
Ayer se estrenaba en
En Soul, para empezar, nos encontramos con una de las sinopsis más alejadas de cualquier concepto infantil preconcebido, y es que aquí no nos encontramos de inicio a ningún juguete que cobra vida ni ningún ratón con gustos culinarios; no, la historia de Soul sigue a un pianista de jazz de mediana edad, Joe Gardner (Jamie Foxx), quien se encuentra en la encrucijada de elegir entre un aburrido empleo fijo enseñando música en un instituto y el incorporarse a un cuarteto de jazz donde dar rienda libre a su pasión por la música y el jazz. Aquí supongo que muchos padres fruncirán el ceño pensando si es un germen narrativo lo suficientemente atractivo para mantener la atención durante 90 minutos de esas criaturas infernales angelicales que son los niños en el cine salón de casa (ya paro con los tachados, lo prometo); pero esos padres desconfiados no conocen la capacidad de Pixar de revertir cualquier argumento para llevarlo a su particular (y emocionalmente devastador) terreno, y así la más que interesante premisa para mí, que con cuarenta años (aunque aparente cuarenta y cinco) ya puedo echar más la vista atrás que adelante a la hora de apreciar los conflictos vitales en los personajes, se reconvierte rápidamente en un auténtico festival debido a un giro de guion que coloca a Joe en un plano diferente de la existencia (The Great Before, en contraposición al clásico The Great Beyond, lo que viene a ser el Más Acá del Más Allá); tengo que confesar que cuando vi los primeros tráilers de Soul, donde se intuía ese golpe en la trama, pensé que quizás Pixar había llevado demasiado lejos su exploración, aunque siempre didáctica, de los Grandes Temas de la vida; y es que una cosa es hablar del fin de la infancia al dejar a un lado tus juguetes como en la saga Toy Story o enfrentarte a la evolución y la madurez de tus propios recuerdos y emociones como en la extraordinaria

Por supuesto, cualquier tipo de preocupación al respecto era totalmente infundada: Pixar sabe no sólo como tratar el tema, sino cómo encajarlo perfectamente en la trama y usarlo como gran metáfora y vehículo para los personajes; no quiero detenerme a explicar detalles del argumento, porque la sorpresa es un valor incuestionable en Soul, tan sólo comentar que la incorporación de un segundo personaje principal en la forma de 22 (Tina Fey), vuelve a reconvertir por segunda vez a la película, esta vez en una buddy movie de aventuras marca de la casa donde el slapstick y los continuos gags se suceden de manera perfecta para llevarnos de la mano por el argumento. Aquí viene el ejemplo perfecto de cuando comentaba antes que Soul es la más compleja y a la vez la más sencilla de las propuestas de Pixar: la película nos sitúa, por un lado, en una dimensión abstracta y metafórica donde maneja conceptos como la muerte, la personalidad, la búsqueda del sentido de la vida o los traumas, y lo hace sin escatimar preguntas; por el otro, nos pone en el consabido y divertidísimo panorama de la comedia de situación, donde los dos protagonistas vivirán una aventura dentro de la aventura donde la película va sobre raíles (pero qué raíles); y es que Pixar tiene tantas, tantísimas tablas en esto de la narrativa, que sabe combinar de manera única (y encima que parezca fácil) lo trascendental con lo mundano: todo ese tramo de aventuras donde recorremos varios escenarios, todos sencillos pero a la vez tremendamente reveladores (la peluquería, el metro, la tienda de confección…) va sumando, sin que te des cuenta y cual truco de mago, tanto al peso de los protagonistas como a sus arcos de personajes, para finalmente revelarte unas cartas marcadas desde el principio que no por menos esperadas resultan menos efectivas: otra flecha al corazón para todo adulto en la sala.

Artísticamente, no estamos hablando ya de que el trabajo de Pixar sea irreprochable, algo a lo que nos tienen más que acostumbrados; en Soul, los estándares de calidad saltan por los aires, en un apartado visual que hubiera sido un auténtico escándalo en pantalla grande: todo en el aspecto terrenal de la cinta luce un paso por delante de cualquier película de animación, con una recreación de Nueva York sencillamente espectacular, no ya por el detalle solamente sino por la extraordinaria capacidad de dar vida y personalidad a cada uno de los diseños y escenarios; pero es cuando nos introducimos en el Great Before donde los límites vuelan por los aires y Docter y compañía comienzan a experimentar con soluciones, nunca mejor dicho, de otro mundo; toda la película mantiene un nivel de sorpresa y estímulo visual para el que faltan adjetivos, encontrando en cada vuelta de la esquina un nuevo concepto visual y narrativo que te deja boquiabierto. Y qué decir del apartado sonoro, en el que Pixar tira directamente la casa por la ventana combinando, dos gigantescos talentos: por un lado los arreglos jazzísticos del grandísimo Jon Batiste, que muchos conocimos en primer lugar por ser el líder de la banda musical del late night de Stephen Colbert pero que es mucho más que eso: un extraordinario músico que ha colaborado con artistas de la talla de Prince, Stevie Wonder o Lenny Kravitz, y cuyo talento podéis comprobar, por ejemplo, en un fabuloso concierto de este mismo año grabado por Jazz Night in America y sin ir más lejos con la despedida navideña del programa de Colbert de hace unos días con una versión de Have Yourself A Merry Little Christmas de caerse de espaldas; pero es que al lado de Batiste, y para las secuencias del Great Before, nos encontramos ni más ni menos que a Trent Reznor y Atticus Ross (para nada unos novatos en el mundo de las bandas sonoras, con hitos como Perdida, La Red Social o la reciente serie de Watchmen), que nos regalan una de sus mejores composiciones con sensacionales temas oníricos (suya es la responsabilidad de poner música a las escenas más emocionantes de la película y lo hacen enlazando una serie de temas que forman parte de lo mejor que han compuesto hasta la fecha como dúo para una película).

Ya habiendo repasado los principales temas y dando por sentado lo mucho, muchísimo que me ha gustado
Y ahora, ¿qué nota le pongo?
“Algunos nacen para sentarse junto a un río.
A algunos les cae un rayo.
Algunos tienen oído para la música.
Algunos son artistas.
Algunos nadan.
Algunos entienden de botones.
Algunos saben de Shakespeare.
Algunas son madres.
Y otras… bailan.”El Curioso Caso de Benjamin Button
Dirección - 9
Guion - 9.5
Apartado Visual - 10
Banda Sonora - 9.5
9.5
Soul es un nuevo triunfo de Pixar y otro paso adelante en su filmografía. Una película que plantea temas profundos pero sin dejar de lado el puro entretenimiento, y con un apartado visual y musical de auténtico escándalo. Ah, y muy, pero que muy emocionante.
Bellísima película, mis dieses para Peter Docter y para usted, Sr. Secades, genial reseña.
El doblaje también es excelente, Juan Amador Pulido está soberbio.
Que hermosa crítica Samuel. Como siempre, sin decir nada de la trama, solo exponer sentimientos. Seguro en estos días cae Soul (pirateada de algún lado…). Docter para mi hizo la mejor película de animación desde Fantasia: Up (y tenía que estar a la altura de Wall-E del año anterior). Inside Out me pareció un poco pasada de rosca. Vamos a ver con que nos sorprende.
Vista la película, me ha parecido maravillosa y comparto tu opinión sobre la misma Samuel. Ahora bien, me pregunto si el público infantil la entenderá o disfrutará de la misma forma que el público adulto. Creo que en otras películas de Pixar la conexión con un público más amplio (en rango de edad) estaba más lograda.
Y con esto no quiero quitar ningún mérito a la película que, insisto, me ha parecido una maravilla
Yo te confirmo que para los niños no es interesante como poco. Para alguno llegó a ser ominosa de más y lloraba todo el final.
Soul no tiene la doble lectura adulta-infantil de Up o Inside Out, aunque el Mas Acá tenga una estética atractiva para niños o las bromas del duo protagonista sean divertidas.
si es un musical paso, pero si es mas historia con algo de música me tienen dentro.
Yo esperaba más de la parte del Jazz, pero claro, es una peli no un concierto. Lo que hay es maravilloso, eso si.
Uf, a mí se me hizo bola. Apabullante visualmente, las partes en la ciudad son de recoger la mandíbula del suelo, pero se hace plomiza cada vez que quiere convertirse en un capítulo educativo de: Érase una vez… las almitas. Terreno vaporoso este. Cuando se supone que esto va o quiere ir de otra cosa. Not for me
Pues yo me sumo. Me ha gustado, está increíblemente hecha, probablemente de lo mejor del año y candidata a Mejor Película.
Pero igual que de Up me fascinó el mensaje y de Inside Out la presentación de conceptos abstractos, en Soul ambas cosas me decepcionan.
Ni las almitas tienen la complejidad, capacidad descriptiva y lecturas del cerebro de Inside Out ni el mensaje «disfruta de las pequeñas cosas de la vida» (simplifico y no entro en detalles por evitar spoilers) es tan rotundo como el de Up. Por no hablar de que está mucho más visto y explotado hasta la sociedad en este 2020 pandémico.
Tampoco la dinámica de duo cómico con
intercambio de cuerpos
incluido es algo que no hayamos visto otras veces.
Como conclusión, ni por originalidad, ni por mensaje ni por abstracción creo que Soul brille a la altura de Up (que fue la mejor película de su año). Dicho esto, la mejorada factura técnica y el abandono de la comedia infantil juegan a su favor a la hora de gustar incluso más al público adulto o, sobre todo, llegar a premios y reconocimientos inalcanzables para las anteriores.
Fue muy sorprendente en casi todo. Puedo criticarle los típicos diálogos de Disney/Pixar que tiene, pero fuera de eso es una muy buena película.