V de Vigilantes: Bibliografía Especializada (XVI)

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A lo largo del tiempo, en esta columna se han ido citando diversos libros que considero de cabecera. Obras de autores (españoles y extranjeros) que han dedicado parte de su labor docente, investigadora, analítica… o simplemente teórica o divulgativa a hablar de los cómics, a pensar en ellos y a abordarlos desde varios puntos de vista. Como os avancé en el primero de los textos dedicado a la bibliografía especializada, era necesario hacer algo para compilar todas esas obras; una especie de guía que, sin ser demasiado extensa, sirviera para hacer una idea sobre lo que trata cada libro, de qué ámbito provienen sus autores y cuáles son sus puntos fuertes y débiles (si los tiene).

Hoy aparecerá aquí la ficha de otra obra. Os recuerdo, queridos lectores, que a la hora de enfrentarme a este tema pensé que lo mejor sería crear una especie de ficha de cada ejemplar, donde aparecieran su título, su autor, su editorial, el año de publicación y el lugar (son datos básicos para luego buscarlos); además de algunos detalles biográficos de sus autores y una reseña explicativa de sus índices y discursos.

Parece que fue ayer cuando comencé con esta andadura y ya vamos por el número dieciséis. Para tan señalada cifra y siendo la última «Bibliografía Especializada» del año, necesitaba una obra especial, por lo que me he decantado por el Bryan Hitch Cómic Estudio, una particular publicación mezcla de obra teórica y libro de arte, con un contenido eminentemente práctico. El propio Hitch, como maestro de ceremonías, comparte su forma de trabajar con todos los lectores que se acerquen a estas páginas.

Bryan Hitch Cómic Estudio

Autor: Bryan Hitch, con prólogo de Joss Whedon

Editorial: Dolmen, Palma de Mallorca, 2011
Nº de páginas: 128

En el año 2010 tenía dos amigos estudiando y trabajando en Inglaterra, por lo que solía investigar las páginas web de las librerías especializadas británicas por si aparecía algún libro interesante. Cuando encontraba alguno hablaba con mis amigos y se lo encargaba. El primero que volvía de visita a Salamanca, me lo traía. En aquellas búsquedas me topé con una obra que llamó mi atención. Se trataba de un libro peculiar que me gustó desde el título: Bryan Hitch’s Ultimate Comics Studio. En la portada aparecían unos héroes parecidos a los Ultimates, pero ligeramente distintos y junto a ellos el nombre de Joss Whedon, creador de Buffy Cazavampiros, que se encargaba del prólogo. Supe que tenía que hacerme con un ejemplar.

Tuve suerte y me trajeron uno firmado por el autor. Cuando lo tuve en mis manos observé que la edición era sumamente cuidada, con tapa dura, papel de alto gramaje, y con las 128 páginas en color, repletas de imágenes de las obras de Hitch (en Marvel, sobre todo) y con muchas anotaciones y detalles. Cuando supe que Dolmen lo editaría en español tuve las mismas sensaciones que en aquel momento.

En la edición española se mantiene esa gran calidad de la obra original, siendo exactas en las medidas, en el número de páginas y en el contenido, aunque la portada sufre ligeros cambios, pero sigue manteniendo el reclamo del nombre del guionista de Astonishing X-Men y director de Los Vengadores en un lugar destacado. «Su implicación en las historias que ayuda a crear a los guionistas es mucho más profunda que la de la mayoría de los dibujantes. […] Cojo este libro como cualquier otro fan entusiasta, o aspirante a dibujante, para aprender los secretos de alguien a quien respeto muchísimo, que ha sabido el listón de este medio como pocos dibujantes”, asegura el guionista en esa primera parte.

El propio Hitch se encarga de la siguiente, la introducción, en la que mezcla nostalgia, recuerdos y consejos repletos de sentido común dirigidos con franqueza a los lectores: “Si te compraste este libro porque esperabas que te contara cómo dibujar cómics, me temo que te vas a llevar una decepción […] Lo cierto es que no hay grandes secretos, no hay atajos ni caminos claros hacia el éxito […] lo que creo que puedo darte es una guía básica del modo en que yo trabajo y algunas sugerencias que pueden ser útiles más adelante. […] Mi modo de hacer las cosas no es el único modo de hacer las cosas, y cada dibujante que conozco tiene sus propios métodos y sus propias soluciones para los problemas”.

Una vez aclarados los objetivos de esta publicación y lo que se puede encontrar en su interior, el dibujante comienza por el principio y dedica unas páginas al lugar de trabajo. “Dónde y cómo trabajes es cosa tuya, así que tu principal prioridad es que te sientas cómodo y tengas todo lo que necesites a mano”.

Después se detiene en algo muy importante: La Narrativa. “No me considero un dibujante, ni siquiera un dibujante de cómics. Más que nada, me considero un narrado. Siempre se trata de contar una historia”. Aquí habla del proceso narrativo; de la visualización de las escenas; de la acción encadenada, entre viñetas y entre páginas; del ritmo asociado a la elaboración de las páginas y a la división en determinados números de viñetas, y termina con lo que llama “la marca de fábrica de Bryan Hitch”, que no es otra cosa que utilizar grandes escenas repletas de planos de situación, de detalles y de personajes. Termina esta parte con un ejemplo práctico analizando una escena de Los Cuatro Fantásticos.

El siguiente factor que trata es la composición. “Sabiendo cómo el ojo del lector va a mirar la página al leerla implica que hay algunas cosas que puedes aprovechar como herramientas narrativas”. En este epígrafe escribe sobre los bocetos; sobre la posición de la cámara (en clara alusión al lenguaje cinematográfico); sobre los puntos focales idóneos para cada viñeta; sobre los personajes y su disposición en los planos, y sobre la composición de entornos, todo ello para lograr una verosimilitud en la obra.

El dibujo ocupa el siguiente lugar en su discurso. “La razón por la que intento constantemente aprender a dibujar mejor es porque quiero ser capaz de contar la historia mejor”. Comienza esta parte describiendo las herramientas y los materiales que él considera necesarios y que más utiliza, en función de cada técnica. Un par de páginas después, se centra en el proceso de dibujo, de las fases, desde el abocetado. También se detiene en los tipos de trazo que realiza y muestra algunos dibujos básicos de figuras humanas para ejemplificar posiciones, proporciones y movimientos. A continuación, vemos cómo se enfrenta a las manos y las caras de los personajes, al movimiento simulado, y a cómo vestirlos. Los fondos y las armas también son importantes para este autor, por lo que les dedica espacio en algunas de las páginas de este libro.

Después del dibujo aparece el entintado y el color. De nuevo utiliza una estructura discursiva similar y empieza por los materiales, para después pasar a los enfoques y las técnicas que él utiliza para el entintado. Y hace lo mismo para el coloreado. Todo ello mediante el uso de prolíficas imágenes que ilustran a la perfección lo que quiere transmitir con sus palabras.

“Ahora, digamos que ya tienes la habilidad. ¿Qué es lo siguiente? ¿Cómo conseguir tu primer encargo profesional para dibujar un cómic?”. En la última parte se encuentra lo más interesante de este libro: una suerte de guía de cómo deben enfrentarse los autores nóveles a la difícil tarea de encontrar trabajo. Carpeta, galería online y mover tu obra, son los puntos básicos. Lo que dice no es algo nuevo, pero sí que lo expresa de manera clara, contándolo desde su experiencia y hay detalles que pueden ser de verdadera utilidad.

Bryan Hitch Cómic Estudio se completa con un epílogo o un anexo en el que se habla del proceso creativo de la portada del propio libro. Llegados a este punto, los lectores, gracias a la cercanía de la prosa de Hitch, somos capaces de empatizar con él hasta el punto de pensar que llevamos un rato compartiendo una clase presencial (o semipresencial, que están más de moda), y eso es un gran logro. Esta obra, cercana, amena e interesante, está a medio camino entre el libro de arte y la publicación teórica, con un contenido eminentemente práctico, que hará las delicias de muchos tipos de público diferente, aunque todos tenemos en común la misma fascinación por el cómic que siente Bryan Hitch.

“Los cómics eran mi droga para menores. Un pequeño kiosco en una pequeña ciudad del norte de Inglaterra era mi camello, y cada página que compraba me daba un subidón. Los guardaba en una vieja maleta bajo mi cama y cada noche al apagar las luces y hacerse el silencio en la casa, sacaba un puñado al azar y los devoraba de nuevo. Cada página parecía una dosis de emoción y aventura”.

Comentario

Con esta nueva obra de hoy (que podría convertirse en un estupendo regalo de Reyes) continuamos formando nuestra particular biblioteca. Todos los ejemplares que en ella vamos colocando tienen en común el formar parte de un corpus específico sobre teoría, divulgación e investigación, con el cómic como eje de su discurso cultural. Libros que poner, como digo siempre, en nuestras estanterías, junto a nuestros tebeos. Unos libros mejores y otros peores, pero todos de cierto interés.

Aquí os dejo el vínculo de la tercera actualización del listado provisional que he elaborado, con vuestra ayuda, claro está, con todas las demás obras que intentaré localizar para ir, poco a poco, reseñando y apuntando por aquí (algunas de ellas ya han sido «fichadas»). De nuevo, y como de costumbre, vuelvo a invitaros a todos vosotros, queridos lectores, a añadir vuestras aportaciones bibliográficas. Sigamos con la búsqueda.

Nos leemos.

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I´m with a Skrull!
Lector
28 diciembre, 2011 11:28

Un artículo tan bien llevado como el libro Diego. La verdad es que para tomarlo como «la biblia del dibujante de comic» no vale, pero eso mismo se encarga de decir el propio Hitch, es una lectura interesante y sobretodo cercana, no te aplasta con tecnicas aburridas de planos y proporciones vistos en otras tantas guias del comic, y cuando me refiero a aburridas, me refiero a que te lo cuentan como si fuese un libro de química, con demasiada frialdad, cosa que aquí se consigue todo lo contrario, cierta cercanía con el «profesor» el cual parece estarte dando un pequeño tutorial o walkthrough acerca de su trabajo, en definitiva, que lo has dicho todo bien dicho, vamos, yo recomiendo su lectura.

Elkas
Elkas
28 diciembre, 2011 14:16

Yo lo compré en inglés pensando que algo así no lo editaban en castellano ni borrachos. Me quivoqué.

Pero lo que es el libro viene a ser lo que esperaba. Es sobre todo un tour por el modo de trabajar de Hitch con dos o tres explicaciones para entender bien cómo hace lo que hace y por qué lo hace.
En algunos apartados yo me quedé con ganas de que tuviera un poco más de chicha, no me atrevo a decir que me hubiese gustado unas explicaciones más técnicas porque en fin, de dibujo sé más bien poco, pero me hubiese gustado unas explicaciones un poco más elaboradas.

En cualquier caso, me quedé la mar de contento con el libro.

Fran
Fran
Lector
28 diciembre, 2011 14:27

Pues le hecharé un vistazo, aunque Hitch no es ni de cerca mi dibujante favorito, y la composición de sus paginas, aunque efectiva, me parece aburrida, sobretodo en ultimates, donde directamente estas leyendo un storyboard.
Y despues está el hecho de que para una cole mensual ( como casi cualquier dibujante de los que levanta interes) el tio no vale con estilo tan detallado. Solo hay que coger su brevisima etapa en 4f para ver como numero a numero, decae.
Mucho mejor en limiteds.

the drummer
the drummer
Lector
28 diciembre, 2011 17:25

lo tuve en la mano el otro día en la tienda y al final lo devolví a la estantería, aunque seguramente terminará cayendo, tiene muy buena pinta

Ocioso
Ocioso
Lector
29 diciembre, 2011 13:37

the drummer ha comentado: lo tuve en la mano el otro día en la tienda y al final lo devolví a la estantería
 
¡Se mira pero no se toca! Es que no veas lo que me jode comprar un tebeo que ha estado manoseando otro. Pagas veinte o treinta euros y te llevas un tomo lleno de dedazos.

BLAS
BLAS
29 diciembre, 2011 15:48

Cómpralo plastificado hombre, que debería haber justo detrás del tomo manoseable. O si no, truco o trato hipster, agarras los que queden en estante y los escondes en otro, luego le comentas al amable tebeotecario que no tienen, y acudirá al almacén a por uno nuevo y perfectamente virginal (salvo marcas de dedos de roedores de almacén). Luego es cosa de agarrar nuevamente los tomitos escondidos y regresarlos a su lugar, cuando el amable tendero no mire (para esto es mejor contar con la ayuda de un cómplice o un Charlie Boorman). Eso sí, esto sólo se aplica a tiendas gordas gordas, estilo Fnac. En las pequeñas o propias de autónomos o no funciona, porque disponen de menor stock, o no mola, que no merecen tal trato.
Saludos, Ocioso y demás personas de buena voluntad.

Tiegel
Tiegel
29 diciembre, 2011 20:44

Blas, eres el amo. Otro día tienes que contarnos cómo haces para que el personal del «balneario» crea que te has tomado la medicación XD

the drummer
the drummer
Lector
29 diciembre, 2011 21:35

ya sabeis niños, cuando en vuestra tienda favorita veais a un señor de ‘mediana edad’ ojeando comics con guantes de fieltro saludadle amablemente, ese es ocioso

Ocioso
Ocioso
Lector
29 diciembre, 2011 22:00

Lo he probado todo y los mejores son los guantes blancos de mimo. Además te queda estupendo el número del cristal falso para alegría y sano entretenimiento del resto de los clientes.

Rob!
Lector
29 diciembre, 2011 23:45

Gracias por la info, Diego. Decidido me he (gramática la, olvidado he): éste me lo pillo si o si.

BLAS
BLAS
30 diciembre, 2011 0:12

Señorita Tiegel, sus palabras me hacen pensar en Sigmund Freud, en Alfred Charles Kinsey, y especialmente en Betty Dodson. Es que en el balneario todos los cuidadores me adoran (y sé que me miran el trasero cuando me agacho, que son unos salidos), y así hacen la vista gorda cuando me guardo las píldoras. Sigo sin estar muy conforme con los métodos de relajación practicados, que eso de que tengo paroxismo histérico masculino y que necesito masajes aparatosos en zonas aparatosas, bueno, uno acaba por creérselo. Y hasta se vuelve entretenido cuando te muestran los talleres de «masajes». Ciertamente resulta un tratamiento muy estimulante, palpitante, e incluso bombeante, y más en grupo, pero no acabo de notar diferencia sustancionsa respecto de otros métodos más económicos y caseros. El caso es que es un lugar relajante, y con saunas y baños grandes, abiertos, decorados, y con unos interesantes asientos con abertura. Estarían mejor con puertas, pero entiendo que el Señor D. necesite supervisarnos constantemente, al fin y al cabo estamos mejorando. Sigo viendo 327 formas de cocinar sandwiches, pero ahora entiendo que es normal, y que no tengo que sentirme incómodo de comentarlo, dicen.
Señorita Tiegel, siento que es usted una atractiva mujer, un encanto de dulce de látex líquido de fresa, recubierto de aroma de ejecutiva agresiva con encajes y zapatos de charol, y armada con una sexy y sofisticada FN Minimi 7.62 púrpura y dorada :). Sepa usted que en cuanto me lo diga, puedo adquirir una gabardina verde, si es necesario con gemelos de piezas de puzzle.
Saludos.

the drummer
the drummer
Lector
30 diciembre, 2011 17:44

joder blas, de verdad que tienes que hacértelo mirar

Ocioso
Ocioso
Lector
30 diciembre, 2011 17:45

Blas es el último poeta

the drummer
the drummer
Lector
30 diciembre, 2011 18:46

o el último psicópata

Espaiderman
Espaiderman
Lector
30 diciembre, 2011 18:48

 O el último (y único) poeta psicópata, ya puestos.

BLAS
BLAS
30 diciembre, 2011 20:50

No soy un psicópata, en serio, tranquilos, si rara vez como carne :). Me gusta lo del último poeta, o último poeta psicópata. Psicopoeta. Gracias guapos :).
Feliz Año a todos.
Saludos.

Espaiderman
Espaiderman
Lector
30 diciembre, 2011 20:54

BLAS, los psicópatas matan, no comen carne (esos son los caníbales). Feliz año neox y feliz año nuevo.

Tiegel
Tiegel
30 diciembre, 2011 21:57

El amo!
 
Esa gabardina verde tiene que ir obligatoriamente sin nada debajo y con una nariz de cerdo postiza, que siempre da un toque eroticofestivo

BLAS
BLAS
30 diciembre, 2011 22:41

«El amor!».
:D.
Me encanta este ambiente amoroso que ronda el comentariado de la página web :D.
Encargando gabardina y nariz de cerdo. Qué ingeniosa y picante que es, jovencita :D.
Un saludo y dos besotes navideños.

Ocioso
Ocioso
Lector
30 diciembre, 2011 22:45

Lo de psicopoeta me ha encantado.
Ya sé que psico sin «-pata» o sin «killer» no significa nada, pero le da un matiz inquietante a poeta que le va la mar de bien.

Tiegel
Tiegel
31 diciembre, 2011 9:58

Es lo que tiene el dulce de látex líquido de fresa

the drummer
the drummer
Lector
31 diciembre, 2011 13:46

ja, jaaa. por mayoría, lo dejamos en blas (el último psicopoeta) -propongo cambio de nick ya-; les deseo a todos un feliz añito desde ya, que esta tarde me toca cocina y poco andaré por aquí. saludos.