
Ningun secreto se le escapa al tribunal
«Come on! This sucks»
Los skaters pueblan los parques y escaleras del pueblo, en la radio suena TuPac seguido de Limp Bizqit, Will es el príncipe de Bel-Air, Jordan volvió a encestar 40 puntos anoche y en la mesita de noche te espera una nueva serie del sello de moda entre los amantes del cómic, Image, el otro, que esto es una reseña DC. Vertigo, si hablamos de final de siglo y principios de milenio seguramente el sello editorial americano de mayor calidad, así como una nueva manera de plantear trama al lector del medio.
El sello fue un antes y un después en lo que refiere a la publicación de material american-british. Veníamos de la época más oscura de los supers, personajes como Batman o Daredevil habían tenido su momento de redención y consiguieron renacer después de caer a los infiernos. En la radio se prodigaban dos estilos: el rap gánster y el rock punk, y es que parece que la cultura anglosajona estaba pasando por su adolescencia. Una sección de la cultura parecia tener la predisposición de estar en un nivel de energía más bajo, como de si una leve depresión se tratara. Discursos como los de Nirvana calaban en los jóvenes de la época.
La obra que tenemos hoy entre manos se trata de un inédito en España, bueno, en parte. La obra se comenzó a editar a manos de Norma durante principios de los 2000 en los ya clásicos prestige (colección Vertigo) de un par de capítulos por tomo, la cual quedó sin terminar de publicar. Décadas más tarde Dolmen editorial nos la trae por completo en dos hermosos tomos.
El tándem conformado por Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen son los encargados de traernos la obra. Para el más versado en la producción deceita los recodará por ser los autores de la auténtica y diferente joya dedicada al primer superhéroe de la historia Es un pájaro… Por separado han tenido grandes carreras siendo la de Seagle destacable por haber participado en cualquier editorial americana que se te ocurra y ser uno de los creadores de una de las series de mi infancia Ben 10.
Rain es una joven adulta que ha tenido que escapar de casa, su padre un delincuente conocido en su pueblo natal ha abusado de ella tanto psíquica como físicamente. La adolescente acaba en Seattle conjunto a Tracy, una adolescente que busca la atención de la banda musical del pueblo. Ambas acaban viviendo juntas en una casa abandonada que tiene fama de estar embrujada. La casa esconderá un secreto con el que Rain tendrá que lidiar.
El punto de inflexión de la trama es que Rain tendrá que hacer de jurado popular para una serie de juicios nocturnos esporádicos y fantasmales, y si, incido en fantasmales. El juicio estará conformado por una serie de espectros que obligarán a leer sentencia sobre asuntos de diferentes indoles, desde asesinatos o violaciones hasta pequeñas mentiras de hija hacia madre. Estos juicios juzgarán, valga sea la redundancia, los diferentes secretos que muertos, y no tan muertos, guardaron en vida, siendo su destino pasar a mejor vida. O no.
La obra es un tributo a una cabecera clásica de DC homónima, House of Secrets. Cabecera publicada en dos tramos durante más de dos décadas, del 56 al 78, daba luz a una serie de tramas la mayoría de carácter episódico o breve. La serie de Vertigo nacería con la idea de traer de vuelta el género del suspense y misterio, pero esta vez con un enfoque más adulto acorde al sello en el que se publicó.
Seagle nos trae un relato con poso, de los que te hace reflexionar sobre las vicisitudes de la vida. Lo que al principio parece una serie de circunstancias sin mucha relación entre ellas van cogiendo forma y cobran sentido a medida que avanza la trama. Esa bruma difuminada en la se sostiene la obra poco a poco va desapareciendo. Y es que lo que al principio son juicios que al lector le resultan intrascendentes pero a poco se van personalizando en los personajes que protagonizan la obra.
Las tramas, como no podía ser de otra manera son muy humanas, pues aunque existen elementos disruptivos como los espectros judiciales, estos no son mas que un reflejo de los vicios inherentes al hombre. Poco a poco las aristas de los personajes se van a ir haciendo más visibles, dándonos una imagen mucho más solida de la cara b del humano. Y es que la obra trata sobre temáticas normalmente emocionales, como responden los personajes a los diferentes sucesos y como van desnudando su alma poco a poco. Aprovecharé el tener el segundo tomo, obra completa, ya publicado para hablar más en detalle de la trama una vez cerrada.
Un apartado a destacar es el dibujo, y no lo digo en un buen sentido. Para ser sinceros los primeros años de Vertigo no se destacaron por un apartado artístico deslumbrante. Series icónicas como Hellblazer o Sandman, no destacaban por un apartado gráfico que quitaba el aliento, en la mayoría de sus capítulos. La calidad de las obras radican en un guion sobresaliente acompañado en muchos casos el guion de un dibujo un tanto limitado.
El dibujo que se nos presenta recuerda mucho a trabajos realizados por Jeff Lemire como autor completo, obras como: Un Tipo Duro o Essex Country. El trabajo al lápiz es simple, apenas hay unas cuantas líneas en cada viñeta, si me dijeran que es un skeetchbook de la obra me lo creería. Como hay pocas líneas el detalle destaca por su ausencia, los personajes se diferencian, eso sí, pero son caras con poca presencia, poco carisma.
El color es muy plano, apenas utiliza una decena de colores diferentes y todos están difuminados como queriéndole dar una pátina de misterio. A veces parece estar coloreado a la acuarela, pero en su gran extensión es un color digital en el que no hay un solo atisbo de brillo. Aunque hay que decir que si hay algo de trabajo en cuanto a las sombras. Por otra parte, los fondos son pobres o inexistentes a veces cuesta saber dónde se sitúa la acción o en que posición están los diferentes personajes unos respecto a otros. Y no vamos a incidir en temas de perspectiva o puntos de fuga porque en eso es un trabajo que recuerda El dormitorio en Arles.
En su defensa no es una obra que necesite un dibujo excelente. Como pasa con las obras de Lemire comentadas antes, funcionan con un dibujo más simple menos detallado, el peso de la trama está en sus diálogos. Son obras de poca acción de unos personajes sin dinamismo, no esperamos líneas de velocidad u onomatopeyas de golpes o poses poderosas. Además, hay una cierta mejora a medida que avanzan los capítulos, tal vez no tanto a los lápices como si a los colores. Pero al fin y al cabo es un cómic, claro que queremos ver un gran trabajo gráfico, sino me leería una novela. A muchos lectores del mercado americano puede echarle para atrás un trabajo tal vez con demasiado sabor a fanzine en este sentido.
En definitiva, es un trabajo adelantado a su tiempo, vemos cosas de Lemire (en sus trabajos mas personales) o de Craig Thomson en la manera de narrar historias. Un primer tomo que deja con ganas de seguir sabiendo más.
Lo mejor
• La gran edición que se ha marcado Dolmen.
• Recuperamos un poco de ese primer material de Vertigo con una identidad tan marcada.
Lo peor
• Un dibujo muy pobre que te quita el foco de la lectura.
Grunche
Guión - 8.5
Dibujo - 5.5
Interés - 9
7.7
Secretisimo
Para los que no tengan completa su colección de Vertigo, Dolmen nos trae una gran obra en una gran edición.
Hummmmmm
Teddy Kristiansen es elegancia, es estilo y personalidad.
Muchas de las cosas que les gustaría a bastantes autores de la actualidad.
Conste que a mí también me ha sorprendido bastante la valoración tan negativa a Kristiansen, pero elegancia y más en estos cómics de estilo sucio y atmósfera grunge, no es el adjetivo que le daría tampoco. En cuanto a estilo y personalidad, totalmente de acuerdo.
Pues en parte tienes razón, el Kristiansen que vi en otras obras como Es un pajaro… me encantó, pero aquí me ha quitado de la lectura bastante. Demasiado abocetado. Supongo que en su momento era rompedor el estilo pero los primeros números de la obra salvo algún panel contado me parece poco cuidado el dibujo. Es cierto que luego va a mejor.
Gracias por el comentario.