#ZNCine – Especial John Wick: Fortis Fortuna Adiuvat

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Keanu Reeves es un actor canadiense de origen libanés, nació en Beirut en 1964, que comenzó a despuntar en el cine estadounidense con obras independientes como Mi Idaho Privado, uno de los estandartes del queer cinema de los 90 dirigido por su cineasta más emblemático, Gus Van Sant, o comedias adolescentes de naturaleza alocada como la mítica Bill y Ted. Aunque poco tardaría el joven Reeves en comenzar a coquetear con las grandes superproducciones norteamericanas auspiciadas por directores consagrados como Francis Ford Coppola (Drácula, de Bram Stoker) o Bernardo Bertolucci (El Pequeño Buda) o Kenneth Branagh (Mucho Ruído y Pocas Nueces) para después ir curtiéndose como actor de cine de acción en cintas como Le Llaman Bodhi (Point Break), de Kathryn Bigelow, Speed, de Jan de Bont o Johnny Mnemonic, de Robert Longo. Pero no sería hasta el año 1999 y su papel protagonista en la tan seminal como referencial Matrix o sus inferiores secuelas que tocara el cielo dentro de este género cinematográfico.

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Tras su primera incursión como Neo en la saga ideada por las hermanas Lily Wachovski y Lana Wachovski comenzó a elegir papeles bastante mediocres como los de Juego asesino (The Watcher), Equipo a la Fuerza (The Replacements) o Noviembre Dulce que años más tarde sólo serían el inicio del declive de su carrera incursionando en proyectos bastante reprobables o fallidos como la adaptación en pantalla grande del cómic Hellblazer con Constantine, el remake americano de la coreana La Casa del Lago o la paupérrima revisión que Scott Derrickson (Doctor Strange, Líbranos del Mal) realizó de Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still) el clásico de la ciencia ficción que Robert Wise rodó en 1951. Cuando su fama había decrecido considerablemente de cara al gran público su debut como director con El Poder del Thai Chi (Man of Thai Chi) o su participación en la superproducción La Leyenda del Samurai (47 Ronin) hicieron resurgir poco a poco su ya conocido perfil de actor de actor consagrado en thrillers de distinto pelaje, resurrección que se confirmaría totalmente en 2014 con una película llamada John Wick.

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El mismo Keanu Reeves se implicó personalmente en el proyecto de sacar adelante John Wick tomando el rol de productor ejecutivo y para dirigir el largometraje eligió a dos reconocidos jefes de especialistas de escenas de riesgo para el cine y la televisión norteamericana. Chad Stahelski y David Leitch (que no está acreditado como director en el film, pero ejerció como tal junto a su compañero) se curtieron a lo largo de los años en productos como la saga Matrix, El Club de la Lucha, 300, V de Vendetta o Buffy Cazavampiros y si tenemos en cuenta la naturaleza de cinta de acción brutalmente física de John Wick la elección de este binomio de realizadores fue todo un acierto. A continuación vamos a reseñar las dos películas de la por ahora breve franquicia, la primera estrenada en 2014 (no en España, país en el que no vio la luz en las carteleras) y la segunda que, esta vez sí, el pasado día 21 de Abril llegó a la pantalla grande en nuestro territorio para deleite de los no pocos fans españoles que «Baba Yaga» ya posee aquí y a lo largo y ancho del globo terraqueo.

John Wick: Otro Día Para Matar (2014), el último samurai
 
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Dirección: David Leitch, Chad Stahelski
Guión: Derek Kolstad
Música: Tyler Bates, Joel J. Richard
Fotografía: Jonathan Sela
Reparto: Keanu Reeves, Michael Nyqvist, Alfie Allen, Willem Dafoe, Dean Winters, Adrianne Palicki, Bridget Moynahan, John Leguizamo, David Patrick Kelly
Duración: 101 min
Productora: Lionsgate / 87Eleven / Company Films / DefyNite Films
Nacionalidad: Estados Unidos

Valoración:

 

John Wick llegó a la carrera del Keanu Reeves cuando el canadiense más necesitaba un éxito para recuperar su estatus en la maquinaria hollywoodiense. Por suerte el protagonista de Cuando Menos te lo Esperas, que fue uno de los impulsores del proyecto, dio con una producción que le permitía tanto a él como a sus colaboradores cierta libertad creativa con la que mantener el control de la susodicha. La elección de los expertos en escenas de riesgo Chad Stahelski y David Leitch para ponerse detrás de las cámaras sin ser duchos en realización cinematográfica a petición del mismo Reeves dan buena muestra de la implicación del actor de Pactar con el Diablo (Devil’s Advocate) con John Wick y los resultados conseguidos por el film tanto en taquilla como de cara a la prensa especializada confirman el acierto que supuso toda la gestación del largometraje. El guionista Derek Kolstad, curtido en el mundo del cine de acción casi de Serie B con films como Una Bala en la Recamara (One in the Chamber) o Entrega Peligrosa (The Package), y un reparto de caras internacionales como las de Michael Nyqvist (la saga Millenium), Alfie Allen (Juego de Tronos), Willem Dafoe (Spiderman), Ian McShane (Deadwood), Adrianne Palicki (G.I. Joe: La Venganza), Lance Reddick (The Wire) o John Leguizamo (Kick-Ass 2) entre otros se sumaron a la producción y ayudaron a dar forma a una obra que en poco tiempo se convirtió en una cinta de culto dentro de su género gracias una serie de aciertos, y fallos, que pasaremos a enumerar en la siguiente reseña.

John Wick no es un proyecto que se ande con rodeos o paños calientes con respecto a su intencionalidad y desde su punto de partida argumental deja claras sus nada grandilocuentes pretensiones cinematográficas. La trama mínima sobre un ex asesino a sueldo convertido en leyenda que decide tomar venganza contra el hijo de uno de los mafiosos que en el pasado contrató sus servicios tras robarle el coche y asesinar el perro que su recientemente fallecida esposa le regaló es el catalizador de toda la sencilla pero efectiva historia que vertebra esta producción de 2014. La excusa narrativa es brutalmente genérica y emula la de cualquier muestra de cine que amalgame tramas sobre venganzas aderezadas con escenas de acción y artes marciales, aquel tipo de celuloide en el que la inefable Cannon Films de los productores israelíes Menahem Golan y Yoram Globus sustentó la mayor parte del grueso de su obra y que auspiciaron héroes de la Era Reagan como Chuck Norris, Jean Claude Van Damme, Dolph Lundgren o a un nivel más subsidiario el Michael Dudikoff de la franquicia El Guerrero Americano (American Ninja), pero añadiendo retazos del género western o las primeras producciones del cineasta chino John Woo tales como Better Tomorrow o The Killer, aunque con respecto a estas últimas siempre en un sentido más argumental que estilístico.

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Esta afirmación viene dada porque nada de la estilización de violencia a ritmo de slow motion del director de Cara a Cara (Face/Off) o Broken Arrow podemos encontrar un producto como John Wick, ya que Chad Stahelski y David Leitch deciden sustentar su puesta en escena en una acción inmediata, cruda, carente de todo tipo de coreografía embellecedora y con un uso magistral del caos controlado en el que las secuencias de acción se muestran epidérmicas, descarnadas y de una fisicidad sustentada en el buen hacer de sus actores y en la veteranía de la dupla de realizadores a la hora de rodar este tipo de celuloide en el que la técnica y el montaje copan una importancia capital. Precisamente en ese modo de ejecutar la escenas más físicas encontramos la mayor virtud de un proyecto como John Wick, en la perfecta comunión entre un dúo de competentes profesionales en su ramo situados detrás de las cámaras y un «héroe de acción», metido casi en la cincuentena cuando protagonizó el film, que se revela como un experto en la lucha cuerpo a cuerpo y el uso tanto de armas blancas como de fuego, dejando poco logar para el lucimiento de los especialistas en escenas de riesgo ya que él decidió protagonizar la mayoría de pasajes dinámicos interpretados por su personaje, entregado durante el 80% del metraje a la acción medida, equilibrada, pero siempre directa y visceral.

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Como previamente hemos afirmado el guión escrito por Derek Kolstad para John Wick se dejaba de florituras o quiebros narrativos y se reducía a la esencialidad más humilde para que fueran la acción y los personajes los ejes centrales del proyecto. Pero del mismo debemos mencionar dos detalles importantes que enriquecen y dan cierto trasfondo la historia planteada para sustentar el esqueleto del largometraje. Por un lado la escritura procura realizar un retrato bastante realista, dentro del uso y abuso de los clichés de género, del mundo del crimen organizado, ese hampa en el que se mueven los gangsters, en esta ocasión mafiosos de origen ruso, como no podía ser menos. La labor de actores como Michael Nyqvist o Alfie Allen (experto en dar vida a criaturas patéticas desde que lo hizo de manera ejemplar con su Theon Greyjoy) ayuda a que el espectador se vea sumergido en ese contexto de lujo, traición, asesinato y extorsión en el que los capos crean sus propias reglas y unos códigos de supuesto honor que no tardan en traicionar amparándose en la supervivencia personal. El único problema es que tanto estos roles, como los que se encuentran del lado del protagonista (el secundario al que da vida un siempre competente Willem Dafoe) no dejan de ser comparsas del jefe de ceremonias.

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Keanu Reeves se aprovecha de la otra gran virtud del guión de Derek Kolstad, toda la mística que crea alrededor de la figura de John Wick como si de una leyenda urbana que pasa de boca en boca entre susurros en el submundo del crimen se tratase, y no desperdicia la ocasión para volver a lo grande al cine de acción que le dio la fama. El «Baba Yaga» al que da vida el protagonista de Reacción en Cadena o Premonición es una figura temida hasta por aquellos que en su momento contrataron sus servicios (uno de los puntos más originales del film es plantear un villano que desde el mismo arranque del metraje teme por su vida al saber que John Wick ha jurado venganza contra su propio hijo) su famosa inexpresividad y las increíbles condiciones físicas en las que se encuentra adentrándose en la cincuentena se vuelven a su favor para dar vida a una milimétrica máquina de matar, una sombra letal que utilizando una mixtura de distintas técnicas de lucha y una destreza fuera de toda duda haciendo uso de distinto tipo de armas consigue eliminar a todo ser viviente que se interpone en su camino con la paupérrima idea de impedirle conseguir su misión. Su determinación, la idea de que el asesinato a sangre fría de lo que para él era algo más que una mascota y la ayuda de antiguos compañeros de oficio irán marcando la senda iniciada por este Ronin nacido en la época equivocada.

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Como apuntábamos al inicio de esta reseña al poco tiempo de su estreno en pantalla grande y plataformas de pago John Wick se convirtió en una pieza de culto dentro de su género y en el trampolín que devolvió a Keanu Reeves a la «Primera División» de Hollywood colaborando en los nuevos proyectos de cineastas tan diferentes como Nicolas Winding Refn (The Neon Demon), Eli Roth (Knock, Knock) o Ana Lily Amirpour (The Bad Batch). De manera inexplicable una cinta como la que nos ocupa, abvlada por una carrera comercial nada desdeñable, nunca se estrenó en las carteleras españolas y tampoco vio la luz en formato físico siendo visionada por primera vez en nuestro país en la televisión nacional con una más que holgada audiencia. Este fallo ha sido subsanado en el presente año 2017 ya que la inevitable secuela John Wick: Pacto de Sangre sí ha debutado en pantalla grande para regocijo de los no pocos fans que el personaje creado por Keanu Reeves, Chad Stahelski, David Leitch y Derek Kolstad ha cosechado en nuestro país. Con casi el mismo equipo técnico de la primera entrega, una nueva hornada de caras conocidas de Hollywood dando forma a la galería de personajes secundarios y un Keanu Reeves una vez más como productor y protagonista la «segunda venida» de «Baba Yaga» ya ha sido recibida en loor de multitudes en los distintos países en los que el film ha podido ser visionado y en esta ocasión España ya no es la excepción.

John Wick: Pacto de Sangre (2017), el salario del miedo
 
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Dirección: Chad Stahelski
Guión: Derek Kolstad
Música: Tyler Bates, Joel J. Richard
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto: Keanu Reeves, Riccardo Scamarcio, Bridget Moynahan, Ruby Rose, Peter Stormare, Ian McShane, Common, Alex Ziwak, Margaret Daly, Heidi Moneymaker, Laurence Fishburne, Lance Reddick, Claudia Gerini, John Leguizamo, Franco Nero
Duración: 122 min
Productora: Coproducción USA-Hong Kong; 87Eleven / Lionsgate / Thunder Road Pictures
Nacionalidad: Estados Unidos

 

Tres años después de la primera entrega llega a las carteleras de todo el mundo John Wick: Pacto de Sangre o John Wick: Chapter 2 en su título original, la secuela del exitoso film de 2014 protagonizado por un felizmente recuperado Keanu Reeves. Con David Leitch ya definitivamente fuera de la ecuación (en breve estrenará Atomic Blonde y se implicará en el rodaje de Deadpool 2) pero Chad Stahelski una vez más al mando de la máquina y Derek Kolstad escribiendo el guión John Wick vuelve a lo grande con una secuela que manteniendo el tono, el estilo y la idiosincrasia de su antecesora consigue superarla sobre todo si nos centramos en el plano técnico, que es, una vez más, el apartado en el que esta nueva entrega de la casi recién nacida saga se hace, no ya grande, sino enorme. Si bien en John Wick: Otro Día Para Matar encontramos un notable desfile de caras conocidas dando vida a roles secundarios en esta segunda parte a los ya conocidos Ian McShane, John Leguizamo o Lance Reddick se suman nuevos rostros como los de Riccardo Scamarcio (Pasolini), Ruby Rose (Orange is the New Black), Clauida Gerini (La Pasión de Cristo), Franco Nero (Django), Common (Selma), Peter Stormare (Minority Report) o Laurence Fishburne (la saga Matrix). El resultado como era de esperar, y ya dejamos entrever en este primer párrafo, supera a la cinta primigenia de 2014 aumentando exponencialmente sus virtudes ofreciendo «más y mejor» de lo que sus autores nos ofrecieron ya en cantidades industriales en el pasado, pero también adentrándose en terrenos algo inverosímiles desde el punto de la escritura y el microcosmos creado por medio de la misma con respecto al oficio tanto de John como de aquellos que como él se dedican al crimen organizado para ganarse la vida.

Repetir la fórmula pero depurándola y limándole las aristas en la medida de lo posible para ofrecer más de la misma naturaleza pero con mayor acierto y resolutividad, seguramente esa fue la idea en mente de las cabezas pensantes detrás de un proyecto como John Wick: Chapter 2 a la hora de dar continuidad a las andanzas del más letal de los asesinos a sueldo «retirados» del submundo del hampa internacional. Una vez más el guión del competente Derek Kolstad se construye en torno a la sencillez y la linealidad tomando en esta ocasión el cumplimiento de una deuda pendiente por parte de John al mafioso Santino D’Antonio (Riccardo Scamarcio) que le llevará a enfrentarse a la mismísima Camorra italiana en tierras romanas para más tarde volver a Estados Unidos y extender hasta allí un reguero de cadáveres que antes de pasar a mejor vida cometerán la osadía de intentar dar caza infructuosamente a «Baba Yaga». Como afirmamos el libreto es directo y conciso de modo que, al igual que sucedía en la primera entrega de 2014, el tomo de thriller frenético así como los personajes, sus relaciones interpesonales, simples pero eficientes, y las situaciones extremas en las que se ven implicados como roles se convierten en el núcleo narrativo de una producción como la que nos ocupa que no aspira a nada más que ofrecer dos horas de fruición filmada a la platea.

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Como apuntábamos en la reseña de la primera entrega de John Wick uno de los mayores aciertos por parte de Keanu Reeves a la hora de ejercer como productor de dicho largometraje fue su afán por conseguir para dirigirlo a dos directores ivolucrados en el cine de acción desde sus mismas entrañas ejerciendo durante años la labor de entrenar a los especialistas de escenas de riesgo de algunos de los mejores films del Hollywood reciente con la dupla formada por David Leitch y Chad Stahelski. En esta ocasión sólo contamos con Stahelski para ponerse detrás de las cámaras y con ello acometer la realización de John Wick Chapter 2 pero el resultado es más brillante si cabe que en la anterior entrega, porque una vez más lo pasajes dinámicos, físicos, violentos y espídicos vuelven a estar expuestos en pantalla con una maestría sin mácula y con una virtud que no está al alcance de muchos artesanos de este tipo de celuloide como es una «claridad cristalina» a la hora de dar forma a las enormes secuencias de disparos, persecuciones o combates cuerpo a cuerpo con una cámara que muestra sin más movimientos que los exigidos y de manera prístina, sin lugar a confusión visual alguna, la medida orgía de caos y muerte que Wick va gestando poco a poco con pasajes sencillamente avasalladores (la persecución en los pasadizos del coliseo y el clímax final con la sala de espejos son oro puro) que se encuentran en los mejores momentos cinematográficos del 2017 añadiendo una amalgama de referencias estéticas que van desde los shooter del mundo del videojuego a clásicos del séptimo arte como La Dama de Shangái de Orson Welles.

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Si alguien tenía alguna duda sobre si Keanu Reeves volvería a estar a la altura a la hora de darlo todo en el plano físico en John Wick: Pacto de Sangre puede estar tranquilo porque el canadiense de nuevo ofrece un recital de violencia explícita sencillamente brutal. Lo que el protagonista de Hardball expone en pantalla es fruto de un entrenamiento físico que se tomó muy en serio antes del rodaje de la obra que nos ocupa y si en la primera entrega las no pocas secuencias de acción que protagonizaba eran para quitarse el sombrero la interminable cascada de disparos, laceraciones, navajazos, fracturas, llaves inmovilizadoras y atropellos de coche en los que se ve implicado en esta ocasión confirman de manera fehaciente que pocos actores hay en el Hollywood actual capaces de aguantar un rodaje tan intenso como él. Su poderío a la hora de «infligir dolor ajeno» es tal que Chad Stahelski en esta ocasión le regala incluso algunos momentos para el puro lucimiento de sus aptitudes como luchador y pistolero, llegando en algunos pasajes a acontecer en pantalla una comunión entre realizador y protagonista que casi, ojo, casi llega a las cotas de maestría del galés Gareth Evans con los intérpretes de sus, hasta ahora, dos entregas de la saga The Raid, pero ciertamente con dicha dupla cinematográfica idonesia hablamos de palabras mayores y una liga en la que la franquicia John Wick todavía no juega y puede que nunca llega a hacerlo, aunque como obra fílmica no lo necesita y tampoco lo demanda.

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Entre los muchos aciertos de John Wick: Pacto de Sangre sólo podemos destacar un fallo, el no del todo certero intento por parte de Derek Kolstad de extender y enriquecer el universo fictico que creó para el primer film con respecto a la visión que se daba del oficio de asesino a sueldo. Aquellos detalles que en 2014 se apuntaban con breves pinceladas se convierten aquí por culpa de cierto trazo grueso en una inverosímil «sociedad secreta de mercenarios» que parece controlar el planeta entero, unos «Illuminati» del asesinato remunerado que se encuentran tanto en los edificios más lujosos como en los suburbios más desfavorecidos de nuestra o cualquier sociedad comandados por jefes en la sombra (el alarde de poder por parte de Winston en la escena del parque es una pasada de rosca con todas las de la ley) bordeando en ocasiones la línea de una inverosimilitud casi cómica. Más allá de esa mácula narrativa esta secuela de John Wick no sólo ofrece todo y más de lo que se le exigía como continuación de una cinta ya de culto dentro del género de acción más puro, sino que también hace las veces de puente para una tercera entrega que si es fiel a los acontecimientos planteados en su recta final puede volver a ofrecernos celuloide físico y directo que sin hacer prisioneros o aspirar a ser algo que no es o debe ser supera en calidad al 95% de las producciones norteamericanas que podemos encontrar asediando nuestras carteleras todas las semanas y que son vendidas por la publicidad como muestras del cine comercial de calidad que nunca llegarán a ser.

Keanu Reeves es un actor canadiense de origen libanés, nació en Beirut en 1964, que comenzó a despuntar en el cine estadounidense con obras independientes como Mi Idaho Privado, uno de los estandartes del queer cinema de los 90 dirigido por su cineasta más emblemático, Gus Van Sant, o comedias…
Dirección - 9
Guión - 7
Reparto - 8
Apartado visual - 9
Banda sonora - 7

8

John Wick: Pacto de Sangre sigue la misma senda que su predecesora, pero mostrándose más efectiva si cabe a la hora de ofrecer algunas de las escenas de acción mejor rodadas dentro de la maquinaria hollywoodiense actual con un Keanu Reeves brutal dando vida al protagonista. Magnífica secuela repleta de adrenalina y una realización técnica sencillamente epatante.

Vosotros puntuáis: 7.8 ( 17 votos)
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Thorin_II
Thorin_II
Lector
1 mayo, 2017 14:32

Tengo muchas ganas de verla, la primera me flipó bastante y esta espero que sea igual o mejor 😉

Thorin_II
Thorin_II
Lector
En respuesta a  Juan Luis Daza
1 mayo, 2017 16:20

A mi la primera me dejó loco pero de verdad xDD. La escena de la discoteca con el musicote de fondo… ufff brutal!
Pues me acabas de poner los dientes largos Juan xDD. En cuanto pueda la veré y ya os contaré. Si dices que supera a la primera seguro que me gusta.

Igverni
Lector
1 mayo, 2017 19:35

Gracias por la critica, Juan Luis.

La veré seguro aprovechando la fiesta del cine. Seguro que la disfrutaré un montón.

Cristian Miguel Sepulveda
1 mayo, 2017 23:08

Genial análisis Juan Luis. Estas dos películas creo que es lo mejorcito de acción que hemos tenido en los últimos años, pero con diferencia además, y si entramos en el subgénero de «venganza» digamos, ya ni te cuento. A mí me han gustado las dos muchísimo, no sabría decir cuál más, pero ya que la primera la he visto por lo menos cinco veces, debería esperar a volver a ver la segunda al menos una vez más, para hacerme una idea más clara en la cabeza de cuál es superior. Desde luego, la trama es mucho más interesante en la segunda parte, aunque tampoco es que el guión sea para tirar flores ni mucho menos, ya que en realidad no necesita serlo.

Las escenas de acción son sencillamente espectaculares, se nota que los directores son stuntman y saben de qué va el tema. Tengo ganas de ver qué hace uno de ellos con Deadpool 2, que según tengo entendido va a ser su director, por lo que puede ser muy interesante, así como de Atomic Blonde, una especie de John Wick con Charlize Theron que apunta maneras. Y bueno, Keanu Reeves, que es tan mal actor que es mucho mejor doblado, al menos mantiene ese carisma innato sin el que la saga no sería lo mismo. Y no nos olvidemos de toda la mitología que han creado de asesinos, con el Continental, las reglas, la mesa esta de los doce, etc. Prometedor futuro, espero que sigan con este ritmo en la siguiente y en la tengo entendido que ya confirmada cuarta película.

Vicent
Vicent
Lector
1 mayo, 2017 23:18

Hace apenas una hora que la he visto y me ha gustado mucho mas que la primera.
Las coreografías y la fotografía son de lo mejor, y el uso de los subtítulos también queda como un buen detalle.
Sin embargo, lo que mas me ha molado de la peli es justo lo que tu calificas como negativo. La sociedad de asesinos, que esta entre nosotros pero no la vemos, con sus tiendas, su moneda, sus reinos, sus tradiciones y sus teleoperadoras ultra-retro-hipsters XD
No se, para mi le dan una mitología distinta a este universo, y me gustaría saber quienes son los 12 miembros de la mesa, o cuantos Continental hay.
Lo peor para mi ha sido Fishburne. Apenas ha sido un cameo, me esperaba mas. Este tío puede dar escenas de acción de la ostia, como en MI CAPÍTULO FAVORITO DE MI SERIE FAVORITA DE MI VIDA, el seasonfinale de la segunda temporada de Hannibal. La paliza que se pega con SPOILER demuestra que si le echa, de ahí pueden salir buenas batallas.

Que ganas de ver la tercera entrega, y que pena que falten lomenos 3 añacos

frankbanner49
frankbanner49
Lector
2 mayo, 2017 1:17

Yo también lo tengo claro.
Es claramente mejor que la primera.
El carisma de john Wick traspasa la pantalla.A keanu ya «se la suda» si resucitan algún día o no MATRIX.
Él ya tiene su propia franquicia de éxito. Una a la que muchos actores (confesos admiradores de su primera entrega) no dudan ya en apuntarse a futuras secuelas (así logró Laurence Fisburne su papel: en una llamada a Keanu transmitiéndole lo mucho que le había gustado la primera. Samuel L.Jackson, por su parte, ya ha declarado abiertamente que le encanta la saga,y que quiere participar en la tercera si le dejan. Y a ver si Carrie Ann Moss se lanza y alcanzamos el triplete,xd).

Difiero,eso sí, de la opinión del redactor sobre el posible fallo de la película.
Lo que a él no le gusta es justo lo que a mí más me flipa:el concepto de club elitista de asesinos.
Porque aunque no tiene nada de novedoso (ahí está WANTED,sin ir más lejos) la manera en que se muestra es MOLONISMO en grado extremo (al loro con la escena en que Wick elige el armamento con el que se prepara para la guerra en forma de menú de restaurante,o las sofisticadas reglas internas del hotel continental (aquí hay que usar el plural) las llamadas de móvil que activan en segundos a asesinos de todo el mundo…
Y especial atención al rapero COMMON.
Un asesino a la altura de Wick que resulta ser un adversario temible (y no es el único/única) y con una larga secuencia de acción ,desarrollada en distintos escenarios, que apetece ver una y otra vez por lo bien planificada que está (y que recuerda un poco a la magnifica THE KILLER ,por esa relación de respeto mutuo entre profesionales del asesinato, demasiado parecidos en el fondo).
Lo mejor (como ocurre con la reciente GUARDIANES DE LA GALAXIA) es esa sensación de cuadro homogéneo que ofrece la saga en estas dos entregas que son prácticamente una. Y que, esperemos, se complete felizmente con una tercera entrega (más que asegurada) que -ojalá- signifique un cierre en forma de perfecto broche final.

Ojalá,ojalá.

frankbanner49
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Lector
En respuesta a  frankbanner49
2 mayo, 2017 1:22

Venga,va,suelto un spoiler que seguro algunos agradecéis: el nuevo perrete de Wick llega al final de la película sano y salvo. 😀

sibaix
sibaix
Lector
2 mayo, 2017 15:03

Esta no se pero la primera siendo generoso al guión le doy un 2, nunca vi nada tan incoherente, simple y poco desarrollado, me roban el coche y los mato a todos, fin. No tengo ganas de más.

frankbanner49
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Lector
En respuesta a  sibaix
2 mayo, 2017 19:43

Me roban el coche,ME MATAN AL PERRO y siendo como soy (un asesino profesional que trataba de retirarse) me tocan los mismísimos y me obligan a volver al juego.

Hombre,yo diría que sí,que tenia motivos para cabrearse «un poquito».

Reverend Dust
Lector
En respuesta a  frankbanner49
2 mayo, 2017 20:29

«ME MATAN AL PERRO»… que es lo último que me quedaba de mi mujer, cuyo fallecimiento aún no he superado. Será que no es motivo suficiente para enmendarle la plana al mediamierda en cuestión.

sibaix
sibaix
Lector
En respuesta a  Reverend Dust
2 mayo, 2017 22:31

Lo de incoherencia va por otro lado un super-asesino que luego parece rambo baja las escaleras de su casa tranquilamente tras oir ruidos y tres niñatos le dan una paliza, el que le ayuda que ha traicionado al de la mafia rusa resulta que va paseando tranquilamente por la calle sabiendo que le buscaran y lo raptan, en fin puedo seguir pero no merece la pena y que este justificado que mate a todo el mundo no hace que sea un gran guión que se basa en esa venganza y punto, no hay más.

Reverend Dust
Lector
En respuesta a  sibaix
2 mayo, 2017 23:44

Tu error radica en dar por hecho que pretende ser un gran guión. Sería «un 2» si pretendiese ser El Padrino, pero la pretensiones de John Wick es ser una película de acción, donde esa acción es lo importante, y el guión es la excusa para que se sucedan esas escenas de tiros y violencia estética. Está estupendamente rodada, solventemente interpretada, y funciona en lo que se propone. Pedirle más es mirar al dedo en lugar de a lo que señala.

sibaix
sibaix
Lector
En respuesta a  Reverend Dust
3 mayo, 2017 13:55

Que la acción es lo importante me ha quedado claro, pero sin un guión detrás no deja de ser una sucesión de muertes que me acaba aburriendo, el guión es malo de 2 y no la comparo con nada simplemente valoro lo que he visto, hay películas de acción que ofrecen lo mismo pero con un guión solvente detrás. Que este bien rodada no me compensa la falta de guión.

Reverend Dust
Lector
En respuesta a  sibaix
3 mayo, 2017 14:14

Agree to disagree, pues. Para mí un guión de 2 no habría construido un mundo en torno a la mitología de los asesinos a sueldo, con su propia «moneda», el hotel y sus normas, el «servicio de limpieza», los diferentes códigos… Y la forma en que es presentado el personaje, del que no se sabe nada y se cree que es únicamente un hombre sufriente, no débil pero tampoco en su mejor momento, y entonces llega el gilipollas. Me parece que el esfuerzo del guión por mitificar una figura que el público desconoce se hace de forma brillante, ascendente. No he tenido oportunidad de ver John Wick 2 aún, pero tengo claro que quiero verla, precisamente por ver ampliado ese mundo.

sibaix
sibaix
Lector
En respuesta a  Reverend Dust
3 mayo, 2017 17:25

Me alegro de que te guste el guión para mi es infumable, lo de la mitología no hay nada que uno no pueda imaginarse sin conocer ese mundo, lo de la limpieza lo he visto en cientos de películas, lo del hotel poco creíble todos juntitos para que la policía lo tenga más fácil, incoherente totalmente, repito la película es una venganza personal no hay nada más.

frankbanner49
frankbanner49
Lector
16 septiembre, 2017 21:12