Fantasma Errante: Un extraño entre nosotros.

 

Guión: Dan Didio y J.M. DeMatteis.
Dibujo: Brent Anderson, Gene Ha, Philip Tan, Zander Cannon.
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: Phantom Stranger núms. 0 a 6 USA.
Formato: Rústica, 160 págs. A color.
Precio: 14,95€.
Valoración:

 

Hoy reseñamos uno de los tomos publicados por ECC que reintroduce al público de habla hispana a un personaje que DC ha querido darle mayor protagonismo concediéndole un título propio. Nos referimos al Fantasma Errante, una creación de los años 50 muy relacionado con la parte más siniestra y mágica del UDC. Pero ¿Por qué él? Tengamos en cuenta que este personaje nunca ha tenido una trayectoria estable y continuada. Podríamos considerarlo como uno de segunda fila al que mucha gente le tiene aprecio pero que no ha tenido el apoyo suficiente como para sostener una serie por sí mismo (la excepción es el volumen que se prolongó durante 41 entregas en la década de los 60. Ya ha llovido). Su rol casi siempre ha estado relacionado como ayudante y colaborador de otros superhéroes o grupos como la Liga de la Justicia, por ejemplo. Sin embargo, parece que en DC quieren que Phantom Stranger (en su idioma original) abandone este papel secundario y suba de categoría. De hecho, su futuro más inmediato está directamente vinculado con La Guerra de la Trinidad, el evento deceíta de 2013.

Además, debemos añadir que DC, siempre en busca de títulos que sustituyan aquellos que son cancelados por sus bajas ventas, quiso seguir probando con el lado mágico de su universo y apostaron por este viejo conocido. A esto hay que añadir a personajes como Pandora y The Question, que junto con el Fantasma Errante forman la Trinidad del Pecado y que en este comienzo de relanzamiento editorial van a tener un rol determinante. Pero vayamos a lo importante, el cómic ¿Qué tienen que ofrecernos Dan Didio y Brent Anderson en este renovado Phantom Stranger?

A diferencia de otros títulos, esta serie comenzó con su propio #0, lo que le daba una oportunidad perfecta al escritor para presentar al personaje y asentar las bases de su trama inicial. La persona que encarna el Fantasma Errante es alguien que es acusado por el Consejo de Magos (algo así como un tribunal supremo de seres de índole casi divina) de haber realizado uno de los mayores pecados de la humanidad. Lejos de pagar con su muerte, es condenado a vagar por el mundo deshaciendo entuertos con sus poderes mágicos para cumplir con su redención. La identidad de ese alguien se mantiene oculta durante todo el cómic, aunque siguiendo la lectura y atendiendo a varias referencias que se hacen podemos descubrir que se trata de una figura histórica conocida por una traición que realizó a cambio de 30 monedas de plata. Las mismas que componen el collar que adorna el atuendo del Fantasma Errante y que se irán acortando a medida que cumpla con cada uno de sus cometidos.

La acción comienza hace unos dos mil años y luego se sitúa en la actualidad, con el Fantasma intentando cumplir con sus misiones pero al mismo tiempo ocultando su verdadero yo bajo una identidad más “natural”: Un hombre llamado Philip Stark, casado y con hijos. Una tapadera con la que poder sobrellevar su duro trabajo.

Phantom Stranger no es un nombre que por sí solo lleve en oleadas a los aficionados a comprar sus cómics. Es posible que Didio fuera consciente de ello, así que se ha preocupado de rodear al protagonista de otras figuras de interés y de recuperar viejos conocidos por los fans de DC. Por un lado este título parece ser el terreno donde veremos con bastante frecuencia a Pandora, The Question y a la Liga de la Justicia Oscura, que en estos siete primeros números tienen bastante protagonismo. Y por otro lado, en El Fantasma Errante vamos a ver la recuperación de figuras tan interesantes e importantes como el Espectro, Raven y Trigon, entre otros. De hecho, los dos primeros son los canalizadores de la trama que da comienzo al cómic y que además se va a prolongar más allá de este primer tomo. En definitiva, lo más siniestro y los más siniestros de la editorial tienen en El Fantasma Errante un nuevo campo de recreo y esto es buena noticia para los aficionados a la vertiente más ocura de DC.

Otra cosa que resulta interesante es ver el contraste del cometido del protagonista. Phantom Stranger debe cumplir con cada una de las misiones que le asigna una voz de un poder superior y que sólo él escucha. Debe hacerlo sin sopesar las consecuencias porque todo trabajo que realice es por un bien mayor y eso a veces conlleva realizar tareas desagradables o que en primera instancia parecen un despropósito incoherente.

Los personajes son todos muy interesantes pero la historia que se cuenta con ellos es tan… típica. De un título como El Fantasma Errante se podría esperar algo distinto a lo que leemos en otras series, ya sea de DC o de cualquier otra editorial. Este personaje no es un superhéroe al uso que vaya al rescate del desvalido de turno, para eso ya están Batman, Superman y compañía. Nuestro hombre está destinado a solucionar los problemas que nadie ve a simple vista o que requieren de algo más que de músculo, él está para dedicarse a asuntos que están más allá de lo terrenal. Mientras el resto juega a rugby, él está jugando a fútbol americano. Estos siete primeros números eran una gran oportunidad para enganchar al lector con otro tipo de cómic. Sin embargo, aunque el comienzo con el Espectro y Raven apuntan maneras, esta misma trama se desarrolla afectando a la familia de Philip, el lado más humano del protagonista, lo que a mi parecer viene a ser un recurso bastante pobre para un comienzo de serie. El hecho de que este aspecto no se resuelva con inmediatez y se prolongue más allá de este tomo no es un punto que juegue a favor del cómic.

La serie actualmente va por su undécima entrega y el hecho de que J.M. DeMatteis haya sustituido a Didio en las labores de guionista puede que haya tenido su efecto. Pase lo que pase, sería una pena que los mimbres con los que se presenta Phantom Stranger no sean aprovechados y nos terminemos encontrando con otro título más de DC cancelado en 2014.

Con respecto al arte, Brent Anderson es quien dibuja y Philip Tan es el entintador. Pienso que un cómic como este necesita de un equipo creativo que sepa imprimir la atmósfera en la que se desenvuelve el personaje. No es que los implicados lo hagan mal, pero hubiese preferido un mejor juego de sombras y tintas, aunque no se puede poner reparos a la caracterización de Trigon o del Espectro. En el sexto número Gene Ha sustituye a Anderson y no siento que mejore lo realizado hasta entonces. Eso sí, el trabajo del colorista Art Lyon sí que resulta atractivo en ese mismo número.

La conclusión es que El Fantasma Errante recupera algunos de los personajes olvidados del Universo DC y esto a los nostálgicos les va a encantar. La pena es que la trama que se cuenta no es una que pasará a los anales de la historia por su originalidad, si es que llegamos a leer su conclusión en el siguiente tomo, ni por sacar lo mejor del personaje. Ojalá mejore en los próximos números.