La Marvel de finales de los 60 es una en la que Stan Lee llevaba ya un tiempo delegando el trabajo de escribir las series de la Casa de las Ideas excepto en los casos en los que Stan «The Man» se resistía a abandonar (especialmente con Los 4 Fantásticos y El Asombroso Spiderman). Una nueva generación de escritores, abanderados por el jovencísimo Roy Thomas se iba asentando en la editorial. En 1968 ocurre un pequeño terremoto editorial que abrirá aún más las puertas a nuevos guionistas. Estamos hablando del fin de la limitación en la distribución de cómics que había obligado a Marvel a solo poder publicar 8 cabeceras al mes (hasta 1964, luego ampliadas hasta las 16 del 64 al 68). La distribuidora, Independent News, poseía National Periodical Publications, es decir, DC Comics, y los intentos de “limitar” la competencia habían chocado con el arrollador éxito en los 60 de los cómics Marvel. En 1968, Marvel firmó un nuevo contrato de distribución con Cadence e inmediatamente, títulos bimensuales pasaron a mensuales y la fórmula 2-en-1 como Strange Tales acabó dividida en colecciones separadas (Capitán América e Iron Man en ese caso).
El Invencible Iron Man se convertía así en una serie propia, con un equipo creativo prácticamente novel en Marvel. Esto es lo que nos encontramos en este Marvel Gold. Iron Man 3: El hombre que mató a Tony Stark que incluye The Invincible Iron Man #2-25 y que está realizado, en su mayor parte por el escritor Archie Goodwin y el dibujante George Tuska.
Goodwin ya había comenzado a encargarse del Vengador Dorado en los últimos números de Tales of Suspense, aprovechando esos números más el especial Namor/Iron Man y el #1 de esta nueva serie, para cerrar la última historia planteada por Stan Lee. Con el inicio de este volumen, Goodwin ya es enteramente responsable de los argumentos además de, por supuesto, los diálogos. El guionista tenía experiencia trabajando en la editorial Warren pero Iron Man sería uno de los trabajos que le abrirían de par en par las puertas de las dos grandes, incluyendo realizar una importante labor editorial tanto en Marvel como en DC durante las décadas de los 70 y 80.
Las diferencias entre el estilo de Lee y el de Goodwin son claras. El segundo es menos rimbombante y recargado pero es que además se preocupa más por construir tramas a medio y largo plazo, dándole al cómic un sentido de la narrativa de sensibilidad más moderna. Por contra, en esta nueva etapa, se pierde mucho en lo que respecta a los villanos, un aspecto en el que Lee siempre demostró una prodigiosa creatividad y que acaba resultando en uno de los puntos más flojos de la etapa de Goodwin. Las tramas de cada número individual son lo de menos (en general), excusas argumentales para desarrollar subtramas realmente interesantes como la evolución de Madame Máscara/Whitney Frost o la extraña relación que se crea entre Tony Stark y Janice Cord. Digo que las tramas superhéroicas son lo de menos porque, salvo excepciones que pasaré a comentar, se limitan a repetir tropos bastante manidos como el villano comunista (de nuevo la Dínamo Carmesí, el Unicornio), rivales empresariales (Drexel Cord), villanos de otros héroes (Gladiador, Fantasma Rojo), o simplemente malos genéricos sin demasiado interés (El Aplastador, Fantasma Nocturno, Lucifer, el Mercenario). De nuevo, como excepción, mencionar la creación del Controlador, que pasaría a formar parte de la galería de villanos no solo de Iron Man, sino también de la del Capitán América como de los Vengadores en general. Otro aspecto que no me acaba de convencer de estos números es el papel de Jasper Sitwell y SHIELD, peor integrada en la trama de lo que se verá en la década de los 70 en la serie de Hulk.
Sorprende, y mucho, las ideas de Goodwin que apenas recordaba y que son capitales para la historia de Iron Man, como los cambios en la armadura -convertir el casco en algo más parecido a una máscara de material maleable, cambiar los “transistores” por circuitos- pero especialmente, librar a Stark de la carga de sus problemas de corazón al instalarle uno sintético. Y qué decir de los #22-23 en los que Stark se plantea dejar de ser Iron Man y le cede el manto a… un hombre negro (no Jim Rhodes, claro). Una historia adelantada a su tiempo, sin duda. Pero, sin duda, la mejor historia del volumen es, además de inteligente, un punto loca. Estoy hablando de los #9-10 y #17-18 en los que, tras adivinar el Mandarín que Tony Stark es Iron Man, el héroe utiliza un Simulacro Dotado de Vida para engañar al villano y preservar su identidad secreta. La gracia es que el SDV se creerá tanto que es el Stark de verdad que el verdadero Stark dudará de ser el original, dando lugar a una trama de espionaje tan sólida como creativa.
En cuanto al dibujo, tenemos a veteranos de otras editoriales como EC Comics, Jonhny Craig y, sobre todo, George Tuska. Lo estilos de ambos no son demasiado diferentes; con Tuska se siente que los acabados están mejor, sobre todo en las caras de los personajes. El debut de Tuska, que estará en el título más o menos una década, tiene lugar en el #5, claramente un número de prueba para el dibujante pero que consigue, gracias a Goodwin, no ser un fill-in desechable sino una buena historia de ciencia-ficción en la que Iron Man viaja al futuro. Aunque se hace agradable de ver, el dibujo de Tuska no es el de Gene Colan (anterior dibujante titular de Iron Man), le falta expresividad y energía. Por momentos, parece estar leyendo un cómic de la Edad de Plata pre-Marvel.
El volumen 2 de esta recopilación de las aventuras originales de Iron Man se publicó en 2020. Esta tercera entrega lo hizo en 2023. El futuro de los Marvel Gold está asegurado según Panini pero la periodicidad, desgraciadamente, no parece que vaya a ser de uno por año. Al fin y al cabo, podemos pensar, son demasiadas colecciones para ir sacando un tomo al año. El mercado español no es el norteamericano. Eso sí, los próximos tomos de Iron Man, para mi gusto, presentan historias bastante inferiores a las que podemos leer en este volumen. La dura vida del coleccionista
Lo mejor
• Las subtramas y su desarrollo
Lo peor
• Los villanos
