Edición original: Tales of The New Teen Titans núms. 57-58, The New Teen Titans núm. 1-12 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion:Marv Wolfman
Dibujo:George Pérez, José Luis García-López, Chuck Patton, Stan Woch
Color:Adrienne Roy
Traducción:Francisco San Rafael Simó, Felip Tobar Pastor
Formato: 352 páginas. A color. Cartoné.
Precio:36.50 €

De Trigón a Trigón, y fin de partida

«¡no rompáis el círculo!»

Se nos acabó la fiesta. Y esta vez no se puede atribuir al fin de la editorial que nos ha ofrecido este viaje, pues éste era el último tomo de su primera edición (aunque creo que la segunda sí que se quedó coja). Si no a la marcha definitiva del dibujante George Pérez, la otra parte de este tándem que justificaba la recopilación. Sin embargo, el guionista Marv Wolfman sí que se quedaría muchísimo más. Incluso hasta la vuelta del primero, pero eso ya es (en) otra historia.

Una recopilación muy sui generis, pues tampoco se corta con el último canto del virtuoso del lápiz, ni con el de su maravilloso sucesor, sino que nos va a dejar con una historia muy random de otro dibujante, justo a las puertas de las Crisis y del nuevo artista estable de la colección por otro largo periodo. Pero os lío sin necesidad, no adelantemos acontecimientos y disfrutemos del tomo, que tras el peaje de terminar la historia inconclusa del tomo anterior, tenemos un plato principal digno de dioses.

Ese tapeo, si recordáis, era la vuelta de los 5 temibles mezclado (pero no agitado) con la recuperación carnal de Ciborg. En este número que abre el tomo vemos esa impactante imagen de Victor pelón sin sus partes cibernéticas. Algo que el pobre no podrá disfrutar mucho tiempo salvo para entrenarse como loco. Culpa de un personaje que aparece por primera vez, pero cobrará mucha importancia en su vida, la doctora Sarah Charles.

Y otro personaje nuevo que se me pasó mencionar en el artículo anterior es Jinx, diseñada por Chuck Patton, que se quedaría como miembro de los 5 Temibles en substitución del Dr Luz Psimon (jejeje, éste no pasaría de las Crisis). Se añade en esta minisaga otro miembro más a los villanos, rompiendo el quinteto, Neutrón, que llevaba 4 años en barbecho tras su creación para la serie Action Comics. Sin embargo éste no se quedaría en el temible grupo.

Los seis temibles

En fin, estos tres números no están nada mal. Patton se defiende con los superhéroes y se aventura a alguna experimentación de doble página, aunque se le nota algo acartonado. Pero el que se sale es Wolfman, midiendo la dosis de drama para el auge y caída de Victor, y la más pura aventura con esos 4-5-6 temibles que llegan a vencer a los Titanes para ser finalmente derrotados por la más reciente incorporación.

Y ahora sí, tras este número 58, Tales of the New Titans viviría de reediciones (empezando curiosamente por aquella preview de DC Comics Presents 26) porque llegamos por fin a la serie “Baxter”, New Teen Titans vol 2, que pese a ser temporalmente la que toca, llevaba ya publicándose 12 meses (sí, se anunció como 6 meses en el futuro, pero finalmente correspondieron a 12 números de diferencia).

En ese espacio, como vimos en el volumen anterior, los Titanes han acabado definitivamente con H.I.V.E., Donna y Terry dieron el “sí quiero”, Wally descubre que se está muriendo, Gar se ha reconciliado con Deathstroke (quién lo diría) y, como acabamos de ver, Jericho ha pasado de potencial traidor a miembro oficial. En el fondo, lo que más podría haber despistado a los lectores que seguían ambas series era la vuelta de Lilith en la Baxter, que comentaba haber dejado el grupo de malas maneras, o, para los que veían a Ciborg “curado” en Tales, saber que no duraría.

Para un entomólogo como el que subscribe, el único fallo de continuidad en este tiempo, si es que se puede llamar así, es que se llame a filas de Crisis a Psimon mucho antes de que estas ocurran en la serie Baxter. En realidad, las Crisis se estaban produciendo en el mismo mes real de ventas de ambas series, de ahí la incongruencia. Y de hecho Wolfman aclaró que quería crear una expectación sin igual para su evento, y que, dada la naturaleza adimensional y atemporal del Monitor, le daba igual si las series editadas en ese momento ocurrían en el pasado, el presente o el futuro del Universo DC.

Degustados estos entremeses, disfrutemos por fin de esa magnífica, brutal y maravillosamente orquestada vuelta de Trigón el Terrible. Recordemos que la “nueva” serie trataba de abrirse paso en un mercado más adulto y arrastrar más seguidores, así que el tándem da otro do de pecho (¿el cuarto ya, quinto? He perdido la cuenta) para conseguirlo. Wolfman ha estado plantando con cuidado las semillas de esta saga, mientras que Pérez se desmelena sin contemplaciones.

Héroes durmiendo juntos sin casarse, el acabose

Los que critican a Pérez como simple detallista, ideal para un comic superheroico pero falto de personalidad, no pueden estar más equivocados (aunque es verdad que los esféricos pechos de sus heroínas apoyan esa manera de pensar). El manierismo de Pérez es solamente su estilo, su marca personal como podrían ser los trazos más característicos de artistas más ecléticos. Sin embargo, su calidad viene dada por su narrativa, su capacidad para contar la historia potenciándola, sin renunciar a la experimentación o a la espectacularidad.

Y vale, cierto es que pinta cada una de las hojas del árbol en primer plano de la primera splash page. No quisiera ser yo el entintador Romeo Tanghal, que, aunque precisamente deja sólo a Pérez en el número que abre la saga, lo ha acompañado en su evolución al detallismo más exacerbado. Amén de unificar estilos y aportar coherencia pese a las substituciones que hubo de dibujantes y las que aún quedarían por llegar. Un artista tan estable y profesional como lo serían la colorista Adrienne Roy y el propio Wolfman a lo largo de la serie.

Como decíamos, el guionista ha preparado la saga con esmero. Ya vimos la progresiva caída de Raven hacia la violencia, que en más de una ocasión la ha llevado a casi asesinar a sus enemigos. Pero gracias al sutil talento de Pérez esto se ha acompañado de un cambio físico que hace evidente Ciborg en una escena aterradora. La llegada de Jericho permite una conexión con el convulso interior de la joven heroína (algo que se aprovecharía mucho tiempo después), mientras que los regresos de Lilith y Wally conllevan una carga dramática para nada casual. Para colmo, se permite añadir nuevas semillas de futuras aventuras, con el regreso de la paz a Tamarán.

La saga comienza con la desaparición de Raven y sigue con un tono de terror gracias a una conseguida invocación espiritista. Esta lleva a los Titanes a una Azarath a punto de ser destruida por demonios. La atmósfera de la dimensión condenada impresiona gracias a una técnica de Pérez que se consigue con la impresión, aunque defectuosa, de sus lápices sin entintado. La carga emocional se dispara con la impotencia de los héroes, acentuada por la enfermedad de Wally y el fracaso de su misión.

Trigón ha llegado a la Tierra y su heraldo es Raven, definitivamente transformada a su imagen y semejanza. Ningún héroe de nuestro mundo ha podido impedir la conquista del demonio y para cuando los Titanes vuelven a escena y pretenden detenerlo, su tímido intento se torna en pesadilla. Estas torturas aprovechan para excavar en la psique de los personajes, algo que también Wolfman ha ido cocinando a fuego lento en la serie para el lector veterano, pero que ayuda a conocerlos para los recién captados.

Hablando de estos nuevos lectores del mercado directo, probablemente algo más tullidos, la serie incluye algunos detalles de madurez. Algo torpones, todo sea dicho, porque parecen más enfocados a un público adolescente que a uno adulto. En todo caso es disfrutable para un tebeo de supers americano que por fin se vean abiertamente las relaciones de Robin y Starfire (que se despiertan juntos en la cama), Donna y Terry (aunque más adelante) e incluso, aunque de manera turbadora, entre Wally y Raven.

Los Titanes sucumben a sus miedos y, como todos sabemos por cierto personaje orejudo, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio… Los lados oscuros de nuestros héroes triunfan y dominan. Lilith, que lleva ya dos números hablando poseída, no parece preocupada. Los Titanes maléficos asesinan a Raven. La ira de Trigón es incontenible.

El capítulo final es algo inconexo (se repite la cierta dejadez de Wolfman en sus remates) pero eso no le resta espectacularidad y tensión. Los anillos de Azarath, que Raven dejó a sus compañeros, son la clave. Estos son los que han guiado a Lilith y son los que ésta y Arella colocarán al cuerpo inerte de Raven para que su alma, junto con la original de Azar, creadora original de la paz de Azarath como oposición a la ira de Trigon, se enfrenten al demonio. Éste sucumbe a la fuerza de esas almas, no sin que los Titanes puedan demostrar su invencible valor distrayendo a Trigón hasta su fatídico final.

Este New Teen Titans 5 es la despedida definitiva de Pérez en la colección que (le) encumbró. Hasta cuatro años pasarían hasta su tímido regreso en la recreación de “¿Quién es Wonder Girl?”. Alguna portada aún nos daría, pero este es el verdadero final del tándem WolfmanPérez, aunque curiosamente, no del tomo. En parte se entiende porque el siguiente número, dibujado por un novatísimo Dan Jurgens, sirve de conclusión a la saga. Al uso de Wolfman, los Titanes quedan como una familia para discutir lo que han sufrido con las pesadillas de Trigón, sus destinos y la vida. Dick lo deja claro, este grupo está para quedarse.

Sobreactúas más que Ciborg

Pero también se comprende que el tomo incluya la siguiente saga, en la que se incorpora el genial José Luis García-López, pues no es moco de pavo. En esta se descubre por fin el origen de Lilith, un misterio que había quedado pendiente en el tomo anterior. Y que de hecho llevaba arrastrando el personaje desde su creación en Teen Titans #25 (1970) por Robert Kanigher y Nick Cardy, pues incluso contó con un complemento propio dentro de la serie a tal efecto que nunca llevó a conclusión satisfactoria.

Como decía, en el tomo 5 la vimos calentarse sin motivo (no seáis mal pensados) y sus compañeros (que si lo son) creyeron que era por el ente alado. Es más, ya en el primer tomo, al enfrentarse los Titanes a los titanes olímpicos, dejo Wolfman la primera miguita, pues Hiperión echaba en falta a su esposa. Era esta diosa, Thía, la que se nos desvela como madre de la precognitiva. Habiéndose liberado del Tártaro, había disfrutado de los placeres del mundo dejando unos cuantos “hijos del sol”, incluida nuestra Titán.

Cuando Lilith se manifiesta tras vencer a Trigón, es encontrada por la diosa y don alitas (aún sin nombre), que no puede impedir, ni él ni Jericho junto con Starfire, que la madre se lleve a la hija. Le seguirá una búsqueda espectacular gracias al arte de García López, que demuestra su gracilidad, maestría anatómica, composiciones armónicas, naturalidad… A ver, es fácil describir la calidad del maestro, pero es que encima en estos números dibuja con una soltura que sólo puede dejarnos boquiabiertos. Las escenas que sirven de flashback, las splash pages, o los gestos más mundanos de los personajes son una fuente de gozo visual.

Todo para llevarnos por Themiscira en busca de las Amazonas y el Oráculo, al Tártaro para ayudar a los titanes míticos contra los gigantes, y finalmente al Olimpo para enfrentarse a un nuevo personaje, Kole, y al mismísimo Tifón. Kole fue creada para la ocasión, pero no para ésta, pues Wolfman confesó que teniendo que pagar peaje por las Crisis y viéndose en la necesidad de matar personajes para darle enteros al evento, se sacó de la manga Kole para no sacrificar a ninguno de sus niños.

Thía gozando

La saga termina con Hiperión sacrificándose para terminar con Thía, Lilith como inmortal en el Olimpo, Kole y alitas como miembros del equipo (aunque por poco tiempo, jeje) y una sucinta amenaza final de aquellos “hijos del sol”. Que volverían por cierto a dar morcilla 4 años después, Wolfman parece Claremont en lo de dejar argumentos sueltos para recogerlos cuando menos lo esperas.

Jijiji

Por suerte, García López se quedaría un par de números más, con lo que, si seguimos justificando su inclusión en el tomo, el arte de éste bastaría. Porque argumentalmente comienza a ser más difícil de explicar. Aunque son unos números muy interesantes a nivel emocional para los personajes (hay un par de escenas muy tiernas y, esta vez sí, maduras entre Kole y Jericho, Dick confiesa su amor por Kory, ahora que viene su prometido desde Vega, Gar es consciente de que Dayton se muere, Donna y Terry tontean y el amor de Victor se escapa entre las grietas de la inacción), el argumento principal es de los típicos de Wolfman con incomprensible villano de opereta, desgraciadamente el propio padre de Kole.

Pues aún tendremos cabida para un número más, este totalmente sin razón de ser a menos que sea por ser el último antes de las Crisis. De alguna manera se cerraría entonces la etapa de Tierra 1 y la serie tendría un sentido completo. El dibujo es de Stan Woch, al que luego veríamos como pez en el agua en la Cosa del Pantano, pero que en este ambiente pijamero y como enlace entre García-López y Eduardo Barreto, deja mucho que desear.

Destaca en la trama del número que por fin el ser alado encuentra su nombre, Azrael, y su sitio, pero desgraciadamente en las garras de la iglesia del Hermano Sangre. Y que se atrapa por un crimen del pasado a una vieja conocida mafiosa de la serie, Donna Omicidio. Aunque vaya, con ese nombre, no sé cómo no sospecharon algo antes.

Y chimpón, se cierra el telón de estos 6 volúmenes formidables. A partir de aquí comenzaba el material que Zinco se saltó y que sólo hemos visto editado en España de aquella manera, por los tomitos de Clásicos DC de Planeta en tamaño reducido y con algún fallo flagrante de impresión (aunque con buenos artículos de complemento, todo sea dicho). Muchos consideran floja esta etapa, pero creo que les influye la pérdida de Pérez y, sobre todo, el desconocimiento. Los que no lo vemos así seguiremos rezando a San Kirby y, ahora más que nunca, a San Clemente.

Con ésta también termina nuestra deuda con las reseñas de material clásico editado por ECC en su mayoría. Seguiremos con alguna reseña de inéditos DC y, a partir de abril, con muchas sorpresas… ¡Adelante Titanes!

En anteriores entregas:
Los Nuevos Titanes vol. 1 de 6: El albor de los Titanes
Los Nuevos Titanes vol. 2 de 6: ¡Reencuentro!
Los Nuevos Titanes vol. 3 de 6: El Hermano Sangre
El contrato de Judas: Los Nuevos Titanes vol. 4 de 6
Los Nuevos Titanes 5: La boda de Donna Troy

Lo mejor

• La saga de Trigon

• Ambos dibujantes titulares

Lo peor

• Que se acabe aquí

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Antonio Valdepeñas Torres
Autor
24 febrero, 2025 19:27

Fenomenal broche de oro a los Titanes con García-lopez como encargado de cerrar una era y agridulce por no poder haber visto más, pero ya se podrá.

Gracias por estos artículos tan interesantes y divertidos Enrique, han sido pocos Clásicos DC pero que clásicos.

Last edited 2 meses atrás by Antonio Valdepeñas Torres
Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
24 febrero, 2025 21:49

Sueño con Trigon,

¿que me has dado?

sin tu cariño no me habría enamorado

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
26 febrero, 2025 8:31

Muchas gracias por todas estas reseñas,Enrique(ganas tengo de verte reseñar todo el material clásico que vaya publicando Panini).

Y bueno,qué decir,uno de los tebeos de mi vida. Qué agradable sorpresa descubrir que a mis 50 años me sigue gustando tanto como a mis 10,a mis 20 o a mis 30.

Ha sido una delicia una vez más ver cómo Wolfman y Pérez iban gestionando las relaciones entre los personajes generando una idea que Geoff Johns años después supo explotar muy bien (los Titanes son una familia),la relación entre Vic y Gar,la relación entre Dick y Kory,las dudas de Wally, el camino de Dick hasta convertirse en Nightwing…

Y a nivel superheroico desde los dos enfrentamientos con Trigon,Los 5 temibles,la saga con La Hermandad del Mal y la Patrulla Condenada, las dos sagas de los Titanes Míticos o el viaje al sistema Vega para rescatar a Kory han sido aventuras entretenidas y apasionantes.

También destacar números en los que no ocurría nada a nivel superheroico pero que han sido importantísimos y que se encuentran entre lo mejor de la serie como Un día en sus vidas o Quién es Donna Troy?

Espero que Panini la vuelva a editar,y lo más importante que publique la etapa de Barreto y llegue hasta el final de la serie para que podamos leer de nuevo las aventuras de este grupo de adolescentes que no hacían cosas de adolescentes.

Un abrazo.

Yomismo1
Yomismo1
Lector
27 febrero, 2025 23:41

Yo opino que una recopilación de los Titanes de Wolfman y Pérez sin incluir ¿Quien es Wonder Girl? Que además, junto con la Saga de Trigon es donde Pérez está más desatado no puede llamarse una verdadera recopilación de esta etapa…

Y si encima le metes números que no son de Pérez, por mucho que la Saga del Olimpo también sea una pasada pues ya ni te cuento la cagada y son ganas de sacarte la pasta…

Bye ECC, yo no te echaré de menos