Before Watchmen – Dr. Manhattan #1

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Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación trata información de actualidad en Estados Unidos, por lo que es más que probable que si no has leído ya Watchmen este post te estropee la lectura de uno de los cómics más importantes del género.
 

Edición original: Before Watchmen – Dr. Manhattan #1.
Guión: J.M. Straczynski.
Dibujo: Adam Hughes.
Color: Laura Martin.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99.

 

Pues sí amigos, llegamos a la última de las series de Before Watchmen, esta vez centrada en el personaje del Dr. Manhattan y cuya historia ha sido creada por J.M. Straczynski y dibujada por Adam Hughes. Durante estos últimos meses hemos comentado en Zona Negativa cada uno de los números uno de Before Watchmen y siempre se han generado debates de lo bien o mal que el autor de turno lo ha hecho. No hay duda de que una de las obras más importantes del noveno arte aún sigue levantando pasiones y me atrevo a augurar que esta precuela, la dedicada al Dr. Manhattan, no va a ser menos.

Pero más que precuela deberíamos hablar de revisión de la obra original. Porque si el resto de miniseries tenían como requisito contar una historia previa al asesinato del Comediante, en Before Watchmen – Dr. Manhattan todo comienza en el entierro de este mismo personaje, es decir, entre los hilos de la madeja creada por Alan Moore y Dave Gibbons, y continúa con algunas de las escenas del Dr. Manhattan, como son su paseo por la Luna o la visita a las ruinas de Gila Flats. Ya lo advirtió nuestro compañero Iván Rivas hace unos meses cuando cubría una noticia de Straczynski sobre Before Watchmen; había algunas cosas de la obra original que al escritor no le cuadraban y dejaba caer que seguramente haría su interpretación personal de algunos de los acontecimientos del cómic. Y así ha sido. Pero vayamos por partes.

Por un lado, y conociendo quien es el protagonista de esta miniserie, se puede entender (e incluso pedir) que los saltos temporales sean un requisito para el desarrollo de la trama. Por tanto, hay quien agradezca el comienzo del cómic con esa “intromisión” en Watchmen en la que no sólo vemos los acontecimientos de la trama original sino otros previos, recuperando así la técnica que Moore utilizó para el capítulo de El Relojero. Si bastantes dilemas se había planteado Jon en sus paseos espaciales, Straczynski añade unos cuantos más. Pero claro, también habrá quien rechace un acercamiento como este y que implica directamente lo que se cuenta en Watchmen.

Por otro lado, Straczynski incorpora a la trama un aspecto que en la limitada original no tenía lugar o más bien era planteada de otra forma. Me explico: en principio, el mundo del Dr. Manhattan fue presentado como si de un reloj se tratase (y con todo lo que uno pueda comprender del mundo de la física cuántica). Según quedó establecido, los sucesos ocurrían/ocurren/ocurrirán de una manera y no había posibilidad de cambiarlos, fueran pasado, presente o futuro, aunque estos conceptos dejaran de tener sentido para Jon “No soy capaz de prever el futuro puesto que, para mi, ya está sucediendo” (del Relojero en Watchmen). Sin embargo, en Before Watchmen esto ya no es así. El Dr. Manhattan puede elegir la opción que más le interese y crear así una nueva ruta de realidad que puede llevar a otro tipo de consecuencias y finales. Así hay algunos casos en el cómic, en el que podemos ver en qué derivan algunas de las opciones tomadas por Jon y que son diferentes a las que vimos en Watchmen. De hecho, el cómic termina con un cliffhanger valiéndose de esta alteración de la realidad y que hará que más de uno quiera saber qué ocurre en la segunda entrega.

Hay quien curiosamente ha comparado las dos formas de actuar del personaje poniendo dos casos prácticos. La original, la presentada en Watchmen, es comparar los poderes de Manhattan con la capacidad de un lector de cómics: puede avanzar o volver atrás en la narración o incluso detenerse en ella, pero no puede cambiar los acontecimientos porque ya están fijados. Éste es el mundo en forma de reloj. Mientras que la manera de proceder en Before Watchmen implica que el protagonista puede elegir el curso de acción de la historia y crear una nueva, como si de un libro de “Elige Tu Propia Aventura” se tratase. Puede llevar al mismo final que el de Watchmen, pero también a otro totalmente distinto. Y es aquí donde surge otra duda. Si Manhattan puede modificar el curso de los acontecimientos ¿Es que antes nos estaba engañando?

Seguimos con más preguntas ¿En qué se basa Straczynski para proceder de esta manera? Basta con echar un vistazo a la teoría del famoso Gato de Schrödinger sobre mecánica cuántica (lo sé, puede ser un tostón) para descubrir que existen varias interpretaciones de esa paradoja. Una de ellas es la interpretación «de los muchos mundos» en la que un acontecimiento dado puede tener varios resultados y por tanto crear ramas diferentes del universo pero incapaces de interactuar entre sí. Ciertamente se parece mucho a lo que el escritor pretende hacer con el Dr. Manhattan en Before Watchmen, la cuestión es valorar si esto es necesario para escribir una historia. Lo curioso de todo esto es que la historia en sí no ha comenzado. La aventura a la que debe someterse Jonathan Osterman comenzará en Dr. Manhattan 2, por lo pronto hemos asistido a un prólogo de las herramientas a las que nos tendremos que acostumbrar en los tres números que quedan. Nos hemos situado, estas son las reglas, ahora vamos a ver cómo juega Jon con ellas en esta especie Watchmen Elseworlds.


Si hay un personaje con el que se puede revisitar la obra original es el Dr. Manhattan, su capacidad para vivir todo tiempo le permiten acercarse a los acontecimientos tan trascendentales que ocurrieron tras la muerte del Comediante, pero ¿Modificarlos? Este primer número del Dr. Manhattan comienza como una cuerda floja con su trapecista: puede dar mucho de sí, pero puede caer y hacer el ridículo. Personalmente pienso que es una maniobra valiente por parte de Straczynski, el personaje da juego para atreverse con estas paradojas temporales y casi que se le exige, pero como ya he dicho, aún estoy por descubrir si es una temeridad o de mención. Por lo pronto recomiendo adentrarse en las curiosas realidades alternativas del Dr. Manhattan y ver qué nos depara.

No quisiera terminar con un apunte al apartado gráfico de la obra. Adam Hughes es reconocido por sus espectaculares portadas y por lo poco que se prodiga en trabajos de interior. En Before Watchmen – Dr. Manhattan se puede decir que es de lo mejor que uno puede disfrutar del cómic, la calidad de Hughes no se desvanece como uno podría sospechar al tratarse de un portadista tan detallista. Siento debilidad por los autores con los trazos limpios y con figuras bien definidas, así que en este caso no he podido quejarme, al contrario. Además, los colores de Laura Martin, ocres en su mayor parte salvo ese azul característico del protagonista, ayudan a situar la escena en un mundo más sombrío, de tono más serio quizá, y algo lejano en el tiempo. Sólo por esto ya merece la pena acercarse al cómic.

Este es el último de los artículos dedicados a Before Watchmen. Esperamos que hayan sido de vuestro agrado y que hayan servido de orientación a la hora de abordar la lectura de estas miniseries.

Fuente: Bleeding Cool.

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New_Rodro
New_Rodro
Lector
23 agosto, 2012 15:52

El comic no se, pero esa portada, con la postura de los personajes y la cara de espectro de Seda… ¡¡¡EPIC WIN!!! xD

Alejandro Ugartondo
Autor
23 agosto, 2012 15:56

Adam Hughes es una artista genial y es una pena que se prodigue tan poco haciendo historias completas como esta. Aun confío que algún día acabe su All Star Wonder Woman.

El planteamiento de Straczynski me parece el más arriesgado de todas las miniseries de BW y el que más probablemente reciba las críticas más encendidas de los detractores de este proyecto porque es el único que tiene pinta que se vaya a meter en la trama de la historia original.

Ocioso
Ocioso
Lector
23 agosto, 2012 16:01

¿Apostamos a que nos deja colgados a falta del cuarto número?

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
23 agosto, 2012 16:01

Quizá lo que diga sea considerado herejía, pero lo digo:

En un post dedicado a una de las obras, un articulista se quejaba de que los escritores no querían dejar su huella. Pues aquí pasa lo contrarioa. Extradewhisky quiere dejar su propia visión.

Por lo pronto, esta es la serie que más me llama y la que compraría en caso de poder comprar solo una. Eso de realidades alternativas mola, aunque desvirtúe a un personaje.

 

Por otra parte, ha sido magnífico que zona negativa haya realizado los seguimientos de BW, aunque pensaba que iban a realizarlos también de el resto de números. Bueno, soñar es gratis.

P.D:Digo todo sin leer el cómic, solo con lo que se dice en la reseña.

Pachinko
Pachinko
Lector
23 agosto, 2012 16:03

 Que ya que hacen tanto seguimiento a BW ya podrian currarse un poco el seguimiento a ST que es una franquicia que le da sopas con honda en cuanto a calidad con muchisimo mas material publicado y mil veces mas interesante que esto…

Johnny99
Johnny99
Lector
23 agosto, 2012 16:18

 Pachinko, y no te olvides del Capitán América de Jurgens, a ver si lo vemos publicado por aqui….

(con cariño, la cruzada de juanete!)

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
23 agosto, 2012 16:30

Yo creo que deberían dar más cancha a IM, a UW y, joder, ¡a I!

dhaldon
dhaldon
Lector
23 agosto, 2012 16:35

Uy, que le esta haciendo por detras para que tengan esa cara (los dos!!) luego diran que si mente calenturienta o sucia (como decia el papa Serrano) pero es que nos los ponen a huevo…

 

Y conociendo al Extrawhisky fijo que nos sale que con que ella le puso los cuernos con Roscharch y ese y no otro es el motivo que al calvo se le fuera la pinza y empezara a ir por ahi en pelota picada… yo de este tio ya me lo espero todo..

 

dhaldon
dhaldon
Lector
23 agosto, 2012 16:36

Pero claro, para saberlo tendremos que esperar  que acabe la miniserie, lo cual conociendole…

Reverend Dust
Lector
23 agosto, 2012 17:01

Pues a mí me ha encantado. El Doctor es mi personaje favorito de WATCHMEN y el capítulo de El Relojero una jodida obra maestra dentro de la obra maestra. No esperaba que Extradewhisky fuera a capturar mínimamente la esencia del buen Jon y mucho menos que podría llegar a ofrecerme algo diferente.

Con las expectativas por los suelos me he encontrado con la gran sorpresa de BEFORE WATCHMEN, con el que para mí es el mejor número de los que se han publicado en esta iniciativa. Excelente apartado gráfico, para no variar, y joder, sorpresa final, cliffhanger, el primero de los cómics de BW que consigue interesarme inevitablemente por el siguiente número. Aunque me interesa más el cómo que el qué, porque creo que puedo imaginarme un final claro (y muchos de vosotros habréis pensado lo mismo):

Aviso de Spoiler

Al final el Doctor Manhattan será quien encierre a Jon Osterman dentro de la cámara

Es el movimiento más lógico y además coherente con lo que se nos cuenta y se nos contó, cerrando ese eterno círculo infinito que es el ser, la nada y la existencia del Doctor Manhattan. ¡Bien por Strac (por fin)!

zape
Lector
23 agosto, 2012 17:23

 No, Reverend, es absolutamente incoherente. Arruina la bella idea de la casualidad, de que la existencia es pura casualidad. Por eso regresa al final. Manhattan no es un personaje determinista en realidad, o más bien la constatación del azar de la existencia humana, y de forma metafórica de su propia existencia como Dr. Manhattan, le hacen apartarse del determinismo.

Otra cosa es que se un truco muy fácil el de cerrar el (supuesto) círculo.

Reverend Dust
Lector
23 agosto, 2012 17:40

Precisamente por su condición no determinista es por la que la línea temporal en la que sí quedó encerrado, generando al Doctor Manhattan, fuera provocada por él mismo. El no determinismo es el que provoca que, en caso de viaje temporal para asesinar a tu yo pasado, ni se provoca una paradoja ni desapareces porque nunca habrías existido en un principio, sino que fabricas una nueva línea temporal.

Y es ése el planteamiento de Strac, la completa infinitud de posibilidades, entre las que se encuentra que, del mismo modo que Espectro de Seda podía haber no estado emparejada con Jon, Jon podía no haber sido transformado en el Doctor Manhattan. No veo la incoherencia, aunque agradecería que ampliaras tu postura (¡por fin un debate interesante sobre el contenido de uno de los cómics de BW!).

José Torralba
23 agosto, 2012 17:43

En la línea de Reverend: es el número de Before Watchmen que más me ha gustado y más me ha sorprendido. Y, también, el único cuyo cliffhanger me ha dejado intrigado. Pero también es el que debe andarse con más ojo a partir de aquí. La propuesta de Straczynski es muy arriesgada y, la verdad, si al final todo va a quedar reducido a una mera paradoja temporal (como la que apunta Reverend) mil veces vista a estas alturas o al sempiterno (y manido) uso de la paradoja del célebre gato… entonces mal vamos.

De momento, alabo el riesgo y las posibilidades que abre: un After Watchmen, un Alter Watchmen o, incluso, la que a mi gusto sería la peor… un Watchmen integrado en el New 52. No creo que haya huevos, pero ese «¿Qué hay en la caja?» me hace acordarme inmediatamente de la propietaria de la caja más importante de la historia: Pandora. Más aún si tenemos en cuenta que esto se sigue publicando dentro del sello DC y que, en realidad, el mecanismo narrativo propuesto al final del número no se diferencia excesivamente del que condujo al nacimiento del Nuevo Universo DC. Ya digo, es un tiro un poco a ciegas, pero acojonar lo hace un rato. Y es la típica sorpresa de última hora que relaciona dos cosas evidentes (parecido a la Corte de los Búhos con Owlman) y que gusta tanto como giro final. Porque no creo que sea casual que ésta sea la última miniserie en salir a la venta y, presumiblemente, la que dará el cerrojazo a Before Watchmen.

Por lo demás, me sigue molestando un poco la sexploitation que se gastan a veces: la escena en la que la compañera de Osterman intenta convencerlo para irse de parranda comentándole que necesita un buen motivo o algo que lo estimule, todo mientras en la viñeta aparecen sus abultados pechos en primer plano… en fin. Gratuito es poco. Adam Hughes dibuja muy bien a rubias sicalípticas, vale. Ya lo he pillado.

zape
Lector
23 agosto, 2012 17:53

 Como en aquella canción de Nick Cave, Manhattan es un dios no intervencionista; hasta que es iluminado con el milagro de la existencia: la pura casualidad. Entre millones y millones de posibilidades solo una. Eso le hace comprender la belleza de la humanidad, que merece su intervención, y le humaniza al mostrarle su propio nacimiento como algo azaroso. No determinado. Esa es la salida difícil, claro. La del guionista bueno de verdad. La otra es la del manual, la del guionista con oficio.

José Torralba
23 agosto, 2012 18:34

No. Precisamente lo rupturista de este asunto es que Straczynski define los poderes de Manhattan en función de Heisenberg y Schrödinger; es decir que lo hace no-determinista en virtud de la indeterminación y la mecánica cuántica. Manhattan aquí ve las distintas posibilidades que desembocan de cada elección y suceso… todas ellas reales, todas ellas posibles.

Sin embargo, en Watchmen Moore lo hizo totalmente determinista, siguiendo un enfoque más bien termodinámico y entrópico. Lo que le maravilla de Laurie, y por ende de la humanidad, no es que su existencia sea casual, sino que es muy improbable. Aquí, el azar o la casualidad son sólo la apariencia que adopta una eterna cadena de causalidades con infinitas ramificaciones que han desembocado en el ser humano. Verlas o no es lo que nos diferencia de Manhattan. Y los taquiones le impiden la lectura, como si pasaras un VHS por un imán. Pero todo es determinista… las cosas podrían haber sido de otra forma, pero no lo fueron, y no lo fueron porque no podían serlo. Esa es la base de los poderes de Manhattan: determinar los factores implicados en cada suceso, constatar las probabilidades de que todos esos factores se dieran, y hallar el único resultado posible. Por eso percibe el tiempo como lo percibe. Hay frases que así lo atestiguan, como la de «Everything is preordained. Even my responses». O esta otra, totalmente aclaratoria: «We’re all puppets, Laurie. I’m just a puppet who can see the strings».

Sin embargo, la más clara es la reflexión que le hace volver: «»Thermodynamic miracles… events with odds against so astronomical they’re effectively impossible, like oxygen spontaneously becoming gold. I long to observe such a thing. And yet, in each human coupling, a thousand million sperm vie for a single egg. Multiply those odds by countless generations, against the odds of your ancestors being alive; meeting; siring this precise son; that exact daughter […]». Ya ves: hechos con probabilidades astronómicas en contra. Habla de probabilidades. Que se concretan en una opción.

Sin embargo, el bueno de Strac ha decidido saltarse esto a la torera y convertirlo en otra cosa: en ese «escoge tu propia aventura» que comentaba Rich Johnston. Es como si jugaras a la ruleta rusa. Probabilidad de 1 contra 5. Strac dice que hay 6, universos… en 5 de ellos sigues vivo y en uno no. Suerte. Moore dice que en realidad no hay suerte y que las probabilidades no son de 1 contra 5. Son de que la bala estuviera en ese agujero, de que le dieras ese impulso, de que el tambor estuviera así de gastado, de que inclinaras más o menos la pistola, de si la pistola tenía algún defecto. Y todo eso hacia atras: si ese impulso se lo diste porque habías desayunado bien o mal, o porque ayer hiciste un esfuerzo, etcétera. Había muchos factores. La probabilidad de que salieras vivo o muerto era mucha o poca. Pero no era azarosa. Sólo era improbable.

zape
Lector
23 agosto, 2012 18:52

 Rupturista con respecto a la obra de origen, pero anda en cuanto a «técnica» de guión. Stra (abreviemos) lo que hace es aplicar (otra vez) una táctica de la posmodernidad como es la de rellenar huecos. La retrocontinuidad del demonio aplicada una y otra vez. Entre otras cosas, el origen de Manhattan era un homenaje al origen constantemente azaroso (improbable pero no imposible) de los superhéroes en los tebeos. Si se rompe esto en favor de un (llamémoslo) post-origen se va en contra directamente de todos los significados de la obra/personaje. ¿El Manhattan entrópico creándose a si mismo?

billyboy
billyboy
Lector
23 agosto, 2012 19:05

 Torralba,no olvidemos que al final de 52 ya dejaban claro que el universo Watchmen era uno de los 52 mundos,asi que si forma parte de los new 52,otra cosa es que el final sea una puerta abierta a un crosover,pero la serie de 52 ya dejo la puerta abierta.

Marc
Marc
Lector
23 agosto, 2012 19:08

 «¿Apostamos a que nos deja colgados a falta del cuarto número?»

DC tiene en cartera a Ryan Sook, ¿no?

José Torralba
23 agosto, 2012 19:20

Respecto al argumento, sigo sin estar de acuerdo. Watchmen no homenajeaba de esa forma el origen azaroso de los superhéroes, sino que los redefinía. Los humanos calificamos de azarosos a aquellos sucesos cuya causalidad entraña tantas variables que somos incapaces de predecirlos. Manhattan sí era capaz. Por eso percibía el tiempo simultáneamente. Sabía lo que había pasado a escala subatómica, lo que estaba pasando y lo que iba a pasar. Podía predecirlo todo. Y si todo puede ser predicho, es que todo está determinado. Pasa así porque tiene que pasar. Lo que es improbable es la conjunción de variables… el ser humano es fruto de una cantidad astronómica de sucesos previos. Belleza salida de la anomalía probabilística. Strac aquí, por contra, hace dos cosas: 1) Le permite a Manhattan no sólo saber, sino también optar… los sucesos fueron así pero podrían haber sido de otro modo, porque Schrödinger dice que sólo se deciden al producirse y Heisenberg dice que si los observas ya los estás modificando, así que escoge tu propia aventura. Y 2) Si al final estableciera la paradoja que comenta Reverend, además de un lugar común en los relatos espaciotemporales (tan común que él mismo la ha predicho ¡Je!) lo único que estaría haciendo es simplificar la causalidad: Manhattan no fue fruto de un cúmulo incontable de sucesos —imprevisibles por un humano, que no azarosos— sino de uno solo: la acción del propio Manhattan.

Espero que esta no sea la solución porque sería decepcionante. Sería, efectivamente, rellenar huecos. Posmodernismo un tanto basto. Y muy visto. Pero si no está rellenando huecos de una historia, sino que está creando una nueva… eso sí sería muy curioso. La única cuestión es si tendrá huevos de hacerlo o no.

Ziggy
Ziggy
Lector
23 agosto, 2012 19:21

¿ A quien engañan? A todos nos hubiera gustado que Huges hubiese ilustrado la mini de Silk Spectre en vez del Doc. Bueno, el trabajo de Conner es sobresaliente, pero Huges es HUGE.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
23 agosto, 2012 19:33

De lo que han dicho Torralba y Zape… Solo he entendido que Huges dibuja unas peras muy buenas.

Phantomas
Phantomas
Lector
23 agosto, 2012 20:05

Un par de cosas:

Espero Marcos y resto del equipo que no sean realmente los iltimos post respecto a BW y que haya resumen final de cada mini.

En cuanto a termodinámica y mecánica cuántica, hace tiempo que no repaso los apuntes de la carrera, pero diría que aplicado al caso, lo que viene a decir es que si Manhattan es capaz de conocer lo que ocurre, lo que no puede conocer son las causas de por que ocurre así (vamos, puedes determinar la posición del electrón o la velocidad del mismo, pero no ambas a la vez, salvo como una función de onda que determina la probabilidad de que dicho electrón se encuentre en un determinado punto moviéndose a determinada velocidad, pero sin posibilidad de certeza absoluta respecto a ambas cosas). Lo cual puede significar que Manhattan, incluso cuando piensa que «sabe» que algo pasara así, sea solo en un 99,99% y tenga posibilidad de error (a nivel macroscopico 2+2=4, pero a nivel microscópico 2+2=4+/-error). Y eso abre la puerta a finales mejores que el que sea el propio Manhattan el que encierre a Oesterman que seria demasiado simple y mil veces visto.

José Torralba
23 agosto, 2012 20:30

Espaidi, es relativamente sencillo. Causalidad. Supongo que alguna vez habrás roto algo. Una lámpara, por ejemplo. Imaginemos que vas ahora a tu salón, y que empujas una lámpara con todas tus fuerzas. La caes y la rompes. Tú madre te dice que en qué estabas pensando. ¿Por qué? Porque en su cabeza, si empujas la lámpara, ésta se cae y se rompe. No hay otra posibilidad ¿verdad? (en realidad sí, pero por motivos prácticos imaginemos que no). El caso es que tu madre ha establecido una relación causal directa: la lámpara se ha caído porque tú la has empujado. Ahora, imaginemos que en vez de ir a empujarla, te dedicas a hacer botar un balón de baloncesto en la pared contigua a la lámpara. Ahora ya hablaríamos de la probabilidad que hay de que tires la lámpara… o lo que es lo mismo: de la frecuencia con la que esa lámpara se cae en un sistema en el que una pelota es arrojada a la pared que hay lado cada x segundos. La probabilidad es una frecuecia. Y, en este caso, es muy alta. Si tiras la lámpara, tu madre ahora vendrá y no te acusará de tirar la lámpara, sino de jugar con una pelota junto a ella. ¿Por qué? Porque el sistema causal ya no es tan directo como antes. Imaginemos ahora que en realidad juegas con la pelota en la habitación de al lado, y que tiras la lámpara. Tu madre te regañará, pero menos. Y tú te defenderás diciendo que estabas en la habitación de al lado. En realidad lo que estás diciendo es que había menos probabilidades de tirarla. Y si en lugar de todo edto resulta que vas bajando por la escalera y te resbalas con un pequeño charco que había ahí porque tu casa tiene una gotera y anoche llovió, de forma que patinas y accidentalmente le das a una pelota que ha dejado ahí tu primo, y la pelota rebota, le da a la lámpara y tú te caes, tu madre irá a ver si te ha pasado algo y no te echará la culpa de romper la lámpara. ¿Por qué? Porque la probabilidad de que la rompieras era muy baja. O lo que es lo mismo: la frecuencia con la que esa lámpara se parte de esa forma es muy baja. No era previsible. Y lo que no es previsible, es azaroso. Aleatorio. Y la aleatoriedad se da mucho en los sistemas complejos: cuando eras tú el que empujaba la lámpara, en el sistema sólo estabais la pelota y tú. En el último sistema, tenemos la pelota, un charco, una escalera, tu primo, la lluvia, etcétera, etcétera.

Vale. En Watchmen, el Doctor Manhattan no sólo ha calculado la probabilidad de que tiraras la lámpara en el sistema complejo, sino que ha calculado la probabilidad de que el sistema complejo se formara. Es decir, de que tú bajaras las escaleras en una casa con goteras el día después de que lloviera y de que tu primo pasara por allí. Sabe por qué ha llovido el día antes, sabe qué le hizo ir a tu primo a casa, sabe por qué bajabas esas escaleras en ese preciso momento. El sistema sigue siendo igual de improbable. Y, para los humanos, esa improbabilidad implica impredictibilidad. Nadie podía saber que iba a ocurrir. Pero, para él, que sea improbable no significa que sea impredecible. Conociendo todos los datos, supo que eso iba a pasar. Y como lo sabía, eso significa que no podía pasar de otra manera. Es como el tiempo. Tú no puedes predecir si mañana va a llover si no tienes datos. Sin embargo, el meteorólogo de la tele, con el Meteosat a su lado, puede hacer una predicción casi exacta. Si llueve, te dirá que es porque así tenía que ser (es un sistema determinista). Pues bien, Manhattan es un metereólogo a lo bestia.

O al menos, lo es en Watchmen. En Watchmen puede saber qué ha pasado. Pero no puede alterarlo. Como el tipo del tiempo. Sin embargo, llega Strac y dice «no, también puede alterarlo». Y si Reverend lleva razón, no so eso: el tipo del tiempo ha viajado al pasado, ha evalorado un lago y hoy está tirándole cohetes a las nubes para que llueva. Ya no predice el tiempo. Ahora tiene una máquina para controlar el tiempo. ¿Qué significa esto? Bueno, pues tres cosas: 1) Ahora el sistema ya no es complejo. Tenemos un meteorólogo con una máquina que le permite controlar el clima. Es decir: sólo estáis tú y la pelota, así que las cosas son menos bonitas. Antes todo era fruto de un sistema complejo improbable pero predecible. Ahora tenemos a un tío que lo hace todo. 2) Paradójicamente, el sistema ya no es determinista: antes te limitabas a describirme lo que había pasado y lo que iba a pasar. Lo dabas por hecho. «Mañana llueve» y punto. Ahora le dices «Ey, estoy controlando el clima… mañana puede llover o no. Ya lo decidiré». 3) Me estás rellenando huecos de forma pedestre. Yo creía que la historia iba de un meteorólogo con un Meteosat que examinaba datos y demás. Ahora vienes a decirme que no: que en realidad el meteorólogo controla el clima. Me estás retconeando la historia aportando nuevos detalles a la historia de base. No me cuentas cómo el meteorólogo llegó a serlo. Ni lo que hizo después de que lloviera. No me cuentas el antes o el después, sino que me vuelves a contar el durante. Eso es «rellenar huecos». Primero de Posmodernismo.

Ocioso
Ocioso
Lector
23 agosto, 2012 20:37

Lo único que he entendido es que Espaidy ha roto una lampara.

José Torralba
23 agosto, 2012 20:44

Justamente Phantomas. Eso eso que espero yo. Que Straczynski tire por ahí y me cuente algo que no haya visto antes. Indeterminación (es decir, conocimiento parcial, alteración de la partícula al observarla) o cuántica pura y dura (el gato no está ni vivo ni muerto; es más puede que acabe vivo y muerto). Un poco de fantasía poco vista. Si todo se acaba reduciendo a una variante de «yo me tiré a mi madre y soy mi propio hijo» pues… prf.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
23 agosto, 2012 20:52

Jose, si que lo entendi(mas o menos, pero gracias a lo del meteorólogo lo entiendo mejor). Solo era para hacer el chiste.

zape
Lector
23 agosto, 2012 21:01

 Yo si pienso que, entre otras muchas cosas, en eses origen hay un homenaje al origen de tantos y tantos superhéroes. Es uno de los muchos clichés que Alan Moore emplea con elegancia. Origenes en su mayoría sometidos desde hace unos años a especulaciones, ampliaciones, a post-orígenes. Todo siguiendo esquemas ora conspiratorios, ora mesiánicos. Un coñazo, vamos.  

José Torralba
23 agosto, 2012 21:25

Por supuesto, ¡yo también! Pero no es una mera recreación, sino que Moore le pone mucho de su parte: para Jon Osterman es puro azar; pero para el Doctor Manhattan es una cadena de acontecimientos ineludible, similar a un reloj. Que sea improbable no quiere decir que no pueda ser predicha si tienes suficientes datos. He ahí el quid. Lo que sigue sin tener, y por eso es tan hermosa en su homenaje, es propósito o premeditación. La conspirania o el mesianismo en las revisitaciones posmodernas son un asco no sólo porque rellenen huecos que no necesitaban ser rellenados, sino porque dotan de propósito a aquello que nunca lo tuvo. Y, además, volvemos a lo que le comentaba al bromista de Spaidi (:P)… la causalidad es simple u directa: tal fulano lo ha hecho así. El sistema es menos complejo. Y por tanto es menos hermoso.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
23 agosto, 2012 21:30

Torralba, se que no viene a cuento, pero lo tengo que decir:
Estupendas reseñas las que has hecho de las serie Vértigo.
Ya lo he dicho.
P.D:que significa el emoticono ese?

Raul Martin
Lector
23 agosto, 2012 21:35

 Menuda sorpresa, justo cuando ya había decidido que para mí el peor cómic de todo B.W. sería Ozymandias, voy y descubro que este Dr.Manhattan se proclama todavía peor. Y no me lo imaginaba tratándose de un autor para mí respetado (que no seguido) como JMS.

Y es que de todos los efoques posibles a la hora de manejar este proyecto, creo que definitivamente el peor es intentar «versionar» el propio Watchmen. Así ha quedado esto, una cacofonía pseudo erudita que resulta un ladrillo inanguantable. El dibujo es muy bonito, y narrativamente certero para alegría del lector, pero el guión es el «quiero y no puedo» más evidente de todas las miniseries. Al menos en mi opinión.

zape
Lector
23 agosto, 2012 21:37

 Por supuesto. Ahí vive la riqueza y la complejidad inagotables de Watchmen. Entre muchas cosas es un tebeo de tebeos, pero esa es solo una de sus formas.

Los autores del presente parecen necesitar de un orden, de un sistema. Pero el caos es también un sistema, y uno mucho más bello: «¿Por qué pasa esto? Porque sí». Claro, esta es una respuesta mucho más inquietante. La resolución del misterio tranquiliza, pero anula la belleza intrínseca del misterio, lo vulgariza.

José Torralba
23 agosto, 2012 21:46

Muchas gracias, Espaidi. Reconforta saber que hay quien las sigue mirando. Yo las actualizo de vez en cuando, sobre todo para incluir nuevas entregas. Y el emoticono ese es sólo sacar la lengua, en plan «así que estabas de broma; serás joío… los parrafazos que me has hechos soltar».

Pues a mí, de momento, ha sido de los que menos me ha disgustado Raúl. Prefiero un cómic valiente que no llegue a uno conformista, que se contente con contarnos una historia pre-Watchmen del personaje o un origen innecesario por convencional. Aunque ya digo: mi valoración en este caso ha de esperar, porque tengo que ver como remata esto Steaczynski.

Y en efecto, zape: es justamente eso. Vulgarización mediante explicación.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
23 agosto, 2012 21:53

Jose, pues gracias a ti, tengo ganas de leer Fábulas. Un punto para ti.
Y aun así, esos párrafos me han ayudado a comprender mejor el tema. Gracias!

zape
Lector
23 agosto, 2012 22:31

 Como mínimo este es el único peligroso de verdad: está tocando Watchmen desde dentro. Enmendando a Moore, ahí es nada.

Wertham
Wertham
Lector
23 agosto, 2012 22:55

 Strac se trae un rollo raro con esto del azar o la intervención. Ya sugirió que la araña fue a picar a propósito a Peter Parker y constató que Reed Richards creó los poderes de los 4F y el propio universo.

Tiene pinta de que aquello del «cabo suelto» que decía Strac es lo de que se cerrara la puerta del campo intrínseco cuando en teoría Jon debía tener tiempo para salir, y por el final de este número, vaticino que Manhattan se acabará dando cuenta de que, para que todo ocurra como tiene que ocurrir, está «obligado» a crearse a sí mismo. Lo cual concordaría con su mentalidad de «todo está prefijado» que tiene cuando habla con Laurie en Marte.

Si Strac juega bien sus cartas y no quiere cargarse la obra original, el final de la miniserie planteará al Dr. Manhattan una pregunta que «el milagro termodinámico» de la vida humana le responderá en el capítulo 9 de Watchmen.

Alejandro Ugartondo
Autor
23 agosto, 2012 23:16

Da gusto ver un debate de este nivel el mismo día que se ha estado discutiendo sobre las habilidades artísticas de Rob Liefeld en el post de al lado. 

Confío que JMS se sacará un final más o menos digno para esta miniserie aunque temo que sea un poco efectista porque sólo tiene 4 números para explicar su historia y ha utilizado el primero para explicar las nuevas reglas del juego. Por eso creo que no tendrá mucho tiempo para desarrollar muchas ideas y tirará por una solución llamativa y sin muchas explicaciones.

Jordi Molinari
Lector
23 agosto, 2012 23:32

A mi me molaría que el último número fuera un debate entre el Doctor Manhattan y el Doctor Manhattan sobre precisamente eso, si debe el Doctor Manhattan encerrar de forma predeterminada a Jon Ostander o no. Y que al final viéramos a Jon transformándose, pero sin ver si realmente ha sido por obra o no del Doctor Manhattan. Así quedarían abiertas para el lector 3 posibilidades:

a) Lo hizo porque debía hacerse.

b) No lo hizo porque no ocurrió así.

c) No lo hizo, pero estar allí y planteárselo es lo que realmente hizo que ocurriese.

Aunque luego me saltarían los detractores de Nolan cagándose en los finales abiertos XD

Reverend Dust
Lector
23 agosto, 2012 23:48

 ORIGEN no tenía un final abierto. Tenía una mierda de final.

Juan Luis Daza
Autor
24 agosto, 2012 0:04

 No es abierto, está claro que sucede al final (es más, el mismo Nolan lo ha explicado varias veces) pero a mí me parece un cierre cojonudo para la película, me encantó ver a la gente cuchichear en el cine cuando fundió a negro el último plano. ¡Gente pensando en el cine, todavía se puede!

Ocioso
Ocioso
Lector
24 agosto, 2012 0:17

Armin Tamzarian ha comentado  ¡Gente pensando en el cine, todavía se puede!

Parafraseando al genio: lo bueno del cine de Nolan es que cada vez que me ponen una de sus películas me pongo a pensar en mis cosas.

Acerca de los finales abiertos en cualquier medio, estoy convencido de que salvo raras excepciones son la única salida para un guionista que no sabe como rematar su propia historia.

Juan Luis Daza
Autor
24 agosto, 2012 0:21

 Parafraseando al genio: lo bueno del cine de Nolan es que cada vez que me ponen una de sus películas me pongo a pensar en mis cosas.

Yo viendo Memento pensaba que estaría muy atractivo teñido de rubio y con el cuerpo lleno de tatuajes.

Reverend Dust
Lector
24 agosto, 2012 0:26

 me encantó ver a la gente cuchichear en el cine cuando fundió a negro el
último plano. ¡Gente pensando en el cine, todavía se puede!
Cuando fundió a negro, en sala se oyó a alguien gritar «¡Qué hijo de puta!».

Juan Luis Daza
Autor
24 agosto, 2012 0:30

 Cuando fundió a negro, en sala se oyó a alguien gritar “¡Qué hijo de puta!”.

¡Santa Cachucha Batman! con ese comentario hubiera triunfado cualquiera.

Viendo The Prestige pensaba por qué Batman y Lobezno no se daban de hostias por la Viuda Negra e vez de hacer tanto truco de magia.


Titan
Titan
Lector
24 agosto, 2012 1:13

El final que ha dicho Reverend es muy del gusto de Strac. Todo lo que no sea dar una verdadera explicación sino trasladar el problema como hizo en Rising Stars.

Javié
Javié
Lector
24 agosto, 2012 2:59

Alan moore es un tipo, tan extremadamente inteligente, que cuando definio al personaje, se guardó todos los ases que pudiera necesitar, dentro de la manga de su casaca Luis XIV.

El dejo ver claramente que el Doctor M podía efectivamente moverse libremente por la percepción que el resto de mortales llamariamos tiempo. Pero cuando se planteó el asunto de si podía o no cambiar hechos del futuro, el barbas fue inteligente e introdujo la mitica escena del comediante disparando en Vietnan, es decir, a partir de esa conversación y de las palabras del Comediante, ninguno volvimos a preguntarnos si podía o no cambiar hechos, porque el escritor se metio en nuestras mentes con la maquina Origen y nos infecto con una idea, que cada vez que nos planteáramos esas cuestiones las achaquemos al campo de la moral, porque todos recordamos aquel famoso «Podías haber convertido la pistola en tal, las balas en tal…No te importamos, te has quedado fuera doctor», (o algo así).

Cassidy
Cassidy
Lector
24 agosto, 2012 9:11

Pues es un tema con tantas posibilidades que realmente todos los enfoques tienen su parte de razón, aunque mi posición es más cercana a lo que ha dicho Javié. Eso sí, tengo que admitir que ésta en principio era de las que menos me interesaba, sobre todo por las primeras declaraciones de Strac. Pero después de la reseña me pica la curiosidad, aunque tengo sentimientos encontrados. Por una parte puede resultar algo interesante, pero tratándose de este autor y sus antecedentes, estoy bastante acojonadillo xD Y la teoría de Torralba de Pandora me provoca tembleque directamente ^^u

x-ternon
Lector
24 agosto, 2012 13:28

 El Dr. Manhattan es mi personaje favorito del tebeo original, creo que era el mejor tratado en relación a la dificultad que, creo yo, suponía escribirlo. Cuando se confirmó la noticia , decía yo, más en broma que en serio, que lo que me parecía mal es que puestos a meterse en el barro no lo hiciesen de verdad y se quedasen a medias y que debía ser una secuela con todas las de la ley, total puestos a cagarla que sea bien y con un proyecto ambicioso. Me alegro de que alguien haya dado si no el paso, por lo menos un amago y desde luego Strac es, en mi opinión, el mejor capacitado para hacerlo de todos los implicados y ya puestos cuando tenga que darle resolución al tema se habrá marchado, con lo que pueden quedar en interruptus pero sin gatillazo ;-P si es que son todo ventajas, un tandem Strac-Huges no puede escribir 6 números en un año, ni en este ni en un millón de universos.

AlexCruz
Lector
24 agosto, 2012 17:46

 Personajes con una enorme profundidad dramatica usados para contar la cotidianidad de sus vidas (para saciar el morbido consumo de los fans) en vez de ser usados para contar una proesa extraordinaria…

Toda una herejia para uno de los principales postulados de la filosofia de escritor del viejo barbon de Northamton: «Los personajes son solo una escusa para contar una historia interesante.»

Si no se usa a los personajes para contar una historia o tematica interesante y la unica historia a contar es la maravilloza o excentrica historia del personaje… La verdad que flojera. Por eso Alan Moore es Alan Moore y Michael Straczynski es Michael Straczynski.

Fran
Fran
Lector
24 agosto, 2012 19:30

  Lo bueno de este before watchmen es que hablaremos aun más de la obra original…deberían incluir en cada comic de before watchmen una advertencia: Leer imperativamente antes watchmen!

AlexCruz
Lector
26 agosto, 2012 4:13

Es muy interesante la manera como aborda Alan Moore el como seria un verdadero semi-Dios que domina la materia atraves de poder controlar o predecir el comportamiento de la fisica de particulas… Si alguien conoce todas las reacciones o resultados de las variables de un sistema, en teoria sabria cual es la mayor probabilidad del resultado… Las matematicas pueden ser exactas e infinitas, pero los datos de las variables son indeterminados, incluso las constantes tienen cierto grado de variacion. Podemos entender y cuantificar los datos de las variables, pero no podemos percibir los datos cambiantes de todas las variables. Eso se sale de la comprension humana.

 

Si alguien como el Dr Manhattan pudiera percibir la variacion cuantica de todos los datos de una ecuacion, podria ser la unica persona conciente del universo de los resultados de una ecuacion en un momento determinado, ser el observador de un sistema determinista… Pero si el Dr. Manhattan puede donimar el especio-tiempo y hacer viajar su conciencia sobre si mismo de un punto futuro a un punto pasado, podria cambiar la variacion cuantica de los datos para cambiar el resultaldo de sus ecuaciones.

Creo que al final de WATCHMEN cuando el Dr. Manhattan le dice a Laurie Jupiter que se va del planeta para siempre porque cree que es capaz de crear vida… Se esta refiriendo a que ya no solo es el observador de un sistema determinista al tener la percepcion de todas las variables cuanticas de todos los datos y poder calcular la mejor probabilidad de los resultados… Ahora con su conocimiento de la probabilidad puede cambiar las variables cuanticas de todos los datos y modificar los resultados de las ecuaciones, incluso puede hacer viajar su conciencia sobre si mismo en el espacio-tiempo para hacer cambios anteriores al resultado de sus ecuaciones.

Claro, percibiendo y calculado la probabilidad de las variaciones cuanticas de este universo, no metiendoce en datos de universos paralelos. El Dr. Manhattan podria calcular la mejor probabilidad para agrupar materia estelar en la galaxia y crear asi una estrella con un sistema planetario similar al sol y despues sobre uno de los planetas crear las condiciones de sustetabilidad para la vida. Pero mover y modicar cantidades astronomicas de material estelar se sale de sus limites… Quizas se referia a calcular cuales son las regiones de la galaxia donde hay estrellas con un sistema planetario similar a la tierra y solo haria modificaciones para crear las condiciones de sustentabilidad de la vida… Pero para que ir a otra region de la galaxia si puede hacer eso con Marte.

Dios, hasta yo me doy miedo cuando empiezo a frikear como nerdo-ñoñazo de Berkeley o Oxford…

José Torralba
26 agosto, 2012 18:51

¡Chicos! Finalmente, éste no será vuestro último Before Watchmen. DC acaba de anunciar Before Watchmen: Moloch #1 y #2 para noviembre y diciembre, respectivamente: http://www.dccomics.com/blog/2012/08/25/dc-entertainment-announces-before-watchmen-moloch

AlexCruz
Lector
26 agosto, 2012 19:36

Tengo la congetura de que a Neil Gaiman le dijeron: «Mira, si ya nos vamos a ir al infierno por usar WATCHMEN, tambien vamos a usar a Sandman. Asi que lo usas tu o asignamos a un equipo creativo para usarlo de todas formas.» De un Bob Haras o un Dan Didio, no me cabe la menor duda.