mayo.

Recuerdo cuando se anunció la primera entrega de Guardianes de la Galaxia. Recuerdo las cejas arqueadas: ¿en medio de la emoción que había despertado el éxito de Los Vengadores, apostar por un grupo de personajes de segunda fila? Y recuerdo, por supuesto, las bromas sobre “el mapache ese”. ¿Quién podría tomarse en serio una chorrada como aquella? Nueve años después, la tercera entrega de este desestructurado grupo de héroes pone punto y aparte al emotivo proyecto de James Gunn, y lo hace, precisamente, con ese mapache como centro de todo.

Es de admirar la labor realizada por James Gunn a lo largo de estos nueve años. Todos somos conscientes de que trabajar para un gigantesco monstruo empresarial como Disney está en las antípodas de la libertad creativa, pero el director de Escuadrón Suicida ha logrado otorgar lo más parecido a una identidad autoral a su trabajo dentro del MCU. Y lo ha hecho siempre cimentándose en tres pilares básicos.

Primero: el humor. Se habla mucho de “los chistes Marvel”, pero acusar de algo así a GotG sería como acusar a Aterriza como puedas de hacer el payaso. Desde su origen, Guardianes ha llevado la comedia en sus genes, la ha abrazado sin tapujos y, creo, la ha explotado como dios manda (te estoy mirando a ti, Taika Waititi). Quizás es porque estos personajes siempre han estado unidos a ese humor, quizás porque sus gags están repartidos con más inteligencia para no cargarse ningún clímax emocional. O quizás, simplemente sea porque son graciosos de verdad. El caso es que en esta tercera entrega, ese humor sigue funcionando maravillosamente bien, e incluso cuando ridiculiza a ese Adam Warlock neonato, lo hace en pos de contar una historia mejor.

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En segundo lugar: la música. Siempre me pareció brillante la manera en la que Gunn utilizó su melomanía para convertir una película más de Marvel en una experiencia diferente y refrescante, poniendo de moda para las nuevas generaciones una playlist de temazos elegidos con un gusto excelente. Una buena prueba de lo genial que fue es ver cómo ha marcado tendencia y han tratado de emularlo en un buen puñado de películas superheroicas de ambos bandos empresariales. Pero mientras que la mayoría de esos intentos se quedan en recurrir perezosamente al grupo mítico que conoce hasta mi abuela (te vuelvo a mirar a ti, Waititi), Gunn siempre ha sabido darle el toque de personalidad. Es posible que al encontrarnos ya en la tercera parte, este recurso haya perdido algo su gracia, pero solo por poder escuchar a Florence + The Machine en el cierre de esta trilogía le sigo entregando mi amor eterno.

Y por último: el corazón. Mucho más allá del humor absurdo y la música cool, Guardianes de la Galaxia siempre ha destacado por querer contarnos una historia en la que el centro de todo eran sus personajes. Tras tres entregas y algunas apariciones extra, cuando los Guardianes hablan de “familia” no nos suena extraño porque lo hemos vivido con ellos. Gunn ha sabido escribir a sus protagonistas con cariño, y ha sabido repartir el foco entre todos ellos para que nos enamoremos del grupo al completo. En ese sentido, este volumen 3 consigue acercarnos más que nunca a todos ellos, consciente de la despedida que supone la cinta. Hay espacio para Mantis y Drax, Nébula, es reina y señora del garito, la papeleta de Quill y esa Gamora alternativa se salva con una elegancia magnífica y Rocket goza de un merecidísimo protagonismo que se ve aupado gracias a su antagonista, un Chukwudi Iwuji que nos regala un villano de opereta sencillo pero francamente aterrador.

Por poner una nota negativa, sí es cierto que, consciente yo mismo de esa despedida en la que nos encontramos, me había creado ciertas expectativas sobre el nivel de drama que íbamos a encontrarnos en ella. Y si bien hay escenas que hacen temblar el lacrimal, Gunn ha optado por darnos un cierre mucho más light de lo que podría parecer en sus primeros avances. Esto puede que sea más un problema mío de expectativas, pero mientras que la primera parte contaba con el factor sorpresa y la segunda con el precioso final de Yondu, esta entrega quizás se merecía una conclusión que nos golpeara mucho más al corazón (porque no, esa casi-muerte no me engañó ni un segundo).

Pero no quiero terminar esta crítica con un párrafo negativo, porque es casi imposible salir de la sala de cine sin una sonrisa. La despedida de nuestros Guardianes está a la altura de las circunstancias, y nos confirma que, con el permiso de Steve Rogers, la suya es la mejor saga que nos ha dado el MCU. James Gunn ha logrado la proeza de satisfacer al gran Ratón sin dejar de lado su personalidad y el corazón de unos personajes que vamos a echar mucho de menos. Guardianes de la Galaxia vol.3 es quizás “la peor” de su trilogía, pero es que hay veces que hasta el peor está en lo más alto.

Lo mejor – Lo importante siguen siendo los personajes.
Lo peor – La casi-muerte.
La escena – La fuga de Rocket.
El personaje – Rocket, claro.
La canción – Dog Days Are Over, de Florence + The Machine.
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – ¡esta!

 

Para verdaderos creyentes, por Jordi T. Pardo

 

En 2014 se estrenaba Guardianes de la Galaxia, convirtiéndose en un éxito inesperado de Marvel Studios que ganó a sus aficionados por el carisma de sus personajes, por el tono de aventura pulp de su producción y una simpática banda sonora que tenía su relevancia dentro de la trama de la película. Las aventuras de Star-Lord, Gamora, Mapache Cohete, Groot y compañía eran algo diferente a lo que hasta entonces nos había propuesto la compañía. Pero hemos tenido que esperar hasta 2023 para comprobar que la visión de James Gunn estaba más que planificada a largo plazo. Hoy podemos decir que la trilogía de los Guardianes de la Galaxia ha sido la más sensata, sentida y, por momentos, espectacular, de todo este universo compartido superheroico. En parte, porque es la que más libertad creativa ha tenido en su desarrollo y también porque las injerencias que haya podido tener en términos de construcción de «macrohistoria» han sido mejor sorteadas y solventadas por su responsable.

La tercera entrega de la saga cierra el circulo abierto con su primera entrega y lo hace de una manera ejemplar, ofreciéndonos una experiencia emotiva, épica y, hasta cierto punto, catártica. Después de las irregulares Thor: Love & Thunder y Wakanda Forever y de la meritoria Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura, los Guardianes de la Galaxia han dado un golpe sobre la mesa y han dejado claro que aún le queda cuerda para rato a estas producciones en la gran pantalla. Porque se ha hablado mucho del fracaso de Ant-Man: Quantumania (con una recaudación muy similar a las anteriores entregas de la saga) y de la escasa taquilla de algunas producciones del estudio durante la pandemia, pero las cinco últimas producciones de Marvel Studios, estrenadas en la gran pantalla entre 2022 y lo que llevamos de 2023, han recaudado solo en taquillas 3.780 millones de dólares, en contraste con una inversión que ronda los 1.150 millones. Esto sin contar el pelotazo que fue Spider-Man: No Way Home que se embolsó casi 2.000 millones de dólares a nivel mundial. Parece pronto para enterrar el negocio…

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En cualquier caso, dejando los números a un lado, Guardianes de la Galaxia Vol. 3 de Gunn marca un punto de inflexión en el universo compartido de Marvel Studios y supone además la despedida de uno de los directores que mejor ha sabido entender la difícil relación entre la viñeta y el fotograma en este tipo de producciones. Gunn es posiblemente el artesano con más personalidad que ha pasado por Marvel Studios y el que ha logrado calar más entre los aficionados, pese a haber tenido candidatos recientemente como Chloé Zhao, Taika Waititi y Sam Raimi que han sabido también -para bien o para mal- llevarse las historias de superhéroes a su terreno. Pero Gunn ha logrado que sus personajes brillen en todo momento, los hemos visto reír, sufrir y afrontar -de las maneras más estrambóticas- sus problemas, como la atípica familia que resultan ser. Una cuestión que en su cierre de trilogía está más presente que nunca, como apunta un argumento que redunda en temas que ya coleaban desde la primera entrega de la trilogía.

Para los que disfrutaron de las dos anteriores entregas Guardianes de la Galaxia Vol. 3 es toda una experiencia. Nos hemos encariñado con sus personajes y eso resulta un extra muy jugoso que el propio Gunn se encarga de manipular en su beneficio. La tensión que nos genera estar en una aventura que se presenta como un punto final, hace que muchas escenas atesoren una emotividad muy especial. Mapache Cohete se presenta como el corazón de la historia, con unos Guardianes de la Galaxia que intentan salvar su vida mientras lidian con sus propios miedos y traumas interiores y con uno de los villanos más incómodos de Marvel Studios: un Alto Evolucionador con el que nos resulta imposible empatizar y al que gozamos de odiar. El humor y el drama se dan de la mano en una historia que brilla en sus momentos íntimos, pero también en su tono de aventura y en unas escenas de acción cuyos efectos especiales están a la altura.

Hay muchos frentes abiertos en Guardianes de la Galaxia Vol. 3, pero James Gunn sale bien librado de todos ellos. Cada uno de sus personajes tiene su espacio y al reencontrarnos con ellos y seguirlos a lo largo de esta última aventura apreciamos lo que han vivido, la manera en la que han evolucionado, lo necesitados que están unos de otros y, finalmente, comprendemos sus decisiones y el punto final al que llegan sus historias. Habrá momentos que nos destrocen y otros que nos hagan esbozar una sonrisa, incluso una carcajada. Si ese es el caso hemos logrado conectar con la propuesta de Gunn que además nos sigue mostrando la inmensidad y maravillas de este universo de una manera que ningún otro cineasta que haya trabajado para Marvel Studios ha sabido hacer. Todo lo relativo a Guardianes de la Galaxia es humano, demasiado humano.

Lo mejor – La emotividad y el cariño por sus personajes que desprende toda la película.
Lo peor – No poder contar con una nueva entrega de estos personajes en manos de James Gunn.
La escena – La aparente muerte de Star-Lord.
El personaje – Mapache Cohete. Es el personaje que en realidad ejemplifica todas las cualidades de la saga.
La canción – Come and get your love de Redbone. Con ella empezó todo.
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – Por ahora, Guardianes de la Galaxia.

 

La visión de un director, por Raúl Gutiérrez

 

Corría el año 2014 y el Universo Cinematográfico Marvel estaba en pleno apogeo. Lo que había empezado como unas cuantas películas de presentación de personajes, había culminado su primera fase con Los Vengadores, cinta que aunque hoy en día está superada como crossover cinematográfico, en su momento nos volvió locos a todos los aficionaos desde su primer trailer. La idea de Kevin Feige (y de Ike Perlmutter que por aquel entonces todavía formaba parte de Marvel Studios) era continuar expandiendo la idea planteada en la película de los Héroes Más Poderosos de la Tierra.

Para ello, por un lado, seguían ahondado en el desarrollo de sus personajes principales como demostraron películas com El Soldado de Invierno o Iron Man 3, y por otro lado, preparando la llegada de ese Thanos que vimos en la mítica poscréditos de Los Vengadores. En aquella cinta, nuestros superhéroes favoritos se habían enfrentado a los Chitauri de Loki y por tanto, a alienígenas del espacio que trataban de conquistar la tierra. Ello, junto con algunos conceptos presentados en Thor, dejaban claro que había más vida fuera de nuestro planeta y que por tanto, era perfectamente plausible el realizar una película ambientada más allá del sistema solar.

En aquel 2014 además, se daba la casualidad de que dentro del planning de Marvel Studios para el verano de ese año, no había película, por lo que se decidió antes que se podía arriesgar presentando a Los Guardianes de la Galaxia. Aquel grupo de inadaptados serviría para que el gran público supiera que se cocía en el Universo Marvel fuera de la tierra, y era lo suficientemente ajeno al resto de la trama del MCU, y autocontenido para que, si la idea fracasaba, no afectara al resto de la planificación que Feige y Perlmutter tenían pensada.

Tenemos que entender que, en un mundo en el que Los Cuatro Fantásticos no podían ser utilizados, Marvel Studios necesitaba otro vehículo para presentar todas esas ideas locas espaciales que eran esenciales en la expansión del Universo Marvel.

Guardianes de la Galaxia, que presentaba a personajes que incluso muchos lectores desconocíamos o no conocíamos lo suficiente, fue un auténtico éxito. Todo el mundo quería más de esos personajes, especialmente de ese Mapache parlante del que hasta entonces al ver el trailer, mucha gente había despotricado por el viraje hacia lo «infantil» que estaba tomando el MCU.

El elegido para realizar esta película fue James Gunn, quien venía de Evolution, cine adolescente y familiar con mucha mala baba y por tanto, perfecto para esta nueva franquicia. El éxito fue tal que en 2017 llegó una segunda parte que básicamente, repetía todo lo que había hecho grande a la primera.

Los Guardianes ya estaban asentados en el MCU y su paticipación era vital de cara a la gran explosión de Infinity War/Endgame.

Además, James Gunn los había hecho suyos, de forma que en este caso más que en ningún otro tratándose de Marvel Studios, Drax, Gamora, Rocket, Star-Lord, Mantis, Yondu, etc, eran personajes creados pro James Gunn, que apenas tenían nada que ver con los ideados por Jim Starlin, Stan Lee y otros creadores, y aquello resultaba acertado y fantástico porque solo así podían crecer en la dirección que su director quería imprimir a estas películas.

Ello nos hace pensar que quizás habría que dar más libertad creativa en estos supuestos, puesto que desgraciadamente no se permite arriesgar con el Capitán América o Iron Man tanto como con los Guardianes y el resultado es una franquicia que se convierte a juicio de este redactor, en la más solvente de Marvel Studios.

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Pero ahondado ya por fin en la tercera parte, la que como Vengadores nos ha reunido hoy aquí, estamos ante una película que a priori, y a pesar del éxito de las anteriores no iba a ser desarrollada por James Gunn por unos tweets polémicos anteriores a su llegada Disney. Sin embargo, el sentido común (y el conocimiento de la pérdida económica que supondría unos Guardianes 3 sin Gunn) nos trajeron una tercera parte por él dirigida que, viene a cerrar perfectamente todo el arco evolutivo de los personajes como grupo siendo un perfecto canto de amor a esa familia elegida que son los amigos con los que te encuentras a lo largo de tu vida.

No pretendo hablar de la trama porque de sobra es conocida por todos. De como Warlock hiere de muerte a Rocket para su dueño, el Alto Evolucionador. De como conocemos el pasado de este mapache con mala baba y descubrimos las torturas a las que estuvo sometido. De como Peter Quill tiene que lidiar con el alcoholismo y la pérdida de la mujer que más ama en este mundo mientras ve a una versión de aquella que en realidad no es tal a cada rato que pasa.

Guardianes de la Galaxia 3, más allá de su trama (que en el fondo es pequeña, aislada del resto del MCU y centrada en sus personajes, lo que precisamente la hace tan perfecta) es una película sobre cierre de ciclos, apertura de otros nuevos y sobre unos personajes que han seguido el camino que James Gunn con total carta blanca, ha decidido perfilar para estos personajes desde que hace nueve años se pusiera manos a la obra con ellos.

¿El resumen? Un auténtico espectáculo visual y emocional.

Lo mejor – Os quiero, chicos.
Lo peor – Que si los volvemos a ver, sea sin James Gunn mediante.
La escena – -¿Lo pasábamos bien? -Ni te imaginas cuanto.
El personaje – Ahora y siempre, Rocket.
La canción – Crazy on you.
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – Guardianes de la Galaxia.

 

Mátame camión, pero hazlo ya, por Roman de Muelas

 

Mientras veía en el cine Guardianes de la Galaxia Vol. 3 tuve una revelación. Se hizo la luz. Conocí la verdad. De golpe, todo era prístino, cristalino, transparente… la realidad ya no era algo interpretable y ominoso, por fin entendí. Ya podía dejar de luchar para detectar los códigos de mi entorno, de mi contexto y de mi época.

Por fin comprendí… que me había hecho mayor, que me había hecho viejo.

Dura la palabra, eh, hasta que la aceptas y abrazas como la verdad revelada.

A ver, no fue un golpe, ha sido un proceso en el que he ido, durante bastante tiempo, registrando inputs. La película simplemente fue el input final (no diré lo de la gota que colmó el vaso (ups, ya lo he dicho, lo siento)), fue el momento que hice clic y fui plenamente consciente. Ya podía dejar atrás la bromita de la edad, la condescendencia pretendidamente simpática con la que enviaba el meme de Burns vestido como un adolescente o el gif de Buscemi con el monopatín. ¡Basta ya!

Mientras estaba viendo como una cantidad ingente de personajes de diferentes colores y razas alienígenas hablaban en el misma idioma (inglés en la versión original, oh sorpresa), pese a llegar a pertenecer a realidades e incluso dimensiones diferentes (creo), se emocionaban porque una criatura (el mapache) creada por ordenador de manera tan realista que activaba mi alergia a los ácaros, me di cuenta de que ya estaba mayor para estas cosas.

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No es culpa de la película que no deja de ser un más de lo mismo, del insoportable humor Marvel, del pim pam pum, de la estructura de historia procedimentada y normativa que parece que responda a una infografía de una escuela de negocios, de las penosas interpretaciones de algunos actores (no es mérito del mapache y de sus programadores que sea el mejor actor de la película de lejos (el segundo es el árbol (es que me parece mentira estar escribiendo esto))), del mensaje subtextual absolutamente incoherente e hipócritamente americano (lloramos por unos animales que sufren la experimentación mientras los héroes asesinan a sangre fría), ni de la banda sonora de saldo, de casete de gasolinera perdida en una polvorienta carretera de Zamora, ni la bochornosa escena donde nos ponen el único tema decente (Not Sleep till Brooklyn) para decorar una espectacular escena de acción culminante en una película mainstream creado por estudios bañados en oro (los Bestie Boys representan todo lo contrario, por si hace falta decirlo).

No, no es culpa de nada de esto. Es culpa mía. Me he hecho mayor. Empecé relativamente joven con las pelis Marvel de superhéroes pero ya estoy viejo. Disfruté como un enano viendo el Spiderman de Sam Raimi (aún lo disfruto) pero quiero clavarme un lápiz en los ojos cuando veo a Chris Pratt intentando (nunca lo consigue) ser gracioso.

Estas dos intensas décadas han hecho mella en mí, me han agotado. Viendo el entusiasmo que me rodea con esta película (y la mayoría de las anteriores) veo que soy yo. Solo yo, por lo que parece.

No puedo más.

Me bajo.

Adiós.

Lo mejor – La peli tiene un final.
Lo peor – Pero no lo parece, se hace eterna.
La escena – Cuando suenan los Beastie Boys, si cierras los ojos mola.
El personaje – James Gunn, que te paguen por esto macho… ¡¡Campeón!!
La canción – Not Sleep Till Brooklyn (no hay color)
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – Spiderman de Sam Raimi

 

Un melómano suelto en Disney, por Samuel Secades

 

Parecía que Guardianes de la Galaxia nos tenía reservado algo verdaderamente especial con el esperado cierre de su trilogía tras dos entregas que fueron de lo mejor de sus respectivas Fases; y, cuando pasan los títulos de crédito finales, uno se queda con esa sensación de que sí, James Gunn ha conseguido contar la historia que quería desde un principio, pero también queda un cierto regusto amargo de que los Guardianes no han conseguido esquivar el problema con las terceras partes. Y es que, perdido el factor sorpresa de la primera película (y menuda sorpresa nos llevamos en 2014 al ritmo de Come and get your love, que se encarga también de cerrar esta tercera entrega completando el círculo musical de Gunn) y el más y mejor de su pulida secuela, el desafortunado papel de los Guardianes en la saga del Infinito dejaba al grupo tocado con la torpeza de Peter Quill frente a Thanos, incluyendo en el grupo a un desubicado Thor (y echándolo prácticamente al momento) y, sobre todo, la pérdida del personaje de Gamora, que retrocedía humillantemente al status-quo del personaje en la primera película. Todas esas decisiones desequilibraron la base que con tanto cariño había construido Gunn en las dos películas de la saga (aún siendo el propio Gunn uno de los arquitectos del argumento de Infinity War y Endgame), rompiendo muchas de las dinámicas del grupo y, quizás, centrándose demasiado en el aspecto humorístico del dúo formado por Drax y Mantis, algo que ya lastraba en parte muchos momentos de la segunda entrega y que, paradójicamente, funcionaba mucho mejor en el divertido e intrascendente Especial Navideño que pudimos disfrutar hace unos meses.

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Pero, como decía al principio, esta Guardianes de la Galaxia Vol. 3 sufre de ese síndrome de las terceras partes donde todo tiene que quedar bien atado, y a la vez es donde se juegan las cartas más elevadas a nivel emocional. Eso es algo que también le pasa factura a la película, y es que ya sabíamos que Rocket y su dramático origen iban a ser el vehículo narrativo de esta conclusión, pero la película abre demasiados frentes con cada personaje, por lo que su conclusión se siente precipitada y, en cierto modo, tramposa. Porque sí, Rocket es el protagonista aunque esté inconsciente a base de flashbacks de su creación, pero debido a la saturación de tramas a resolver repartidas en el grupo, su regreso y redención parecen incluso pasar a un segundo plano si hay que volver a rescatar a Quill de las garras de la muerte en el espacio. Por no hablar de uno de los grandes talones de Aquiles de la película para mi gusto, y es la sobreexplotación emocional del maltrato animal, un tema tan dramático que por un lado contrasta demasiado con el carácter divertido de la saga, y por el otro convierte esta tercera parte en la más desagradable e incómoda de la trilogía, mezclando tramas ridículas (aquí hay un duelo en la cumbre entre la absurda pareja de Drax y Mantis y el terriblemente desaprovechado Adam Warlock) con escenas que parecen diseñadas para emocionar vulgarmente al espectador a través de las expresiones CGI de los animales torturados, al más puro estilo de la triquiñuela que utilizaba el Gato con Botas de la saga Shrek para dar pena a sus contrincantes, concluyendo con esa manida escena con los compañeros de celda de Rocket saludando desde el Más Allá que puede hacerte saltar alguna lágrima, pero a la que se le ven las costuras de un chantaje emocional innecesario, máxime cuando tenemos de antecedentes dos escenas tan bonitas y sutiles como ese primer vistazo a las horribles cicatrices de Rocket en la primera Guardianes y la reveladora conversación entre Rocket y Yondu en la segunda entrega.

Al fin y al cabo, la verdadera lástima es que toda esa inversión emocional en sus personajes acaba quedando diluida con los defectos de todo blockbuster de las últimas dos décadas: el gigantismo de su propuesta de escenas de acción, que acaban resultando confusas y agotadoras y, sobre todo (y no me cansaré de decirlo) la incapacidad de ciertas películas de prescindir de ese continuo e interminable segundo acto puramente videojueguil donde los protagonistas deben colarse en algún sitio para buscar algo que accione otra parte de la trama, y que hace que cualquier espectador con algún otro propósito más allá de masticar palomitas acabe dando bostezos o mirando la hora. Todo lo que quería contar Guardianes de la Galaxia Vol. 3 se podría haber contado con mucha menos duración y el mismo impacto emocional (o incluso más, si le restamos el cansancio que provoca tanta pirotecnia).

Y, aún así, a pesar de haber hecho el papel de viejo gruñón en los párrafos anteriores, he de reconocer que, cuando la película funciona, lo hace de manera más que eficiente. Y es que James Gunn es un tipo muy listo, y su talento supera a la media de lo que nos ha ofrecido la última Fase de Marvel Studios y el MCU en general desde la conclusión de Endgame. Al menos Gunn sabe dónde poner el corazón de una historia, algo que nos llena de esperanzas para ver qué nos prepara con su Superman, y tiene un cariño genuino por sus personajes, a pesar de su tendencia a la caricaturización o la risa fácil marca de la casa. Y, aunque la selección musical parece más precipitada y peor incrustada en la película, sólo por ese emotivo paso a los dosmiles con la maravillosa Dog Days are Over de Florence + The Machine, ya ha merecido la pena pagar la entrada de este Volumen 3. Aquí voy a hacer una conclusión con un inciso, y es que hace años que el directo de la canción en el Oxegen Festival de Irlanda de 2010 es uno de mis vídeos fetiche en Youtube, de esos que me pongo cuando quiero subirme el ánimo en un día triste. Allí, como pasaba con aquel Come and get your love que sonaba mientras la primera Guardianes de la Galaxia nos presentaba al pícaro ladrón y saqueador de Peter Quill, Florence + The Machine no eran cabeza de cartel como los Guardianes no eran más que otra referencia del Universo Marvel, y ni siquiera el tiempo acompañaba a la actuación, con una lluvia persistente que parecía iba a estropear el espectáculo. Pero, qué demonios, era un festival de música, en verano y en tiempos más felices, y la gente había ido a pasárselo bien, así que Dog Days are Over fue un revulsivo para hacer que la gente se olvidase de la lluvia y saltara como si fuera la última fiesta de sus vidas, como sólo se puede saltar en la vorágine de un festival cuando se da esa magia desde el escenario. Puede que los Guardianes de la Galaxia de este renqueante MCU hayan perdido parte de la magia de aquella primera entrega por la que nadie apostaba ni un duro euro, pero James Gunn ha sabido invocar al final ese espíritu festivalero para hacernos saltar una vez más en nuestras butacas deseando que esa playlist nunca se acabe.

Lo mejor – La capacidad de la saga Guardianes de ser la más puramente comiquera dentro del MCU.
Lo peor – Una trama demasiado alargada para llegar de un punto a otro. Y un Adam Warlock con el que no saben qué hacer, al igual que con un Groot que ha ido a peor.
La escena – Ese darse la vuelta por estar cansados de huir para hacer al fin lo correcto.
El personaje – Rocket y el Alto Evolucionador.
La canción – Run fast for your mother, run fast for your father, run for your children, for your sisters and brothers, leave all your love and your longing behind, you can’t carry it with you if you want to survive…
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – Guardianes de la Galaxia es la más consistente, pero como no considero Civil War la tercera del Capi, en cuanto salga la cuarta actualizo la respuesta.

 

The Last Dance, por Sergio Fernández

 

Corría el verano de 2014 cuando los Guardianes de la Galaxia se mostraron por vez primera en pantalla grande. Un grupo de perdedores que tampoco era una poderosa franquicia en La Casa de las Ideas. Así pues, la magia del cine consiguió dar un lavado de cara a estos particulares héroes espaciales con James Gunn a los mandos de la nave y un sólido reparto que fue añadiendo algún que otro tripulante con el paso de los años. Nueve años más tarde, Marvel Studios estaba preparada para el cierre de esta trilogía, dejando paso a savia nueva. Aunque pueda parecer que la naranja no estaba lo bastante exprimida, cabe recordar que los Guardianes también tuvieron su importancia en la lucha contra Thanos, acompañaron al Dios del Trueno en los primeros compases de Thor: Love & Thunder e, incluso, tuvieron su particular capítulo especial de navidad, Kevin Bacon mediante, que sirvió de aperitivo antes de degustar este Volumen 3.

El hijo pródigo regresó para un último baile después de haber adquirido compromiso con la Distinguida Competencia. Tras lo visto en Escuadrón Suicida y El Pacificador, en Disney muchos se estarán tirando de los pelos por dejar marchar a James Gunn, uno de los mejores talentos que el MCU tuvo a bien disponer. La autoría de este cineasta se deja ver una vez más en este broche de oro con su peculiar humor y una soundtrack para el recuerdo. Sin embargo, Gunn parece haber pulido sus excesos y esta última entrega resulta la más equilibrada de toda la saga. Hay gags recurrentes, sí, pero también nos encontramos ante una cinta mucho más oscura que sus predecesoras con imágenes grotescas. El maltrato animal del que somos testigos revolvió la tripa a más de uno y encogió el corazón a todo ser humano que presuma de tener alma.

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Aunque lo fácil habría sido ahondar en la relación de Peter Quill y Gamora, lejos de repetirse, el foco principal se pone sobre Rockett. De esta manera, los continuos flashabacks del personaje, a quien presta voz Bradley Cooper en su versión original, son el verdadero motor de la historia. La unión hace la fuerza. Los compañeros del mapache más célebre del universo conocido se embarcaron en una última aventura para salvar a su amigo teniendo como “final boss” a uno de los villanos más odiosos del MCU. Al igual que Jennifer Holland, el actor nigeriano Chukwudi Iwuji repite colaboración con Gunn tras tener un papel relevante en la serie protagonizada por John Cena y lo hace como el Alto Evolucionador, un enemigo con ínfulas de Dios eternamente insatisfecho con sus creaciones. Un rival tan peligroso que pondrá en jaque a Star-Lord y compañía pero que finalmente acabará recibiendo su propio merecido.

Cada vez que llega el momento de cerrar una franquicia (al menos tal y como la conocemos) las apuestas sobre el destino de sus protagonistas empiezan a surgir en redes. Chris Pratt, que tras la lastimosa Jurassic World: Dominion y unas olvidables producciones para Amazon Prime Video parecía haberse estancado dentro del star system, tenía muchas papeletas para abandonar la sala. Al más puro estilo Leia Organa, Peter consigue esquivar a la muerte tras haber sentido que en el espacio nadie puede escuchar tus gritos. Nuestras lagrimas se secan y todo queda en un susto. Sin embargo, lejos del happy ending, el futuro director de Superman: Legacy tenía otros planes. El corazón roto de Quill, como mucho, podrá ser parcheado. La versión de Gamora que fue sacrificada por el Titán Loco, desapareció. El recorrido de esta “nueva” Gamora ha seguido caminos diferentes. De hecho, estos caminos han sido tan inescrutables que Zoe Saldaña ha acabo convirtiéndose en toda una pirata espacial. De esta manera, Peter acaba volviendo a su planeta natal después de una despedida agridulce. Nebula y Drax se quedan en Sapiencial para cuidar de los niños rescatados, Mantis emprenderá un viaje de autodescubrimiento mientras que el renacido Rockett encabeza una nueva banda de Guardianes de la que también forman parte Cosmo, Adam Warlock (de quien se podía haber sacado más jugo en su puesta de largo), Kraglin, la pequeña Phyla-Vel, Blurp y, por si hiciera falta más madera, por supuesto, Groot.

Lo mejor – Es la entrega que mejor ha sabido combinar humor, drama, acción y epicidad.
Lo peor – La pérdida de James Gunn. El MCU (y nosotros) le va a echar mucho de menos.
La escena – Hazme un muñeco de nieve de Star-Lord.
El personaje – Rocket.
La canción – A pesar de ser la franquicia con mejor soundtrack de Marvel Studios, me sigo quedando con Do Ya Wanna Taste It.
La mejor trilogía de Marvel Studios es… – Puestos a hacer trampas al solitario, me elijo la siguiente trilogía: Doctor Strange-Infinity War-Doctor Strange en el multiverso de la locura.

 

Dirección: James Gunn Guion: James Gunn. Cómic: Dan Abnett, Andy Lanning Música: John Murphy Fotografía: Henry Braham Reparto: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Karen Gillan, Pom Klementieff, Will Poulter, Chukwudi Iwuji, Sean Gunn, Elizabeth Debicki, Sylvester Stallone,Daniela Melchior, Maria Bakalova, Michael Rosenbaum. Voz: Bradley Cooper, Vin Diesel Duración: 150…
Edu Sesé - 7.5
Jordi T. Pardo - 9
Raúl Gutiérrez - 9
Roman de Muelas - 2
Samuel Secades - 7.5
Sergio Fernández - 8

7.2

Fin de ciclo

Con alguna disidencia la conclusión final sobre Guardianes de la Galaxia Vol. 3 en la redacción es bastante positiva. Una producción que roza el notable y que para muchos de nuestros redactores es el cierre a la mejor trilogía que nos ha dado Marvel Studios hasta la fecha.

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M0ng0
M0ng0
Lector
8 junio, 2023 17:52

Aún no he visto la película y tampoco tengo mucha prisa, la verdad. Sólo quería comentar una cosa: Por qué malgastar espacio en un artículo para publicar una chorrada que no aportad nada, como la «reseña» (es más bien una entrada de diario) de Román de Muelas.Totalmente prescindible.

Last edited 10 meses atrás by M0ng0
nmarango
nmarango
Lector
8 junio, 2023 21:48

Román, me viene pasando exactamente lo mismo

Román de Muelas
En respuesta a  nmarango
8 junio, 2023 22:27

Sí, es una sensación rara pero visto el entusiasmo general asumo que es algo mío.

MateoG
MateoG
Lector
8 junio, 2023 21:56

Entiendo que la formula Marvel pueda generar cansancio, a todos en mayor o menor medida nos pasa. Pero en este caso quizás el dolor estaba más en las muelas que en la pantalla.

Román de Muelas
En respuesta a  MateoG
8 junio, 2023 22:27

Wow. Chistes sobre los apellidos, que recuerdos de la escuela.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Román de Muelas
9 junio, 2023 4:27

Decinos que no tenes una hermana «Dolores»…perdón Sr. Juez se me escapó!!

Ignacio
Lector
8 junio, 2023 23:39

Yo no estoy del todo en desacuerdo con lo que comenta Román Muelas, pues a mí ya hace tiempo que me viene pasando lo mismo (no con esta peli concretamente, no obstante) con Marvel Studios.

Eso sí, toda su argumentación (en mi opinión) se viene clamorosamente abajo con lo de que la mejor trilogía de Marvel es el Spider-Man de Sam Raimi. Con lo mal que ha envejecido la primera y el truño descomunal que es la tercera, ponerla en ese pedestal no es hacerse viejo: es tener muy (pero muy) mal gusto.