Mundo Independiente: Horizon #1

 

Edición original: Horizon #1 USA, Skybound Entertainment-Image Comics.
Guión: Brandon Thomas.
Dibujo: Juan Gedeon.
Color: Frank Martin.
Formato: Grapa USA, 32 páginas.
Precio: 2,99 $.

 

En un futuro no muy lejano, Zhia Nalen, una extraterrestre de piel azul, se estrella en una nevada extensión de Canadá. Ha venido a nuestro planeta infiltrarse entre la humanidad, pero las cosas no han ido del todo bien: su implante de traducción no funciona correctamente debido al forzoso aterrizaje y ha quedado aislada del resto de agentes de su pueblo que ya conviven entre nosotros sin ser detectados. Afortunadamente, el camuflaje que le hace parecer humana a intervalos (entre otras útiles herramientas) no se ha estropeado, de manera que podrá dirigir sus pasos a la ciudad de Chicago a establecer contacto con los suyos. Pero no nos confundamos, en esta historia no son los habitantes del planeta Valius los agresores que preparan una invasión. No, al contrario: Zhia y sus compañeros han venido a intentar evitar la que los miserables habitantes de La Tierra tienen planeada para con su mundo. Nuestro planeta agoniza, esquilmado por nuestra codicia y mezquindad, y ahora pretendemos dar el salto al cosmos para exportar estas indeseables mercancías. Y no dudaremos en declarar la guerra a Valius para una vez conquistado, y masacrada y sojuzgada su población, arruinarlo también en nombre de nuestra supervivencia. Un derecho que, a la vista de cómo nos comportamos, cada vez resulta más dudoso que nos merezcamos.

A Brandon Thomas, el guionista de Horizon, le surgió la idea para esta serie hará como unos diez años. Es el fruto de su frustración y disgusto con la humanidad como especie, a la vista de nuestras miserias y peores aspectos. En Horizon, Thomas pretende explorar temas como la colonización, la gentrificación, la asimilación o los prejuicios. Sean Mankiewicz, el director editorial de Skybound (el sello fundado por Robert Kirkman dentro de Image Comics para en principio albergar a las series de su creación) quedó fascinado con esta premisa y dio luz verde al proyecto a pesar de no provenir de una idea del escritor de The Walking Dead. Tras un arduo proceso de selección buscando al artista más adecuado, se convino en que fuese Juan Gedeon (artista del tie-in de la nueva Secret Wars marveliana titulado Ghost Racers) quien brindase sus lápices. Y a juzgar por esta primera entrega, parece que se ha acertado de pleno tanto en punto de partida argumental, como en guionista y en dibujante.

Este debut sabe a poco, porque apenas esboza la premisa, pero a pesar de ello Thomas se arregla para perfilar al personaje central: una Zhia que nos parece tener tres dimensiones, una soldado con recursos y la suficiente sangre fría para solucionar su situación límite en territorio mayormente desconocido. Pero que también tiene sus miedos, y que pagó un precio enorme para colaborar activamente en la lucha por la supervivencia de su especie. Por otro lado, con cuatro brochazos nos queda claro cómo es este planeta Tierra del futuro, al borde del colapso, con sus recursos agotados, su población empobrecida, y sus crisis abiertas en todos los frentes. Vamos, que no es tan distinto del actual. La humanidad se ahoga con el miedo, la soledad, el odio y la arrogancia…y sus clases dirigentes han decidido buscar una nueva presa agotada ya la sangre de esta.

El arte de Gedeon por su parte da un aspecto muy característico a la obra, y a la hora de definirlo caemos en dos aparentes contradicciones: una, que a pesar de la patente personalidad exhibida por su dibujo, no podemos evitar acordarnos del de un Barry Kitson que hubiese abocetado para ser entintado después por unos trazos bruscos, firmes y seguros. Y dos, al alimón también de esto último, que las figuras están definidas por líneas limpias y claras, pero el acabado resulta feísta en una medida. Todo ello, junto al magnífico color de Frank Martin, contribuye a un apartado gráfico algo esquemático pero muy interesante.

Es muy muy pronto para definir si Horizon va camino de convertirse en una de esas series de ciencia ficción estrella de Image, fruto de talentos más reconocidos que el de Thomas. Apenas hemos podido probar un sorbo de lo que la obra nos ofrece. Eso sí: ¿potencial para acabar siendo algo grande? Narices, sí que lo tiene.