Mundo Independiente: Tokyo Ghost #1

 

Edición original: Tokyo Ghost #1 (Image Comics).
Guión: Rick Remender.
Dibujo: Sean Gordon Murphy.
Entintado: Sean Gordon Murphy.
Color: Matt Hollingsworth.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,50.

 

El pasado miércoles 16 de septiembre se estrenó un cómic que muy probablemente esté entre la lista de nuevas series destacadas del año 2015. Para sostener esta afirmación sobran los motivos, los cuales podían vislumbrarse de antemano conociendo la premisa y los autores que la sostenían. Ellos son Rick Remender, Sean Gordon Murphy y Matt Hollingsworth, aclamados los tres por diferentes trabajos y que ahora seguramente también lo serán por Tokyo Ghost.

La premisa con la cual se reunieron es la de presentar un mundo de un futuro distópico, situándonos en el relativamente cercano año de 2089, en el cual prácticamente toda la sociedad es adicta a la tecnología y consume constantemente productos electrónicos. De esta manera, lo que hacen los autores es utilizar el clásico recurso de la ciencia ficción de hacer un comentario sobre nuestra realidad actual proyectándola hacia adelante temporalmente; en este caso, obviamente, nos habla de nuestra exposición continua a Internet con su amplia oferta de videos, blogs, conexión y “comunicación” permanente para mantenernos entretenidos y distraídos de la realidad.

Para introducir este tema, la estrategia narrativa es presentar un personaje protagónico que es la última persona libre de tecnología en las Islas de Los Angeles en el año referido y trabaja como agente de la empresa Flak Entertainment, el conglomerado empresarial que gobierna y dicta las reglas sobre esta sociedad. Ella, Debbie Decay su nombre, está acompañada por su pareja Led Dent, quien es adicto a las pantallas múltiples y simultáneas con conexión constante, y juntos harán cumplir la ley que dicte esa empresa.

Con estos personajes y contexto, lo que plantean los autores en el #1 es la típica historia de “último caso antes de retirarse”, solo que el retiro de esta pareja lo que implicará es partir hacia el paradisíaco Jardín de Tokio, el único reducto libre de tecnología del planeta. En lo concreto de la narración, este número inaugural de la serie regular es una trama de persecución de un villano por parte de los que cumplen el rol de héroe enfrentándose a sucesivas dificultades hasta dar con él y poder de derrotarlo, con una estructura que también bebe de la narrativa de los videojuegos.

Lo que hacen en verdad los autores con ese relato, es introducir a grandes rasgos a los protagonistas en su personalidad y trasfondo mientras nos pasean por uno de los escenarios del mundo que crearon. De esa forma, muestran a sus lectores el enorme trabajo previo que subyace a estas (casi) 30 páginas de historia a través de incontables detalles que solo se consiguen con una esforzada construcción de mundo.

Asimismo, lo que consiguen es exhibir la calidad gráfica que tendrá este cómic fruto de la dupla artística de Sean Gordon Murphy y Matt Hollingsworth, responsables de hacer realidad en el papel las ideas que se imaginan. Además del trazo de por sí agradable de Murphy y su capacidad de narrativa dinámica, totalmente apropiada para este cómic de acción de principio a fin, el entintado con intencionada suciedad y la paleta de colores opaca que combinan él con Hollingsworth nos sitúan con precisión en el mundo distópico que presenta la historia.

En lo que respecta al guión, se señala primero que consigue presentar el mundo, a los personajes y lo que se cuenta en este número en particular con exactitud a través de la narración fluida, pero también el hecho de ofrecer un relato que concluye en esta treintena de páginas brindando al lector una experiencia acabada sin obligar a seguir leyendo. Desde luego que el interés que logra generar en los personajes y en conocer más de este futuro distópico invitará a seguir leyendo, tanto como el final que nos habla de una continuidad de la vida de la dupla protagónica. Pero por encima de esto se preocupan los autores por ofrecer un cómic que se vale por sí mismo con un contenido de mucha densidad que exige una lectura detenida demandando más que el tiempo promedio que los cómics industriales de estos años, con la intención de hacer lo mismo en las próximas entregas; un esfuerzo totalmente loable e inteligente para el mercado del cómic en grapa mensual.

En suma, apropiándose de herramientas clásicas de los géneros de ciencia ficción y policial (principalmente) Tokyo Ghost se presenta como una serie con valor propio que ameritará seguirse más allá de este número inicial y, como decíamos al principio, con firmes posibilidades de ser destacada como uno de los mejores estrenos del año en los clásicos balances de diciembre.