Entrevista a Frank Quitely

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Frank Quitely, en Viñetas desde o Atlántico 2012.

De entre todos los invitados presentes en la XV edición de Viñetas desde o Atlántico -Festival Internacional de la Historieta de A Coruña- sin lugar a dudas el autor que suscitó mayor interés por parte de los aficionados fue Vincent Deighan, más conocido como Frank Quitely (Glasgow, Escocia; 1968). Durante su estancia en el festival herculino, el popular dibujante no solo participó en un encuentro entre profesionales, sino que además formó parte de las tradicionales sesiones de firmas y en una charla-coloquio que próximamente publicaremos en formato vídeo; pero es que además, su trayectoria profesional fue objeto de una revisión exhaustiva, a través de una impresionante exposición integrada por más de medio centenar de originales, que repasaremos en el correspondiente apartado de esta entrada.

Teniendo en cuenta que en mayo de 2011 publicamos una primera entrevista que trataba de abordar los puntos más significativos de su carrera, cuando se presentó la oportunidad de volver a departir con él -en esta ocasión largo y tendido-, opté por plantear una serie de preguntas entendidas como continuación directa de la conversación mantenida durante Expocómic 2011; muchas de ellas relativas a sus proyectos más inminentes: Pax Americana, one shot integrado dentro del evento Multiversity, que le reunirá de nuevo con Grant Morrison, o Jupiter’s Children, proyecto de creación propia realizado junto a Mark Millar. De forma adicional, seleccioné una serie de imágenes relacionadas con diferentes aspectos de su trabajo, como el diseño conceptual, la utilización del lenguaje corporal como elemento definitorio de la caracterización psicológica de sus personajes, el empleo de las onomatopeyas, la composición de página o la creación de historietas como autor completo; todo ello con la intención de que el propio autor nos comentara sus reflexiones, desvelando las interioridades de su proceso creativo. Ni que decir tiene que agradecemos a Quitely la amabilidad y paciencia apreciables en las líneas que siguen a continuación. [English version].

Entrevista a Frank Quitely

David Fernández (D.F.).- La última vez que tuvimos ocasión de hablar, estabas trabajando en DC Universe: Legacies, una historia que te permitió retomar el entintado, tras un largo periodo delegando dicha labor. ¿Cómo resultó la experiencia y qué sensaciones experimentaste, teniendo en cuenta el tiempo que había pasado desde la última vez que te habías encargado de las tintas?

Frank Quitely.- Estaba muy nervioso por entintar de nuevo tras tanto tiempo. Cuando terminé todas las páginas a lápiz y estaba todo dispuesto para entintar, me sentí inseguro acerca de cómo empezar, de si utilizar rotuladores técnicos, plumillas, o pinceles. Al final terminé utilizando todo y lo disfruté, fue una buena sensación. Pero mientras lo hacía sabía que algunas de las líneas eran demasiado nerviosas, demasiado autoconscientes; todavía puedo apreciarlo, cuando veo ese trabajo. Pero ya sabes… quería hacerlo de todos modos, fue divertido.

D.F.- En cuanto a Pax Americana, cuando acudiste como invitado al Salón Internacional del Cómic de Madrid apenas conocías detalles acerca de este proyecto que, integrado dentro del evento Multiversity, te ha reunido de nuevo con Grant Morrison. Pero en la exposición retrospectiva organizada con motivo de la celebración de Viñetas desde o Atlántico, hemos podido ver una página. ¿Ya has terminado de dibujar este encargo?

Frank Quitely.- No. Tuve problemas de espalda, ciática. Y pasé la mayor parte del tiempo haciendo portadas, con las que no tuve los problemas con las fechas de entrega que sí suelo tener cuando me encargo de las páginas interiores. Grant estuvo muy ocupado con numerosos proyectos tanto dentro como fuera del mundo del cómic; así que recibí las primeras páginas del guión de Pax Americana… unas cuatro páginas. Unas semanas más tarde, recibí otras cuatro páginas. Mucho tiempo después, me enviaron tres más. Así hasta tener la primera mitad, más o menos, de una historia que en total tiene treinta y ocho páginas, faltando pequeños flecos. La verdad es que me vino bien, porque de todos modos estaba haciendo algunas portadas. Incluso ahora, tan solo he dibujado unas veinte o veintiuna páginas de treinta y ocho. He rebasado la mitad, y la descripción del guión que tengo llega hasta la página treinta… pero todavía tienen que enviarme otras dos páginas pendientes ¡así que solo he podido leer veintiocho páginas de las treinta y ocho que integran la historia! (risas) Pero lo que he leído es muy bueno.

Pax Americana: propiciando el reencuentro de dos viejos conocidos. Foto: Bleeding Cool.

D.F.- ¿No te resulta complicado trabajar sin conocer el final la historia, recibiendo las páginas del guión de forma tan espaciada?

Frank Quitely.- Preferiría tener el guión completo, pero en realidad no me importa, está bien. Lo ideal es poder leer todo de golpe, pero estoy acostumbrado.

D.F.- Sabemos que normalmente no os permiten revelar demasiados detalles acerca de proyectos todavía inéditos, pero gracias a las declaraciones realizadas por Grant Morrison sabemos que este evento está de algún modo relacionado con viejos personajes de la Charlton. ¿Podrías comentarnos alguna pincelada acerca de la historia, o incluso del tipo de acercamiento narrativo que requerirá este trabajo?

Frank Quitely.- Hablando de forma muy genérica, las páginas se estructuran en ocho viñetas: cuatro en la parte superior y cuatro en la inferior… aunque en ocasiones las páginas cuentan con dieciséis viñetas. Normalmente, cuando trabajo con Grant el guión es muy sencillo. Incluso cuando la historia o las ideas de una página concreta son muy complejas, el guión y las descripciones son simples: así tengo espacio para interpretar a mi manera sus indicaciones. Si hay algo que Grant quiere que dibuje de forma muy específica, habla conmigo acerca de ello, en lugar de escribir muchas más especificaciones en el guión. Esa es la forma en la que solemos trabajar.

Pero en este caso concreto tengo un guión que es muy grueso (risas), incluso a pesar de que todavía no está terminado. Hay muchísimas descripciones, todas muy específicas. Para muchas de las páginas me ha proporcionado pequeños bocetos de la composición de página, indicándome cómo quiere que luzcan las viñetas. Describiéndolo de una forma sencilla, podríamos decir que con We3 intentamos crear más profundidad de página a través de la narrativa, mientras que en Pax Americana la complejidad de la narrativa es más bidimensional, y está más relacionada con el diseño: diseños planos, más que profundos. Si en We3 Grant pensaba que podíamos sugerir de algún modo la conciencia o los instintos animales a través de determinadas partes de la narración, Pax Americana tiene más que ver con la música y las vibraciones… vibraciones musicales, las octavas, el ocho como motivo repetido y la creación de diseños que guíen el ojo del lector a través de la página de un modo muy concreto. Así que en realidad es muy diferente a como solemos trabajar. Y aunque todavía no sé cómo va a terminar, lo que conozco hasta ahora de la historia, y concretamente el modo en que estamos intentando contarla visualmente, me parece muy interesante como artista. Espero que también sea interesante para el lector. Está realmente bien poder trabajar en ésto.

D.F.- No sé si conoces demasiados detalles al respecto, pero ¿Pax Americana está relacionada de forma muy directa con el resto de títulos que integrarán el evento Multiversity?

Frank Quitely.- Sí, sí, lo está. Hasta donde sé, Grant tiene un plan global para todos los títulos que forman parte de Multiversity. Y aunque el guión todavía no está terminado y pienso que éste es el primero que está escribiendo, todavía no sé cómo encajará con el resto, o qué lugar ocupará en la secuencia. En un momento concreto, uno de los personajes está sujetando un cómic, cuya portada será la de otro de los números de Multiversity. Sé que están interrelacionados, pero no de qué modo. Sé lo imprescindible para poder trabajar, tengo suficiente con mi historia (risas).

Portada de Jupiters Children y detalles de un par de páginas, vistas en Bleeding Cool (1, 2 y 3).
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D.F.- Durante los últimos meses, tu nombre también ha sonado con fuerza gracias a Jupiter’s Children, proyecto de creación propia realizado junto a Mark Millar para Image Comics. Por lo que ha comentado el guionista, sabemos que la acción arranca en 1920, año en el que se produce un hallazgo importante para el desarrollo de la historia; que su tono está fuertemente influenciado por el contexto socioeconómico actual y que –según el propio Millar– la escala de su planteamiento es enorme y épica, llegando a compararla con El señor de los anillos o Star Wars, con un toque shakespeareano. ¿Qué más nos puedes contar acerca de esta obra, además de que Millar es un gran publicista? (risas) ¿Cuál será su formato?

Frank Quitely.- (risas) ¡Sí, lo es! Será una serie limitada de cinco números, seguidos de un lapso de tiempo para embarcarme en algún otro proyecto, tras el cual probablemente haré cinco números más. He visto incluso menos páginas del guión de Jupiter’s Children que de Pax Americana (risas), pero hasta ahora he hecho las dos primeras portadas, ya que las necesitaban para las solicitations. Posteriormente, Mark me envió las primeras diez páginas del primer número para que pudiera dibujarlas pensando en la publicar una preview. Pude leer esas páginas, que forman parte de la introducción y la presentación de la situación; aboceté muy rápidamente cinco de ellas y elegí tres para dibujarlas para las solicitations. Desde un punto de vista estrictamente ceñido a cómo trabajo, se parece más al modo en el que suelo colaborar con Grant o con Mark –con quien ya había coincidido anteriormente en The Authority–; son guiones sencillos, con los que es sencillo trabajar. Y de alguna forma es lo opuesto a lo que estoy haciendo con Pax Americana.

Por lo que sé acerca de la historia, por lo que me ha contado Mark –y creo que probablemente también lo ha comentado on line, en entrevistas–, trata acerca de una vieja generación de superhéroes procedentes de los años 30, altruistas, como Superman, convencidos de poner sus poderes al servicio de un bien mayor. Sin embargo, sus hijos y nietos se comportan como hijos de celebridades: asisten a fiestas, anuncian productos por un interés puramente económico, tienen poco interés en cambiar el mundo o ayudar en modo alguno. Pero no sé exactamente cómo enlaza ésto con la trama…

D.F.- Cuando hace un par de años te preguntamos acerca de aspectos a mejorar de tu estilo, aludías a la voluntad de hacerte cargo del coloreado. Una faceta que, teniendo en cuenta su importancia a nivel narrativo, de definición de la ambientación física e incluso emocional de los personajes, tal vez no recibe la atención que merece. ¿Qué matices cromáticos diferenciadores te gustaría añadir a tus propios lápices, puesto en comparación con el trabajo que hacen los diferentes coloristas con los que has trabajado (Jamie Grant, Peter Doherty, etc.)?

Frank Quitely.- Con Jamie Grant y Peter Doherty, parte del atractivo de trabajar con ellos es que los conozco personalmente, son amigos míos.

D.F.- ¿Son algunos de los profesionales con los que compartes estudio en Glasgow?

Solía compartir estudio con Jamie, pero recientemente se ha trasladado a Amsterdam, quién sabe por qué (risas). Y Peter es del Norte de Inglaterra. Pero hablamos muy a menudo por teléfono, así que es fácil determinar los elementos narrativos del coloreado. Naturalmente, ambos entienden la importancia narrativa del color, su papel en la definición de la ambientación, y la necesidad de emplear diferentes paletas de colores. No necesito comentar estos temas con ellos, porque ya los conozco. Hay casos en los que trabajo con un colorista y no llego a establecer contacto con él… E incluso cuando cualquiera de ellos hace un buen trabajo, muy a menudo yo habría lo habría hecho de otra forma. La razón principal por la que me gustaría colorear mi propio trabajo es simplemente por mis gustos personales: el coloreado es algo realmente sutil… Si le diera la misma página a diez coloristas diferentes, acompañada de una descripción muy detallada de lo que quiero, incluso aunque desde la distancia parecieran similares, al acercarme esas diferencias tan sutiles serían importantes para mi. Si pudiera colorearla yo mismo, me encajaría mejor…

D.F.- Se acercaría más a la imagen precisa que tienes en mente…

Frank Quitely.- Sí, es exactamente eso. Exactamente eso. Muy a menudo es un sentimiento, una sensación muy personal.

Comparativa entre el coloreado de McGrow y el de Doherty. Vía: Mindless Ones.
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D.F.- También en relación al coloreado, nos gustaría que nos aclararas una duda, surgida con motivo de la reciente publicación de Flex Mentallo en España: ¿la decisión de recolorear la obra fue vuestra o de la editorial? Aunque personalmente creo que el cambio le ha sentado bien, ¿no piensas que el implica la pérdida de determinados matices respecto al tono de la historia original?

Frank Quitely.- Fue una decisión exclusivamente tomada por Grant y por mí.

D.F.- ¿Tuvo que ver con que en 1996 (año en el que se publicó originalmente) técnicamente no podíais aplicar los matices que os habría gustado o a otro tipo de razones?

Frank Quitely.- No se trataba tanto de una cuestión técnica. Ni Grant ni yo fuimos consultados acerca del colorista con el que queríamos trabajar, o el coloreado que teníamos en mente. El primer número ya estaba terminado antes de que supiéramos siquiera el nombre del colorista. Por supuesto, nunca tuvimos ocasión de hablar con el colorista, con Tom McGraw; así que coloreó el libro sin nuestra aprobación, sin preguntarnos…

D.F.- ¿Sin ningún tipo de comunicación durante el proceso?

Frank Quitely.- Ningún tipo de comunicación, no. Hay muchas partes del coloreado original que creo que funcionaban realmente bien, pero hay muchas, muchísimas cosas que eran muy diferentes a lo que Grant y yo teníamos en mente. Pero también había muchos elementos del coloreado que habríamos querido específicamente que se hicieran de un modo concreto, relacionado con la historia propiamente dicha. Por supuesto, Tom nunca supo nada de eso, así que cuando por fin oímos las noticias de que DC Comics iba a reimprimir la obra, y que se habían perdido buena parte de las planchas originales, y yo tan solo conservaba tal vez la mitad de las páginas originales. Enviaron las planchas que conservaban a Peter Doherty para que eliminara el color y conservara tan solo la línea de trabajo en negro; pero es muy difícil preservar de forma precisa únicamente esas líneas negras, así que envié a Peter las páginas originales que conservaba para que las escaneara. De hecho, si prestas mucha atención te darás cuenta de que en ocasiones la línea es más fina en algunas páginas que en otras. Pero llegado el momento, aprovechamos para preguntarle a DC Comics si podríamos recolorear la obra, y dijeron que no había problema. Ambos estuvimos muy agradecidos, porque en ocasiones desestiman este tipo de peticiones debido a cuestiones presupuestarias, o por considerar que no es necesario.

Quitely, firmando ejemplares de su obra en Viñetas desde o Atlántico. Foto: Sabrina Rodríguez.
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D.F.- ¿Pudisteis elegir libremente al colorista?

Frank Quitely.- Sí, y además esta vez ambos, tanto Grant como yo, tuvimos ocasión de hablar con Peter Doherty acerca de cómo habíamos visualizado el coloreado originalmente, muy específicamente ciertas partes de la historias, ciertos objetos, ciertos… ya sabes, si estaba relacionado con una parodia de algún cómic, algún tipo de homenaje a algún cómic. Simplemente cosas específicas a las que, por la historia, se les debía aplicar un color concreto. Todo ésto fue un completo desastre en la primera edición, y por supuesto tanto Grant como yo quedamos encantados con el modo en que Peter lo recoloreó… Pero desde luego no nos sorprendió que mucha gente dijera “no deberíais volver sobre vuestros pasos y cambiar cosas”. Yo lo prefiero así, pero en ocasiones… no solo los fans de los cómics, sino también de las películas, cuando adoran algo durante años y llegado un momento se estrena o publica de nuevo, quieren que permanezca totalmente intacto. Y lo entiendo.

D.F.- Se desarrolla cierto “sentido de la propiedad” acerca de aquello sobre lo que guardamos buenos recuerdos, aquello que más nos gusta…

Frank Quitely.- Exacto, es exactamente eso.

D.F.- A continuación vamos a mostrarte una serie de imágenes relacionadas con tu trabajo, para que nos comentes tus impresiones acerca de las mismas. Comenzaremos con la nueva portada, realizada con motivo de la reedición de Flex Mentallo. ¿Qué sentiste al dibujar de nuevo a este personaje, tan importante en tu carrera profesional, tras tantos años?

Portada del tomo recopilatorio de Flex Mentallo.
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Frank Quitely.- Sí, fue mi primer gran proyecto. Había hecho una serie de historias cortas previamente para la antología The Big Books Of de Paradox Press, que pertenecía a DC Comics. Hay algunos originales en la exposición.

D.F.- También trabajaste para Dark Horse antes de que se publicara Flex Mentallo, ¿no?

Frank Quitely.- Sí, también asumí pequeños encargos para Dark Horse. Pero realmente mi primer trabajo importante para el mainstream americano, y mi primera colaboración con Grant Morrison, fue Flex Mentallo. Y en cuanto comenzamos, enseguida supe que quería volver a trabajar con él tan a menudo como fuera posible. Aunque a los ojos de todo el mundo ésta es una nueva portada, el dibujo fue hecho durante aquella época.

D.F.- ¿Sí? Vaya, no tenía ni idea, se promocionó como si fuera totalmente nueva.

Frank Quitely.- Sí, creo que la hice poco después… quizás unos cuatro meses después de haber terminado el número cuatro. Los cuatro números se publicaron individualmente ¿en el 96, en el 97? ¿Tienes idea? No puedo recordarlo…

D.F.- Creo que se publicó entre junio y septiembre de 1996…

Frank Quitely.- En cuanto se publicó el cuarto número, nos dijeron que la serie se iba a recopilar en un trade paperback. Yo estaba realmente emocionado, ya que me pidieron hacer una nueva portada… Grant describió cómo le gustaría que fuera, preparé diferentes bocetos poco elaborados, escogió uno y dibujé la portada: lápices y tintas. Entonces fue cuando recibimos las noticias de que el caso había llegado a los tribunales, que nunca podría ser reeditado. Unos años más tarde, le regalé a Grant la portada como regalo de cumpleaños, y estaba colgada en su casa. Por supuesto, cuando nos comentaron las novedades acerca del caso, dije: “haré una nueva portada para el recopilatorio”. Pero Grant comentó: “¿Sabes? Creo que deberíamos utilizar la que está colgada en mi pared” (risas). Así que coloreé esa portada quince años más tarde de haberla dibujado.

D.F.- ¿No encontraste extraño tu propio trazo, al trabajar sobre él transcurridos tantos años?

Frank Quitely.- Sí, un poco. No demasiado con la imagen de Flex en el medio de la portada… pero está de pie sobre un cómic, rodeado de un montón de páginas de cómic flotando alrededor. Estaban todas dibujadas con un estilo ligeramente más sencillo del que suelo emplear, de forma que a mis ojos parecían más dibujos que interpretaciones realistas… aunque sea un dibujo de cómic, ya sabes lo que quiero decir… Cuando estaba coloreando el fondo, me olvidaba por completo de que lo había dibujado yo, precisamente porque deliberadamente lo había dibujado con un estilo ligeramente diferente. Fue una experiencia muy divertida.

D.F.- La siguiente imagen está formada por tres de las seis páginas que integran la sorprendente secuencia de las cámaras de seguridad de We3. En la reciente reedición de la obra pudimos conocer determinados detalles acerca del proceso creativo relativo a la composición y el diseño de estas páginas. Un proceso tan curioso como artesanal. Pero nos gustaría que nos comentaras más detalles al respecto.

La famosa secuencia de We3: todo un rompecabezas compositivo.
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Frank Quitely.- Sí, claro. Tenía que hacer esa secuencia de seis páginas, con dieciocho viñetas en cada una. Y cada viñeta tenía que representar un fotograma de un circuito cerrado de televisión, una cámara de seguridad. Ésta es una situación en la que el guión de Grant decía “tenemos seis páginas de imágenes de CCTV, seguidas de una doble splash page en la que alcanzan la libertada”. Y él describía de forma bastante sencilla lo que estaba sucediendo. Se suponía que el personaje que estaba cuidando a los animales tenía que mantener la compostura, guardar los códigos de seguridad de sus cerrojos en el ordenador y drogarlos, aplicándoles una inyección. Pero en su lugar simplemente optó por no hacerlo, abandonando el edificio con la intención de alcanzar a la puerta central antes de que el equipo de científicos llegaran a la habitación en la que estaban los animales. Hablamos acerca de la idea de los científicos yendo hacia esa habitación, de la mujer que abandonaba el edificio y por el camino se encontraba con otros científicos, y con los animales, que posteriormente seguirían el mismo camino que la mujer. Esa fue prácticamente toda la conversación que mantuve con Grant. Entonces pensé que sería un caso sencillo, propicio para hacer varios bocetos e intentar averiguar la secuencia correcta. Pero como había dieciocho viñetas en cada página, empezó a resultar realmente difícil averiguar cuál podría encajar mejor en cada lugar…

Se estaba volviendo más y más complicado, y no paraba de usar más folios para los bocetos. Así que a la conclusión de que sería más sencillo recortar esos bocetos para cambiarlos de posición. Llegué a diseñar una secuencia con la que Grant se puso realmente contento, pero la próxima vez que vino a mi casa, había una pequeña caja de cartón, aproximadamente de un tercio del tamaño de tu iPod [N. del T: un iPod Touch con el que le estaba mostrando las imágenes de referencia], en la que guardaba todos esos bocetos de viñetas recortados. Le pasé la caja y lo que hicimos fue ordenar cada secuencia en función de la cámara que la había grabado, ubicada en un lugar diferente del edificio: “ésto es lo que grabó la cámara 1, esto es lo que grabó la cámara 2”, etc. Establecimos líneas individuales, como si fueran listas musicales, y posteriormente seguimos sólo al personaje femenino, después a las limpiadoras, a los soldados… y luego nos pusimos a ordenarlo como si fuera una especie de sopa de letras o Scrabble (risas). Jugamos con eso durante horas (risas), para ver de cuántas formas podíamos hacer funcionar esa secuencia. Me llevó semanas y semanas hacer estas páginas (risas), ¡semanas y semanas! (risas). Por otra parte, como guardaba todo eso en la pequeña caja de cartón que comenté antes, ésta pronto se deterioró, además pesaba realmente poco, ya que tan solo contenía pequeñas hojas de papel muy ligero… Mi mujer la tiró a la papelera, pensando que simplemente era más basura. Pero algo hizo que se diera media vuelta y abriera la caja para ver qué contenía. En lugar de disculparse en plan “lo siento, he estado a punto de tirar a la basura tres semanas de trabajo duro”, en realidad dijo: “¿¡Por qué tienes que trabajar así!? ¡¿A quién más se le ocurriría ésto, trabajar durante tres semanas con una cajita llenas de papeles?!” (risas)

D.F.- ¿En alguna otra ocasión has tenido que recurrir a éste u otros métodos similares para dar con la composición de página adecuada?

Frank Quitely.- No, ésta ha sido la única vez. Normalmente, aunque esté haciendo algo muy complicado, me las arreglo practicando en hojas de papel, probando una y otra vez hasta dar con la solución. Pero en esta ocasión había demasiada información en mi cabeza como para mantenerla constantemente, así que recurrí a la solución de recortar las pequeñas viñetas. Pero tan solo en esta ocasión.

D.F.- Las dos siguientes imágenes están muy relacionadas entre sí: la primera se refiere al diseño de personajes y objetos, con ejemplos de Batman y Robin o We3; casos en los que siempre pones un especial empeño en encontrar la lógica interna, la verosimilitud del movimiento y el funcionamiento, etc. La segunda recoge ejemplos de tu trabajo con el lenguaje corporal de los personajes, un rasgo muy característico de tu estilo: en All Star Superman por primera vez resulta plausible que Clark Kent y el Hombre de Acero puedan ser personas diferentes, y en Batman y Robin basta una página para trasmitir al lector una impresión muy clara acerca de la caracterización psicológica de cada personaje: uno, tranquilo, pausado, disfrutando del “espectáculo”, tal vez como un vestigio de su pasado circense; el otro, rabioso, temerario, osado e impaciente por llegar a su destino… y por fin Robin parece el niño de diez años que es… ¿Disfrutas especialmente de esta parte del proceso creativo?

Diseño conceptual: la prevalencia de la lógica.
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Frank Quitely.- Sí, desde luego, es uno de los aspectos más emocionantes de cada proyecto. Si se trata de un personaje como Superman o Clark Kent, que ha sido dibujado en tantísimas ocasiones por tantos autores diferentes, disfruto cogiendo al personaje y estudiando la forma en que ha sido dibujado previamente. Posteriormente empiezo a dibujarlo… dibujarlo una y otra vez, hasta que siento que se va convirtiendo más y más en mi propio personaje. Por supuesto, en el caso de Superman y Clark Kent, Grant hablaba mucho en plan “Sabes esa forma en que te pones delante del espejo, irguiéndote, sacando pecho: puedes aparentar ser un tipo fuerte, en forma. Pero si encoges tus hombros y sacas barriga, pareces un tipo totalmente diferente”. Los dos nos pusimos a hacerlo, diciéndonos el uno al otro: “puedo hacerlo bastante mejor que eso” (risas). En el caso de Batman y Robin, lo que teníamos era al tipo que anteriormente utilizaba el traje de Robin, ahora vistiendo el de Batman. Y al hijo de Batman, que es como un Batman en miniatura, pero mucho más enfadado, como nuevo Robin. Grant me explicaba la idea de que cuando Dick Grayson era Robin, el hombre que vestía el traje de Batman era como una figura paterna: lo respetaba, lo quería, buscaba impresionarle. Y ahora se encuentra utilizando ese traje, pero el niño que viste el traje de Robin es simplemente incontrolable, no acepta ningún tipo de ayuda… en cierto modo, van desarrollando una relación, pero también actúan como dos hijos compitiendo por su padre. Simplificando un poco, la dinámica ha cambiado: Batman es más alegre, y Robin es más…

El lenguaje corporal, puesto al servicio de la caracterización dramática.
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D.F.- Inicialmente, la idea que siempre traslada Damian es que Dick no se merece vestir el manto de Batman….

Frank Quitely.- Rotundamente, sí. Rotundamente. Y estoy seguro de que tampoco quiere vestir el disfraz de Robin, ya sabes… ¡debería estar utilizando el de Batman! (risas). Pero Grant llegó con esta idea y pensé que era una aproximación muy interesante y dinámica para esta fase concreta de una historia mucho mayor: Bruce Wayne ya no aparece en la imagen, pero Batman y Robin todavía son un equipo. Como parte de una historia más grande, creo que es una forma realmente buena de hacer algo diferente con estos personajes. Las ideas básicas subyacentes eran de Grant, pero era mi responsabilidad añadir algo a eso, ayudar a vender la idea, hacerla creíble para los lectores. Así que más que en el caso de Superman y Clark Kent, con los que buscaba hacer míos a los personajes y retratar las transiciones de uno a otro a través del lenguaje corporal y las expresiones faciales… Con Batman y Robin en realidad pretendía vender una idea que era completamente diferente de la normal, la establecida y comúnmente aceptada respecto a ambos personajes. Y una vez más a través del lenguaje corporal, las expresiones faciales y la narrativa. Era mi responsabilidad… En cierto modo siempre es igual: el guionista te da un guión, te dice: “ésta es la historia que quiero contar, ayúdame a hacerlo”. Y mi responsabilidad como dibujante no es hacer lo que me dé la gana, o experimentar con alguna nueva idea que se me haya ocurrido, sino que mi trabajo es escuchar con atención lo que el guionista quiere que haga, leer el guión hasta que sepa exactamente lo que tengo que hacer, y entonces trabajar todo el tiempo que sea necesario hasta conseguirlo.

D.F.- Volviendo al caso de Batman y Robin, se trata de un trabajo en el que has utilizado numerosas onomatopeyas, siempre desde una aproximación bastante creativa, jugando con su grafismo hasta integrarlas directamente en la acción o en el escenario en el que ésta se desarrolla. ¿Hay cierto ánimo de vincular este recurso con la sensibilidad de la tradición más pop del personaje, o parte únicamente de la voluntad consciente de explorar el potencial normalmente desaprovechado de esta herramienta?

Onomatopeyas: experimentando con un recurso desaprovechado.
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Frank Quitely.- Ésta fue una petición de Grant, quien quería reintroducir los efectos de sonido exactamente por la razón que has apuntado: creía que en este cómic en particular podría funcionar realmente bien, ya sabes, porque en algunos aspectos es muy pop. Me dijo: “¿Recuerdas cuando empezaste en Electric Soup?”, que era aquel trabajo autoeditado que hacía en mis comienzos… También en Judge Dredd Magazine, donde publiqué diferentes tiras… Solía experimentar con efectos de sonido.

D.F.- En Shimura también, ¿verdad?

Frank Quitely.- Sí, Shimura es otro ejemplo. Y él me decía que quería que hiciera algo similar. No es algo de lo que me quiera atribuir la autoría, porque en condiciones normales, lo normal no sería que recurriera a estos efectos de sonido. Pero me encantó experimentar con ello, fue realmente divertido.

D.F.- Las siguientes imágenes aluden al componente grotesco presente en algunos de tus trabajos, como New X-Men o Batman y Robin. Secuencias que se incrustan en la retina del lector, y que además de intuirse realmente meditadas, son tremendamente efectivas a la hora de trasladar un sentimiento a medio camino entre la perturbación y la curiosidad por conocer su desenlace. ¿Cómo abordas este tipo de secuencias, tan atípicas? Dos fetos peleándose en el útero materno, un psicópata haciendo una lap dance a un pequeño bastardo de diez años… (risas)

Pelea de fetos en el útero materno y una perturbadora lap dance: Morrison & Quitely en estado puro.
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Frank Quitely.- (risas) Sí, no deja de ser un hombre adulto con una máscara de cerdo, haciendo lo que bien podríamos considerar una lap dance (risas) a un niño, mientras sostiene herramientas amenazadoras (risas). Sí, es realmente grotesco (risas). Pero siempre es divertido cuando tienes una secuencia tan desafiante. Para la escena del Profesor Pyg intentaba imaginarme cómo… la cuestión es que si eres un niño, atado por un hombre que sostiene herramientas eléctricas, ya sabes… es realmente aterrador. Pero si el hombre empieza a hacer una danza provocativa, como una lap dance, o una pool dance, añade una nueva capa de terror. Así que en una de las poses [N. del T: Quitely gesticula, imitando al personaje mientras se explica] el Profesor Pyg sostiene dos herramientas eléctricas: una sierra circular y un taladro, y llegado a un punto, sujeta la sierra circular del mismo modo en que Audrey Hepburn sostendría una sombrilla (risas), y por otra parte, sujeta el taladro de forma que casi parece la cola de un cerdo. Aunque es absurdo y sabes que nunca sucedería algo así, mi responsabilidad es intentar hacer que la secuencia funcione de un modo interesante. Obviamente hay elementos de terror y otros de humor… tan solo intento encontrar el equilibrio adecuado. Y por supuesto hay otros elementos más normales y cotidianos de la narrativa, relacionados con cómo hacer que funcionen las secuencias de una forma interesante. Secuencias de acción… Particularmente, he de admitir que disfruté mucho dibujando ambas escenas (risas), porque, no sé… es algo totalmente diferente.

D.F.- Ocasionalmente, en los foros de Internet se sobreanalizan determinados detalles relacionados con los cómics… Pero recientemente se ha producido un caso realmente curioso: nos gustaría que nos confirmaras si se trata tan solo de una mera casualidad que la portada invertida del Batman & Robin #3 haya evocado en algunos lectores la sensación de que se trata de un guiño a esta famosa viñeta de La broma asesina, dibujada por Brian Bolland.

Batman y Robin vs La broma asesina: ¿teorías descabelladas?
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Frank Quitely.- Ah, sí, sí… No fue en absoluto intencional. Lo realmente interesante del asunto es que cuando vi ese hilo de comentarios en Internet, tengo una Cintiq… la Wacom Cintiq, que tiene una pantalla muy grande. Así que hice click sobre las imágenes, porque aunque ya estaba muy familiarizado con ellas, quería verlas a un tamaño decente: no fue hasta que las vi al mejor tamaño posible, con el logo, y cómo el logo parece una sonrisa en la boca… No había considerado esa “boca” como parte de la imagen. Fue algo completamente accidental, ya sabes… El hecho de que pueda ver esa conexión… es realmente raro. Si Grant me hubiera preguntado “¿Hay alguna forma de que puedas hacer que esta portada se parezca a la ilustración de Bolland si le das la vuelta?”, habría aceptado el desafío, le habría dicho: “Intentaré hacerlo lo mejor posible”, habría preparado algunos bocetos para enseñárselos y darle vueltas al tema, por si hubiera una forma de hacer que funcionara. Sería más que feliz de admitir que eso es lo que hicimos, pero ésto fue algo puramente accidental. Grant solía enviarme una descripción, y ocasionalmente pequeños bocetos, para cada una de las portadas de Batman y Robin. El mes concreto en el que ésto se publicó… ¿Sabes que en ocasiones DC Comics quiere que todas las portadas de los cómics que se publican durante un mes tengan algún tipo de relación?

D.F.- Sí, ese fue el mes de las portadas raras (weird cover month), o algo similar…

Frank Quitely.- Sí, ese mes la portada tenía que ser significativamente diferente respecto a las portadas normales. Lo que hasta entonces Grant buscaba era que fueran reminiscentes de determinadas portadas clásicas, buscando que conceptualmente se parecieran a aquellas portadas de los años 70, 80, o incluso antes, cuando veías una portada de un cómic y sabías que ésta estaba directamente relacionada con la historia que te ibas encontrar dentro. Ya había hecho el boceto de Batman y Robin luchando contra los Dollotrons cuando me pidieron que hiciera algo diferente. Pero Grant me dijo: “Si puedes hacerlo diferente utilizando ese dibujo de Batman y Robin peleando contra los Dollontrons, perfecto. Pero si no puedes, simplemente no seremos parte de las portadas raras del mes, no hay problema, prefiero la idea original”. Así que pensé que si alejaba la imagen, como si fuera desde la perspectiva de un Dollotron, añadiendo parte de sus manos… Ya sabes… En realidad fue algo completamente accidental (risas).

D.F.- La siguiente imagen es una viñeta de la historia corta que realizaste para el monumental The Madman 20th Anniversary Monster, formando parte del increíble elenco de autores reunidos por Mike Allred para celebrar el “cumpleaños” de su creación. Una ocasión señalada para la que –como guionista y dibujante– te decantaste por abordar una temática metaficcional, recurrente en tu bibliografía junto a Grant Morrison, te ha vuelto a permitir imprimir un punto experimental a tu dibujo: vemos la fase del abocetado, a punto de ser entintada, la sombra de la plumilla proyectada sobre ese plano de “realidad”, el personaje consciente de la presencia del autor…

Las tribulaciones metaficcionales de Frank Einstein.
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Frank Quitely.- Sí, en primer lugar una de las razones por las que desde los tiempos de Flex Mentallo siempre me ha gustado trabajar con Grant es porque cubre una gran variedad de temas en los que siempre estoy muy interesado. Y creo que una de las razones por las que él es tan popular es precisamente porque esos temas relacionados con la identidad personal, con nuestra relación con todo aquello que nos rodea y el lugar que ocupamos dentro de un gran esquema… Todo eso toca una cuerda emocional en mucha gente, y creo que también tiene que ver con la razón por la que algunos de los filósofos más conocidos sean tan populares: abordan temas que muchos de nosotros llevamos en nuestro interior. También, solo como un aparte, decir que recientemente vi la película de Spiderman junto a unos amigos en Polonia –estaba allí como invitado a una boda- pusieron los subtítulos en polaco, pero yo los ignoré claro… (risas). En un momento concreto Peter llega tarde a una clase en la que la profesora dice que cuando ella era estudiante, su profesora afirmaba que solo había diez clases de historias de ficción, pero ella disiente, diciendo que tan solo hay una: “¿Quién soy yo?”. Por supuesto, hice esa historia mucho antes de ver la película…

Mike Allred me preguntó si estaría interesado… Porque habíamos hablado en el pasado y sabía que yo solía escribir mis propios cómics, hace muchos años, cuando todavía me autoeditaba. Era mayoritariamente humor… sólo humor, de hecho… aunque debería haber dicho “ocasionalmente humor”, porque tampoco eran tan graciosos (risas). La cuestión es que nos comunicamos por e-mail… todavía no he conocido a Mike, lo haré pronto, en la Convención de Baltimore. Pero llevamos años hablando por e-mail y por teléfono. Sabía que quería volver a escribir mis propias historias, y él estaba preparando este libro enorme de Madman, preguntándole a diferentes artistas si les gustaría aportar una pequeña pieza. Así que me dijo: “¿Te gustaría hacer una página, encargándote tanto del guión como del dibujo?”. Y yo dije, “¡Por supuesto que sí, sería un honor!”. Después me senté y empecé a darle vueltas a las diferentes ideas que tenía… que estaban ligeramente relacionadas con lo que finalmente hice, pero no podía dejar de pensar en el hecho de que sentía que no debería estar escribiendo eso. Una cosa es dibujar Madman, pero escribir Madman es trabajo de Mike Allred, ya sabes… Así que me llevó a pensar en cómo Madman, cómo se sentiría Frank [N. del T: Frank Einstein, álter ego del personaje] acerca del hecho de ser escrito por un guionista diferente y dibujado por un dibujante al que no está acostumbrado… especialmente en este libro, en el que pasa por las manos de tantísimos autores (risas). Me preguntaba si él, como personaje, podría darse cuenta de esa circunstancia, así que necesitaba ponerlo en una situación en la que estuviera hablando del tema con alguien. Así que recurrí a ese otro loquero, que bien podría ser su psicólogo, psiquiatra o incluso consejero espiritual, ya sabes… su gurú. Ésto me permitió estructurar una conversación que podrías tener en una sesión de terapia, con alguien con el que estuvieras familiarizado. Al tratarse tan solo de una página, nos unimos a esa conversación una vez iniciada, haciéndose obvio que han estado hablando del tema durante mucho tiempo, tal vez recientemente. Esa idea de sentirse diferente…

Primera viñeta de dicha historia corta: Madman en el diván. Vía: Arkham Comics.
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Por supuesto, una vez que tuve eso me gustó la idea de hacer que la primera viñeta tuviera la apariencia de un dibujo con lápiz azul, para a continuación mostrar la proyección de las sombras que provocan una lámpara de una mesa de dibujo, e intuir que la página va a ser entintada. Como por ejemplo en la imagen que me has mostrado, donde se puede apreciar la sombra de la plumilla. En la tercera viñeta se aplican tan solo los colores planos, en la cuarta, el color final… y en la última ya se está yendo de la consulta… pero regresa, ¡sintiéndose abocetado de nuevo! (risas) Incompleto, hacia el final. Como otro pequeño aparte o apunte, diré que en la última viñeta, cuando está sentado pensando acerca de todo este tema, está sentado encima de un cubo: como sabes, mi mayor influencia es un artista escocés llamado Dudley D. Watkins. Él hacía dos tiras cómicas en los periódicos dominicales: uno era The Broons, protagonizado por una gran familia; de hecho, el primer cómic que hice fue The Greens, que estaba basado en ello… hay ejemplos en la exposición. La otra tira cómic de Watkins era Oor Wullie, que significa “Our Willy” [N. del T: «nuestro Willy”]. Cada tira terminaba con este personaje sentado encima de un cubo, pensando en lo que había sucedido durante la tira de esa semana. La mayoría de la gente no entenderá esa referencia. Mi historia comienza con los personajes hablando acerca de la idea de sentirse raro, diferente, y termina del mismo modo… En realidad fue muy disfrutable. Intimidatorio, al principio, porque una vez dije “sí”, no estaba muy seguro de que podría hacer con un personaje ajeno; entonces, tras sentarme a pensar acerca de cuáles eran mis preocupaciones, de por qué estaba preocupado por el hecho de usar un personaje creado por otro autor… en cuanto llegaron las ideas lo tuve claro, pensé: “Simplemente voy a seguir adelante explorando mis propias preocupaciones relacionadas con el hecho de encargarme de esta tira”. Traté de no olvidarme de esas sensaciones, cuando llegó el turno de abordar los sentimientos del personaje. Y entonces simplemente se trató de, como suelo hacer, intentar que la representación visual sea equilibrada, puesta en relación con la historia, con el guión. La verdad es que al final llegó todo de forma muy orgánica, fue todo muy divertido…

D.F.- Precisamente en relación a la experiencia de volver a escribir tus guiones, y al interés que has mostrado repetidamente en desarrollar historias cortas de creación propia, ¿has pensado alguna vez en la posibilidad de escribir guiones para otros dibujantes? ¿O tal vez el deseo de volver a ejercer como autor completo tiene más que ver con la voluntad de –en tus propias palabras– “sacar de tu sistema” esas imágenes que rondan por tu cabeza?

Frank Quitely.- No, no pienso en esa posibilidad. Si tuviera aspiraciones de convertirme en guionista, además de ser dibujante, sí que consideraría escribir historias para que fueran dibujadas por otras personas. Pero no me hago ilusiones de ser guionista a un nivel parecido al de otros guionistas de cómic que conozco: son escritores de un modo muy diferente al que lo soy yo. Realmente no tengo un deseo de escribir para otra gente… ni confío tanto en mis habilidades como guionista como para llegar con una trama y estructurarla de forma que pueda resultar satisfactoria o pueda llegar a funcionar, incluso aunque fuera dibujada de un modo diferente al que yo habría propuesto. Hablando en términos generales, muchas veces los guionistas escriben sus guiones sin saber quién terminará dibujándolos. Deben tener la certeza de que esa historia funciona, independientemente de quién la vaya a dibujar: va a funcionar mejor si se encarga alguien que domine la narrativa y comprende lo que se le está pidiendo. Funcionará mejor si consigues un dibujante así. Probablemente sería una lucha constante, trabajar con un dibujante inexperimentado, o con un dibujante que no tenga el tiempo necesario, o al que no le preocupe tanto la historia como a mi como para hacer lo que espero de él… Pero no pienso en mi mismo como un guionista, ni como ese tipo de guionista que pueda hacer todo eso. Soy dibujante, y hay algunas cosas que me gustaría dibujar, para las cuales no tengo guión… Pero podría dibujarlas sin guión, u organizándome a mi propia manera, tal y como hice con la historia para Mike Allred: no escribí un guión para eso, no se me ocurrió la idea e intenté darle forma de guión…

Oor Wullie y otro homenaje de Quitely al personaje creado por Dudley D. Watkins.
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D.F.- ¿Abordando el proceso creativo de una forma más orgánica, tal vez intuitiva o improvisada…?

Frank Quitely.- Exacto, un proceso mucho más orgánico. Llegado el punto en el que ya tenía en mente la idea, podría haber escrito un guión técnico e indicarle a un dibujante que quería que esa primera viñeta tuviera la apariencia de un abocetado a lápiz azul, que en la segunda diera la impresión de que va a ser entintada, con la sombra de la plumilla… Podría describir todo eso y posteriormente encargarle el trabajo a otro dibujante, pero para mí… En realidad no siento la necesidad de desempeñar ese rol, no tengo ese deseo. Pero como dibujante, sí que tengo el deseo de producir algunas historias cortas que sean completamente mías. Aunque sé que la gente dirá: “¡Oh, no! Otro dibujante que cree que puede escribir…”.

D.F.- Pues estoy convencido de que habría muchos lectores que estarían muy interesados en leer tus propias historias como autor completo. Sería genial.

Frank Quitely.- Gracias (risas). Sé que no escribiría un arco argumental de seis números en Batman para que lo dibujara otro autor. Pero quiero hacer pequeñas historias, más personales: tengo una pequeña colección de historias cortas ya hechas, escritas y abocetadas con borradores de diálogos que tal vez necesiten ser ligeramente ajustados. Pero todavía no tengo el tiempo de ir más allá de los bocetos: son cosas que suelo hacer cuando voy en bus, camino del estudio. O incluso por la noche, muy tarde, cuando mi familia ya está durmiendo, antes de ir a acostarme: cuando estoy cansado y ya no quiero empezar una nueva página, es algo que puedo hacer. Así que poco a poco tengo más y más historias de este tipo. Pero en lugar de parar de escribir nuevas historias y terminar las que ya tengo, sigo trabajando en nuevas ideas (risas). Con un poco de suerte, espero que terminen siendo publicadas… Tal vez el próximo año deje de ir a convenciones, para aprovechar ese tiempo en intentar trabajar durante algunas semanas en terminar esas historias. Probablemente ese será mi plan para el próximo año.

D.F.- Llegamos a la última imagen, que está relacionada con aquellas ocasiones en las que tu trabajo adquiere vida propia a través de manos ajenas: me refiero a casos como la estatua realizada por Paul Harding para la serie Batman: Black & White, basándose en tu portada del Batman & Robin #1. O a la adaptación en forma de película de animación de All Star Superman, dirigida por Sam Liu. ¿Qué sensaciones tienes, cuando ves que tus dibujos se trasladan a otros medios y formatos, llegando incluso a adquirir tridimensionalidad?

Adaptaciones animadas y estatuas: el trabajo propio pasado por filtros ajenos.
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Frank Quitely.- Me gustó la película de All Star Superman. La historia es que poco antes de que se pusiera a la venta acudí a la convención de San Francisco… la WonderCon… ¿o era Emerald City? No consigo recordarlo, pero fue una de esas dos convenciones, a las que acudí el año pasado. En la gran sala en la que se desarrolló mi panel, alguien me preguntó qué pensaba acerca de la película y dije: “Todavía no he tenido ocasión de verla”. Me respondieron: “¿DC no te envió una copia?”. Y podías ver entre bambalinas a los topos de DC mirándose unos a otros, preguntándose: “¿¡No le enviamos una copia!?” (risas). Creo que eso fue en la Emerald City ComicCon, porque cuando fui a la WonderCon ya me habían enviado una copia del DVD. Poco antes de la convención, estaba muy, muy ocupado. Como siempre, un poco retrasado con mis fechas de entrega. Pero pensé que debía encontrar tiempo para ver la película antes de ir a la convención… La única mañana que tuve libre para verla… tengo tres hijos, y solo uno de ellos estaba interesado en verla (risas). Me senté con uno de ellos, Joseph, para ver la película juntos. Y transcurridos diez minutos, sonó el timbre de la puerta: era mi madre, a quien no había visto desde hacía dos semanas, y me dijo “¿Me preparas una taza de té?”. Y no quería decirle a mi madre: “No, mamá, ¡Espera a que termine de ver la película de dibujos animados!” (risas). Así que fui a decirle a Joseph que su abuela había llegado, y el me preguntó si quería que parara el DVD; pero le respondí que siguiera viéndola, ya que al no haber visto a mi madre desde hace tantos días, íbamos a hablar largo y tendido… ya encontraría tiempo para seguir viendo la película después. Así que cuando fui a la WonderCon, solo había visto los diez primeros minutos (risas), que me encantaron. Creo que mi madre ni siquiera sabe que nos interrumpió, pero cuando me preguntaron acerca de la película en la convención, les conté esta historia. Finalmente, unas cuantas semanas después de la WonderCon, conseguí encontrar una mañana libre para ver la película y la disfruté mucho, creo que era realmente buena. Entendí perfectamente por qué eliminaron la línea argumental del Mundo Bizarro o los cambios en relación a Pa Kent. Necesitaban encontrar el tono. Pero probablemente habría preferido que hubieran hecho doce episodios de animación para ser emitidos un sábado por la mañana, uno para cada número de la serie: así tendrían doce cortometrajes de animación, que posteriormente podrían recopilar en un box set. Desde un punto de vista argumental, creo que habría sido más satisfactorio, porque realmente adoro las historias de cada uno de los doce números. Pero como largometraje de animación, creo que tomaron las decisiones adecuadas, y que funciona realmente bien.

En cuanto a la estatua, es extraño, pero me gusta mucho. Recuerdo cuando salieron las figuras de acción de All Star Superman: me enviaron fotografías, jpgs de la escultura original de Superman, tomadas desde diferentes ángulos, antes de que fuera pintada. Era como mis dibujos, pero con unas proporciones ligeramente mejores, todo era ligeramente más preciso. Pensé: “¡Ésto es sorprendente!” (risas). Pero cuando me enviaron los pequeños muñecos, al haber sido pintados no eran tan bonitos, eran un poco diferentes. Prefería la escultura sin color, pero aún así es algo realmente genial: “Estuve involucrado en un proyecto lo suficientemente popular como para hacer juguetes, figuras de acción o estatuas”. Es algo realmente agradable, sí.

D.F.- Bueno, eso ha sido todo… Muchísimas gracias por tu tiempo y por tu amabilidad.

Frank Quitely.- No se merecen, ha sido muy divertido. ¡Siento que hayamos tardado tanto en encontrar un momento para hacerla!

Viñetas desde o Atlántico 2012: Charla-coloquio con Frank Quitely

Tal y como apuntamos en la introducción de este artículo, la presencia de Frank Quitely en Viñetas desde o Atlántico fue aprovechada para celebrar un encuentro con sus lectores que, moderado por Carlos Portela y Ángel de la Calle -y con Óscar Iglesias como intérprete-, sirvió para abordar diferentes temas relacionados con su trayectoria profesional.

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Podéis acceder a nuestra cuenta en YouTube a través de este link.

Sus principales influencias y primeros pasos dentro del mundo del cómic, los proyectos más significativos y, por supuesto, sus colaboraciones recurrentes con Grant Morrison. Un broche de oro para el festival, que tuvimos ocasión de grabar en el vídeo que precede a estas líneas. Esperamos que os guste.

El Arte de… Frank Quitely

Como suele ser tradicional en el Festival Internacional de la Historieta de A Coruña, la presencia de los autores invitados no solo es aprovechada en las habituales charlas, talleres y sesiones de firmas, sino que además se organizan exposiciones retrospectivas que nacen de la pretensión de ofrecer al visitante la posibilidad de repasar a través de una cuidada selección de páginas originales la trayectoria profesional de cada historietista presente en la ciudad herculina. En el caso de Frank Quitely, dicha selección fue sencillamente especialmente completa y variada, tal y como atestiguan el más de medio centenar de fotografías que tuvimos ocasión de tomar. Pero nadie mejor que el propio autor escocés -a través del texto que él mismo escribió para el catálogo oficial del Festival- para presentarnos esta exposición, sin lugar a dudas, una de las más impresionantes de cuantas ha albergado Viñetas desde o Atlántico:

Esto es una selección de mi obra, escogida por mí a partir de las páginas originales que conservo aún en mi poder.

Hay ejemplos de las ilustraciones que hice para Judge Dredd Magazine, donde inicié mi carrera profesional, y de las portadas en color que elaboré una década más tarde para el mercado estadounidense.

Para visualizar las fotos a mayor resolución, consultad nuestro Flickr

Algunas de las piezas proceden de obras significativas como Flex Mentallo, The Authority, New X-Men, We3 y All Star Superman, y otras pertenecen a obras menos conocidas, como las historietas temáticas publicadas por Vertigo, o las historias estilo documental de la serie de Paradox Press The Big Book of…

Desde la primeta tira que publiqué, The Greens (en el cómic underground escocés Electric Soup, en 1989), hasta mis proyectos más actuales, como Pax Americana y Jupiter’s Children (que verán la luz entre finales de este año y principios del que viene); espero que a través de este amplio recorrido se pueda percibir el lento y difícil proceso de aprendizaje de un artista que se esfuerza por mejorar.

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El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
5 septiembre, 2012 10:13

Que pena que no pudiera asistir, que aquel día volví del campamento… Lo dicho, una pena.

En cuanto a la exposición del Palexco: a mí me encantó. Se puede ver la evolución de Quitely perfectamente, y además puedes leer comics gratis!

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
5 septiembre, 2012 10:16

Y la entrevista es muy buena, muy informativa.

Bien hecho.

José Torralba
5 septiembre, 2012 10:50

¡Enhorabuena por la entrevista, David! Estaba deseando leerla y la verdad es que no he podido quedar más contento. Cada vez refinas más las preguntas y añades más contenido, hasta el punto de que esto ya no son entrevistas, sino más bien monográficos. Me queda pendiente el vídeo, pero lo veré pronto. Es un auténtico lujazo contar con Quitely, pero lo cierto es que esto no sería lo mismo sin ti preguntando. Un abrazo y muchísimas felicidades. 

Alejandro Ugartondo
Autor
5 septiembre, 2012 11:31

Gran entrevista. Me encanta este dibujante y me hubiera encantado poder ver esa exposición.

Que ganas de que llegue Jupiter Children, tiene una pinta estupenda.

Ivan Rivas
5 septiembre, 2012 12:44

Realmente interesante. Si uno ya piensa que Quitely es in gran artista, después de la entrevista lo parece mas aun. Lo de la secuencia de We3 es genial.

Alejandro Ugartondo
Autor
5 septiembre, 2012 13:15

Quitely en Marvel ha hecho poco a parte de New X-Men. Me suena una historia del Capitán América por la misma época que los X-Men y nada más.

Estaría bien que realizara algún trabajo más para Marvel. Quizás algo con Estela Plateada

Reverend Dust
Lector
5 septiembre, 2012 14:03

Sin palabras con la pedazo entrevista que se ha marcado David. Si te asomas a la ventana me oirás aplaudir. Ni qué decir tiene que Quitely es un maestro, dentro y fuera de sus viñetas. ¡Grande!

Ocioso
Ocioso
Lector
5 septiembre, 2012 14:09

jorgenexo ha comentado: ¿qué ha sido de las melenillas que lucía Quitely hasta no hace demasiado?

Por el tamaño de las entradas y como le transparenta el cartón deduzco que se ha hecho un Reverend Dust.

¡Gran entrevista, David!

Reverend Dust
Lector
5 septiembre, 2012 14:14

Es lo que tiene hacerse Ocioso, que el pelo tiende al Reverend.

Jose Angel Ares García
Lector
5 septiembre, 2012 14:43

 super entrevista, como siempre.. gozada de lectura de uno de los dioses de la narrativa actual

Toni Boix
Autor
5 septiembre, 2012 15:17

 Fantástico, David. ¡Muchas gracias!

Jordi T. Pardo
Autor
5 septiembre, 2012 15:19

¡Impresionante trabajo!

Se nota que ya tienes tablas en esto, David 😉

Fran
Fran
Lector
5 septiembre, 2012 16:03

 Gracias por la super entrevista! Un puntazo el vídeo para los que no pudimos ir a la charla coloquio. (Soy de coruña pero después de estar tres horas en la cola de las firmas el viernes y tener mi dibujillo…me tome el sábado libre)

Por cierto cuando veo a Quitely siempre  pienso en un moebius mainstream…¿me drogo, o a alguien más le pasa?

zape
Lector
5 septiembre, 2012 17:01

 Grandiosa, a la altura del entrevistado. Que no es poca.

Mariano Abrach
Autor
5 septiembre, 2012 17:07

 Buenísimo trabajo David, increíble, el esfuerzo ha valido la pena, felicitaciones!

Bkiller
Lector
5 septiembre, 2012 21:52

Hay que darle un gran merito a quienes realizaron la entrevista, al comienzo Frank Quitely creo que se muestra algo cortante, pero con las preguntas adecuadas se va soltando y contando esos detalles que tanto gustan saber, sobretodo se ahonda en su quimica con Morrison y el porqué de ésta.

Me gustó mucho la frase refiriendose a los guionistas: “ésta es la historia que quiero contar, ayúdame a hacerlo”

Jordi Molinari
5 septiembre, 2012 23:11

Por fin he sacado tiempo (aún tengo pendiente el video) para leer la entrevista, y sólo puedo decir que no se quien es más grande, si Frank o David 😉

train hard. fight hard. party hard.
train hard. fight hard. party hard.
Lector
6 septiembre, 2012 0:32

 esto es lo que hace realmente buena a esta pagina, se los digo sin tratar de provocar

buena entrevista

Phantomas
Phantomas
Lector
7 septiembre, 2012 9:56

Enhorabuena David por la entrevista. La verdad es que como continuación de la anterior es insuperable. Muy interesante.

Por cierto, se nota en la entrevista que se entiende muy bien con Morrison, lo que también se percibe en los comics de ambos, ya que estos en mi opinión rayan a mayor altura que cuando trabajan con otros (Flex, NXM, B&R, ASS), por lo que estoy impaciente por catar su Pax Americana. En cambio, aunque me interesa Jupiter’s Children tengo menos confianza en Millar, si bien su Authority con Quitely me parece incluso mejor que la etapa de Ellis/Hitch.

AlexCruz
Lector
7 septiembre, 2012 23:07

Los escenarios con una perspectiva ultrarealista, geniales diseños en la ambientacion y una composicion elemental de lineas teniendo a personajes de una anatomia singular para cada uno, con lineas delicadas en los detalles y de composicion simple de lineas que expresan una captura de movimiento en su leguaje corporal… Que asombroso, maravillozo, increible y de apariencia simple de lineas es el dibujo de Frank Quitely. Se ve que Frank Quitely para hacer esas composiciones de paneles y splash pages, no solo es un dibujante de comics autodidacta, es un dibujante de academia de arte.

Que suerte tienen Grant Morrison y Mark Millar de trabajar con Frank Quitely, como me gustaria verlo trabajar con Jonathan Hickman en alguna opera prima de ciencia ficcion o fantasia. Seria como ver a Moebius y Jodoroswky en sus buenos años.

En otro tenor de ideas, como se veria una pelicula del Captain America dirigida por el Rob Liefeld. El buen Rob en sus buenos años noventeros.

AlexCruz
Lector
7 septiembre, 2012 23:31

 Interesante la tecnica de Frank Quiteley, garabatea con lapiz verde y despues delinea en negro con tableta Wacom…