INTRODUCCIÓN
¿Nos vamos de vacaciones? No, el Magazine no descansa y un mes más regresa con la firme intención de amenizar el que para muchos es el mes por excelencia para las vacaciones.
Agosto ha llegado y las novedades de DC en España no descansan. Os traemos la selección de lo más granado del mes, que viene con tres lanzamientos muy interesantes capitaneados por el nuevo trabajo de Tom King, Blanco Humano, seguido de la miniserie escrita por Mariko Tamaki, Crush y Lobo y terminar con un enfrentamiento de los más atípico entre la Legión y la Liga de la Justicia, en el que puede ser considerado como el primer paso de lo que nos llevará a Dark Crisis. Tres obras de potente factura, que llegan acompañadas de otras de muy distinto calado.
Una de ellas es la recopilación de la serie de 52 en un solo tomo. Aquella colección que llegó al mercado tras los acontecimientos narrados en Crisis de Identidad y que supuso todo un éxito de ventas, regresa en tomo y de forma integral. Además, agosto es el mes de las recopilaciones con Lucifer, Injustice y Batman Blanco y Negro.
Y al final os dejamos una encuesta para dejar vuestra opinión sobre el Universo Sandman, ahora que ya llevamos un largo tiempo de rodaje. Y es que Sandman está más en el candelero que nunca con la llegada de la serie de TV que adapta la obra de Gaiman y que a buen seguro va a generar una muy dispar cantidad de opiniones.
Y sin más preámbulos, disfrutar de las vacaciones aquellos que ya estáis inmersos en ellas, a todos los que tal vez estén a punto de empezarlas y a los que ya las han dejado atrás, consolaros con el Magazine de agosto.
Una última cosa… estamos trabajando en algo nuevo y distinto para la sección de cara a finales de año, así que permanecer atentos.
TITULARES
• Juicio a…
• Novedades destacadas
• Curiosidad del mes
• Lanzamiento del mes
• No te puedes perder
• Hablamos de Clásicos
• Es la hora de la encuesta…
JUICIO A… UNIVERSO SANDMAN
En contra…Iris West
Hay iniciativas que sobre el papel tienen buena pinta. De primeras, devolver el Universo Sandman al centro de publicaciones de DC Comics, con el beneplácito de Neil Gaiman además, parecía ser una de ellas. A la ecuación se le añadía una para John Constantine, con lo cual todo hacía resonar a Vertigo.
El peso y poder de la nostalgia parecía regalarnos nuevos tebeos que, como mínimo, nos hicieran disfrutar de una vuelta dorada para un conjunto de personajes que cambiaron la historia del medio. Nada más lejos de la realidad.
Pretender replicar una época sin ser consciente de los condicionantes de su tiempo es un error brutal. Pretender hacerlo con colecciones que el lector habitual considera poco menos que obras sagradas, aún lo es más.
Quitando nuevos acercamientos como Obertura, guionizados por el maestro Gaiman, o los primeros spin-offs como fue Lucifer, toda obra de estas características parte con un problema de difícil resolución, como es captar el interés, sin que triunfe la percepción de que se está acabando, modificando o destrozando una obra maestra.
Este pensamiento, a pesar de que pueda ser calificado como infantil, no deja de ser cierto. Y a los resultados de este proyecto hemos de remitirnos. Años después de su comienzo, ninguna continúa con vida. Tampoco ha afectado ni lo más mínimo al resto de universos conocidos y por conocer de la editorial.
Un cómic puede medirse desde muchos parámetros. Independientemente de su calidad, la que como críticos podemos valorar, lo cierto es que revivir una historia para ocupar un hueco en el mercado, con otros autores distintos a los originales, guarda un objetivo económico principal.
Y en esto ha fracasado. No hay colección que se haya afianzado o haya convencido a una legión de seguidores. Lejos de esto, hemos podido comprobar cómo mes a mes estas iban desapareciendo del mercado americano.
Tampoco le ha sentado demasiado bien el tono escogido. De menor crudeza que lo que conocíamos y con planteamientos menos arriesgados. Teníamos un Hellblazer en un contexto inmejorable desde todos los puntos de vista. Por un lado, el político. El Brexit era la excusa para que el personaje regresara a uno de sus maestros, Delano. También parecía que Simon Spurrier era una buena elección.
Sin embargo, apenas ha conseguido llegar a las doce entregas. No ha sentado cátedra, no ha triunfado en un mercado ahora acostumbrado a tebeos de editoriales independientes que han ocupado con pulso y acierto el hueco de Vertigo. Y de esto DC tiene que aprender, el devenir de Black Label se encuentra en estas cuestiones.
Despedimos, por ello, una iniciativa que tenía buenas intenciones, pero se ha visto enterrada por sus nulos resultados.
A favor…Linda Park
Llevar todo a un factor económico o valorar el impacto de una iniciativa enteramente a los resultados propios de esta es un error notable, en el que suele caer el lector y crítico de cómic. En primer lugar, porque esta puede ser el anticipo o trampolín de otras que sí cuenten con el apoyo del público.
En ese sentido, por poner un ejemplo cercano, tenemos a Bilquis Evely. Entonces una dibujante en ascenso, con un estilo espectacular a la hora de reflejar las posibilidades de los mundos infinitos que solo caben en un tebeo. Si ahora la disfrutamos en la miniserie de Supergirl La mujer del Mañana, compartiendo cartel con Tom King, el guionista principal de la editorial, es porque en su día despuntó en el Universo Sandman.
Que una editorial vuelque sus esfuerzos en que autores con futuro puedan despuntar y mostrar su talento, para con posterioridad ver dónde pueden funcionar mejor, es algo que celebrar. Más en un sistema tradicionalmente tan férreo como el de las grandes editoriales de cómic.
Dejando de lado esta cuestión, que considero primordial, al servir de autentica cantera y espacio de desarrollo, hemos de centrarnos en la calidad de las colecciones. Simon Spurrier nos dejó un trabajo magnifico tanto en la colección principal como en la de John Constantine. Tramas políticas, bien hiladas, perfectamente en sintonía con el espíritu de las propias de Vertigo.
En muchos casos es el excesivo respeto por los nombres lo que hace que una colección nueva de estas condiciones fracase. En esta ocasión, no lo es en absoluto, sino que da cabida a nuevas aproximaciones e ideas que daban lugar a escenas e historias muy conseguidas.
A su vez, el dibujo, con artistas de la talla de la mencionada Bilquis Evely, pero también Abigail Larson, Fernando Blanco o Aaron Campbell se mantenía a un nivel altísimo. Independientemente de la colección que uno leyera, teníamos un aspecto gráfico a la altura. Ya fuera en Lucifer, Hellblazer o Los Libros de la Magia.
Propuestas como estas sirven para capitalizar talento, como hemos dicho, pero también para aprovechar argumentos y personajes. Si uno tiene esto a disposición, y sin existir controversia alguna con los implicados autores de origen, es normal darle uso y espacio para renovar conceptos y traer historias.
Si bien es innegable que el concepto no tuvo un final feliz, sí tuvimos arcos de mucho nivel, principalmente en el lado de Constantine. Tras más de una década de enfoques vacios y vueltas infames a su condición, por fin teníamos un tebeo de puro Hellblazer. Por fin se sentía en las tripas de la colección autentico sentir Vertigo. Y eso es algo que celebrar.
INJUSTICE AÑO ZERO
Injustice nace como videojuego en el año 2013. Un videojuego de peleas donde se enfrentan todo el elenco de personajes de la editorial, sean héroes o villanos. El game cuenta con una historia sugerente e impactante, desarrollada en los cómics como apoyo al gran negocio disponible para consolas. Contrariamente a lo que pudiera esperarse, el cómic resultó ser uno muy bien escrito y dibujado, con unos primerizos Taylor (uno de los más reputados de la actualidad)y patrios Redondo, Xermánico y Sampere colaborando a lo largo de sus muchas entregas divididas en 5 años, precuelas, miniseries o especiales. DC no se ha cansado de vender el cómic, obteniendo un amplio rédito de un universo que quizás ya sufre cierto agotamiento, pero que por el nivel de los autores implicados entrega multitud de buenos ratos.
ECC ha publicado Injustice en grapa, en tomo o incluso en formato coleccionable. El éxito de una de las distopías DC más famosas es evidente. En esta ocasión la serie limitada (y digital) Injustice: Año cero, con guion de Taylor y dibujo de Cian Tormey y Roge Antonio, es recopilada en un tomo, tras su publicación en grapa.
Un Year Zero que deja una mirada a Superman, Batman y el resto de los héroes antes del conflicto derivado del asesinato de Lois Lane a manos del Joker, pero que se centra especialmente en un importante grupo de la editorial que no hemos podido disfrutar en este particular universo, la JSA. El primer grupo superheroico de la historia se deja ver en la Segunda Guerra Mundial. Taylor es fiel a lo que entendemos de la Sociedad de la Justicia entregando una buena caracterización de sus personajes y embarcándolos en una aventura adherida a sus cómics clásicos.
LUCIFER
Cuando DC recuperó el nombre de Neil Gaiman para ponerlo en el título de una colección y revitalizar el universo de Sandman, no podía dejar pasar la ocasión de contar con uno de los personajes más carismáticos tratados por el guionista de Sussex.
Lucifer apenas fue protagonista en Sandman. Pero menos es más, y el par de detalles que dejó del personaje le dieron el carisma y el magnetismo que merece el mayor villano de la mitología.
Al estilo de lo que hizo su mentor, Alan Moore, Gaiman prendió la chispa de un personaje encantador y terrorífico a la vez, irónico, sonriente y venenoso. Sale en muy poco números, pero cuando lo hace ilumina toda la página como buen Lucero del Alba.
Fue inevitable el Spin Off de Mike Carey. Barroca y excesiva, la colección protagonizada por Lucifer nos explicó qué pasó con el Ángel Caído después de renunciar al inframundo. Se trató de una de las colecciones más destacadas de su época y la demostración de que estos malditos guionistas ingleses eran capaces de crear conceptos los suficientemente adultos y maduros como para sobrevivir en la competencia salvaje del mercado americano.
Lo dicho, con Universo Sandman se recupera una colección protagonizada por el rey de los demonios esta vez con guion de Dan Watters y dibujo de Max y Sebastian Fiumara.
Watters es un experto en terror, destaca su trabajo con la ilustradora griega Danny en Coffin Bound y Arkham City, está además, muy influenciado por Neil Gaiman, lo que le da una cierta continuidad al personaje y a la atmosfera de lo que surgió a partir de Sandman. Los Fiumara firman un trabajo en la línea de la legendaria colección de Morfeo. No será del gusto de todos.
Lo que veremos en la colección es un Lucifer viejo y tullido. Vagabundea por el mundo añorando la gloria perdida y que intentará hacer lo que sea para volver a ocupar su lugar, importante y necesario, en el cosmos.
¿Un Born Again demoniaco?
BATMAN BLACK AND WHITE VOL. 5
Los primeros comics que se publicaron en España de esta serie fueron editados por Zinco y llegaron al mercado en 1996. Fueron los últimos que esta editorial publicó de DC en nuestro país y significó el adiós de la editorial del mercado español.
La serie no era sino una recopilación de relatos cortos, en glorioso blanco y negro, dedicados a la figura de Batman, realizados por diferentes autores en solitario o distintos equipos creativos, aportando su visión particular del Caballero Oscuro.
Fue, a partir de 2015 cuando ECC rescató esas dos primeras entregas y comenzó la publicación de forma aperiódica de esta serie de historias que este mes llega ya a su quinto volumen. La serie ha gozado de suficientes ventas como para tener ya varios de sus volúmenes editados como segunda edición, ambos de 2018, siendo el quinto el que nos llega este mismo mes.
En este tomo se recopilan los cómics publicados en USA, del uno al seis, editado en 2021, en el que se dan cita un enorme listado de artistas de la talla de: David Aja, John Arcudi, Jen Bartel, Corinna Bechko, Bengal, Nick Bradshaw, Jamal Campbell, Sophie Campbell, Elsa Charretier, Becky Cloonan, Olivier Coipel, Pierrick Colinet, Nick Derington, Simone di Meo, Paul Dini, Rachel Dodson, Terry Dodson, Nick Dragotta, Bilquis Evely, Max Fiumara, Mitch Gerads, Kieron Gillen, Gabriel Hardman, James Harren, Klaus Janson, Jorge Jiménez, Daniel Warren Johnson, Kelley Jones, Karl Kerschl, Tom King, Ariela Kristantina, Andy Kubert, Emanuela Lupacchino, Jamie McKelvie, Jesús Merino, Tradd Moore, Khary Randolph, Amy Reeder, John Ridley, Emma Ríos, John Romita Jr., Riley Rossmo, Tim Seeley, Stjepan Šejić, Greg Smallwood, Scott Snyder, Dexter Soy, James Stokoe, Mariko Tamaki, Babs Tarr, Brandon Thomas, Andie Tong, James Tynion IV, Ramón Villalobos, Wade von Grawbadger, Dustin Weaver, Lee Weeks, J.H. Williams III, Joshua Williamson, G. Willow Wilson y Chip Zdarsky.
Disponer de semejante elenco de estrellas, con estilos tan dispares y tan atractivos, trabajando con Batman, uno de los personajes más plásticos a la hora de poder adaptarse a infinidad de propuestas y enfoques, da como resultado un tomo con el que poder ver las múltiples caras del Hombre Murciélago, interpretado por los talentos anteriormente listados. Una nueva entrega que pone de manifiesto que la fórmula no muestra síntomas de agotamiento y mientras eso siga así, desde DC, seguirán lanzando al mercado nuevas miniseries para el lucimiento tanto del personaje como de los artistas que trabajan con él.
EL ARTE THE BATMAN
The Batman convenció en las salas de cine, con una atmosfera muy conseguida y una banda sonora en plena sintonía con las imágenes, ejerciendo de guía para una película en la que su director, Matt Reeves, supo utilizar de un modo notable las bondades de un buen lenguaje cinematográfico.
El Battinson, Enigma, Gata Negra, la propia ciudad de Gotham… todo guardaba trabajo detrás. Desde la dirección de arte y vestuario, hasta el propio trabajo de los actores y la dirección. Había personalidad en las escenas y fue una de las principales aportaciones que trajo consigo la película.
Los libros dedicados a una cinta pueden tener un resultado muy distinto. Desde aquellos que apenas sí reproducen una ínfima parte del trabajo real que guarda hasta aquellas que de modo pormenorizado pretenden adentrarse en esta para que el fan tenga una imagen más global y certera de lo que ha consumido en primer lugar.
Por sus propias características, a su vez, hay películas que se muestran mejores que otras para un trabajo como este. Al manejar presupuestos imposibles y gestionar una cadena de recursos arriesgada, las de superhéroes suelen ser interesantes para acabar con mitos y responder a inquietudes de los fanáticos. Al adentrarse por otros terrenos y exhibir una personalidad que apenas vemos en otras del género, esta de The Batman es indispensable para todo aquel al que le gustó la experiencia en el cine.
Sobre todo por los diseños conceptuales y la construcción de la ciudad, así como por las entrevistas a los implicados, que aportan mucho a la hora de conocer esos entresijos que quedan en la memoria y que deseas compartir.
LIGA DE LA JUSTICIA CONTRA LA LEGIÓN DE SUPERHÉROES
DC está viviendo un momento convulso. La etapa final de Bendis en la Liga está dejando la formación en un punto de irrelevancia y pasotismo por parte del fandom importante. Independientemente de las ventas, el impacto y la relevancia del grupo más importante del universo DC está quedando en nada.
DC tiene un cliché para este tipo de situaciones. Reventarlo todo con una crisis y vuelta a empezar ¿Será lo que tendremos con la futura Dark Crisis? Veremos.
Según la editorial lo que lleva a Dark Crisis se está cocinando desde hace décadas. El lector veterano levanta las cejas en señal de escepticismo.
Pero algo de eso hay. No son décadas pero sí que desde hace bastantes meses la editorial está moviendo a sus personajes y colecciones en una dirección. Esto afecta incluso a Bendis que parecía ir por libre en su etapa en la Liga y en la Legión.
Este cruce de sus dos grupos huele a despedida, a que el autor está poniendo el broche final a su etapa en DC y lo hace cruzando a los dos grupos más importantes. A Bendis no se le considera un gran autor de grupos. Pues aquí tenemos dos. Decenas de personajes y además la sombra de Dark Crisis con la que parece que esta mini serie está relacionada. No es la mejor de las posiciones para el guionista de Cleveland.
Los detractores afilarán los cuchillos de las críticas. Es cierto que se van a ver muchos de los tópicos de Bendis. Pero también muchas de las características que lo han convertido en un autor reconocible con sus aciertos.
Tendremos diálogos ágiles, tramas trepidantes, una lectura rápida y un estilo descomprimido que ha cambiado los cómics tal y como los leemos hoy en día.
Además es la última oportunidad de disfrutar de la Liga (más o menos) como la conocemos antes de la (presunta) masacre del grupo y de lo que vaya a suponer Dark Crisis.
Y que para bien o para mal, la Liga de la Justicia no vuelva a ser nunca más lo que fue.
CRUSH Y LOBO
Lobo, el salvaje cazarrecompensas, violento y mal hablado también tiene habitualmente aspiraciones de galán seductor, impulsadas por la lujuria inherente al mayor bastardo del mundo cómic. Crush no debe ser la única hija perdida de este, su descendencia, de frondoso pelo negro y pálida piel, debe caminar por toda la galaxia (a pesar de Lobo: Infanticidio). Ya pudimos leer otra versión adolescente de Lobo creada por Peter David y Todd Nauck en la serie Young Justice, nacida concretamente en el número treinta y ocho, se trataba de Slobo. No era un vástago como tal, sino un joven clon que tras una misión de Justicia Joven en Apokoplis se unía al grupo convirtiéndose en el mecánico del equipo. Su periplo editorial no fue especialmente largo, el guionista de Fallen Angel le tenía reservada una heroica muerte. Crush (tan badass como se espera, contrariamente al recordado Slobo) nace en el muy recomendable run de Adam Glass escribiendo Los nuevos Titanes. La hija de Lobo es criada por una pareja de hippies con mucho amor que dar a la pequeña, pero inmersos en negocios turbios que desencadenan en tragedia. Lobo no es el mejor padre, mucho menos para una adolescente conflictiva con grandes problemas de ira. En realidad son tal para cual. Ahora un Lobo encarcelado se acuerda de su hija, que accede a realizar un viaje espacial con la esperanza de unir lazos familiares.
El cómic deja ver la dinámica esperada entre ambos protagonistas, eso sí, bastante al final del mismo. Lobo está mucho menos presente de lo esperado, su descendencia es la dueña de un tebeo con grandes dosis de violencia. Mariko Tamaki ha demostrado ser muy eficiente cuando trata personajes femeninos adolescentes, como se pudo comprobar en la fantástica, Harley Quinn: Cristales Rotos, y ofrece un gran retrato de la joven czarniana, colocándola ante dilemas morales que derivan en su crecimiento como personaje. Es en el tono humorístico paródico donde la autora no encuentra la mejor voz, las bromas, presentes durante todo el libro, no son las mejores y la por momentos, constante sucesión de ellas, puede no convencer.
El dibujo de Amancay Nahuelpan es tan bueno como acostumbra, el artista chileno destaca en el diseño de personajes y en la hábil narrativa con la que dota las páginas. Un autor que esperamos DC sepa cuidar y entregue nuevos cómics donde poder brillar para disfrute de nosotros, los lectores.
BLANCO HUMANO
Tom King ha vuelto a instalar su producción artística en las miniseries de doce números. En esta ocasión, con un artista de un estilo espectacular, Greg Smallwood, y con una historia que rezuma cine negro y fatalidad absoluta. Un “¿Quién lo hizo?” de manual, con el aliciente de las características de los sospechosos.
Si bien el personaje ha contado con historias de mucho interés en el pasado, llevaba tiempo desaparecido de las colecciones habituales de DC Comics. Esto permite que sus autores retuerzan un poco sus condiciones sin mayor problema, adaptándolo a un enfoque más de James Bond y menos cercano a lo que habíamos visto últimamente.
Es un tebeo original, con una estructura de viñetas desconcertante, en sintonía con las ideas principales a tratar a lo largo de los próximos doce meses. El dibujo y color son soberbios, con un manejo de los géneros que asusta. Si bien el objetivo principal hace que por encima de todo el aroma vaya a ser de misterio, no se encasilla en lo habitual, sino que como va a poder comprobar el lector, ni siquiera la comedia está prohibida en este primer número.
Poco a poco iremos conociendo a los secundarios, entre los que destacan la amplia galería de personajes de La Liga de la Justicia Internacional. El modo en el que King ve a cada uno es la perfecta definición de su trayectoria reciente. No es un escritor que tenga miedo a la hora de cambiar la percepción habitual de un protagonista para amoldarlo a un parecer propio, siempre y cuando esto tenga sentido interno en la historia.
Y aquí está como nunca. El manejo del ritmo y los tiempos y su tendencia al melodrama, unido a, como hemos dicho, el dibujo, hacen que este número y colección sean imprescindibles.
52
Este mes ECC reedita una obra que, si bien es más reciente de lo que solemos reservar para esta sección, nadie duda que por calidad merece ser considerado un clásico. Y no lo tenía fácil en absoluto; subproducto/secuela de un reciente evento, cadencia semanal, hasta 4 guionistas diferentes y baile de dibujantes. Hablamos, obvio será para muchos, de 52.
Pero claro, esos cuatro escribas eran nada menos que (si me permitís el símil futbolístico) el genio estratosférico de Grant Morrison, la estrella local Geoff Johns, el maestro de la estrategia Greg Rucka, y el veterano capitán Mark Waid. Creo que pocas veces ha tenido DC un mejor equipo llevando las riendas de su universo editorial. Pero ¿cómo solucionar el esfuerzo de dibujar un número cada semana sin que se note demasiado la diferencia de estilos entre los artistas implicados? Pues con el antiguo campeón del equipo Keith Giffen aportando su talento narrativo por medio del abocetado (layouts) de cada episodio.
Tampoco es que los dibujantes fueran mancos, especialmente si contamos las portadacas que se marcó J.G. Jones durante toda la serie. También ayudaron los colores unificadores de David Baron y Alex Sinclair principalmente y un incansable ejército de entintadores que trabajaron in extremis la mayoría de las ocasiones (entre los más constantes Tom Nguyen, Andy Lanning o Rodney Ramos). Pero vamos, que ahí había artistas más que capaces como Eddy Barrows, Joe Bennet, Sale Eaglesham, Phil Jiménez, Patrick Oliffe o Dan Jurgens, entre muchos otros.
Todo este esfuerzo de coordinación (por cierto, que algo tendría que ver el otras veces vilipendiado Dan DiDio, editor de la serie) para contarnos que pasó en los 12 meses de tiempo que supuestamente transcurrieron entre Crisis Infinita (el evento que comentábamos) y el reinicio de la mayoría de las series del UDC tras ésta. Ante tal oportunidad, las cuatro espadas aprovechan para jugar con reordenar el maravilloso universo editorial trayendo a casi todos los personajes disponibles. Aún mejor, a todos los personajes excepto a la trinidad deceíta.
El punto más admirable del macro-relato es el juego de tramas que van surgiendo y entrelazándose a través de los 52 (clarostá) números y más de 1200 páginas finales. Entre ellas la angustiosa búsqueda de la paz en la memoria de Ralph Bibny (personalmente, mi favorita), el camino del héroe que debe atravesar René Montoya para merecer su futuro destino, el enfrentamiento entre Acero y su hija ante los enemigos que no descansan y cuyas maquinaciones superan la benevolencia de nuestros héroes, la caída y reconstrucción que ha de sufrir un falso Booster Gold, el juego geopolítico de un Black Adam que se atisba necesario antihéroe, la tan estrambótica como maravillosa isla de los científicos chiflados, el tronchante regreso de los héroes perdidos en el espacio, el nacimiento de la moderna Batwoman…
Por mucho que enumere me quedo corto, además de que me encantaría (pero os ahorraré) hacer un listado de las decenas (¿quizás centena?) de personajes antiguos, recientes, nuevos y olvidados que se dan cita en la aventura. Algo que cualquier admirador del UDC disfrutará a rabiar.
Y aún me queda comentaros lo mejor. Porque si es impresionante esa red de tramas, lo que engancha y define la obra son los alucinantes giros de guion que consiguen mantener el interés a través de la voluminosa obra. Algunos pueden ser más esperados, y aun así se reciben con subidón, pero es que hay otros momentos absolutamente ojipláticos que, aún en segunda o tercera lectura, me siguen poniendo el pelillo de punta.
La obra es un disfrute de principio a fin, efectivamente reestructuró muchos rincones del UDC para bien y, sobre todo, demostró lo rico de este universo sin necesidad de recurrir constantemente a bats u ocasionalmente a supes (ya quisiera wondy la sobreexplotación de estos). Introdujo personajes y argumentos que se desarrollarían en posteriores colecciones con bastante éxito, reafirmó el carácter heroico de un plantel necesitado de ello después de la forzada dureza de aquella crisis y, en resumen, demostró un interesante camino que, en opinión de este redactor, debería haber sido el de la editorial en lugar de algunos fallidos experimentos.
En definitiva, un clásico sin duda, que puede situarse sin complejos entre las obras más recordables o famosas de DC comics y hablarles de tú a tú. Precisamente por su carácter humano y, a la vez, puro superheroico.
ES LA HORA DE LA ENCUESTA…
Como en nuestro enfrentamiento hablamos del Universo Sandman, es el momento de dejar vuestra opinión en una nueva encuesta:
No pude leer 52 en su día y esperaba con muchas ganas su reedición por parte de ECC. Como les dio por sacarla en formato jíbaro me va a tocar seguir esperando…
Por cierto, Crisis Final es la de Morrison, posterior a 52 y no a la inversa 😉
Corregido, gracias!
Me pasa exactamente igual que a Raku, esperaba con ansia su reedición, pero al ser jibarizada se va a quedar en la tienda. Solo un matiz, 52 contaba el intervalo de 1 año, no de 10. Todas las series después de Crisis Infinita se relanzaron con la etiqueta de 1 año después, y 52 nos contaba ese hueco de 1 año.
Muchas gracias por la sección y por el trabajo.
Jolín, he estado fino. Gracias Jaime, corregido.