Portada Bola Ocho de Daniel Clowes

Edición original: The Complete Eightball 1-18 (Fantagraphics, 2022)
Edición nacional/España: Bola Ocho Integral (Fulgencio Pimentel, 2024)
Guion, Dibujo y Color: Daniel Clowes
Traductor:: Alberto Gª Marcos
Diseño de interior: Daniel Clowes
Diseño de cubiertas: Daniel Clowes, Daniel Tudelilla y César Sanchez
Rotulación: Daniel Tudelilla, Alberto Gª Marcos y Joana Carro
Revisión: Leticia Oyola Estrella y Joana Carro
Formato: Cartoné. 536 páginas. 59€

Bola Ocho 14 de Daniel Clowes

«¿Para qué quiere un hombre adulto estas tontadas?»

Este número apareció en octubre de 1994, el mes en el que los republicanos se hacían con el control de las dos cámaras del senado tras cuarenta años sin tenerlas, además en California se aprobó la proposición 187 de California, una propuesta legislativa presentada em las elecciones que proponía negarle a los inmigrantes indocumentados servicios sociales, servicios médicos y educación pública. Aunque fue revocada por una corte federal, nos hace ver lo poco que ha cambiado el país y que hace más compresible que Clowes retrate constantemente a unos personajes tan sumamente egoístas y patéticos. También se produce la primera retrasmisión de radio por internet en la universidad de North Carolina y muere en prisión el asesino en serie Jeffrey Dahmer conocido como «El caníbal de Milwaukee».

Tras una llamativa portada en la que vemos un personaje que era uno de los intentos de Clowes por crear una figura que ejerciera de mascota de la revista similar a la que tenía la revista Mad con Alfred E. Neuman, nos encontramos con la una página dedicada a la venta de números atrasados y merchandising con un diseño realmente extraordinario que demuestra el mimo con el que se producía cada número. Algo muy diferente a la producción en cadena y estandarizada de los cómics mainstream de la época.

La primera historieta que contiene el número es La mamá de oro, una historia de siete páginas extraña y turbadora con reminiscencias a Como un guante de seda forjado en hierro, aunque con un estilo grafico más detallistas y un uso del color en el que abundan los colores primarios y planos. Un dibujo extraordinario y muy expresivo ideal una trama en el que el protagonista tal y como le sucede a Clay Loudermilk pierde por completo el control de su vida envuelto en una trama repleta de momentos insólitos relacionados con un pasado del que había desconectado por completo, aunque sin ningún tipo de elemento paranormal. Una historia muy personal que se puede considerar como una de las mejor resueltas de la serie y que resume muy bien un tipo de historias en la que Clowes quiere explorar el hastío vital y la falta de conexión con su entorno de muchos de sus personajes.

Tras una historia tan intensa nos reencontramos con el Clowes más divertido en Sobre el deporte, una brutal y despiada sátira sobre todo lo que tiene que ver con el deporte desde una visión freudiana en la que todo lo que lo rodea tiene que ver con el sexo. También hay espacio para una visión uy mordaz sobre los propios deportistas y los fans. Un divertimento basado en un libro de un compañero de trabajo de la pareja del autor de Chicago que hace que no vuelvas a verlos de la misma forma, sobre todo el futbol americano y el beisbol que son en los que más mas se centra. La viñeta dedicada al futbol es sencillamente antológica.

En la cuarta entrega de Ghost World está centrada en la visión tan hipócrita que la sociedad estadounidense tiene del sexo. Esa dualidad en constante equilibrio entre el puritanismo y la necesidad casi patológica que muchas de sus obras de ficción tienen por perder la virginidad. En las preciosas páginas a bitono de esta historia conocemos como Enid perdió la virginidad y como todo lo que nos cuenta está marcado por una especia de desencanto vital y falta de rumbo, pero necesario para realizar el tránsito a la edad adulta. Hay que destacar la forma delicada y respetuosa con la que Clowes nos nuestras esas escenas, que reflejan bastante bien lo alejado suele resultar ese momento de las visiones idealizadas dejando de lado algunos otros momentos en la serie en donde nos muestra el sexo como algo bizarro y enfermizo.

En La muerte de Dan Pussey, Clowes hace un extraordinario repaso a la industria de cómic de superhéroes en que pone toda su mala uva para demostrar como las majors exprimían a los autores para luego darles la patada sin importarles cuánto dinero les habían proporcionado durante su carrera. Algo que seguimos viendo cada vez que un autor que ha contribuido a crear personajes que les han dado enormes beneficios tiene problemas de salud y no encuentra ningún tipo de ayuda. Además, en esta historia también vemos un perfecto ejemplo de lo que supusieron los autores que posteriormente fundaron Image para crear una burbuja totalmente artificial en la que las cifras de ventas importaban mucho más que la calidad del producto. Lo que contrasta con la creación de cada número de Bola Ocho que era más un trabajo de orfebrería. Asimismo, hay que destacar la habilidad del autor de Monica para predecir como el tiempo iba a hacer que todas las injusticias que cometió Stan Lee con sus compañeros quedarían sepultadas por el marketing de la compañía y nos lo presentarían con el creador de casi todos los personajes.

Antes de la historia que cierra este número tenemos la habitual sección de correo con su dosis de odio y admiración por Clowes adornada con unas ilustraciones de altura. En El sensual Santa tenemos una historia realmente sórdida y grimosa como solo Clowes sabe hacerlas.

Posiblemente estemos ante la entrega que mejor sabe equilibrar los diferentes tipos de historia que Clowes creaba para la serie y que cada vez domina más.

Entregas anteriores:

Primera parte.
Segunda parte.
Tercera parte.
Cuarta parte.
Quinta parte.
Sexta parte.
Séptima parte.
Octava parte.
Novena parte.
Décima parte.
Undécima parte.
Duodécima parte.
Decimotercera parte.

Nos vemos la semana que viene con el análisis del décimoquinto número de la serie aparecido en abril del 1995 que contiene una de las historias cortas más celebradas de la serie.

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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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