La enfermedad de Zoroku

6
1964
 

Edición nacional/ España:La Cúpula
Guión: Hideshi Hino
Dibujo: Hideshi Hino
Formato: Tomo B6 (128×180), rústica (tapa blanda) con solapas
Precio: 10,95€

 

Hideshi Hino es un nombre que resuena en la cabeza de todo gran aficionado al cómic. Es uno de los máximos exponentes del género de terror en el manga, y desde luego es uno de los autores que más han contribuido a la difusión y asentamiento del mismo, tanto dentro como fuera de Japón. Con una larguísima carrera a sus espaldas y tocando varias artes -director de cine o escritor-, estamos ante todo un maestro de los horrores.

Sus obras reflejan un cúmulo de sensaciones, que se transmiten al lector con asombrosa facilidad. Con un dibujo feo y grotesco, Hideshi Hino plasma perfectamente la rabia, la tristeza o la melancolía de sus personajes y nos transporta junto a ellos a mundos oscuros y llenos de odio. Universos paralelos donde nuestros protagonistas gritan desesperados por hacerse un hueco entre la podrida sociedad. Niños enfermos o marginados serán siempre nuestros guías durante las andanzas por la mente plasmada en papel de este grandísimo maestro.

Por supuesto, todo tiene un inicio. Y por suerte, Ediciones La Cúpula pudo brindarnos de las primeras pinceladas profesionales de Hideshi Hino. Si bien su primera historia vio la luz en 1967, el propio Hino considera que su debut como mangaka profesional se dio tres años más tarde, con una historia corta que le da nombre al propio tomo. En esta reseña comentaremos las cuatro breves historias de las que se compone el tomo, repasando también la evolución del autor. Las obras forman parte de la colección Shocking World, y fueron publicadas en la Shonen Gaho en 1970.

La extraña enfermedad de Zoroku

Primera de las cuatro historietas que constan el tomo, además de ser la que le da nombre. Como hemos comentado anteriormente, el nombre del tomo viene dado por esta magnífica historia. En ella se narra la vida de Zoroku, un simple campesino, tras contraer una enfermedad que le provocaba la aparición de pústulas en la cara. Unos extraños granos de los siete colores del arcoíris; Zoroku era una persona marginada antes de tener estas pústulas, pero pasó a convertirse en un ser completamente repudiado tras su aparición. Y así, fue desterrado del pueblo. Una vez solo y sin cuidados, empezó a desarrollarse su enfermedad…

Hideshi Hino ya trata en su primeras páginas como profesional uno de sus temas favoritos: las enfermedades. Enfermedades, en su mayoría, inventadas para darles un extra de repugnancia. Esto es algo que provoca en el lector una profunda pena hacia el enfermo, lo cual lleva a una reflexión acerca de la sociedad. Por ejemplo, en La extraña enfermedad de Zoroku ocurre lo mismo que en la obra maestra de Hino, El niño gusano: el hijo de la familia, que coincide en ambos casos con el papel de enfermo, es expulsado de su propia casa debido a una enfermedad que sobrepasa los límites de lo humano.

¿Hasta dónde llega el amor familiar? ¿Cuándo deja alguien de ser humano para convertirse en una carga? El maestro Hino hace que nos planteemos estas cuestiones no sólo en esta breve historia, sino también en muchas de sus obras a lo largo de su magnífica carrera como mangaka.

Bajo el agua

El protagonista de esta historia es un niño mutilado. No tiene ni brazos ni piernas debido a un accidente, donde un camión le arrolló después de salir de la tienda de animales tras comprar unos peces de colores. Por mucho que quiera salir a jugar con los otros niños, jamás podrá hacerlo. Lo único que le queda en esta vida es su maravilloso acuario de peces de colores, su ventana a otro mundo lleno de fantasías.

La segunda de las historias cortas de este tomo también nos muestra un estereotipo de personaje importante en la obra de Hino, las personas con mutilaciones o que acaban mutiladas a lo largo de la historia. Si bien no suelen ser los protagonistas de historias largas, son un recurso muy habitual en sus impactantes relatos breves. Una vez más, Hideshi Hino consigue crear una sensación de pena en el lector, y puede llegar a crear cierta angustia en determinados casos más extremos.

El ratón recién nacido

Un pequeño ratoncito blanco fue el regalo que el dueño de la tienda de animales le hizo al hijo de una familia bastante normal. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, se fueron percatando que aquel ratón no era como los demás. Empezó a desarrollarse mucho más de lo que cabría esperarse de un simple ratón, y su comportamiento era muy violento. Poco a poco fue haciéndose con el control de la familia…

Los animales son también un elemento presente en muchas de las obras de Hideshi Hino, y los usa de diversas formas. Por ejemplo, en la historieta anterior (Bajo el agua), los peces son el reflejo de la salvación. Sin embargo, la rata de la que habla esta historia es el mismísimo demonio. En otras ocasiones, como La serpiente roja o El niño gusano, los animales aparecen como mitad humano y mitad animal, ya sea en cuerpo o en alma. En definitiva, uno de los recursos favoritos de Hino.

El demonio de las mil libras

Esta historia es algo diferente a las tres anteriores, así como a la obra de Hideshi Hino si la valoramos como un conjunto. Esto es así porque, salvo en un par de viñetas, no encontramos ninguna de las características anteriormente descritas. Narra la historia de unos niños huérfanos que tienen que sobrevivir, y se valdrán de la máscaras y otras tretas para robar comida a los campesinos. Así, se extendió el rumor de que había un demonio en la zona…

Si bien esta obra desentona un poco con lo que habíamos visto hasta ahora, no por ello es una historieta mala. De hecho, gracias a esta última historia, el tomo deja con un buen sabor de boca tras finalizar su lectura. Algo que se agradece, sin duda.

Este tomo recopilatorio que hoy reseñamos sirve de trampolín hacia el mundo de Hideshi Hino, uno de los universos más maravillosos que podemos encontrar en el manga. Gracias a que aquí nos muestra unos atisbos más que importantes de lo que sería su obra en un futuro, podemos afirmar que si te gusta esta recopilación de historias cortas, te acabará gustando la obra de Hino al completo. Espero que con esta reseña podamos ayudar a las personas a adentrarse en el peculiar mundo de este gran maestro.

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JJ
JJ
Lector
11 agosto, 2012 14:22

Mi agradecimiento a «la cupula» por traer las obras de este autor. Hino no es tan extremo  (en planteamiento y dibujo) como Suehiro Maruo pero sus obras, una vez leidas, invitan a la reflexion y  dejan el mismo mal cuerpo que los trabajos del amo de los grotesco. Lecturas obligadas para «disfrutar» de un mal rato.

Salu2

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
11 agosto, 2012 14:36

 No me dicen gran cosa estos tebeos. No están mal, pero no me mola mucho este estilo de comic basado en el impacto y el asco, más allá de eso no son nada del otro mundo. Pero bueno, si que están graciosillos.

Alberto, tampoco diría que «es un nombre que resuena en la cabeza de todo gran aficionado al cómic» ni que «es uno de los universos más maravillosos que podemos encontrar en el manga», creo que ahí has exagerado un poco 😉

JJ
JJ
Lector
11 agosto, 2012 16:45

«… no me mola mucho este estilo de comic basado en el
impacto y el asco, más allá de eso no son nada del otro mundo»

Gran analisis (Ironia activada)

Salu2

 

Sierra
Sierra
Lector
11 agosto, 2012 17:33

 A mi me gusta bastante, y también hay que tener en cuenta que son mangas que ya tienen bastantes años, algunas historias sobre 40, y no han envejecido nada mal.

P.D: Hideshi Hino también dirigió alguna película de una serie llamada Guinean Pig, que por lo visto impactó tanto a Charlie Sheen que la denunció pensando que era una filmación real XD

billyboy
billyboy
Lector
11 agosto, 2012 18:43

 El episodio de Guinean Pig es una bestialidad,pero como todas las qe hay incluidas,aunque para mi la que mas te toca por dentro es la de la sirena que si la entiendes bien es un relato muy triste y a la vez romantico (dentro de la locura de lo que pasa).

Sobre Hino decir que muchas historias estan bien pero se repite mucho,demasiado,ademas de aflorar su amor por dibujar niños con ojos saltones como sapos,pero en fin es su estilo y a mi me gusto mucho el de la niña muerta.