War of Kings: El Resumen 04

Vulcano se enfrenta a las repercusiones de la guerra que está manteniendo el Imperio Shi’ar contra los Kree. Una cosa es convertirte en emperador por la fuerza y afrontar una campaña, y otra muy diferente, es saber administrar un imperio tan vasto como el shi’ar. Resulta que la guerra está costando mucho dinero y esfuerzo a los shi’ar, obligándoles a desistir en la anexión de territorios. Algo que Vulcano no parece comprender del todo. La maquinaria económica es muy delicada y, de continuar por este camino, los shi’ar pagarán un alto precio.

Toda esta conversación la tiene el Emperador Vulcano desde un vehículo de tierra que está participando en un asalto contra los kree en el mundo de Kon-Shor, cuando un Centinela Inhumano irrumpe, atravesando el casco y los escudos defensivos. Vulcano se prepara para atacar justo en el momento en que un rayo destroza la cabeza del Centinela. El razor conocido como Talon, último de su raza, asegura que el Emperador de todos los shi’ar está bajo su protección.

En una playa de Hala, Ronan y su esposa, Crystal, la elemental inhumana, pasean y hablan de la debilidad actual del Imperio Kree frente a la fortaleza del Imperio Shi’ar. Crystal le comenta a su marido –del que cada vez parece más enamorada– que los shi’ar están experimentando ciertas dificultades para poder afrontar la guerra. La inhumana también le revela a Ronan que, si la misión de los Saqueadores Estelares fracasara –consistente en devolver a Lilandra al trono–, Rayo Negro tiene un plan de contingencia para terminar con la guerra. Aunque no quiere ni imaginar el coste de todo ello en vida… en sangre.

Mientras tanto, escoltada por Gladiador y los Saqueadores Estelares, Lilandra consigue alcanzar Chandilar y hablar ante el Alto Consejo. Lejos de dar un golpe de estado, explica, lo que pretende es un retorno al viejo orden, con alguien capacitado para el mandato, una persona que ya ha demostrado en el pasado sus aptitudes y su autoridad. El consejo corea el cargo: Majestrix.

En Kon-Shor, Talon se identifica ante Vulcano como Shir Ydrn Talonis, de la Fraternidad de los Raptores. Le cuenta una historia cuya veracidad pongo en duda y que es, por demás, difícilmente comprobable. Según Talon, la Fraternidad fue creada cuando el Universo aún era joven para preservar el naciente Imperio Shi’ar. También le cuenta que ha llegado a un trato con el Rey Blastaar, de la Zona Negativa, que está usando el poder de la Vara Cósmica para abrir portales hasta nuestro Universo y luchar a favor del Imperio Shi’ar: “El enclave de Ravenous no aguantará otra semana”. Ya de paso, le dice que Lilandra está hablando ante el Gran Consejo. La dichosa Canción de Datos –Datasong en el original– resulta un flujo de información extremadamente útil, dado que ninguno de los aliados de Lilandra puede interferirla, como han hecho con las comunicaciones shi’ar para encubrir su golpe de estado.

Vulcano estalla a causa de la ira y lanza un rayo de no-te-menees que se cepilla unos cuántos de sus propios vehículos de asalto terrestres. Sabe que no llegará a tiempo a Chandilar como para evitar que Lilandra consiga su propósito. Talon le tranquiliza. “Te dije que te protegería. Y lo haré”, añade misteriosamente antes de marcharse volando.

En Chandilar, Lilandra, escoltada por Gladiador, los Saqueadores Estelares y algunos partidarios, camina hacia el templo de Sharra y K’ythri para jurar de nuevo su cargo y mostrar al pueblo que nada teme, que ha regresado para bien de todos. Desgraciadamente, en las calles, la población se muestra dividido entre Vulcano y ella misma, dando lugar a algún que otro conflicto. De repente, una niebla que afecta incluso la telepatía de Rachel Grey hace acto de presencia. Los Comandos de la Muerte han regresado para acabar con Lilandra. Rachel, recordando que fueron ellos quienes terminaron con todo el linaje de los Grey, ataca la primera, llevada por la ira.

Los Saqueadores intentan proteger a Lilandra mientras combaten contra los Comandos de la Muerte, abriéndose paso a la fuerza en dirección al templo. La depuesta Emperatriz, observa de primera mano como mucha de la gente que antes gritaba su nombre con orgullo, ahora hace lo propio con el de Vulcano, deseando la muerte a Lilandra –¿es que no han aprendido nada de la Historia humana?–. De repente, alguien abre fuego sobre los Saqueadores y Lilandra. Rachel logra encontrar al tirador. Se trata de un shi’ar cuya forma cambia para mostrar a… ¡Darkhawk! ¡Y no cualquier Darkhawk, sino del nuestro, Chris Powell!

Se produce un momento de silencio y se suceden las caras de tensión antes de que podamos observar a Gladiador acunando el cuerpo sin vida de Lilandra. La antigua regente de los shi’ar ha muerto.

Continuará.