Metrópoli Cómic Con 2018: crónica del viernes 6 de julio

Un vistazo a grandes rasgos de lo que pudimos ver ayer en el evento de Gijón

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Este jueves dio pistoletazo de salida la edición de este año de la Metrópoli Comic Con. La apertura se celebró con dos conferencias a cargo de nada menos que de Dave Gibbons una y Bob McLeod la otra. Desgraciadamente, a pesar del interés de estas dos actividades, un servidor no pudo asistir a ellas dado que se encontraba de viaje hacia el lugar de celebración, Gijón. Incompatibilidades laborales le impidieron a uno poder salir antes para allá. Qué le vamos a hacer, trataremos de compensar con los jugosos tres días que quedan por delante. De momento y para empezar, ahí van las dos portadas variantes del cómic exclusivo de esta edición del festival:

El viernes por la mañana, el recinto no se encuentra abierto al público. Las puertas no recibirán a los asistentes hasta las cinco de la tarde. Pero a los medios informativos sí se nos convocó antes, para poder realizar entrevistas a los autores asistentes. Encantadores todos ellos, Dave Gibbons, Rick Leonardi, Gabriel Hernández Walta, Joe Jusko, Bruno Redondo, Iban Coello y Daniel Sampere respondieron a nuestras preguntas, y les ofreceremos las transcripciones de estas entrevistas durante las próximas semanas.

Para cuando estos intercambios de preguntas y respuestas con artistas a los que admiras han finalizado, hace ya un rato que las puertas de recinto ferial Luis Adaro han abierto, y el público empieza a llenar el recinto. Se ven Cosplayers, aficionados al cómic, padres con hijos, y en general a todo tipo de Gijoneses que acuden a Metrópoli, ya sea en su concepto más general, o más concretamente a la convención de cómics que se celebra bajo su estandarte. Hay muy buen ambiente: gran parte del evento es al aire libre, la climatología acompaña, hay terrazas, actividades, puestos de comida, conciertos, y todo invita a sumergirse en ello y unirse al resto de los asistentes. Pero inmediatamente uno recuerda que comienza una charla con Rick Leonardi, y por tentadora que la otra opción sea, el creador gráfico de Spiderman 2099 nos tira más.

La conferencia de Leonardi fue presentada por Miguel G. Saavedra, y se centró en los primeros pasos de la carrera del artistas hace la friolera de cuarenta años, y en su implicación con los personajes de Cloak & Dagger, como estaba anunciado. Mientras el asunto comienza, revisas el programa y te das cuenta de que después hay otras dos charlas más, y que ambas son de enorme interés. Descubres que te vas a pasar toda la tarde metido en esa sala y que luego poco tiempo vas a tener para visitar el resto del evento. Es una pena, pero ya lo harás mañana, te dices, y ya le dedicarás más espacio. Por cierto, descubres con agrado también que algo antes de finalizar las conferencias, los autores sortean cómics (cortesía de Panini y Planeta) mediante distendidas preguntas al público.

Bruno Redondo y Daniel Sampere, majisimos como ya te ha demostrado en las entrevistas de hace unas horas, hablan de su trabajo en los cómics de Injustice, moderados por Pepe Caldelas. La conferencia resulta apasionante, sobre todo gracias a las capacidades comunicativas de los participantes, y se incide en las limitaciones creativas del formato apaisado digital como artista y narrador, y en cómo uno se debe estrujar las meninges para plantear soluciones gráficamente interesantes cada pocas páginas, con unas fechas de entrega muy ajustadas dada la cadencia del proyecto.

Para finalizar las charlas del viernes, tenemos la de Jorge Molina, uno de los artistas que no nos ha dado tiempo a entrevistar. Y la pena que eso nos podía dar se redobla al ver la actitud honesta, serena y encantadora del artista mexicano. Modera de nuevo Miguel G Saavedra, y se nos guía por un paseo por la carrera del dibujante, sus preferencias a la hora de trabajar y respecto a personajes Marvel y DC, y su gusto por el trabajo en el arte conceptual de videojuegos. Se incide en su paso por Avengers A-Force y X-Men Blue, y sin ningún problema Molina nos dice que a pesar de estar todavía bajo contrato en exclusiva con Marvel, cuando éste expire el año que viene, probablemente no lo renueve, para así no cerrarse horizontes creativos y tener la opción de ofrecer proyectos más personales.

Una vez terminadas las conferencias, y algo agotado sobre las nueve de la noche, ya es tiempo de disfrutar de la convención en sí. Te paseas por los stands, por los puestos de merchandising y de venta de cómics, por las galerías de originales con, entre otras cosas, arte del Watchmen de Gibbons, de los famosos corner boxes de Jusko, de La Visión de Walta…y ves a los dibujantes en el Artist’s Alley, firmando ejemplares, vendiendo originales y recibiendo encargos de commissions. Hay bastante público, como es normal a casi última hora, pero no como para que sea agobiante ni mucho menos. Mañana, te dicen, eso ya será otra historia.

Además hay exposiciones de Lego y Playmobil (pequeñita pero preciosa), de Harry Potter…y decides dejarte la de Marvel para mañana, junto a muchas otras cosas. Es hora de coger algo para cenar en los Food Trucks.

Inmediatamente tras degustar una fabulosa hamburguesa, comienza en el escenario principal el concierto de Rinocerose, uno de los grupos que a un servidor le interesaba ver y oír. Y aunque su actuación es excelente y hace vibrar a la muy concurrida audiencia, el agotamiento empieza a hacer mella: todavía queda media hora de trayecto hasta el hotel, así que, sorprendentemente para la fama que uno tiene entre sus amigos, antes de las doce y sin finalizar el concierto decides volver para obtener tu merecido reposo. Incluso el trayecto de vuelta resulta genial, charlando con un compañero de otro medio sobre tebeos y autores marvelitas añejos, mientras de paso te das un paseo por la ciudad. Mañana, más, y quizás incluso mejor.

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