V de Vigilantes: Factores Creativos (Escribiendo tebeos III)

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Un cómic está formado por un conjunto de elementos: imagen, texto, rótulos, onomatopeyas… en los que casi siempre suele primar la imagen sobre el resto. Las imágenes conforman el 70% del producto (en un cálculo aproximado) y podemos enterarnos de la historia simplemente observándolas; no obstante, también es de importancia capital el texto, tanto el que aparece en los bocadillos dando voces a los personajes, como el que aparece en los cartuchos significando una voz en off, una descripción o un detalle.

Por las propias características del medio, los tebeos se suelen realizar en equipos, a cuatro manos entre un guionista y un dibujante (a veces participan más de uno de cada tipo). Hace dos semanas aportamos un poco de luz a la técnica del guión de cómic hablando de la figura del guionista de cómic; la semana pasada, realicé otro texto, uno en el que se mencionaba, de manera individual, el guión de cómic propiamente dicho, con su forma, sus partes y algunos trucos para su correcta elaboración. Y en esta tercera ocasión rematamos este marco con un último texto en el que se desarrollan los factores creativos que condicionan el dibujo y la escritura de tebeos.


Aunque el dibujante también “escribe” con las imágenes, la tarea de dar un marco textual a una historieta recae en el guionista. “La escritura susceptible de convertirse en drama gráfico, ya sea cine o historieta, tiene que adaptarse al medio. Escribir para el cine o para el cómic resulta económico: nada de estilo, nada de descripción evocando imágenes por analogía. La idea es el elemento dominante”, afirma Will Eisner en su otro gran libro teórico sobre el cómic: La narración gráfica. Y continúa: “Escribir para un medio gráfico significa escribir para el dibujante. El guionista crea el concepto, la intriga, los personajes. Sus diálogos (encerrados en los bocadillos) se dirigen al lector, pero la descripción de la acción va destinada al dibujante”.


La escritura de un buen guión de historietas debe tener en cuenta las limitaciones, tanto del propio medio, como del dibujante que comparte con él la creación del producto final. Eisner afirma que “el cómic es una medio condenado a servirse de imágenes fijas; carece de sonido y de movimiento”; por ello, la escritura de tebeos debe realizarse teniendo en cuenta esas características.

Cuando se narra y se pretende contar una historia únicamente mediante la palabra, se juega con la interpretación del lector. Las malas interpretaciones no son abundantes, ya que esa narración se completa y se termina en el lector, mediante el mismo proceso de la lectura. En cambio, en el cómic, las interpretaciones erróneas son más posibles, muchas veces el resultado final es diferente al que el guionista había imaginado. Es un riesgo común al pasar el texto a la imagen. “En este medio, el camino que va desde el espíritu del narrador hasta el lector no es una línea recta”, sentencia el mítico autor.


Para acortar esa vía, al menos para que sí sea el camino más recto posible el que separa al guionista del dibujante, se suele realizar una sinopsis del guión. Esta práctica facilita que los editores revisen las ideas de los guionistas, que los dibujantes maticen algunas directrices o que los mismos guionistas muestren las líneas generales de su próxima obra.

Cels Piñol menciona en su obra El gran libro de cómo dibujar cómic los dos objetivos principales que debe cumplir una sinopsis de un guión: a) Ofrecer una visión amplia y general del argumento del cómic, centrándose en la presentación, el nudo y el desenlace; b) El guionista pone en situación al dibujante y, si se da el caso, puede presentar dicha sinopsis a un editor para que la apruebe. “Una sinopsis no debería ocupar mucho más de un página, escueta, directa, concisa”, explica. Básicamente se trata de un resumen explicativo de lo que se va a poder encontrar en el cómic y de lo que aparecerá en el guión de forma más detallada.


Llegados a este punto, debemos diferenciar los dos tipos principales de guión: se llama literario si el autor opta por redactar el argumento y describe en él, con todo lujo de detalles, los sucesos, y técnico si, además, incluye instrucciones especificas para el dibujante (el número de viñetas por página, los planos a utilizar en cada situación…). En cualquiera de los dos casos, la clave es la organización coherente del relato y la descripción detallada de los personajes y ambientes. Suele decirse que un buen guión se caracteriza por tener una alta capacidad de ser transformado en imágenes.


Cels Piñol también especifica en su citado libro las diferencias entre estos dos tipos de guión: “El guión literario es muy parecido a la forma que emplean en Estados Unidos para producir comic-books. Describe la página ‘por encima’ para que el dibujante la interprete a su manera […] En el llamado guión técnico, el guionista indica cuántas viñetas quiere expresamente en la página y qué debe aparecer en cada viñeta”.

Otra variante del guión es el conocido como “dibujado”, que suele basarse en los bocetos y que es el más utilizado cuando el guionista y el dibujante son la misma persona.


Independientemente del tipo de guión que se utilice, la escritura de cómics tiene una carga creativa muy grande, quizá mayor aún que la relativa a escribir otro tipo de textos, por la combinación de acciones de guionista y dibujante, necesarias para llegar al producto final. La escritura tradicional se percibe como manipulación de palabras, manipulación entendida como creación; mientras que en el cómic la cosa se complica al tratarse de palabras y de imágenes. Además, la creatividad de desdobla.

En este terreno, en el de la creatividad, existen una serie de factores que condicionan el dibujo de historias (factores que también se perciben en el guión). Ya mencioné el esquema de estos factores en el primer “V de Vigilantes” dedicado a la escritura de cómics, hoy los detallaré, desarrollando el esquema:

FACTORES DE CONTENIDO
Los factores de contenido están relacionados concretamente con la parte literaria del tebeo, con la parte escrita, con el guión propiamente dicho.

Creación y mantenimiento del interés, mediante:

1) Ritmo o interés narrativo: entendemos por ritmo la capacidad de resumir la acción en el menor número posible de cuadros sin que al sintetizar se perjudique la comprensión. El guionista, en este sentido, deberá poder condensar y economizar tiempo e imágenes, para así poder conseguir una mayor intensidad narrativa. Con ello se conseguiría que el lector viera aumentado su propio interés.

2) Movimiento determinado por la narración: los dos factores principales que puede usar un buen guionista son el “movimiento” y la “acción”. Con ellos podrá crear nuevos intereses y conseguir que la historieta resulte más apasionante. Los dos deben incorporarse al cómic desde el primer momento, desde la escritura del guión. Hay que pensar que los personajes nunca deben estar estáticos ni ser “estatuas”; hay que moverlos de un lado a otro, hay que buscarles motivaciones y hacer que las vayan cumpliendo. Un cómic no puede ser únicamente diálogo estático. El movimiento puede ser expresado recurriendo a las técnicas cinematográficas: cambiando el encuadre, el ángulo visual, el tipo de plano… más que sólo “pedir” al personaje que se “mueva delante de la cámara”.

3) Dramatización literaria: a través de los textos también se puede mantener el interés del lector. Esto se consigue mediante lo que dicen los personajes y lo que aparece en los textos narrativos. La narrativa tradicional, los escritos más clásicos también funcionan en los tebeos cuando se utilizan en su justa medida. Las técnicas relativas a contar historias se mantienen estables aunque se cambie de medio.

4) Acción y suspense en la narración: se necesita que en el contenido de la historieta haya un perenne “qué sucederá”. La intriga y la angustia existencial juegan a favor del guionista de cómic (al igual que se ha demostrado que funcionan en las series de televisión). Se consigue creando situaciones insólitas, sorprendentes, dramáticas… encadenadas unas con otras para mantener el interés del lector. Esto es especialmente necesario en historias publicadas por etapas llevando el clásico “continuará” que sirve para rematar el cuadro final, la última viñeta.


FACTORES DE FORMA
Los factores de forma tienen más que ver con el dibujo, con la puesta en página.

Creación y mantenimiento del interés, mediante:

1) Tipología y expresión: la tipología estudia los rasgos físicos de los personajes que intervienen en la historieta ilustrada. Tiene una importancia capital, no tanto por la creación de los tipos, sino por ofrecer a los lectores lo que están esperando ver (y leer). Esto se traduce en la necesidad de los públicos de encontrarse con personajes que respondan al esquema que el común de la gente ya tiene formado sobre determinados tipos de personajes. El lector desea y espera (en el fondo) que el bueno ponga “cara de bueno” y el malo “cara de malo”. Como anotación, podríamos decir también que hay veces en las que los lectores son sorprendidos por una transposición de los valores tipológicos clásicos; es decir, el bueno pone “cara de malo” y el malo está disfrazado de bueno… Lo mismo se puede aplicar a los clichés de los personajes femeninos y los personajes secundarios. Los esquemas mentales son sencillos y todos los conocemos, de manera inconsciente. Lo difícil viene después, cuando los personajes tienen que moverse por las diferentes páginas, tienen que actuar frente a dilemas o tomar decisiones.

2) Composición: la composición está relacionada con la puesta en página. Muchas veces se tiene en cuenta la forma en la que se ordenan los objetos y los personajes dentro del encuadre, dentro del marco de la escena o dentro de la misma viñeta. También se aplica composición al conjunto de las viñetas en una misma página y se tiene que tener en cuenta la composición general de todo el tebeo en cuestión. La perspectiva, el horizonte, la diagonal, la línea «A», la imagen horizontal, la imagen vertical, el centro de interés, el fondo, el contraste, el equilibrio… son elementos a tener en cuenta a la hora de componer, estos conceptos vienen originalmente de la pintura. La posibilidad de variar la posición de la cámara resaltando algunos aspectos determinados de la escena dota al medio audiovisual de un nivel de significado mayor. Este nivel también se suele encontrar en el cómic. Hay elementos con los que se juega en la composición: atracción de la atención, textura, volumen, contraste y fuerza o ausencia de color. Estos elementos se trabajan mediante el encuadre, la colocación, la perspectiva, el enfoque y la iluminación.

3) Iluminación y color: la iluminación está relacionada con el color, con la figura y con el fondo. A la hora de transmitir sensaciones a los lectores y a los espectadores el dibujante (a veces previa indicación del guionista) puede controlar la luz y el color; así, lo que se consigue es ir más allá de la simple percepción visual y se dirige la atención hacia el detalle que se desee. Para resaltar ese motivo concreto hay que buscar un contraste entre la figura y el fondo. Los distintos tipos de luces pueden producir diferentes tipos de sombras y matices que afectan a la percepción de texturas y volúmenes. El color también es importante ya que puede ser utilizado como otro recurso expresivo más. La saturación de color evoca intensidad y los tonos suaves tranquilidad. La cantidad de colores y su gama afecta también a la percepción del espectador y a las sensaciones que en él se pueden evocar.

4) Diversificación y dramatización gráfica: en este punto se deben tener en cuenta las capacidades del dibujante para contar las historias gráficas utilizando diferentes estrategias, para la dramatización, usando correctamente los planos, los encuadres y los ángulos visuales, sumado todo a los efectos y los diseños de página. Aquí se encontraría lo relacionado con los tipos de bocadillo (los bocadillos de diálogo normal, los bocadillos de pensamiento, los de voz en off, los eléctrico…) así como las onomatopeyas y demás recursos gráficos. El uso diversificado y variado de todos estos recursos conseguirá que la historia tenga ritmo, que el interés creado previamente se haya mantenido y que toda la trama se impulse hacia delante, consiguiendo que el lector se imbuya en la historia y no “corra” detrás de ella.

Comentario

Son factores a tener en cuenta a la hora de planificar y poner por escrito las ideas básicas para la realización de una historieta. El guión de tebeos, tal y como lo escribe un guionista, se suele concentrar, sobre todo, en el argumento y en los diálogos, confiando en las aptitudes del dibujante, en su savoir faire para la realización gráfica del producto final. Un producto final donde palabras e imágenes conforman un todo unificado, donde la importancia no reside en los elementos individuales, sino en el conjunto. Un conjunto que es una historia y que es arte, porque no podemos olvidar que escribir no es otra cosa que el arte de contar historias. Éste es el primer paso; el último, se da en las casas de los lectores.

Decía Stevenson que quien escribe entierra un tesoro y quien lee lo encuentra, pero es un tesoro distinto.

Nos leemos.

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BRUCE KENT
BRUCE KENT
24 marzo, 2010 15:07

Muy bueno!!! en esta seccion aprendo mucho mas simple,me gusta mucho.

MiRo
MiRo
24 marzo, 2010 15:40

Otro gran articulo como siempre!

nimull
nimull
24 marzo, 2010 19:58

Gran artículo, muy esclarecedor e informativo.
Muchas gracias por compartirlo.

Saludos

Frasier Crane
Frasier Crane
24 marzo, 2010 23:08

Muy bueno. ¿Y qué me dices del concepto de ‘atmósfera’? ¿Cómo se crea la atmósfera en el cómic?

JAVIE
JAVIE
Lector
25 marzo, 2010 1:29

Increible articulo como de costumbre,el nivel de detalle es impresionante,como puntualizacion te dire,que todo lo expuesto anteriormente es lo que te enseñan y una vez que lo has aprendido,ya empiezas a falsearlo todo,empiezas a meter tranciciones,a falsear perspectivas,variar los planos…..

Por cierto,te atreveras tambien con la parte grafica( LAPIZ,TINTA Y COLOR) seria muy interesante,y mucho menos confuso que la narrativa.

Lord Deu
Lord Deu
25 marzo, 2010 1:37

No hay apartado para el estilo Marvel…?
Y no me odien, que de verdad existe, y explica muchas cosas al respecto de los gustos Marvelitas.

BRUCE KENT
BRUCE KENT
25 marzo, 2010 2:39

¿y el estilo John Byrne?