La Patrulla-X de Chris Claremont. 4ª parte

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talk is cheap, bub

A Chris Claremont ya se le había ocurrido antes

En La misteriosa llama de la reina Loana, Umberto Eco plantea una interesante reflexión acerca de las relaciones entre la memoria, la identidad y el arte. El protagonista ha perdido su memoria episódica pero conserva la semántica; es decir, no recuerda quién es, pero recuerda lo que ha aprendido. Sabe quién fue Mussolini pero no reconoce a su mujer. Recluido en el hogar de su niñez, Giambattista Bodoni intenta recuperar la memoria a través de sus lecturas pasadas, construyendo así una identidad que aunque no sea la primera, también es la suya. Esta novela, aparte de ser un ejemplo de buena ficción popular, puede servirnos para jugar a conocernos un poco mejor. Imaginemos por un segundo que estamos en el lugar de Giambattista Bodoni, sentados en la habitación de nuestra niñez, rodeados por cajas llenas de libros y tebeos. ¿Cuáles son las primeras imágenes nítidas en la que reconocemos una pasión madura, seria, por el cómic? ¿Cuál es la primera viñeta que te emociona, que despierta “algo” en tu memoria? Podríamos jugar durante unas líneas, aunque solo sea para romper el hielo.

Empezaré yo. Me apetecería decir que siempre fui lector de cómic, que comencé por Mortadelo y Filemón y que fui ampliando, poco a poco, el espectro de mis aficiones. Pero recordemos que estoy jugando a ser un Giambattista Bodoni y que he perdido la memoria. No sé nada de mí mismo. Así que continuo sacando libros y cómics de sus cajas, los hojeo con la esperanza de encontrar una portada, una imagen… algo que me haga sentir un chispazo de emoción, que ilumine mi memoria como un relámpago lejano aclara el cielo de una noche sin luna. Los cómics que leí en mi infancia quizás me provoquen nostalgia pero el relámpago no llega hasta que me encuentra con esta doble página.

Legion ultima

Esta viñeta corresponde al número 40 de los X-Men de Nicieza y Andy Kubert, con el que concluye La Búsqueda de Legión y comienza la Era de Apocalipsis. No es el primer cómic que disfruté consciente de su especificidad como medio, pero sí es el que me hizo asimilar lo infinito de sus posibilidades. Yo era demasiado joven para valorar la calidad de Nicieza como guionista (habría mucha tela que cortar), pero me sobrecogió la angustia de sus personajes y comprendí que los cómics no estaban hechos para entretener, sino para contar historias. En aquellos tiempos los cómics todavía no se dividían entre “novelas gráficas” y “pasatiempos”, sino en buenos y malos, así que de la mano de analistas de la consciencia como el De Matteis de Spiderman llegué, sin advertir transición, a la disección del héroe en Watchmen o a la reinvención estética de Jimmy Corrigan. Yo ni siquiera podía intuir el valor de la memoria pero comprendía, vagamente, que nunca iba a olvidar aquella historia.

Y, sí, es una página hermosa pero, ¿sabéis qué? A Chris Claremont ya se le había ocurrido antes.

#254-20

A Chris Claremont ya se le había ocurrido antes. Es una frase que deberíamos tatuarnos todos los aficionados al cómic, por si algún día perdemos la memoria y necesitamos recordar solo las cosas importantes. De Giambattista Bodoni a Leonard Shelby, de la Reina Loana a Memento, somos lo que vivimos y, al menos los aquí reunidos, vivimos porque leemos. Claremont puso en palabras las historias de nuestros sueños, y por eso es tan difícil para mí afrontar el relato de su lento –pero inexorable- declive. De eso trata, desgraciadamente, este pedazo de la historia mutante.

El Principio del Fin. Uncanny X-Men # 210-255 (Del 10-1986 al 12-1989)

Debo admitir que admiro y envidio el trabajo que han llevado a cabo hasta ahora mis compañeros de Zona Negativa en la primera, segunda y tercera parte de este serial. Les admiro por haber escrito un trabajo mucho más minucioso y erudito de lo que yo habría sido capaz. He disfrutado como un enano con las tres entregas. Pero les envidio por haber lidiado con un Chris Claremont en plenitud creativa, acompañado por los mejores dibujantes y respaldado por algunos de los mejores editores de Marvel. Javier Agrafojo afirma en su artículo que Uncanny X-Men alcanza su cénit con Desde las cenizas, la saga que presenta a Madelyne Pryor y se extiende entre los números 168 y 176. Estoy de acuerdo, y creo que Javier identifica un momento clave en la trayectoria de los X-Men. Hasta Desde las cenizas, si bien la dinámica continuista del cómic americano no permite a los autores disponer de los personajes a su gusto, Claremont intentaba alterar el statu quo de la Patrulla-X a base de sagas cuyas repercusiones fueran tan profundas que trazaran líneas rojas, puntos de no retorno. Claremont, sin disimulo, intentaba quebrar la lógica del “cambiar todo para que todo siga igual”.

La estrategia de encadenar sagas de hondo impacto vital y psicológico atentaba contra el conservadurismo y el inmovilismo característicos de todo gigante editorial pero, además, exigía que un solo escritor mantuviera un nivel creativo excelso durante casi veinte años. Era, probablemente, inevitable que Claremont terminara por chocar con la editorial. Por tanto, a la hora de valorar los problemas creativos de la Patrulla X a finales de los ochenta, no podemos esquivar el tema de sus complejas relaciones con Marvel. Obviamente, la resurrección de Jean Grey, pergeñada por Shooter, Byrne, Layton y compañía, supuso un golpe casi definitivo a la planificación de Claremont. Pero creo que tampoco sería exagerado afirmar que en algún momento de los años ochenta Claremont había alcanzado sus límites como guionista. Con el material disponible, era difícil mantener una mejora constante sin atravesar altibajos. Se le ha acusado de sobrecargar las páginas con textos innecesarios, y de abundar en descripciones que solo repetían lo que ya estaba mostrando el dibujante. La grandeza de las sagas pretéritas tapaba por completo estos –evidentes- defectos, pero la resurrección de Fénix arruina muchas de sus ideas. Los andamiajes narrativos de los mutantes comienzan a tambalearse y Claremont, que había demostrado ser un excelente planificador de tramas en profundidad, sufre para mantener historias de perfil bajo. Uncanny X-Men corre el riesgo de convertirse en una constante huida hacia delante. Los personajes evolucionan a base de sagas un tanto inconexas, que dejan más preguntas que respuestas, hasta que, llegados a cierto punto, Claremont, sencillamente, se los quita de en medio.

X-Factor atacan… en los despachos

No quisiera dar una impresión demasiado negativa. En estos tres años que vamos a repasar Chris Claremont aún produce grandes historias, y tenemos muchos momentos míticos con los que deleitarnos. Pero el contexto que afrontaba era extremadamente difícil y es hora de que empecemos a cotillear, porque de lo contrario no entenderemos nada de lo que viene a continuación. Quiero dejar claro que hay tantas versiones de lo sucedido con X-Factor y la resurrección de Jean Grey como personas implicadas hubo en el embolado, de manera que yo me limitaré a exponer un relato elaborado a base de las declaraciones que he podido contrastar. Prescindiré de citas de autoridad para no convertir el artículo en una digresión académica, pero hay decenas de entrevistas y monografías dignas de crédito, con lo que doy por hecho que hay matices que se me escapan y puntos de vista encontrados que bien podríamos discutir en los comentarios.

Vayamos al grano. Como es sabido, la influencia de John Byrne en la muerte de Jean Grey fue decisiva: incluyó, por su cuenta y riesgo, una escena no prevista en el guión de Claremont en la que Fénix asesinaba a todos los habitantes de un planeta. Tal acto desmedido “obligó” al editor en jefe, Jim Shooter, a exigir un castigo acorde con la destrucción de la raza D´bari. Ya no bastaba con quitarle los poderes a Jean, como había planeado Claremont. Shooter temía que el público interpretase que se trataba con frivolidad el terrible crimen de Fénix. Aunque la idea original del mítico duo no era matar a la pelirroja, ambos terminaron satisfechos con el resultado, pese a que Byrne asegura que Claremont se negaba a aceptar que el desarrollo de los acontecimientos había mejorado las previsiones iniciales. No mucho después, por estas cosas que tiene la vida, Byrne toma parte en el primer paso para la resurrección de Jean Grey, haciéndola salir de un capullo en el fondo del mar en un capítulo de Los Cuatro Fantásticos escrito por Roger Stern. Sin embargo, Jim Shooter le había prometido a Chris Claremont que Jean Grey no volvería a la vida bajo ningún concepto…

Cambiemos de escenario. Bob Layton y Jackson Guice, guionista y dibujante respectivamente, se reúnen con Jim Shooter en 1985. Le proponen crear una nueva colección, X-Factor, con los miembros originales de la Patrulla-X: Bestia, Cíclope, Hombre de Hielo, Ángel… y una chica por definir que, en principio, debería haber sido Dazzler. Sin embargo, y según Guice, fue el propio Jim Shooter quien calculó el impacto mediático de recuperar al equipo completo resucitando a Jean Grey. En otro tiempo y lugar, Roger Stern y John Byrne se enteraron de que una nueva colección estaba en marcha y deciden mover sus hilos. Utilizan la teoría de un jovencísimo Kurt Busiek, a saber: Fénix no era otra cosa que una entidad que había creado un duplicado de Jean Grey para utilizarlo como recipiente carnal, dejando caer el cuerpo “original” al mar. Según Roger Stern, sencillamente se acercaron a Bob Layton y le propusieron usar la –nefasta- idea de Busiek. Según Jackson Guice, Byrne y Stern convencieron a Shooter, que fue quien les propuso a él y a Layton resucitar a Jean. La triste realidad es que nadie quiere hacerse plenamente responsable del desastre subsiguiente, pero el orden de factores no altera el producto: el marrón le cayó encima a Claremont.

En aquellos tiempos Ann Nocenti aún era editora de Uncanny X-Men, además de amiga y defensora de Claremont. La buena de Ann se lleva a Chris a cenar un viernes por la noche y espera hasta el final para revelarle los planes que se maquinaban a sus espaldas. Cuando Claremont se entera de la resurrección de Fénix monta en cólera y quiere llamar de inmediato a Shooter, pero no recuerda el número y Ann se niega a dárselo. Así que Claremont tiene que esperar hasta el lunes para hablar con Shooter, con lo que puede meditar, tranquilamente, un modo de solucionar el problema. En esto consiste el trabajo de una buena editora. Claremont le propone a Jim Shooter que X-Factor se complete con la hermana de Jean Grey, Sara, cuya mutación la convertiría en una especie de Cerebro mejorado, capaz de detectar y desactivar poderes mutantes. Shooter le felicita por la idea pero insiste en que la resurrección de Jean Grey está decidida.

El alter ego de Chris le dice a la cámara que todo es una gigantesca chapuza
El alter ego de Chris le dice a la cámara que todo es una gigantesca chapuza

Lo cuál no deja de ser extraño. John Byrne –al que no pretendo demonizar, ni mucho menos- tenía motivos personales para intentar competir con las tramas de Claremont, pero Shooter, por mucho que se hubiera convertido en un editor tiránico y controlador, estaba firmemente comprometido con la calidad de los productos. El propio nacimiento de X-Factor revela este compromiso. Shooter rechazó las seis primeras portadas que le presentaron, aceptando únicamente una séptima, dibujada por Walter Simonson. En cuanto al guión de Layton, el editor en jefe de Marvel exigió que lo rehicieran y, una vez recibida la segunda versión, volvió a exigirlo. Esto habla del difuso talento de Layton, pero también de la incomodidad que sentía Shooter con el proyecto. O, al menos, que era muy consciente de los problemas que su decisión iba a acarrearle a la continuidad de los mutantes. Mike Carlin, que iba a ser editor de X-Factor, renunció ante la obstinada actitud de Jim Shooter. ¿Os acordáis del juego de la patata caliente en versión Grand Prix, aquella obra de arte veraniega que sufragábamos todos con un pedacito de nuestros impuestos? X-Factor era la patata caliente de Marvel. Y según cuenta la leyenda, un joven aspirante a lo que pudiera conseguir entró en el despacho de Jim Shooter. Se llamaba Bob Harras, y salió de allí con el cargo de editor de X-Factor bajo el brazo.

La jubilación frustrada de Cíclope

Las consecuencias de la resurrección de Jean Grey son tremendas; Jean no recuerda nada de lo relacionado con el Fénix y, aún peor, Scott Summers decide abandonar a su mujer, Madelyne, para regresar con Jean. No estoy seguro de citar palabras literales de Claremont, pero sé que dijo algo muy parecido a lo siguiente: “En X-Factor decidieron eliminar todo aquello que convertía Cíclope en un ser humano decente” Y no le falta razón porque, recordemos, Scott acababa de tener un hijo con Madelyne Pryor… y les abandona sin más. Una viñeta muy triste en la que Cíclope, sencillamente, se larga y deja sola a Madie con un hijo por el que no se interesa en absoluto. Bienvenidos a X-Factor.

Scott se pira

Lo peor no es la incoherencia en sí, ni la calidad de la historia. Lo peor es que arruina por completo uno de los movimientos más hermosos jamás planeados en el cómic de superhéroes: el retiro parcial de Cíclope. Claremont había creado a Madelyne Pryor, que era, “por pura casualidad”, casi idéntica a Jean Grey, para provocar una evolución en Scott Summers, que necesitaba recuperar la capacidad de amar. Una vez superado el fantasma de Jean, la pareja se habría retirado a Alaska a disfrutar de una vida tranquila, sin excluir alguna participación ocasional de Cíclope en misiones aisladas, pero enfatizando la vida doméstica. Lo que Claremont pretendía con esto era demostrar que la Patrulla X estaba formada por seres humanos completos que toman sus propias decisiones y que, a veces, son irreversibles. Buscaba romper con el eterno ciclo de retorno al paradigma superheroico por el cual el hecho de tener poderes condiciona la totalidad de la existencia del individuo. Hacerlo con Cíclope, el héroe trágico-clásico por excelencia, denotaba la férrea voluntad de progreso de Claremont y su compromiso con la deconstrucción, lenta pero segura, de las servidumbres comerciales del género.

Claremont esperaba desarrollar ese arco entre 1992 y 1997. Pretendía que los lectores pensaran: “si dejo de leer la Patrulla X durante unos años, los personajes seguirán creciendo, madurando y experimentado cambios irreversibles. Como cualquier persona. Como yo mismo” En lugar de eso, en 1985 Claremont se entera de que a sus espaldas han tramado que Madelyne se quede sola, sin propósito en el mundo, que Cíclope lidere X-Factor, y que Jean Grey siga viva sin recordar nada de lo sucedido. No es de extrañar que Claremont viera en X-Factor a un enemigo declarado.

La Masacre Mutante #210-213

En 1987 Jim Shooter es despedido y Bob Layton sigue sus pasos. Louise Simonson le sucede al frente de los guiones de X-Factor, con lo que Claremont puede empezar a resolver el desaguisado. Simonson era una vieja amiga de Chris Claremont, además de haberle editado durante muchos años. Junto a Ann Nocenti, editora en Uncanny, integraba lo que podríamos denominar la “vieja guardia”, e intentarían proteger a Claremont de los bandazos editoriales y burocráticos. La Masacre Mutante, el primer crossover de Marvel, es un intento de situar en la misma lógica narrativa todas las series de mutantes empezando por lo más fácil: hacerles compartir un espacio común. La excusa es el ataque que sufren los morlocks neoyorquinos en sus alcantarillas. Están siendo diezmados por un misterioso grupo conocido como los Merodeadores. La saga se desarrolla a lo largo de diez cómics que involucran a Uncanny, New Mutans y X-Factor, pero las repercusiones de la Masacre Mutante alcanzan las páginas de Thor, Power Pack y Daredevil.

No es el mejor trabajo de Romita Jr. y Blevins.
No es el mejor trabajo de Romita Jr. y Blevins.

Hay que destacar que no se advierte mucha coordinación entre las colecciones principales, puesto que ninguno de los grupos llega a cruzarse. Queda claro, por otra parte, el carácter instrumental de La Masacre Mutante, que deja más preguntas que respuestas. Ni siquiera quedan claros los motivos de los brutales Merodeadores (Arco Voltaico, Cazador de Cabelleras, Marea, Arpón, Vértigo y Disruptor), que atacan a los morlocks bajo los auspicios de un todavía misterioso Mr. Siniestro. Si estuviéramos analizando el mapa de tramas de una serie de televisión tendríamos que llenar el tablero de post-it en rojo avisando de algún cabo suelto, pero Chris Claremont no se esperaba mucho de la saga en cuanto a la secuencia de acontecimientos. En cambio, se observa un notable desarrollo en el tratamiento de uno de sus temas predilectos: la analogía entre la xenofobia y el racismo anti-mutante. El ataque a los Morlocks es presentado como un crimen de odio, algo que Magneto confirma en las páginas de los Nuevos Mutantes.

#211-11

Resumamos, someramente, cómo se desarrolla la batalla contra los Merodeadores antes de abordar alguno de sus hitos. La Fuerza de la Libertad (antigua Hermandad de Mutantes Diabólicos) está persiguiendo a unos niños morlocks, y Factor-X intervienen para salvarles. Ya en los túneles, Destino le dice a Mística que percibe el aura de la muerte, y la Fuerza de la Libertad abandona la zona. Jean Grey y el Ángel, junto a la morlock Desliza, consiguen rescatar a uno de los niños mientras que Cíclope, el Hombre de Hielo y la Bestia salvan a otro grupo perseguido. Pero aún falta otro niño por rescatar, un mutante llamado Artie Maddicks, y Ángel decide lanzarse en su búsqueda. Consigue protegerle, pero Arpón le empala contra la pared, destrozando sus alas en una de las escenas más memorables de la historia mutante, convenientemente realzada por el maravilloso dibujo «salbuscemiano» de Walt Simonson. Apocalipsis, por otra parte, estaba reclutando a sus Jinetes y en la Masacre Mutante encuentra a Plaga, una morlock que había logrado vencer a Dientes de Sable. Y, como todos sabemos, nada bueno le espera al Ángel

Esta página figura, probablemente, en el Top Ten de las escenas más recordadas de la historia de la Patrulla.
Esta página está, probablemente, en elTop Ten de las escenas impactantes en la historia de la Patrulla.

Por cierto, es Thor quien rescata al Ángel tras enterarse de la masacre al escuchar a dos ranas en Central Park, detalle tan curioso como la pira funeraria que ofrece el dios nórdico en honor de los morlock caídos y que termina por incendiar los túneles. La intervención de Thor no aporta demasiado a la saga, como tampoco la de Power Pack, colección que nunca aportó mucho, en términos generales. Los Power Pack pelean con Dientes de Sable -como casi todo el mundo en esta saga- antes de liberar a Sanguijuela y Calibán. También Daredevil pelea con Dientes de Sable, aunque en este caso Ann Nocenti escribe una buena historia, que profundiza levemente en el carácter de Victor Creed. Los Nuevos Mutantes no pelean con Creed, pero más que nada porque no salen de la Mansión-X. Mientras Magneto estrecha lazos con el Club Fuego Infernal, los jóvenes se dedican a huir del ataque de Magus y terminan teleportándose al Limbo, en donde reina Illyana, la hermana de Coloso.

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En cuanto a Uncanny X-Men, hay más tela que cortar. Como ya comenté, la saga quizá tenga más interés por su analogía programática sobre el racismo y la opresión que por su lugar en la escaleta mutante. Aún así, Claremont rara vez da puntada sin hilo. Para empezar, en esta saga la Patrulla-X comienza a renovarse. La psíquica Bettsy Bradock deja los Nuevos Mutantes para unirse a la Patrulla y pasa a llamarse Mariposa Mental (UXM #211). En el epílogo de la Masacre, la Patrulla debe luchar contra Malicia en una historia que terminará con la incorporación, un tanto dubitativa, de Dazzler (UXM #214). Y es que la Patrulla-X había sufrido tres bajas durante su batalla contra los Merodeadores. Rondador Nocturno cae en coma y Kitty Pride se queda atrapada en un estado de fase cada vez más inestable. Coloso, por su parte, está a punto de morir; Magneto consigue salvarle, pero el ruso queda inmóvil, bloqueado en su forma metálica. Y Mariposa Mental se gana sus galones enfrentándose a un desatado Dientes de Sable, aunque sobrevive por los pelos.

#213-14

Coloso protagoniza el evento más drástico de la saga, cuando mata a Marea demostrando cierto grado de sangre fría (UXM #212) Esta será una muesca permanente en el carácter del ruso.

Marea

Pero si por algo recordarán los aficionados la Masacre Mutante es por el primer enfrentamiento entre Dientes de Sable y Lobezno (UXM #212) Rick Leonardi dibuja con una fuerza extraordinaria este primer combate que, en mi opinión, ha ganado con los años y ha sido fundamental para definir tanto el estilo como la fiereza de posteriores luchas. Además Dientes de Sable revela que los Merodeadores habían sido enviados por Mr. Siniestro, una de las pocas respuestas concretas que nos encontramos en esta saga.

#212-17

Hasta ahora no había mencionado el Annual 10 de Uncanny X-Men (que aparece tras UXM#209) para no liar el relato de la Masacre. Este Annual ayuda a preparar la incorporación de nuevos miembros a la Patrulla-X, centrándose en la figura de Longshot. Es un número curioso, que cuenta a los lápices con la siempre agradable presencia de Arthur Adams. Los acontecimientos se sitúan poco antes de que la Patrulla se reorganice tras la Caída de los Mutantes. Mariposa Mental aún era parte de la división psíquica del grupo británico STRIKE. Betty está observando cómo la Patrulla entrena en la sala de Peligro -digna de revisar la amistosa paliza que les da Magneto– sin ser consciente de que sus ojos biónicos están retransmiendo en directo el espectáculo a través de la red televisiva del Mojoverso. Entonces Longshot viaja desde el mundo de Mojo al de la Patrulla… y todos se convierten en los X-Babies. En fin, cosas de los Annuals.

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Preparando La Caída de los Mutantes #213-226

Entre la Masacre y La Caída de los Mutantes, la Patrulla se reorganiza en torno a dos polos de liderazgo igualmente complejos. La matanza de los morlocks no ha hecho más que aumentar la inseguridad de Ororo respecto a su capacidad de mando, mientras que Logan está lejos de poder aportar el liderazgo firme y estable que todo grupo necesita. Claremont dedica buena parte de su tiempo a reorganizar la Patrulla en función del protagonismo de sus dos líderes, y lo hace justo después de la Masacre. El grupo se divide. Mariposa Mental, Longshot y Pícara transportan a los heridos hasta la Isla de Muir, mientras que Tormenta y Lobezno descubren que la casa de Sara Grey, en donde podría haberse alojado Madelyne, está en ruinas. Ororo especula con la posibilidad de que los Merodeadores la hayan asaltado, pero Lobezno capta el olor de Jean Grey… y enloquece.

Es que es para perder los nervios...
Es que es para perder los nervios...

Este punto de giro constituye un ejemplo de la gran economía narrativa de Claremont, que hilvana tramas con tanta naturalidad que no es fácil distinguir dónde empieza una saga y termina otra. Cuando vuelve en sí tras el golpe de Logan, Tormenta descubre que ha sido capturada por el Comando Escarlata, un grupo de veteranos de guerra bastante pintoresco. Consigue escapar y derrotarles (UX #216) Esto le sirve a Ororo para reafirmar su confianza en sí misma: no necesita poderes para combatir, puesto que su instinto y destreza son su mejor arma. Sería exagerado afirmar que en este punto comienza La Caída de los Mutantes, puesto que la trama aún tiene que dar un par de vueltas, pero el pulso psicológico de Tormenta ya está en marcha. En una deliciosa paradoja, triunfar sin poderes le hace madurar lo suficiente para decidir que ya es hora de visitar el hogar de Forja, en Dallas, y reclamar que se los devuelva.

Mientras tanto, los miembros más recientes de la Patrulla-X, Dazzler, Mariposa Mental y Longshot, se encuentran en Escocia con el imparable Juggernaut (UXM #217-218) en una historia de lo más entretenido. En #217 Dazzler siente que su papel en la Patrulla es poco relevante y se va a tomar unas copas. Se topa con el Juggernaut, que no quiere pelear porque es fan de Alison Blaire, alter ego de Dazzler y famosa cantante de pop. E insisto, el pobre Juggernaut realmente no quería pelear, casi da pena la forma en que le obligan a involucrarse. Finalmente, aunque los tres novatos se comportan bien, es Pícara quien desequilibra la balanza. Pero esta lucha le sirve a Claremont para afianzar lazos e ir curtiendo a su nuevo equipo en batalla.

#217-21

En el Uncanny X-Men #218, Kaos y Polaris se encuentran una nave del Nido en el desierto. Además, Marc Silvestri se hace cargo de los lápices, todo un acontecimiento para la cronología mutante. En #219 Kaos decide unirse a la Patrulla y, mientras tanto, los Merodeadores atacan a Polaris, que termina siendo poseída por Malicia. Ororo, por su parte, descubre que en el edificio de Forja, en Dallas, no quedan más que hologramas. Naze, el shamán de la tribu india de Forja, le cuenta que este ha sido derrotado por el Adversario y que necesita su ayuda para combatir al enemigo secular de su tribu. En realidad –Claremont no se molesta mucho en ocultarlo-, Naze ha sido poseído por el propio Adversario, que pretende utilizar a Tormenta para abrir un portal que le permita sembrar el caos en la Tierra. Por otra parte, el resto del equipo intenta proteger a Madelyne del ataque de Mr. Siniestro –que ya revela su obsesión por matarla- y en el curso de la batalla Polaris se ve libre de la posesión de Malicia. Provisionalmente libre, claro. En una trama paralela, Mística le confía a Pícara los presagios de Destino, que ha visto en el futuro que la Patrulla-X morirá en Dallas, pero no consigue disuadirla de que viaje junto a la Patrulla en busca de Tormenta.

#223-45

En el Annual 11 tenemos un número bastante recordado, «Lost in the Funhouse», a cargo del extraordinario equipo formado por Alan Davis y Paul Neary. Hay que recordar que Chris Claremont aún tenía que escribir pendiente de que el Comic Code se inquietara ante cualquier material explícitamente sexual, y en este Annual recurre a una de sus famosas insinuaciones. El relato es tan sencillo como que Horde pide ayuda a la Patrulla para robar un poderoso cristal de la Ciudadela de la Luz y de la Sombra. Al atravesar la Ciudadela, la Patrulla se ve enfrentada a sus miedos y anhelos más profundos. Lobezno tiene que afrontar su imposible relación con Mariko Yashida, atravesada por la culpabilidad y el deseo reprimido. Como sabemos todos, es una relación angustiosa, en la que el honor y la culpa dificultan la felicidad. Sin embargo, justo antes de lanzarse a la batalla final, Lobezno y Tormenta se besan apasionadamente. Claremont parece contraponer el deseo erótico frustrado de Lobezno y Mariko con la saludable amistad que mantiene este con Ororo. La sugerencia de Claremont es poco ambigua: Lobezno y Tormenta son amigos con derecho a roce.

beso logan ororo

La Caída de los Mutantes #225-228

Todas las piezas están preparadas para un nuevo crossover –de solo tres intersecciones- cuyo desarrollo resulta, a decir verdad, un tanto irregular. Da la impresión de que Chris Claremont solo se divirtió a ratos con esta historia, llena de vías muertas y resuelta con dos gigantescos deus ex machina. La encarnación del Adversario en Naze había conseguido engañar a Tormenta –en realidad, resulta inverosímil que Ororo no desconfiase del pobremente impostado carácter de Naze – y recluirla junto a Forja en una realidad alternativa. Por otra parte, el Adversario también había conseguido atrapar a su gran rival, Roma, la Guardiana Celestial, de manera que ya nada se interpone en sus planes de conquista: demonios y criaturas salvajes siembran el terror en Dallas.

#225-77

En la trama paralela, la Patrulla-X viaja a Dallas para buscar a Tormenta pero Mística, al frente de la Fuerza de la Libertad, intenta impedir que lleguen para salvar la vida de Pícara. Según las profecías de Destino, acudir a Dallas significaba la muerte y así se lo había advertido Mística a su hija adoptiva durante la visita de la ayudante presidencial Valerie Cooper a San Francisco para presentar al nuevo grupo de pacificación del Gobierno (UXM #224). Pero la Patrulla cuida de los suyos y, despreciando cualquier riesgo, deciden por unanimidad socorrer a Tormenta. Cuando el Adversario rasga la realidad y ataca Dallas, el mundo entero observa cómo la Fuerza de la Libertad y la Patrulla-X juntan sus fuerzas para defender a la humanidad. En la batalla se confunden diversas líneas temporales, y en una de ellas se nos revela que el propio Forja era el responsable de la existencia del Adversario (UXM #227). Tras contemplar la muerte de todo su batallón a manos de vietnamitas del norte en la Guerra de Vietnam, Forja había utilizado sus poderes espirituales para invocar a un ente que vengara su pérdida.

#227-60

La victoria del Adversario parece inminente y el guion no nos permite anticipar en qué forma podrá triunfar la Patrulla, que se lanza contra su enemigo sin albergar ninguna esperanza de sobrevivir. Pero Roma, la Guardiana Celestial, prisionera del Adversario, había marcado las cartas. El Adversario es vulnerable al hierro y Roma había teleportado a Coloso hasta Dallas utilizando las habilidades de Illyana (UXM #225), curando, de paso, la dolencia que le impedía regresar a su forma humana. Primer deus ex machina. La presencia de Coloso altera el destino y desnivela la batalla a favor de la Patrulla, aunque no es suficiente para expulsar al Adversario. Forja tiene que repetir el hechizo con el que había convocado al espíritu maligno en la guerra de Vietnam, y para hacerlo necesita el mismo número de almas. Nueve almas, como las de los nueve mutantes allí reunidos. Forja aparte. El mundo entero asiste, en riguroso directo, al generoso sacrificio de la Patrulla-X, que aceptan morir para que su energía permita a Forja lanzar un hechizo que expulse al Adversario de nuestra realidad.

#227-71

La Caída de los mutantes inaugura esa tendencia a la solución fácil y al -relativo- batiburrillo que aquejará Uncanny X-Men durante los últimos años de Claremont en Marvel. Forja y Tormenta pasan un año virtual en el mundo del Adversario, tiempo suficiente para que Forja le devuelva los poderes a Ororo y fabrique un artilugio que les permite regresar a su realidad. Segundo deus ex machina. ¿Qué sentido tiene que el Adversario recluya al mutante que puede destruirle en un mundo del que es capaz de escapar justo cuando la trama lo requiera? Por otra parte, las consecuencias de la «muerte» de la Patrulla-X se asemejan más a una rudimentaria campaña de hype que a un diseño argumental bien estudiado. La Patrulla-X “muere”, en efecto, pero a las dos viñetas Roma se apiada de su valor y decide revivirles. Más aún, les concede diversos dones. Para empezar, no se les podrá detectar “por medios mecánicos, mágicos o científicos, por ningún ser, poder o encantamiento” (UXM #229) Y, aún más importante, quedan al cargo del portal al “Lugar Peligroso”.

Y Claremont usaría el portal. Vaya si lo usaría.

#229-34

No quisiera concluir el repaso a La Caída de los mutantes sin destacar la sensibilidad con la que Claremont sigue manejando a sus personajes que, en muchos casos, son más interesantes por lo que piensan que por su lucha. Me gustaría quedarme, por tomar un ejemplo, con el número 225, que desarrolla el carácter de Coloso y reflexiona sobre el impacto de la Patrulla-X en el mundo. Piotr está en las calles de Edimburgo dibujando en su cuaderno, mientras disfruta de la simpatía de unos niños que le consideran un héroe.

#225-4

Pero uno de los niños le gasta una gamberrada a Coloso, haciéndole perder su concentración.

#225-75

Solo y enfadado, Coloso encuentra el rastro de destrucción que había dejado el Juggernaut en ese mismo pueblo durante su batalla con la Patrulla (UXM #217-218) y protesta por la injusticia de que la gente meta en el mismo saco a los buenos y malos. Sin embargo, cuando consigue calmarse, se da cuenta de que gran parte de la población solo les conoce por sus efectos. Por sus destrozos. Y el ciudadano que pierde su casa en el transcurso de una batalla superheroica, puede sentirse poco inclinado a considerar los matices de la cuestión.

#225-79

La reflexión es profunda y suena actual. Con Claremont, los mutantes se vuelven, poco a poco, una cuestión pública que la sociedad tendrá que aprender a manejar

Tras La Caída de los Mutantes, la Patrulla se instala en Australia, en la base abandonada de un grupo de villanos, los Cosechadores, a los que de momento dejaremos estar pero que van a darnos mucha guerra en el futuro. Claremont empieza a preparar Inferno ya en Uncanny X-Men #231, en donde Coloso aterriza en el Limbo en el medio del levantamiento de S´ym contra la hermana de Piotr, Illyana. Tras liberar a los Nuevos Mutantes y pelear con alguna criatura mágica, Coloso descubre que en el alma de su hermana yace un lado diabólico que podría llegar a tomar el control. En El regreso del nido (UXM # 232-234) los acontecimientos se complican en torno a Madelyne Pryor, que descubre en los ordenadores de los Cosechadores que Cíclope sigue vivo y que está con Jean Grey. La trama de combate consiste en el típico enfrentamiento entre la Patrulla y los “aliens” del Nido, aunque en este caso han puesto sus huevos en mutantes con poderes y las criaturas resultantes son especialmente duras.

#234 logan-nido

Al final de #233 solamente Tormenta, Kaos y Coloso siguen en pie frente a los infectados, pero la línea argumental más interesante tiene que ver con la progresiva obsesión de Madelyne, que sueña una vida perfecta con Scott, arruinada por el regreso de Jean Grey. Y en #234 Madelyne llega al final del sueño. S´ym le ofrece poder para tomar las riendas de su propio destino. Maddie, torturada por la soledad y el rencor, acepta y se convierte en la Reina Duende.

Pobre Madelyne...
Pobre Madelyne...

Justo antes de Inferno tenemos un breve arco de cuatro números dedicados a Genosha (UXM #235-238), en el que Pícara y Lobezno experimentan de primera mano la brutal forma de vida del pequeño estado fascista, basada en la explotación y tortura de los mutantes. El Anulador les despoja de sus poderes y Pícara es violada por los carceleros. Para sobrevivir se encierra en su propia mente hasta que Carol Danvers, la mujer con la que comparte su mente dual, toma el control de su cuerpo para permitirle devolver el golpe. Con la ayuda de Madelyne, Carol consigue liberar a Lobezno y comienzan a desmontar la distopía xenófoba de Genosha.

#213-12

Y a partir de aquí… Inferno. En 1988 Chris Claremont está listo, por fin, para intentar resolver los enigmas derivados de la chapucera resurrección de Jean Grey, lo que implicaba atar muchos cabos sueltos entre Madelyne, Cíclope y la propia Jean. La situación era complicada. Si para matar a Fénix había hecho falta una de las mejores sagas de todos los tiempos, para justificar su resurrección había que hacer algo, cuando menos, grande. Muy grande. Voy a comentar brevemente en qué consistió Inferno antes de confiaros mi opinión acerca del resultado.

La foto de familia que muchos fans esperaban.  Y Logan a lo suyo
La foto de familia que muchos fans esperaban. Y Logan a lo suyo

En primer lugar, deberíamos recordar que, aunque suela olvidarse, Illyana es tan protagonista de Inferno como Madelyne. Aunque me centraré únicamente en la parte de la trama que concierne a Claremont, quien siga Inferno únicamente para ver lo que sucedió con Fénix se llevará un impresión completamente errónea de la saga. De hecho, la base estructural de este crossover –cuyas repercusiones alcanzaron a buena parte de las colecciones Marvel de la época- reposa fundamentalmente en el desarrollo de la trama de Illyana. S´ym, el enemigo de la hermana de Coloso, ordena a N´astirh que capture trece bebés mutantes para crear un hechizo que permita al Limbo invadir la Tierra. Uno de los bebés capturados es Nathan, el hijo de Scott Summers y Madelyne, de manera que la Patrulla-X se ve inmediatamente involucrada en la invasión. Los demonios convierten la Tierra en un escenario a medio camino entre el vodevil y un Halloween desenfrenado, en el que todo puede atacarte, incluso una pared o un mueble.

Un metro demoníaco asesino... admito que, a su manera, mola.
Un metro demoníaco asesino... admito que, a su manera, mola.

El clima maligno provocado por el Limbo afectará a todos los implicados en la historia, que tendrán que luchar para que sus propios demonios interiores no les controlen. Uno de los primeros efectos es un énfasis erótico bastante llamativo –más de lo habitual, quiero decir- que convierte Inferno en un desfile de mujeres posando provocativas. De hecho, “provocativa” no más que un eufemismo que no hace justicia a los méritos relativos de Marc Silvestri.

Inferno 5 -12

A Claremont no le han faltado críticas por su constante hipererotización gratuita de la mujer. Fan service, que lo llamamos hoy en día. Es innegable que con Claremont y Silvestri se afianza la visión de la heroína como un maniquí cada vez más explícitamente sexualizado. Pero no nos quedemos únicamente con la ropa ni con las poses. Es cierto que a Claremont le gustaba construir personajes femeninos fuertes y poderosos, que no dependieran de los hombres para lograr sus objetivos. Sin embargo, casi todas las mujeres de Claremont son incapaces de controlar sus poderes o sufren graves castigos por el hecho de tenerlos, lugar común en la ficción popular occidental. El ejemplo más evidente es Pícara, pero algo muy similar podríamos decir de la propia Madelyne, incluso de Júbilo. La crítica feminista tiene sólidos argumentos para abrir una causa general contra el machismo en el cómic de superhéroes pero en este caso Claremont solo me parece culpable de exhibir gratuitamente el cuerpo de la mujer. La trascendencia de tal agravio no debe infravalorarse pero, en mi opinión, se queda corto frente a los esfuerzos del guionista por construir personajes femeninos sólidos y autosuficientes. Una mujer poco sospechosa de transigir con el machismo, como Ann Nocenti, siempre alabó los esfuerzos de Claremont en este sentido. Por resumir la cuestión, Claremont es una de las personas que más ha hecho por romper cualquier tópico comiquero basado en los típicos machos alfa que rescatan a damiselas en apuros, y creo, sinceramente, que se ha ganado el beneficio de la duda.

tormenta vs ciclope

Volvamos a Inferno. Kaos, que se ha enamorado de Madelyne/Reina Duende, persigue a los Merodeadores para vengarse por haber atacado a su amada. Junto a la Patrulla se enfrenta a los Merodeadores en lo que habían sido los túneles morlock. La pelea se suspende, en todo caso, cuando salen de las alcantarillas y ven, los dos grupos, el terrible aspecto de Nueva York, asediada por los demonios. La Reina Duende llega al orfanato en el que se suponía debía estar su hijo, pero en su lugar se encuentra con Mr. Siniestro, que la atrapa y le revela su verdadero origen, a saber, que Madelyne Pryor era un clon de Jean Grey fabricado por el propio Siniestro. Una vez que oye lo que el villano tenía que decirle, Madelyne se escapa.

Inferno 07-32

Mientras, la Patrulla X sigue luchando con los Merodeadores, aunque la influencia demoníaca desata el ansia de sangre en los contendientes. La Patrulla, de hecho, acaba matando a los Merodeadores. Coloso, cuya forma metálica le permite resistir con mayor entereza la influencia del mal, se entera de que su hermana Illyana es incapaz de controlar a las criaturas del Limbo y acude en su ayuda escapando así a la corrupción demoníaca. En las páginas de Nuevos Mutantes y X-Terminators podemos seguir la trama del Limbo: Illyana decide lanzar todo su poder contra S´ym, pese a que este parece invencible gracias a su virus transmutador. Coloso y los Nuevos Mutantes luchan contra los demonios para dar tiempo a que Magik/Illyana venza a su lado oscuro y luche en nombre de la bondad, animada por la pureza de su alma infantil. Finalmente triunfa la magia blanca y Magik se sacrifica para que todos los demonios, S´ym incluido, sean confinados en el Limbo. Tras la batalla, Coloso encuentra el cuerpo inmóvil de su hermana… y en este caso, os ahorraré el spoiler.

Inferno 13-30

En los últimos capítulos, una vez resuelta la trama de los demonios del Limbo, se liquidan las deudas pendientes en Uncanny X-Men. La batalla entre la Patrulla y Factor X tiene más que ver con un ajuste de cuentas entre ambos que con la pura lógica narrativa de la saga. El espectáculo visual y épico es de primera clase, apoyado por el buen hacer de Marc Silvestri y Walter Simonson. Algunos personajes sucumben definitivamente a su lado oscuro, en especial Kaos, que se convierte en el Príncipe Duende. En la gran batalla final, Dazzler, Longshot y Warren se unen al bando maléfico de la Reina y al Príncipe Duende.

Inferno 17-12

Y he aquí, por fin, la gran revelación que estábamos esperando:

Aviso de Spoiler

Cuando Jean Grey y Madelyne se enfrentan directamente descubren que comparten los mismos recuerdos. Cuando la entidad Fénix se unió con Jean Grey creó un segundo cuerpo, que fue el que se suicidó en la luna. Tras el suicidio, la parte de consciencia de Jean que anidaba en Fénix se dirigió a la tierra en busca de un código genético al que unirse, y encontró al cuerpo original, el de la “verdadera” Jean Grey. Pero Jean, horrorizada al recibir los recuerdos de destrucción y maldad del Fénix rechaza su esencia. Este segmento alterado de la consciencia de Jean siguió buscando un cuerpo al que unirse y encontró un recipiente vacío, Madelyne, el clon sin pasado creado por Mr. Siniestro para obtener un hijo en el que se juntasen los poderes de Cíclope y los del Fénix. Durante la última batalla con Siniestro, Scott recuerda que aquél era el hombre que le había atendido en el hospital la primera vez que se habían manifestado sus poderes. Mr. Siniestro le revela que era un experimento fallido porque no era capaz de controlar su láser óptico y, aún peor, él no era invulnerable al poder de Scott.

piensa scott

After Inferno

Lobezno contra un buzón malvado. ¿Hasta qué punto se tomó Claremont en serio esta saga?
Lobezno contra un buzón malvado. ¿Hasta qué punto se tomó Claremont en serio esta saga?

Inferno es la saga que casi todo el mundo utiliza para rebajar los méritos de Claremont, acusándole de escribir más texto del necesario, de perderse en sus propias tramas y, sobre todo, de ser un guionista oscuro y farragoso. Tales comentarios, injustos si observamos la totalidad de la carrera de Claremont, tienen mucho de cierto en el caso de Inferno. La saga incurre en todos esos defectos de escritura, y en unos cuantos más. Para empezar, el recurso constante a la bondad pura como resolución de los nudos del relato –personajes como Coloso, Magik o Longshot hacen girar la trama gracias a su «buen corazón»- termina siendo tan gratuito que convierte pasajes intensos en moralejas infantiles. Por otra parte, la verborrea de Mr. Siniestro le convierte en un villano de opereta que explica sus planes a las víctimas justo antes de que estas escapen. Hay, además, un error estructural en la construcción de la saga que nunca sabremos en qué medida achacarle a Claremont, a Simonson, a Harras o a DeFalco. En cualquier caso, Nuevos Mutantes y X-Terminadores tienen un tema sobre el que pivotar y un concepto claro: el enfrentamiento entre el bien y el mal. Si los héroes son puros de corazón, terminarán imponiéndose, dicotomía de brocha gorda impropia de un relato complejo pero que casi siempre funciona. Así, la trama de Magik, el Limbo y los demonios se resuelve sin mayores sobresaltos, aunque, cuestión de gustos, es una línea argumental que a mí siempre me ha resultado un tanto indiferente.

En Uncanny X-Men y en X-Factor parece como si Claremont y Simonson estuvieran dando vueltas en círculos para esconder, bajo un montón de combates, que todo lo que tienen que aportarle a la saga es la gran revelación final del orígen de Madelyne. Y es que, en realidad, no tienen nada que decir sobre el tema central del relato, la dicotomía entre el bien y el mal. Falla la coherencia desde la raíz del proyecto porque no hay simetría. Magik es una niña de seis años cuya esencia en tanto personaje es controlar el Limbo sin ceder a la tentación de la magia negra. Esa dicotomía es la que fundamenta su existencia narrativa. Madelyne Pryor, en cambio, es un personaje abandonado y repudiado que necesita amar pero anhela venganza, y el poder que recibe al convertirse en la Reina Duende le permite satisfacer ambas cosas. Por tanto, no hay una elección real, ni siquiera una tan simple como la del bien-mal, puesto que Madelyne ha sido injustamente tratada y su nueva personalidad le permite recuperar la autoestima. ¿Cómo esperar que decida volver a ser una mujer vulnerable y olvidada? Eso no sería, en puridad, heroísmo, sino una especie de suicidio identitario. Así que las dos tramas no se potencian mutuamente porque, a nivel de diseño narrativo, no hay tema que las ponga en comunicación ni decisiones que compartan resonancia simbólica. Claremont se limita a extender un concepto tan vaporoso como el de las “emanaciones maléficas” provocadas por la presencia del Limbo en la Tierra, de manera que en X-Factor y Uncanny los héroes tengan que luchar contra sus propios demonios interiores al verse afectados por esas emanaciones. Solo así consiguen Claremont y Simonson crear la ilusión de que la historia del Limbo y la de Madelyne están realmente conectadas. Es un buen truco pero, al fin y al cabo, no es más que humo.

Pero Inferno también es épica y grandeza. Los combates entre héroes y sus constantes traiciones y alianzas le dejan a uno enganchado a las páginas. En Inferno podemos disfrutar algunas de las mejores batallas de la década, escenas maravillosamente trabajadas, y un puñado de buenos diálogos. Yo no creo que sea una saga especialmente liosa, siempre y cuando se lean todas las colecciones implicadas en el orden apropiado; sencillamente es un relato desarticulado. En definitiva, me lo he pasado bien recuperando Inferno, pero las revelaciones de Siniestro me dejan indiferente, y tampoco me creo el triángulo de Scott, Jean Grey y Madelyne. Inferno flojea, precisamente, en Uncanny X-Men. Chris Claremont parecía obsesionado con arreglar el desastre que le habían dejado en herencia, y arreglarlo a lo grande. Lo hizo. La popularidad de Marvel aumentó, y los ecos de Inferno alcanzaron a buena parte de las colecciones más importantes de la editorial. Fue, en casi todos los sentidos, un éxito rotundo. Pero la magia, la verdadera magia de los mutantes de Claremont, se había perdido para siempre.

Uncanny #239-255 Esperando a Jim Lee

Creo que ya le hemos dado suficientes vueltas a los entresijos editoriales de esta época de la Patrulla-X, así que me ahorraré comentarios sobre la llegada de Jim Lee. Además, entre Inferno y el número 256 de Uncanny aún pasa alguna cosa que merece la pena reseñar. Por ejemplo, la irrupción de Júbilo (UXM #244), la patética parodia de la Invasión de DC, a cargo del espantoso Rob Liefeld (UXM #245; Hola, ADLO ^^) y, especialmente, un reguero de deserciones. Porque ya os comentaba, líneas atrás, que Claremont tenía pensado utilizar a fondo el portal al Lugar Peligroso regalado por Lady Roma. Pícara se cae en el Lugar Peligroso (UXM #247) en un número bastante importante por sus resonancias futuras: La mujer del senador Kelly muere y este acepta el Proyecto Nimrod del Club Fuego Infernal. Además, Dama Mortal, una de las más persistentes enemigas de Lobezno, se une a los Cosechadores. Al número siguiente Longshot, el fenomenal personaje de Ann Nocenti, abandona la Patrulla porque siente que necesita conocer algo más sobre su pasado. Además, Tormenta muere en una explosión causada por el poder de Kaos. Este número, el 248, ya está dibujado por un Jim Lee cuyo estilo impacta, pero ni la mitad de lo que impactará en el #256, cuando releve a Marc Silvestri. El bueno de Marc aún no estaba en condiciones de competir con el coreano. Y en el Uncanny X-Men #251 Mariposa, Dazzler, Kaos y Coloso atraviesan el Lugar Peligroso. Se disuelve la Patrulla-X.

Ya solo quedan Lobezno y Júbilo. Y los Cosechadores, claro. Durante tres números vemos a Júbilo y a Logan luchar en Australia y a Banshee, Polaris, Amanda Sefton y Legión defender la base de la isla de Muir. Entre tanto, en Uncanny X-Men #253 Tormenta reaparece… convertida en niña. Es un giro de lo más dudoso, pero revela una intención firme de sacudir el árbol y oxigenar a la Patrulla. En #255 aparece Matsuo Tsurayaba, el dirigente de La Mano. Por su parte, Mariposa Mental regresa del Lugar Peligroso. Estamos a las puertas de Actos de Venganza, y Bettsy Bradock simbolizará como nadie el tránsito de los ochenta a los noventa. De mujer madura y morigerada a ninja letal y despiadada. De vestir una gabardina hasta los pies a… bueno, al estilo de los años noventa. Yeah.

Welcome to the Dark Age. Los noventa resumidos en el culo de Bettsy.
Welcome to the Dark Age. Los noventa resumidos en el culo de Bettsy.

Pero, antes de poner el punto y final, dejadme volver a ese Uncanny X-Men #252. La saga de Lobezno y Júbilo en Australia es una de las mejor escritas en la etapa que venimos comentando. Tal parece que Claremont se hubiera desprendido de un pesado lastre tras terminar Inferno y estuviera listo para divertir –y divertirse- de nuevo con tramas sencillas y rotundas. Y por lo visto, no solo le estorbaban Cíclope, Jean y Madelyne, sino toda la Patrulla. En cuanto se pudo quedar a solas con Lobezno, bien asistido por Júbilo –se vio que la pareja tenía química de inmediato-, Claremont nos dejó una historia que huele a los viejos buenos tiempos desde la misma portada de Silvestri.

#251 logan-crucificado

Marc Silvestri en buena forma, por fuera y por dentro del tebeo. Los Cosechadores capturan a Lobezno y le crucifican al sol. Solo Júbilo puede rescatarle, pero no tiene poder suficiente para intentarlo y, llegados a cierto punto, no puede hacer otra cosa que contemplar, en silencio, una tortura elidida que solo podemos imaginar a través de su mirada.

#259-29

En esta escena experimentamos el horror a través de la mirada del testigo. Claremont nos niega la tortura para hacerla más terrible a través de la representación indirecta, tal y como los trenes que recorren la Alemania Nazi en Amen, la película de Costa Gavras, nos hurtan la visión del Holocausto, obligándonos a imaginar cadáveres que sabemos que están ahí. El rostro de Júbilo es el morboso pudor del narrador de Allan Poe en La Narración de Artur Gordon Pym, que aparta la mirada cuando sus náufragos se quedan sin otro alimento que la propia carne y nos sugiere, sencillamente, que nos imaginemos lo que ocurrió después. Júbilo cumple la misma función metafórica y nos recuerda que Chris Claremont, el maestro del entretenimiento, el escritor al que le sobraban palabras, también sabe habitar en los detalles y guardar silencio cuando la imagen grita.

Larga vida a su legado.

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Luisru
Luisru
Lector
2 julio, 2014 16:21

Antes de que Ocioso y demás habituales empiecen a decir que esta etapa es mierda comparada con la Saga de Fénix, que aquí Claremont estaba en franca decadencia y blablabla yo afirmo sin sonrojo que es mi etapa favorita de La Patrulla, sin duda porque es lo primero que leí de los mutantes en mi más tierna infancia, pero también y habiéndola repasado muuucho después, porque es una etapa en la que Claremont es más Claremont que nunca, con todos sus aciertos y errores, con todos sus tics, con todos sus temas, que siempre son los mismos, porque ya lo dijo Flaubert «un escritor no elige sus temas: los padece». Y Claremont padece de exceso de escenas oníricas, de secretos dickensianos (o de Melrose Place), de personajes atribulados, de fantasías siniestras y absurdas, de dioses extradimensionales, de posesiones y controles mentales, de doncellas inocentes que se transforman en mujeres aguerridas, de muertes y resurrecciones… Y esto, que está en esta etapa a más no poder, es lo que hace grande a Claremont. Su sentido de la épica y del drama intimista al mismo tiempo, que es algo así como lo que hacía en el cine David Lean, se encuentra aquí con la oscuridad ya no del thriller sino del surrealismo de David Lynch: Claremont ya pasa de explicar un montón de cosas y los guiones comienzan a tener agujeros, pero esas inconsistencias del argumento son las que llevan a La Patrulla más allá del cómic de superhéroes y la convierten en algo así como la precursora del mal rollo generalizado de los 90. Perdón, creo que estoy divagando.

El caso: la Caída de los mutantes: apoteósica. Inferno: bestial. El lugar peligroso: fantástica. No rivalizan con Días del futuro pasado porque pensamos que un señor que llevaba más de 10 años guionizando a los mismos personajes no daba más de sí, pero siempre se le ocurría una nueva vuelta de tuerca. Y los dibujos de esta etapa, en especial los de Silvestri, brutales. Mi Patrulla favorita es esa del look punkarra-agencia de modelos que acaba en Australia. Ay, si Claremont se hubiese quedado, no sé, 15 años más…

Enhorabuena por el artículo.

guolberin
guolberin
Lector
2 julio, 2014 16:52

Silvestri dibujando bien de verdad, números dibujados por Alan Davis, anuales de Arthur Adams, Longshot, Dazzler, Júbilo, Kaos, la Masacre, la Caída, Inferno, Australia, el Lugar Peligroso. Sí, definitivamente, la serie debió cerrar tras la marcha de Byrne… y Byrne debió cortarse las venas tras la chapuza de Jean Grey en los 4F, pero no lo hizo, y afortunadamente, no cerraron la serie de la Patrulla X, menos mal que algunos de por aquí no son editores… (lo digo por los comentarios del artículo anterior de la Patrulla de Claremont).
Ésto sigue siendo un ETAPÓN!!!!!!!

Antoine
Antoine
Lector
2 julio, 2014 16:56

Impresionante artículo, enhorabuena. Mira que se han escrito cosas sobre la patrulla de Claremont, pero creo que esto es lo mejor que he leído.

Realmente, esta etapa tiene un montón de momentazos épicos, ya quisieran todos los tebeos de mutantes actuales tener la mitad de calidad de la que tenían estos.

Antoine
Antoine
Lector
2 julio, 2014 16:58

Mira que yo he defendido a Shotter, pero fue una pésima idea el resucitar a Jean. Lo de Dazzler o la hermana de Jean a mí me suena a mucha mejor solución.

Eduardo
Eduardo
Lector
2 julio, 2014 17:19

Sí, yo también he sido defensor de Shooter, y creo que en su haber hay más aciertos que errores, pero lo de Factor-X y la resurrección de Jean Grey es la cagada más grande en toda su etapa como Editor en Jefe. Una auténtica chapuza.

J Calduch
J Calduch
Lector
2 julio, 2014 18:09

Otro (hola) que también considera la Caída de los Mutantes y las sagas posteriores (Cosechadores, Nido, Genosha…) como algo muy muy digno. Leído en directo, la muerte en Dallas por mucho que durase dos viñetas me emocionó. Ah, y la pelea con el Juggernaut y sobre todo la escena de Pícara parando un tren me parece la mejor coreografiada de toda la serie.

Maresca
Maresca
Lector
2 julio, 2014 18:23

A mí me parece una de las etapas más entretenidas y no considero el declive de Claremont por ningún lado. Sigue caracterizando estupendamente a los personajes como siempre y haciendo a personajes secundarios que no tenían ningún tipo de interés (Kaos, Dazzler, Longshot, Mariposa, así como anteriormente con Pícara) superinteresantes, la prueba es que desde que se marchó de la Patrulla ningún autor ha hecho nada bueno con ellos (quizás Remender con Kaos).
Al leer La Patrulla de Claremont siempre esperabas «Lo Imposible» y así pasaba.
Al leer el artículo me surge la duda de cuál sería la historia que Claremont tenía pensada para Madelyne si no hubiera ocurrido el bodrio de la resurrección de Jean, y el hecho de que Fénix fuera una entidad distinta, para mí esto acabó por mi interés por el Fénix (mira que me gustan Busiek y Byrne, pero esto no se lo perdono). No me creo que sólo la creara para ser ama de casa y fiel esposa de Scott.
Me gustaría, a ver si alguien la tiene, que colgara la imagen promocional de la Patrulla en Australia que salían todos con gabardina, me impactó cuando la vi.

Khonshu
Khonshu
Lector
2 julio, 2014 18:31

No cometeré la osadía de decir que estos son los mejores números de la Patrulla X, pero sí que ésta (la australiana) es mi formación favorita.

A mí me parece que hasta Proyecto exterminio, más o menos, Claremont mantuvo un muy buen nivel y que el acompañamiento gráfico estuvo a la altura casi siempre.

Buen artículo Julio. Aunque no comparta algunas de tus críticas, has conseguido un buen punto intermedio de imparcialidad. Le das bastante caña a estos tebeos, pero consigues translucir que en el fondo te gustan y merecen mucho la pena.

Un par de puntos:

– No estoy muy seguro de que ese beso de Tormenta indique el derecho a roce entre Tormenta y Lobezno. Claremont era muy amigo de estos gestos en plan «nos besamos porque somos hermanos de batalla y se avecina el ragnarok». Cada dos por tres se besaba la gente sin mucho motivo. De ser como tú dices, Tormenta se habría tirado a mogollón de peña, incluido Naze. Es perfectamente creíble que sea como tú dices, dado que Claremont es sexualmente muy liberal, pero también podría ser un gesto de reconocimiento y profunda amistad entre guerreros sin más repercusiones.

– Y la violación de Pícara tampoco estoy muy seguro de que fuera llevada hasta las últimas consecuencias. La psique de Carol Danvers le cuenta a Logan que se propasaron con ella -con lo cual pudo haber vejaciones y maltrato de cariz sexual- pero que no había llegado a ser físicamente violada, aunque le había afectado como tal debido a la inexperiencia emocional de Pícara.

No sé si esta matización le fue impuesta a Claremont a modo de censura para suavizar el tema, pero si realmente su idea era sugerir que fue maltratada y violada por un grupo, creo que manejó la situación de una forma un tanto frívola y cobarde. Y aún más poniendo esas palabras en boca de Carol Danvers, personaje que usó el propio Claremont para poner en evidencia a los autores de los Vengadores criticando -acertadamente- la cuasi violación que ella había sufrido a manos de Inmortus y la pasividad de sus compañeros de grupo ante este hecho.

Y antes de que nadie me entre a trapo por sacar a relucir este espinoso tema. Ya sé que una violación es algo que abarca muchas formas de violencia más allá de las más directas y que todas son abominables sin importar su grado. También soy consciente de que era otra época, había que burlar el comics code y que al menos Claremont le dio algo de realismo a un tema que siempre se había tratado fatal con anterioridad. Pero es que pienso que ese comentario de Danvers quitándole hierro al asunto y el que no hubiera la más mínima consecuencia fue un error por parte de Claremont si pretendía meterse en aguas tan pantanosas.

Terrific Lines
Terrific Lines
Lector
2 julio, 2014 19:01

Yo sólo diré:

«Arrodillaos ante los iconos!!!»

Y añadiré: Gran artículo, felicidades!

frankbanner71
frankbanner71
Lector
2 julio, 2014 19:40

¡ostia puta¡
que articulazo te has currado,julio c.
(y que gozada de páginas.que recuerdos)

y sí,es posible que la saga de LA MASACRE MUTANTE tuviese más agujeros que un queso gruyere,pero yo con lo que me quedé en su momento fué CON ESA SENSACIÓN DE PELIGRO REAL en la que veia a los mutantes en cualquiera de sus cruces.mismamente como en el asalto de los amos del mal a la mansión de los vengadores.

y a mí la etapa de silvestri con todo aquello de los cosechadores,la estupenda saga de inferno(¡ese cruce con daredevil¡),ME ENCANTÓ,la verdad.

despues de aquello….nstch.malditos años 90.

p.d:a ver el siguiente articulista como defiende lo de «bailar con la más fea»…..

Khonshu
Khonshu
Lector
2 julio, 2014 19:51

Lo de Factor X no solo jodió a Claremont.

A mí me chafó a uno de mis personajes favoritos, Cíclope, con el que no me reconcilié en bastantes años.

Recuerdo haber pillado el nº 1 con la tierna edad de 10 añitos y ya darme cuenta de que eso estaba mal. Un tío íntegro como Scott no habría hecho eso ni de coña.

De hecho, no volví a comprar la serie hasta Peter David. Ahora me arrepiento, porque me perdí a los Simonson. A ver si Panini se anima a reeditarla.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
2 julio, 2014 20:39

Estoy en el curro así que me lo he tenido que leer por parroquias pero pedazo artículo.
Falta uno pero desde ya digo que una de las cosas que más me están gustando de esta serie de artículos es que no estén hechos «en serie»; que se refleje en cada uno la personalidad del articulista en cuestión.

Bueno; si eso vuelvo más tarde.

billyboy
billyboy
Lector
2 julio, 2014 21:14

Diox cada vez que veo uno de estos resumenes y veo a Lobezno me duele ver en que lo convirtieron,este si que era mi lobezno.

Spirit
Spirit
Lector
2 julio, 2014 21:29

Esta etapa es una mierda y la patrulla x tenía que haberse dejado de publicar con la marcha de Byrne.

Salvo por los números dibujados por Barry Smith, que por cierto no se han mencionado.

Ocioso
Ocioso
Lector
2 julio, 2014 21:37

Después de Byrne la Patrulla es ETA

Jerónimo Thompson
Lector
2 julio, 2014 21:41

Estupendo artículo.

Para mí, la época que fue desde La Masacre Mutante hasta Actos de Venganza fue gloriosa, pero bueno, quizá tenga algo que ver la época en que me pilló. La verdadera debacle, en mi opinión, llegó con la recuperación de los personajes tras su paso por el Lugar Peligroso, donde Claremont realmente pierde el norte (del número 101 de Fórum en adelante). Y pocas sagas he disfrutado yo más que la Caída de los Mutantes en la Patrulla-X; no niego que pueda tener todos esos agujeros en el guión que comenta el articulista, pero vaya, yo no me di cuenta en su momento (y glorioso Silvestri; qué pena la manera en que perdió su estilo al rozarse con Jim Lee).

Khonshu
Khonshu
Lector
2 julio, 2014 21:55

A mí es que un mundo donde esto es el camino a seguir:

http://www.loseternautas.com/wp-content/uploads/2013/02/jimleepsylocke.jpg

Antes que esto:

http://i610.photobucket.com/albums/tt185/artysean/Uncanny_X_Men_225.jpg

Me parece un mundo que se equivocó en algo.

Con el tiempo le he acabado reconociendo su talento a Jim Lee, pero al principio le tuve mucha tirria por sustituir a Silvestri (que me encantaba) y contaminar a tantos dibujantes.

Forager
Forager
Lector
2 julio, 2014 22:30

El día que llegó Jim Lee a los X-Men. empezaron los 90 para mí: perdí el interés por el género de los súpers, en general, aunque luego descubrí los Authority, Planetary o X-Men de Morrison. Y esta etapa de Silvestri la amo, con el rollo casi western en Australia, y que me emocionó La Caída de los Mutantes.

Que poco más tarde, y en Image, Silvestri esteroidizara a sus personajes a lo Jim Lee -perdiendo una de sus mejores bazas, la estilización de los personajes-: ya se había instalado el MAL.

Darquez
Darquez
Lector
2 julio, 2014 23:19

Sin querer adelantarnos a los acontecimientos, lo de mariposa Mental y cíclope, me hizo hasta gracia en su momento, puestos a dejar al uniojo como un completo gilipollas, un gilipoyas con demasiada suerte, por lo menos con las telepatas.

Jerónimo Thompson
Lector
2 julio, 2014 23:27

Bueno, yo en su momento no tuve ninguna queja con la llegada de Jim Lee (sobre todo porque lo conocí con sus números de Actos de Venganza, que probablemente sea lo mejor que ha dibujado en su vida), pero si uno relee su etapa años después, no tarda mucho en darse cuenta lo que había degenerado Claremont a esas alturas.

Jerónimo Thompson
Lector
2 julio, 2014 23:28

Por cierto, de lo de Cíclope con Mariposa Mental no tuvo culpa Claremont; recordad que para entonces ya estaba Lee en solitario (con Byrne escribiéndole los diálogos, si no recuerdo mal).

Dynamo
Dynamo
Lector
2 julio, 2014 23:48

Esta etapa aún la leí, pero cerré poco después, había buenos momentos, Silvestri era un monstruo pero empezaron historias a las que no les cogía el gusto. Y personajes con los que me pasaba lo mismo. No me gustaba Forja, no terminaba de tragar a Longshot ni me acostumbraba a ver a Dazzler, y jamás le vi encanto a Júbilo, que parece tener bastante predicamento. Por otra parte, excelente artículo, un lujo leerlo.

Truvor
Truvor
Lector
3 julio, 2014 0:01

Después de Byrne tenían que haber cerrado la colecc-… Amos, anda! Después de Byrne vinieron dibujantes cojonudos. Y con Claremont al guión, los mutantes seguían siendo ellos.

A mi este Silvestri me volvía loco. Un dibujante con una narrativa no muy allá, con fallos anatómicos, fondos no muy currados, a veces un poco vaguete, pero con un arte…. No será el mejor, ni el más académico, pero es mi dibujante favorito de la patrulla. Le iba como un guante a estos mutantes con cuero y pelos de punta. Su Lobezno es el mejor Lobezno que ha existido nunca (a nivel visual, se entiende). Y ese Lobezno crucificado es legendario.

Sí, por encima de Romita, Smith, Byrne,…
Ale, fustígenme,

Khonshu
Khonshu
Lector
3 julio, 2014 0:36

Mi ranking por orden de preferencia de dibujantes oficiales de Uncanny X-Men que acompañaron a Claremont en su gran etapa (porque la mierda de su retorno no cuenta).

1- John Byrne
2- John Romita JR
3- Paul Smith
4- Marc Silvestri
5- Jim Lee
6- Dave Cockrum

No cuento a monstruos como Davis, Barry Smith, Arthur Adams, Blevins o Leonardi porque solo hicieron especiales o fill-ins y no fueron nunca el dibujante oficial de la cabecera (aunque, a lo tonto, Leonardi suma casi tantos números como Paul Smith).

Y el corazoncito casi que me pide aupar a Silvestri al puesto 2, por delante de JR JR y PMS, pero al final se impone la razón y me doy cuentra de que es una insensatez. No sé qué tiene esta etapa que me encandila y solo me quedo con los buenos recuerdos, cuando sé que también hay muchas deficiencias.

Juankar
Juankar
Lector
3 julio, 2014 1:03

Mi etapa favorita sin duda, Masacre, Caída, Inferno, Australia, etc… impresionante, ademas los anuales de la época con Adams y Davis, y secundado a la maravilla factor X y nuevos mutantes, creando un universo cohesionado como nunca, interesante y que refleja una madurez y evolución en los personajes nunca vista hasta la fecha.

Khonshu
Khonshu
Lector
3 julio, 2014 2:04

Julio:

Me doy por aludido porque veo que respondes a mi comentario aunque me confundas con Maresca.

– Sobre tu tono en el análisis: No te preocupes que le has hecho justicia a la etapa sin perder la objetividad.

– El tema Logan Ororo: Pues ambas opciones son válidas. Las buenas historias suelen ser ambiguas y dejar detalles a la libre interpretación del lector. A mí me mola imaginarme a Logan y Ororo como dos veteranos guerreros que serían perfectos el uno para el otro pero han compartido demasiado y se respetan demasiado como para no llegar a dar un paso más allá. Me parece más romántico. Creo que este tema o el posible affair lesbico de ‘Ro con Yukio son cosas que es mejor dejar a la libre interpretación de cada lector. O al menos hasta que lleguen guionistas menos sutiles y te muestren a las claras a Lobezno y Tormenta enrollándose en la ducha, como al final ha ocurrido.

– El tema violación de Pícara: He estado investigando y mezclé algunos detalles, pero definitivamente no hubo violación, al menos de manera oficial.

Es cierto que hay un cuadro de texto en el que Claremont pone algo como que Pícara está traumatizada porque la tocaron y arruinaron «su primer momento hermoso», que suena como que los guardias la violaron.

En el propio número, no es Danvers como había dicho yo, sino la jefa de los Magistrados, la que afirma que sus hombres solo se propasaron un poco y que habían sido reprendidos por ello. Podría estar encubriéndoles, pero esta magistrada se revela luego como una mujer bastante formal y honorable que acaba de aliada de la patrulla en Operación Exterminio, así que no parece muy probable.

http://www.littlestuffedbull.com/images/2013/psylocke/uxm232/uxm236c.jpg

La declaración de Danvers que yo recordaba sería números más tarde, en «Noche de damas», donde explica claramente que no ocurrió nada serio.

http://static.comicvine.com/uploads/original/6/69260/1638733-carol_rogue.jpg

Puede ser que Carol mintiera para proteger la privacidad de Pícara, pero es que si ella no llega a sacar el tema, las otras ni se habrían enterado, así que es poco probable.

No sé si a Claremont le leyeron la cartilla y reculó o desde el principio pretendía narrar que alguien como Pícara, incapaz de tocar a otro ser humano, podría traumatizarse con una experiencia similar, por leve que fuera.

Sea como sea, creo que manejó el asunto con algo de torpeza y desde entonces he visto muchos lectores que, como tú, entendieron y dan por sentado que Pícara fue violada.

j1n0u
j1n0u
Lector
3 julio, 2014 6:22

Siempre le he tenido aversión a Claremont, y este tipo de artículos me ayudan a comprender mejor la etapa de este hombre al frente del clan mutante. Recuerdo los martirios para encontrar el material solo para descubrir que eran horribles. Tengo un inmenso problema con los autores que contradicen a sus colegas, además este señor se contradice EL MISMO con su Classic y recientemente con la desastrosa forever. Lo que si debo agradecerle es el aborrecimiento que me genero hacia Logan y su obsesión con la Grey, me recuerda esa canción de The Police – Every breath you take, quien crea que es una declaración de amor, necesita ayuda de inmediato o cuando menos una orden de restricción. Que por cierto, convenientemente le han adjudicado a la pelirroja aquella supuesta atracción con cada “reconstrucción” de los hechos.
Pareciera que a Claremont lejos de molestarle la resurrección, es que no fue participe directo de la misma, ideo varias soluciones “plausibles” para evitar la decisión editorial, y tras el inminente desenlace, creo a Madelyne, y a Rachel (la hija planeada para el especial del veinte aniversario) le otorgo el nombre y poderes de la madre desaparecida.

PhoenixFive
PhoenixFive
Lector
3 julio, 2014 6:38

Han repetido mucho que Claremont abusaba del deus ex machina, pero ya quisieran los autores como Bendis, Johns o Hickman hacerlos tan deliciosos como lo hacia Claremont….
Claremont dotaba de epíca cada número, evoluciona a los personajes: Magneto, Storm, Kitty, etc. lo que el hizo en 16 años Bendis tendría que escribirlo en 1000, la épica que pone en los primeros encuentros de la nueva alineación de X-Men con Magneto o Juggernaut, Jhons necesita de el antimonitor, superman prime, cyborg-superman, y todos los villanos juntos para tratar de sentir esa emoción…
De Hickman ni se diga hasta ahora sus avengers no estan dotados de personalidad alguna….

Dynamo
Dynamo
Lector
3 julio, 2014 7:57

Julio: vuelvo a repetirte que felicidades por el artículo, has conseguido que me parezca mejor esta etapa de lo que recordaba. Pero al mencionar a Pratchett ya me ha ganado, es mi escritor de cabecera. No deje que le entretenga, muchas gracias.

Arturo Porras
3 julio, 2014 12:52

Grandísimo trabajo Julio, al igual que el resto de artículos dedicados al patriarca murante. Desde aquí felicito a todo el equipo por el trabajo realizado. Para enmarcar.
Esta etapa para mí es el patito feo de esta historia. Sin entrar en gustos personales que definen las primeras lecturas de cada uno, me parece que Claremont ya se encontraba en horas bajas. Todos esos follones editoriales a los que se vio expuesto era lógico que le pasarán factura. Aun así, un Claremont de la época en horas bajas era superior a la media de los guionistas de entonces.
Respecto a los dibujantes, pues la lista que ha colaborado con él es tan conocida que es tontería repetirla: Cockrum, Byrne, Romita Jr, Smith.. con colaboraciones de grandes como Alan davis, BWS, Arthur Adams. Por eso a mí los dibujantes de esta última época, Silvestri y Lee, no me impresionan demasiado. Si tuviera que elegir, me quedo con Silvestri ya que a Lee me cuesta soportarlo. No dudo que en su momento fuera un boom y que sea un buen dibujante, pero es que es ver su Proyecto Exterminio o los números que dibujó en X Men a secas y no puedo, me echan para atras una cosa mala. Visto desde el ahora reciente, porque yo me salté los noventa. Mi sentido aránido debió de advertirme de lo mala que iba a ser la decada y decidí abandonar, antes de que el barco se hundiera

Antoine
Antoine
Lector
3 julio, 2014 12:57

No se puede decir decir que Silvestri sea mejor que Athur Adams o Jr, pero en lo que se refiere solo a su trabajo en la patrulla, lo pongo casi al nivel (reconociendo que habla la nostalgia)

Lo que hizo luego en la patrulla de Morrison sí que fue horrible.

Luisru
Luisru
Lector
3 julio, 2014 13:15

Muchas gracias por la respuesta, @julio, y por el halago. ¿Habrá leído Claremont a Baroja? La verdad es que en novelas como ‘Las inquietudes de Shanti Andía’ está la misma mezcla de introspección y aventuras que en los cómics de X-Men. Sobre lo de que Claremont en cierto modo mantuvo alejada la oscuridad cada vez más omnipresente en la ficción en general y en los superhéroes en particular, eso es bien cierto, los mutantes nunca sucumben a su «lado oscuro» al menos hasta después de Inferno, y todavía después queda espacio para la ligereza y la diversión. Es paradójico que justo en esos momentos, los Simonson estuviesen desarrollando en Factor-X un cómic mutante claramente posmoderno, quizás el primero, que era casi una parodia de los X-Men, llevando sus rasgos característicos hasta el paroxismo. Todos los personajes sufrían horrores: el ángel sin alas, la Bestia idiotizada, el Hombre de Hielo con los poderes descontrolados…

Y volviendo sobre tu artículo y sobre si está más a favor o más en contra… Yo creo que en general alabas la etapa, aunque es cierto que algunos fallos que ele achacas, estoy en desacuerdo. Por ejemplo, lo de Mr. Siniestro como villano de opereta. Claremont tenía planeado que Mr. Siniestro fuese algo así como la personificación de los miedos infantiles de Cíclope, por eso creo que tenía que ser rimbombante y exagerado.

En general, las ideas de Claremont, aunque a veces demasiado rebuscadas, me parecen muy originales, y creo que nos deparaba muchas sorpresas que se guardaba en el tintero, como lo del origen de Rondador, la infancia de Cíclope, etc., que luego otros guionistas menos brillantes resolvieron bastante reguleramente.

mespinpe
mespinpe
Lector
3 julio, 2014 14:38

Si la etapa con Cockrum, Byrne, Smith fue la etapa clásica,esta con Silvestri fue la etapa moderna y la larguísima saga disolución y renacimiento sería claramente la postmoderna. La de Romita JR no sabría si incluirla en la fase moderna o sería una larga transición entre la clásica y aquella.
Al margen de su mayor o menor inspiración, lo que expone claramente es la capacidad de Claremont para cambiar y adaptarse a los tiempos sin que su esencia, sus temas recurrentes se alteren. Algunos comentan que es una continua huida hacia delante. Pero, señores, se le ha de reconocer que hay que tener los huevos como los del caballo del Espartero para, una vez que has triunfado con la formación clásica de la 2ª génesis, y tras una pausada evolución durante la etapa Romita Jr, poner la colección totalmente patas arribas dos veces (la primera tras la masacre mutante, es decir, la etapa de este artículo, y la segunda tras Inferno) y conseguir hacerlo manteniendo la colección en el nº 1 de ventas y manteniendo el nivel creativo.
Cuando yo empecé con los cómics pijameros recuerdo que lo primero que leí fueron dos retapados con los números 11 a 20 de forum, es decir la segunda venida de Cockrum y el arranque de Smith. Y a la vez la colección mensual estaba editando esta misma etapa. Cuando algún colega me pasaba un número actual con lo de Genosha y eso, flipaba, es que no podía ser la misma colección. Personajes completamente distintos, con sede en Australia? Pero no era sólo eso, la forma de escribir había cambiado por completo:

-Las aventuras seguían sucediéndose en pequeñas sagas o episodios aislados PERO los personajes evolucionaban en su personalidad, relaciones, problemas personales a una velocidad de vértigo. Tormenta-Naze-Forja, Polaris-Kaos, Pícara-DanversMadeleine-Kaos, Madeine-N’Astirh, Dazzler-Longshot…y etc. etc. etc.
-La forma de escribir había cambiado por completo. Los tochos de texto de apoyo y las parrafadas de los diálogos se deconstruían en pequeños cartuchos con frases breves, yuxtapuestos y sincopados. La influencia de Frank Millar había mutado por completo la forma de redactar de Claremont. Además el estilo de Silvestri, con figuras más pequeñas y multiplicación de elementos por página se adaptaba como un guante a la nueva forma de escribir de Claremont. Nada que ver con lo rotundidez de las figuras y la concisión de elementos de Cockrum/Byrne.

En resumen, yo flipaba un poco cuando veía que las grapas de Silvestri estaban firmadas por el mismo escritor que lo de Cockrum/Smith de los retapados.
En un principio conectaba mucho más con la etapa clásica y es normal, tenía 9-10 años. Esta etapa más modernera no me tocó la fibra sensible hasta un poco después, a los 12. Y es que esta Patrulla-australia más outsider y oscura creo que conecta mejor con el adolescente que con el niño, que no entiende las complejidades emocionales de pareja aquí narradas.
Entonces pasé a adorar a Silvestri, esta especie de John Buscema estilizado. La verdad es que cuando él y Dan Green estaban inspirados les salían unos números muy elegantes. Diría que su momento cumbre estaría a la altura de Genosha, Inferno y los primeros episodios post Inferno. En sus últimos episodios daba una cierta sensación de dejadez aunque puede que el dejado fuera Dan Green, que acabó menos sus lápices. Ya no me gusta tanto Silvestri, pero hay que reconocer que aquí estuvo sembrado, luego se echó a perder, en fin.
Respecto a Lee, al principio me era un poco indiferente, en la preadolescencia era un poco reticente a los dibujantes que ponían muchas rallitas, no podía evitar sospechar que eran truquillos para tapar carencias. Pero señores, hay que reconocer que el Lee de Uncanny estaba pletórico y sí, es lo mejor que hizo con diferencia. Luego en X-men se apoltronó y empezaron a salirle todos los vicios. De todos modos, aunque en pureza era un dibujante mejor que Silvestri, era mucho más inexpresivo y limitado en sus registros, no me veo a Lee haciendo el episodio de humor de las chicas con el gracejo del Marc.

Centrándonos en Claremont esta etapa es efectivamente irregular. La masacre está bastante bien, pero inauguró la costumbre de sembrar misterios (Merodeadores-Mr Siniestro) cuya solución no tenía todavía en mente, que se iban resolviendo a bandazos de guión y que tanto mal hicieron a la franquicia (Cable, Discordia y etc.). Aun así esta etapa es muy disfrutable. Me gustó menos la primera parte de Juggernaut, con Guice y su desarrollo lento, pero en la segunda parte Silvestri pone el acelerador y se gana el puesto. En mi opinión el punto más flojo de esta etapa empieza en la recta final de la Caída de los mutantes y no vuelve a recuperar el pulso hasta la magnífica saga de Genosha. El final de la caída de los mutantes es bastante insatisfactorio con todos los deus ex_machina citados en el artículo. Es muchísimo mejor lo que hicieron los Simonson en Factor X durante esa saga e incluso lo de Simonson-Blevins en New Mutants. Luego vienen los sosos episodios individuales de Coloso, Lobezno-Dazzler o aquel que devolvían lo robado por los cosechadores, y finalmente la desangelada segunda saga del nido. Vamos que lo único que se salva es el episodio de los Cosechadores en el que se instalan en Australia. Luego la saga de Genosha me pareció muy grande. Inferno, se infló un poco en extensión y con la diversidad de equipos creativos es inevitable una cierta irregularidad, pero aún así es una magnífica historia con momentazos y revelaciones. Basta comparar con lo que vino después, yo sólo leí X-tinction agenda y luego La canción del verdugo y ya no volví a tocar un mutante hasta Morrison. En Uncanny Inferno también es mejor que la Caida y yo creo que también le ganaría a los puntos a la Masacre (no sé, mis dudas tengo). Luego, los episodios humorísticos post-inferno eran magníficos, al estilo de lo que estaba haciendo en Excalibur a rebufo de Jla-Jli. En resumen etapa irregular, pero he de confesar que los episodios bajón se me hacen más digeribles que los episodios bajón de Cockrum por el estilo más agil de dialogar del que goza aquí Claremont.
Y discrepo en que aquí esté Claremont en horas bajas: su Uncanny, Excalibur, la limited X-Men-4F. Vale, no tiene a un diparado Byrne haciéndole los co-argumentos, pero por eso mismo la comparación no es justa. Leches si hasta consiguió hacer digeribles los desmanes que le proponía Jim Lee en la época post Post- Proyecto exterminio. Y este era el gran problema de Lee, que se creía el nuevo John Byrne y como coargumentista era un 0 a la izquierda y un genocida de la coherencia interna. Harras le dio alas y la cosa acabó como acabó, que Claremont estaría todo lo en horas bajas que digáis pero era el único con la capacidaz de sostener el castillo de naipes que estaba montando Lee. En cuanto se fue el primero, el acabado, el castillo se derrumbó, y de qué manera.

Dynamo
Dynamo
Lector
3 julio, 2014 16:42

Julio C. Iglesias
3 julio, 2014 – 13:07h
abrá que hacer algo sobre Pratchett, ninguna web debería pasarse más de dos semanas sin hablar sobre Mundodisco xD
Secundo la moción!!!!!

HenryJones
HenryJones
Lector
3 julio, 2014 17:14

Sobre el tema que se dice por aqui de quienes són los mejores dibujantes de Xmen pues , lo que se dice dibujantes que saben de control del dibujo más allà de que sepan dibujar comics Alan Davis, BWSmith, Silvestri, Leonardi y Byrne. Arthur Adams es ben dibujante de comics pero no buen dibujante lo mismo con Lee. No confundamos el tener un estilo que vende y gusta y saber narrar, con ser buen dibujante.

HenryJones
HenryJones
Lector
3 julio, 2014 21:25

Julio :
«Yo la verdad que llegué al barco a mediados de los noventa, así que soy hijo de aquél desenfreno de Wild CATS, Gen 13, tetas, culos y hormonas enloquecidas por todas partes»

Yo era tambien de esos jeje, hasta que me fije en Mignola y empecé a valorar otras cosas más allà de tetas y colores efectistas . Para mi Campbell era más dios que Lee en aquel entonces, su estilo aunque pillaba tanto de Lee y de A.Adams era rompedor, de hecho creo que Lee empezó copiar el estilo «bonito» de Campbell en los Gen 13 que dibujó y se le pegó .

abcdef
abcdef
Lector
4 julio, 2014 21:31

Uff! Ya está escrita la cuarta parte¡¡ Enhorabuena¡

Preciosa etapa, a pesar de toda la movida editorial. Cuando resucitaron a Jean Grey me lo tomé bastante bien… sobre todo porque los tebeos donde sucedió, en los vengadores de stern y los 4f de byrne, eran tebeos estupendos… mi decepción fue al leer xfactor… la colección me decepcionó bastante, y sí, lo de Cíclope abandonando a Madeleyne, un horror. A pesar de todo, creo que Claremont supo sacar mucho partido a estas situaciones irreversibles… M Pryor brilló con luz propia siendo la secundaria sin poderes de la patrulla, sus escarcéos prohibidos con Alex… Y el colofón de Inferno, donde la sacrifican para arreglar el desaguisado (uy, ya hablo como Rajoy) de los horrorosos guionistas originales de xfactor y Shooter con Cíclope, hizo que me diera mucha pena la pobre Maddie, la había tomado bastante cariño… Luego Jean Grey tiene que hacer frente a un montón de cosas tras su vuelta, y aunque en xfactor tenían un tufo muy de culebrón mañanero, la Simonson daba de sí, lo que daba de sí… Claremont sabía sacar más partido a la situación, como en Días de Futuro presente y la relación con Rachel Summers.

La alineación del equipo está muy bien, sobre todo porque hay muchas chicas y silvestri se luce más, así como claremont que se va desacomplejando y arremete con más féminas.

La verdad es que no me gusta hacer listas de dibujantes, todos a su manera me han proporcionado muchos momentos de disfrute… Creo ademàs, que claremont mimetizaba mucho las historias con el potencial del dibujante, con Cockrum y Byrne viajaban mucho al espacio, con Romita eran historias más urbanas y oscuras, con Sienkiewicz los guiones también eran de tripi, con Silvestri como ya he dicho, más chicas exhuberantes y más machipirulos con pistolones en plan viva el cine Troma, Alan Davis ofrecía una línea más límpia, lo que proporcionaba que las historias ylos personajes fuesen más desenfadados… No sé, creo que Claremont se inspiraba en los dibujantes, y entre ambos nos ofrecían las historias que debían de ser, y no otras. Me los quedo todos.

mele
mele
Lector
5 julio, 2014 10:53

Felicidades por el articulo!!!!
Bueno, que conste que lo interesante esta por venir, a ver como le metemos caña al proximo articulo je je je. Con respecto a esta etapa tengo que decir que yo empece con los numeros de paul smith, como la mayoria, y luego fui recuperando lo byrne, luego lo deje, y cuando regrese justo fue despues de esta etapa, como os podreis imaginar para volver a bajarme luego (aunque aguante bastante, no os creais, pero eso sera para el proximo articulo). Con el tiempo he recuperado toda la historia, y en mi opinion, desde luego no es de mis favoritas, y he de decir que yo soy mucho mas de la formacion clasica que de toda la etapa australiana, el tema de la aparicion de portico me traia desorientado, toda la trama de Madelyne, e Inferno, para mi fue eso precisamente, un infierno, no entendia nada, y a mi personalmente ademas los numeros de Factor X dibujados por ¿Simonson?, me parecieron horripilantes.
Aun asi una etapa muy disfrutable.
Con respecto al tema dibujantes, yo tampoco soy de hacer listas, y la verdad es que disfruto bastante de la mayoria que han tenido los X men en esta etapa de Claremont, pero si veo que al odiado y vituperado Jim Lee todos los que haceis listas no lo poneis mal del todo

Khonshu
Khonshu
Lector
5 julio, 2014 12:07

Es que Jim Lee no es malo. De hecho, era muy bueno cuando desembarcó en la Patrulla.

Para mí desde la 2ª génesis hasta la marcha de Claremont no hay un solo dibujante titular en esta colección que no sea muy bueno.

Es más, Marvel le daba un mimo especial a su serie estrella y solía poner a lo mejor de su plantilla a encargarse de ella. Hubo una época en la que ilustrar X-Men era la meta definitiva para cualquier dibujante. Leías entrevistas de jóvenes autores y para ellos, hasta hacer un fill-in, era como llegar a lo más alto.

HenryJones
HenryJones
Lector
5 julio, 2014 22:10

esta claro que Lee no es malo ; pero creo que tampoco que se le puede poner a la altura de los grandes. De hecho a Lee le paso un poco lo que Silvestri, que tras unos inicios brutales la evolución de estilo no les hizo ningun favor, solo mira darkness .

Spunky
Spunky
Lector
6 julio, 2014 19:21

Fenomenal artículo, Julio. Me leí toda esta etapa durante mis años mozos y la recuerdo con cariño, me gusta más ésta Patrulla que los X-men «canónicos» (me releí todos estos números hace unos meses, de hecho) aunque a partir de la disolución australiana me empecé a atufar (por mucho Jim Lee que merodeara por allí) Me han gustado todos tus análisis de lo que se cocía entre bambalinas y el enfoque psicológico de las tramas, bravo!

Khonshu
Khonshu
Lector
7 julio, 2014 0:16

«esta claro que Lee no es malo ; pero creo que tampoco que se le puede poner a la altura de los grandes. De hecho a Lee le paso un poco lo que Silvestri, que tras unos inicios brutales la evolución de estilo no les hizo ningun favor, solo mira darkness .»

Pero es que casi ninguna de las vacas sagradas mejoró tampoco tras su paso por los mutantes.

– Byrne hizo aquí su mejor trabajo.
– Paul Smith siempre fue muy inconstante y, para mi gusto, su estilo se vulgarizo un poco. Prefiero con mucho sus trabajos iniciales que su estilo posterior en los 90, con el que apenas destacaba.
– Arthur Adams es muy consistente en su estilo actual, más caricaturesco, pero casi prefiero la frescura de estos años en los que era más realista.
– Romita JR sí que mejoró tras los mutantes (aunque muchos no estarán de acuerdo), que le pillaron en plena evolución como artista.
– Los mejores años de Barry Smith coincidieron con el par de números que hizo en la franquicia, Arma X etc…
– Leonardi, sí que fue a mejor tras X-Men, al igual que Alan Davis.

Silvestri y Lee no eran exactamente novatos al pasar por la serie. Fue su primer encargo importante, pero ya llevaban unos añitos de oficio y les pilló en pleno apogeo como artistas.

Como ya hemos hablado en otros hilos, el problema con los fundadores de Image es que no pudieron alcanzar su pleno potencial artístico por meterse a empresarios y no tener la necesidad de depender de la calidad de su trabajo para ganarse las habas. Cuando te forras de la noche a la mañana, pierdes la mirada del tigre. Hubiera sido interesante ver la evolución de Lee y Silvestri si hubieran permanecido en Marvel.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
7 julio, 2014 0:35

Hombre Jim Lee si evolucionó dentro de estos números que van a llegar, luego se estancó en WildCats y hasta hoy. Silvestry como comentaba alguien lo que hizo fue involucionar pasó de figuras definidas para cada personaje a todos los personajes iguales. Los demás a mejor o a peor también han evolucionado, no diría yoque ninguno lo hace igual que en esos momentos.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
10 julio, 2014 13:09

El momento decisivo en que Marvel se fue al carajo: la resurrección de Jean Grey. Me da igual que lo resolvieran medio bien, me da igual que fueran tebeos chulos. Hasta ese momento (con puntas y valles según colecciones y etapas, ya lo sé), Marvel era una combinación casi perfecta de comercialidad y riesgo, realismo y fantasía, evolución de los personajes y carácter mítico de los mismos, que habían dado 25 años de cómics fabulosos, con unos primeros ochenta que invitaban al optimismo. Desde aquel fatídico momento (y otros más o menos coincidentes en el tiempo o al menos en pocos años: las Secret Wars II, la marcha de Stern y Mantló, la llegada de los Image boys…) Marvel perdió lo que le hacía tan especial y nunca más ha logrado recuperarlo del todo, aunque puntualmente haya tenido momentos brillantes. Fue entonces cuando empezó el crossoverismo, la sobreexplotación, el mantener a los personajes en una eterna juventud, las muertes y resurrecciones hasta el absurdo, el abuso del hype… Si la muerte de Gwen Stacy fue el momento en el que los comics Marvel perdieron la inocencia, la resurrección de Jean Grey fue el acontecimiento en el que «la fórmula Marvel» comenzó a perderse.

Saludos a todos, que llevo casi un mes enterrado en trabajos y exámenes de alumnos. Ya os echaba de menos, a ver si me voy poniendo al día.

abcdef
abcdef
Lector
11 julio, 2014 2:21

Lemmytico, totalmente de acuerdo contigo. 100% de acuerdo. Aunque yo mismo haya dicho que las historias donde resucitó Jean Grey fuesen chulas y que incluso después hubo todavía muchos comics buenos, algunos de ellos pertenecientes a los denostados crossovers, como la caída de los mutantes, la semilla del cancer se implantó irremediablemente con aquella serie de catastróficas desdichas coincidentes de un corto periodo de tiempo y nada volvió a ser igual.

frankbanner71
frankbanner71
Lector
11 julio, 2014 10:14

«clavao» el análisis de los dibujantes que hace khonshu.

el problema de jim lee, al final, es uno solo:¡es un puto vago¡.

el dia que abandone su «zona de confort»,y se obligue(ó lo obliguen) a dibujar cosas que seguramente no le guste dibujar,pero que,sin duda, lo van a hacer avanzar como dibujante,lo mismo hasta nos llevamos una sorpresa del copón.

hasta entonces toca lo de siempre.contrata al guionista que le apetece. le pide una historia en la que vuelva a presentar los mismos cliches estilísticos que abundan en su carrera desde que desembarcó en d.c….y tira millas.

«pa» que complicarse la vida.

redarrow884
Lector
14 julio, 2014 2:44

En mi opinion esta es la etapa mas oscura de toda la era de Claremont, no por ser mala, que en mi parecer es muy interesante, si no por tocar temas mas duros y fuertes, ademas que el estilo de Silvestri ayuda tambien y mucho a adentrarnos en esa sensacion de oscuridad. Tambien tiene mucho que ver que la mayor saga sea justamente con el infierno, mercenarios con los Ravers y racismo con Genosha.

Recuerdo haber empezado a leer esta etapa despues de la del Dark Phoenix y From the ashes y realmente senti el cambio de atmosfera, hasta la fecha sigue igual para mi.

Luego cuando empezo la aventura en el espacio con un Jim lee desatado en los lapices, para mi empezo una etapa mas heroica, mas parecida a los xmen que recordaba, tambien cambiaron los tonos de color en el comic, eran mas saturados y coloridos.

Esta etapa seria mi menos favorita de no ser por la saga Inferno. Cuanto la disfrute!! Leia por primera ves a Longshot y me dejo intrigado por saber quien era y de donde habia salido. Pero el que se llevo en mi opinion la atencion fue Mr. Sinister. Se convertiria en mi villano favorito hasta la fecha.

Hay 5ta parte de estos especiales??

saludos.