
Molonismo
«No te reconozco»
La línea Absolute es un limpiado de cara, una renovación de los conceptos de DC (lo hemos dicho mil veces y ya cansa, lo sabemos). Ideas de más de 80 años han necesitado mucho remozado, revisiones, reconcepciones para mantener su interés entre el fandom tantos años.
Pero si un personaje no lo ha necesitado desde hace décadas es Batman.
Al revés, más bien ha sido Batman el recurso que ha utilizado la editorial para remontar colecciones y personajes. Cuántas veces hemos visto al murciélago pasearse por el universo DC para ver si se animaba la cosa.
Batman no necesita la línea Absolute. Pero tiene que estar. Es el pedigrí, el sello de autenticidad.
La opción de DC ha sido aprovechar la iniciativa para modernizar el mito y probar cosas nuevas, mezclar el trampolín y la visibilidad para meterle una dosis de molonidad y de modernidad, entendida como guiño a las nuevas generaciones.
Scott Snyder a los guiones. Está claro que no es un guiño a los lectores veteranos. Pero el guionista de American Vampire es un superventas y un creador de conceptos epatantes que permiten perpetrar auténticas portadacas.
Snyder ha despojado a Batman de todas aquellas cosas que hacían que el lector empatizara menos con él. Le han quitado la fortuna Wayne, la orfandad, el mayordomo y todo el pijerío que conllevaba. A cambio le ha dado la moto de Akira , un cuerpo lleno de esteroides y un aire canallita, poligonero de working class hero.
Un cambio bastante raro y difícil de justificar… pero lo moderniza, nos lo acerca… y eso está bien. Continuamos teniendo a Alfred que aparece como experto en operaciones especiales, quitándole toda la flema y humor inglés (una pérdida irreparable). Ah, perdón, que toma te.
Snyder homenajea a Miller con sus cortes a noticiarios que ayudan a contextualizar (no es lo mismo, vale) y mezcla la tradición de Batman (el crimen) con algo inequivocamente yanki como las matanzas masivas a ciudadanos inocentes. Lo que es significativo para reescribir la piedra fundacional del heroísmo de Bruce. No es un cambio radical, es interesante. No parece que suponga una declaración ideológica (y casi filosófica) de intenciones como Johns en Flashpoint, pero parece funcionar y es coherente.
El dibujo de Dragotta es una subida a la moto de la molonidad y un descarado guiño a las huestes otakus. La narrativa, el movimiento, las líneas cinéticas y el contraste entre “todo” y esas cabecitas medio dibujadas es una declaración de intenciones muy evidente.
¿El resultado? Un cómic espectacular (ES-PEC-TA-CU-LAR) con unas escenas de acción tremendas e impactantes que prácticamente se salen de la página, explotando de forma radical y extrema.
Sin embargo, una mirada más veterana (y adulta) y, por tanto, escéptica le ve las costuras a este inicio de la colección. Demasiadas ganas de epatar, demasiada ansia, demasiada… llega un momento en que puede parecer caricaturesco todo (ese aire afectado y malote), incluso alguna viñeta de Dragotta que, sinceramente, se vacía en cada plano.
Veremos cómo evoluciona, pero podemos augurar que se va a tratar de un éxito absoluto y que traerá publico nuevo a DC. Y ese es su objetivo. Está claro que, si no te gusta, no eres el público. Porque es un producto perfecto para la finalidad que persigue: captar lectores jóvenes, aquellos que van a ver pelis de superhéroes y luego solo compran One Piece o Berserk.
Otra cosa será, si la editorial será capaz de retener a este público en otras series.
Si bien es cierto, que como intento mainstream de mezclar superhéroes y manga, parece que es un acierto y han dado en el clavo.
Lo mejor
• El cambio radical que supone
• La moto, claro.
• Algunas escenas de acción.
Lo peor
• En algún momento parece algo caricaturesco.
A mí me ha encantado y tengo 45 años. Efectivamente es espectacular. Se agradece que Alfredo no esté muerto. Y desde luego que la escena de la moto en el edificio es genial. A ver, es evidente que no estamos leyendo un Frank Miller de los antiguos, no tampoco un Morrison. Este Snyder es aquí totalmente palomitero. Pero bueno, también tiene que haber placeres culpables… Y tienes razón: a mí hijo de 16 años le fascina
Lo del público objetivo no lo decía por una cuestión de edad. Creo q es un cómic muy honesto. Da lo q promete. Va a lo q va. En su género, es un producto ideal, muy bien elaborado.
Gracias por comentar
Totalmente de acuerdo
Un poco fuera de tema, pero me gustaría señalar que ahora mismo Santiago García es traductor de Batman y de Spiderman, ¡a la vez! ¿Se puede ser más legendario?
Y gracias por la reseña, Román. Me rindo ante el molonismo XDD.
No sabía q Santiago García traducía ambos personajes, imagino que eso es molonismo en el gremio de los traductores XD
Hace no demasiado comentaba que Savage Dragon es mi placer culpable noventero en gran parte por su molonismo desatado. Creo que Absolute Batman es la misma fórmula, pero la versión de 2025
son palomitas, es el queso fundido de la pizza, es la cerveza fría al volver de una salida en bicicleta en verano… es disfrutón
Caricaturesco esa es la palabra clave, este Batman deformado no es para mi ojearlo y lo solté rápidamente.