León el Terrible

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Edición original: Leon la terreur (Glenat, 2009).
Edición nacional/ España: León el Terrible (Glenat, 2009).
Guión: Wim T. Schippers.
Dibujo: Theo Van Den Boogard.
Color: Sin acreditar.
Formato: Tomo cartoné 240 págs.
Precio: 20€.

 

Voy a vulnerar una norma no escrita de mis intervenciones en esta página para reseñar una obra que, lejos de gustarme, me ha decepcionado mucho. Por lo común, digiero mis disgustos en privado. Prefiero pensar en positivo y destacar la brillantez, el hallazgo, asumiendo que el error eventual es parte del proceso de búsqueda. Esta vez, no obstante, creo que reflexionar en voz alta puede ayudarme a discernir las causas de mi malestar.

León el Terrible es la adaptación al cómic de una serie de tv holandesa. Según explicaba Sergio Morales aquí, su protagonista era “un personaje de televisión un tanto peculiar de nombre Sjef van Oekel, mitad cantante de ópera mitad vendedor a domicilio, todo un filósofo pseudoanarquista. El estrafalario personaje encarnado por el actor Dolf Brouwers llegó en 1976 a las páginas de la revista Nieuwe no sin provocar cierto revuelo. Con la adaptación al francés bajo el título de Léon la terreur su popularidad creció hasta alcanzar cotas de mito”. Los responsables fueron el escritor y humorista Wim T. Schippers (Holanda, 1942), también guionista del show televisivo, y Theo Van Den Boogard (Holanda, 1948), quien publicó su primer cómic a la temprana edad de 15 años y que en la actualidad prepara un álbum de Blake y Mortimer, creación del belga Edgar P. Jacobs, una de sus influencias más notables, junto a Hergé (Tintin) y Bob de Moor (Barelli, Las aventuras de Oscar y Julián).

El volumen recopila por completo las andanzas de este vitriólico personaje, dedicado por entero a ser estúpido a la menor oportunidad, bien por absurdo, bien por iconoclasta, impúdico, machista o rijoso. En sus páginas podemos encontrar desde chistes de una página a tiras de tres viñetas, breves historietas de pocas páginas y, en el 5º y último capítulo, ‘León el Terrible rompe con todo’, un relato de la extensión de un álbum (47 páginas). El protagonista es desagradable y mezquino, al uso de Mr. Bean, por ejemplo, la popular creación de Rowan Atkinson. La mecánica es sencilla. León, siempre enfadado, sin blanca, quejumbroso y faltón, ataca algún aspecto de la vida cotidiana, desde conducir un coche a comprar una lavadora o pedir en un restaurante. Los autores retuercen las situaciones para mostrar el ángulo más extravagante, normalmente como gag, a veces como retruécano de nuevas y estrafalarias aventuras.

Llama la atención la inclinación constante por la escatología y el sexo. Las veleidades transgresoras no dejan títere con cabeza: masturbación, pederastia, prostitución, acoso, etc. Por desgracia, la crítica subyacente es tan superficial como el propio León y, luego de unas pocas páginas, la lectura se vuelve repetitiva y previsible, con equívocos casi de un Rompetechos con mala uva. Ocasionalmente, una reflexión, un gesto, una viñeta, puede suponer un acierto limpio. Demasiado poco, demasiado tarde. León es hijo de una época y ahí han quedado varadas sus (supuestas) cargas de profundidad. Suele ocurrir con quienes basan exclusivamente su impacto en la transgresión. Las costumbres cambian y lo que antaño escandalizaba, hoy pasa desapercibido.


Creo que lo que en el fondo me desagrada es que este viejo misántropo vestido irrenunciablemente de negro debería haber dado más de sí. La burla descarnada de los principios burgueses, incluida la liberación sexual (¿o habría que decir, en este caso, la comercialización sexual?) es terreno abonado para historias poderosas, como demostrara -tal vez mejor que nadie- nuestro Luis Buñuel en el cine. En realidad, cualquier viñeta de Forges representa mejor el sinsentido de nuestro modelo de vida occidental que los vacuos esfuerzos de León. La (a priori) atractiva mezcla entre la acidez furibunda de los textos de Schippers y la pulcra y detallada línea de Boogard funciona a medio gas. Falta consistencia. Probablemente sea más culpable el guionista que el dibujante. Cada plancha de Boogard renueva la fe en la capacidad expresiva de la línea clara. Lástima que la edición de Glenat haya reducido el formato álbum al tamaño comic book, claramente insuficiente para el adecuado disfrute estético de la propuesta.

León el Terrible llegó a España gracias a la revista Cairo, pertinaz defensora de la línea clara en los ’80. En 2009 Glenat se encargó de recuperar en un tomo aquellas historietas. Con poca fortuna, sospecho, pues hoy día puede encontrarse saldado sin dificultad.

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Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
3 febrero, 2014 11:23

Pues vaya. Mira que lo he visto unas cuantas veces por ahí. Y en no pocas ocasiones he estado a punto de pillarlo porque, la verdad,me picaba la curiosidad. Pero si es como dices, pues ya paso definitivamente.

De la misma forma que he quedado más que satisfecho con aquellas lecturas a las que me he acercado gracias a tus recomendaciones, seguro que también acierto al seguir tu opinión en este caso.

Ocioso
Ocioso
Lector
3 febrero, 2014 12:44

Llevo años con unas ganas tremendas de pillarme esto, hasta que lo tengo en la mano, veo el tamaño ridículo de los dibujos, y se me pasan. Durante un tiempo, luego me vuelve a apetecer.
Pero a este tamaño ni de saldo, oigan.

marcus
marcus
Lector
3 febrero, 2014 14:13

!!No hombre, se agradece y mucho que también reseñes cosas que no te han gustado!! Como dice Retranqueiro las críticas para mal también nos han ayudado alguna vez a separar la morralla. Y, de todas formas, cuando es algo de lo que somos fanboys, supongo que tampoco os habremos hecho mucho caso. 🙂

batlander
batlander
Lector
3 febrero, 2014 16:55

Pues a mi me gusto mucho cuando lo lei. El dibujo es increiblemente bueno, sobre todo cuando hace grandes planos de la ciudad. Es cierto que pierde con el formato, pero por el precio al que esta en el pack merece mucho la pena.
Sobre las historias a mi me parecieron muy divertidas. Sobre todo las que son en plan tira comica. Yo me lo he tomado mas en plan humor que en el mensaje que traiga o no. Y siendo asi me parece magnifico.