Batman: Bajo la capucha núm. 03 (de 3)

 

Edición original: Batman núms. 645 a 650 USA, Batman Annual 25 USA, DC Comics, noviembre de 2005 a mayo de 2006.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones, Enero de 2015.
Guión: Judd Winick.
Dibujo: Doug Mahnke, Eric Battle, Shane Davis.
Formato: Rústica, 192 págs. A color.
Precio: 17,95€.

 

La resurrección de Jason Todd ha sembrado de interrogantes la vida del Hombre Murciélago. Bajo la identidad de Capucha Roja, el antiguo Robin ha decretado una guerra contra el crimen que está desangrando los bajos fondos de Gotham y que podría tener consecuencias catastróficas. pero las intenciones del implacable justiciero van más allá de limpiar de malhechores la ciudad. Capucha Roja ha urdido un plan endiablado para vengarse de Batman en un emocionante relato de suspense que lleva la firma del guionista Judd Winick y de los dibujantes Dustin Nguyen (Batman eterno), Shane Davis (Superman: Tierra uno) y Eric Battle.

Em… bueno, eso no es así. Hay un Nguyen, pero se llama Tom y es entintador. Dicho esto…

Por un lado no puedo sino agradecer a Dan Didio que aceptase el regreso de Jason Todd, es un editor muy dado a alterar el statu quo de los personajes, promoviendo que los autores no se acomoden. En ese sentido está bien. Pero de vez en cuando sale a la superficie ese demonio editorial que lleva en su interior y los guionistas (y re-dibujantes) se las ven y se las desean para mantenerse fieles a las historias que están tratando de contar y encajarlas con los designios editoriales. El presente tomo de Bajo la capucha coincidió con Crisis infinita, un evento de proporciones uni y multiversales pero que también se desplegó a través de todo el Universo DC a base de diferentes subtramas de carácter muy diferentes.

De este modo, Deathstroke hace acto de presencia en Gotham, y aunque nos muramos de ganas por ver una pelea entre él, Batman y Capucha Roja, solamente viene para ofrecer al simpático Máscara Negra membresía en la Sociedad de villanos que lidera Lex Luthor, con lo que podrá beneficiarse de ciertas ventajas como algunos metahumanos que le ayuden con su problemas. Las cosas se complican, pero Judd Winick no deja pasar ocasión para meter algo de humor. De verdad, adoro su Máscara Negra.

Winick introduce estos elementos en la trama con elegancia, aprovechándolos para mostrarnos unos Bruce y Jason trabajando juntos, como si todavía fuesen Batman y Robin, pero enfrentándose verbalmente. La piel de gallina. Y es que gran parte de la fuerza de este arco argumental es la dinámica entre la antigua pareja de héroes, a veces parece que Winick sería capaz de postergar la conclusión de la historia durante muchos meses más, y que fue la llegada de, precisamente, Crisis infinita, lo que precipitó el final. Aun con todo, Winick se guarda páginas para desarrollar el personaje de Jason, primero revisitando sus primeros días como Robin y después guardándose las respuestas para el epílogo que se publicó tras el fin, en Batman Annual 25.

En el primer caso vemos un Jason ligeramente diferente al que encontraremos si releemos los cómics que precedieron a su muerte. No es tanto altanería lo que vemos, sino cierto grado de rabia, orgullo y, sobre todo, admiración por Batman. Así nos vamos haciendo a la idea de cuál es la raíz de su rencor hacia el hombre que consideraba su padre. En el anual veremos su conversión de Robin/cadáver a Capucha roja, y es aquí donde Didio vuelve a hacer de las suyas, porque “pidió” a Winick que ligase la explicación a Crisis infinita, lo cual hizo igualmente de forma más que competente dadas las circunstancias, pero obviamente los lectores no quedaron nada satisfechos, considerándolo un deus ex-machina del tamaño de Mogo y que nada tenía que ver con lo explicado hasta el momento.

El anual, por cierto, incluye la página de “Una muerte en la familia” alternativa que Jim Aparo dibujó para ser publicada en caso de que la votación de los lectores hubiese decidido que Jason viviera. Se agradece ese pedacito de historia no solamente recuperado sino integrado en el cómic.

Toda la explicación sobre el regreso de Jason, quisiera señalar, en ningún momento se ha puesto en conocimiento de Batman, sino que somos los lectores los únicos espectadores. Me extraña que nunca se haya querido aclarar todo para los personajes, más cuando es lo más lógico, que quiera saber. Y, por supuesto, no tengo ni idea de cuánto de esto se mantiene en la continuidad post-Flashpoint, porque muchas cosas han quedado en la ambigüedad al explicar los orígenes de Jason en el Nuevo Universo DC.

Para conocer la explicación que Winick tenía preparada originalmente podéis ir directamente a leer el primer tomo de Batman: Bajo la capucha, donde el guionista se salta el momento de la resurrección y pasa a explicar cosas más terrenales. O podéis ver la película de animación, donde el propio Winick se ocupó de adaptar la historia, y en la que se prescinde de todo el tema cósmico y utiliza solamente elementos propios de la mitología del Hombre Murciélago.

Para mí la gran pega de esta saga es el dibujo de los dos números finales, a cargo de Eric Battle, alguien con un estilo completamente diferente a Doug Mahnke. No es que sea feísta, es que roza lo caricaturesco y te saca bastante de la historia en los momentos más dramáticos. Además le dio por dibujar los cuchilos de Jason, su seña de identidad, de otra forma, nada fina, y al Joker como a Mr. Punch. Incluso los capítulos realizados por Shane Davis, sin ser un dibujante de mi agrado por lo general, me parece que toman mejor el espíritu de la historia, captando esa chulería que se gasta Jason, y transmitiendo seriedad cuando es necesario. Incluso los momentos “cósmicos” entran mejor con su estilo.

En el tomo, eso sí, falta una página, la última del Batman 650, que es número final de la historia. ¿Por qué? En ocasiones DC Comics hace remiendos de esta clase para hacer los tomos recopilatorios lo más autocontenidos que sea posible, llegando a inlcuir en los grandes crossovers únicamente las páginas de cada cómic que tengan relación con el evento, eliminando las que solamente tienen interés para los seguidores de cada serie individualmente. El material publicado por ECC Ediciones se corresponde con el TPB de DC Comics, el cual no incluía dicha página.

He aquí el final:

Aviso de Spoiler Y con esto se completa el mensaje: llega el impuesto evento editorial, el punto y a parte, y con él el cliffhanger, la posible pero no probable muerte, y el inevitable regreso posterior. Siempre ha pasado y siempre pasará 😉 Como veréis enlaza con el ajuste de la continuidad producido en Crisis inifinita, aunque no sea algo que se refleje argumentalmente de forma directa en ningún sitio. Si el problema era dejar un extraño cliffhanger para concluir el cómic me temo que no lo han evitado.

Con o sin esa página el final es abierto, como un gran tópico de cómic de superhéroes, de ahí la frase final. Jason volvería, por supuesto, aunque no siempre se hizo justicia al personaje que redefinió Judd Winick en estas páginas y, de hecho, muchas veces se malinterpretó. Con el Nuevo Universo DC, y reconvertido en antihéroe, ya no importan esas otras interpretaciones porque de nuevo Jason ya no es el que escribió Winick, pero no por ello dejaremos de disfrutar esta pequeña gran historia que cambió el mundo de Batman… otra vez.

 Reseña de Batman: Bajo la capucha núm. 01, por Sergio Robla

 Reseña de Batman: Bajo la capucha núm. 02, por Sergio Robla

 Artículo de Jorge García incluído en la edición española a cargo de ECC Ediciones.

 Primera páginas de la presente edición.