MundoManga: Forget Me Not (Tsuruta) y Enomoto: un MM sin sangre

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Forget Me Not: Olvidarnos de Mr Tsuruta? Nunca!

 

Edición original: Forget me not JAP
Fecha de edición: noviembre de 2007
Guión y dibujo: Kenji Tsuruta
Color: Blanco y negro y color
Formato: 240 págs.
Glenat (7,9)

 

Sinopsis: Una detective y escritora de libros de intriga japonesa vive de forma holgazana en la Venecia actual. Es descendiente de una gran estirpe de detectives, pero ella no tiene mucho trabajo. Le acompaña su mayordomo y es amiga íntima de un jovenzuelo. Además, tiene que hacer vida en la calle o en su oficina con su mayordomo porque no puede entrar en la rica mansión de su familia hasta que no descubra qué pasó con un cuadro propiedad de sus antepasados. Ese cuadro esconde unos misterios que pasan de generación en generación, y quizá ella prefiera cargar con esta responsabilidad antes de desaparecer y dejarle el muerto a otros….. ¿Será capaz de recuperar el cuadro y a la misma vez, apresar a su némesis el ladrón Vecchio? ¿Por qué será que éste sabe siempre de sus pasos?

Entre líneas: Hace ya más de diez años, concretamente en 1997, aparecía en España un cómic book llamado Miss China: se trataba de las aventuras de una joven oriental que regenta un restaurante-pocilga con algunas habitaciones en un pueblecito del Bristol de principios de siglo pasado. Independientemente de las ventas, ese título caló hondo en algunos de los lectores que tuvimos la suerte de disfrutar de las preciosas ilustraciones del autor, combinado con un humor fino y una ternura que hacía demasiado tiempo que había desaparecido de las tiendas en pro del eterno sucesor de Dragon Ball. La mezcla entre realidad y ciencia ficción también ayudó a apreciar más el cómic. Eso era seinen cuando aún no conocíamos la palabra.
Como pasa muchas veces se editaron los 5 números y ahí se quedó la cosa, aparentemente. Pero Miss China ya había alcanzado nuestros corazones a base de patadas de artes marciales, cabezonería y un carácter tan fuerte con el profesor loco que habitaba en el restaurante y sus inventos de TBO como frágil con su amado Jim.

Los años pasaron y en 2005 apareció un DVD llamado Spirit Of Wonder, versión animada del libro homónimo que incluía la historia de Miss China. Historias sencillas, cortas, de humor y amor, tiernas y siempre con personajes femeninos al frente. El tomo original se vio también publicado por Glénat ya entrado el nuevo siglo en tres tomitos que hicieron las delicias de los que habían disfrutado de las primeras entregas unos años atrás.


Venecia de noche…..

Así pues, la presencia del autor en España ha sido intermitente pero constante, como si una vocecita recordara a las editoriales y distribuidoras de libros y videos que ese viejo cómic de una joven oriental en Bristol aún podía dar más de sí. Y ahora nos encontramos con la nueva historia del autor, Kenji Tsuruta, un volumen autoconclusivo que contiene evidentes paralelismos con su obra anterior (sobretodo Miss China) pero más larga que ésta y desmarcándose en algunos aspectos.

Las obras de Tsuruta siempre han destacado en dos aspectos: un grafismo brillante, historias “tranquilas” (no quiere decir que no haya acción) y sus maravillosas mujeres. Aunque traten del amor no son cursis, ni shojos: es una curiosa mezcla de seinen y otros ingredientes que conforman simplemente lo que quiere la gente, una historia bien narrada y ejecutada. A veces la mezcla es con ciencia ficción, y a veces es con intriga, pero siempre queda un resultado bien compensado y agradable de leer.


…. y Venecia de dia…..

Sobre lo primero, solo puedo decir que es un dibujo brillante. Con contornos finos y frágiles, es una gozada disfrutar de los primeros planos pero también de los fondos, más en una ciudad como Venecia, con lujo de detalles en los edificios, canales, vistas aéreas de los tejados, etc. Unos contornos finos en los que parece que se va a salir de la línea, pero que nos traslada una visión del autor abocado en su mesa de dibujo, en un minúsculo estudio en algún rincón de Japón. Distinto es por ejemplo de otros dibujos recargados, como los de Gon, o hechos por ordenador, como los fríos de Gantz. Todo es válido en su momento, pero en una situación en la que cada vez se ven más dibujos con trazo perfecto hecho a máquina, la imperfección es un grado. Curioso, no?

Las mujeres de Tsuruta: Hay en el manga una leyenda que dice que todas las caras son iguales. Cualquier padre o madre que haya visto tropocientos capítulos de Campeones, Pokemon o más recientemente Naruto te dirá “pero si todos son iguales”. Es una frase que se repite a lo largo de los años. Cierto es que el “manga”, como estilo de dibujo, tiene a unos personajes tipo. Pero no podemos decir que la teniente Katsuragi de GITS se parece a la niña que recibe a Keroro en su casa. Complejidad gráfica y emocional vs simpleza de línea y de entendederas. Pero si es cierto que, dado un autor/a, un cierto símil entre personajes sí que se da. Esto pasa en Forget Me Not: la chica protagonista se parece físicamente a otras chicas que aparecerán más adelante (cosa normal porque son hermanas) y también establece un puente con las heroínas de otras obras del autor, teniendo básicamente en mente a Miss China (por longitud de la obra y por lo que significó en su momento aunque fuera sin hacer ruido). Sus características físicas son: morenas o castañas, pelo tirando a largo, cara redondeada y agradable, y sobretodo dos aspectos: una buena delantera y un buen pandero (que me perdonen las chicas pero es así). No son sílfides pero tampoco son las 3 Gracias. Con Tsuruta pasa algo curioso: siempre aprovecha un fleco del argumento (muy forzado en este caso) para enseñar algo más de lo que enseñan otros autores: podemos disfrutar del vello púbico al menos una vez. Y la protagonista ligera de ropa unas cuantas. Pero curiosamente no se le considera hentai (realmente no puede ser así porque no hay relaciones sexuales). Como mínimo entre los aficionados jocosos de ver algo de carne: hace años se llenaban foros de jovenzuelos con la polémica de que si Masakazu Kastura (saga de las Video Girls, Zetman) se consideraba hentai por las posiciones que adoptaban sus chicas a la mínima y la colocación de las “cámaras” (altura del culo, pechos, ángulos peligrosos para la intimidad de una chica, etc). Será porque Katsura es mucho más popular que Tsuruta, pero también influye cierto aire que les insufla el autor a sus personajes: son humanos, con sentimientos (las lágrimas de China vuelven a mi recuerdo) que las hace próximas, de tres dimensiones más allá de cualidades físicas. Sean malhumoradas o cabezotas como China, o besucona y despreocupada en exceso como Mariel, la verdad es que el autor hace que sean carismáticas. No se ríe de ellas, potencia su carácter para marcar toda la obra. Sin ellas sus obras no serían lo mismo. Los “novios” (Jim, Beppo) son simples comparsas (más en Miss China que aquí). También encontramos personajes paralelos como el profesor loco o Leonardo, el chatarrero que da trabajo a Beppo.

Si algo hay de negativo en este volumen, lo podría concretar en un aspecto: hay momentos en que te pierdes. En general es muy agradable la forma que lleva el tema principal (la recuperación del cuadro), con las historias más secundarias, intercalando información importante para la trama principal. Pero hay varios factores que influyen negativamente: es sorprendente la capacidad que tiene Mariel, la protagonista, de disfrazarse de cualquier personaje. Desde un gondolero hasta un experto en cuadros, sorprende a sus propios amigos y vecinos y al propio lector. Las primeras páginas son un poco caóticas en este sentido, ya que al final no sabes quién está hablando y si el inspector es realmente él o Mariel. Por suerte, una relectura atenta del primer tercio del tomo hace que te acostumbres al hecho, y que no solo Mariel se disfraza, Beppo también le va a la zaga. Se aprovecha esta relectura también para empaparse del carácter de la protagonista y del tono general del volumen. Solo una pregunta rodea mi calenturienta mente: como lo hace para esconder ese regalo de Dios en forma de atributos? Porque realmente a veces no puede. Ay, la soltería es mala, muy mala…….
Otro aspecto que puede llegar a confundir, una vez superada la sorpresa de los disfraces, es hacia el final del tomo, la aparición de varios familiares suyos. Desconozco si está hecho expresamente, pero lía bastante tener que lidiar con nombres como Mariel Imari, Imari Marin, Marina Imari, Imari Mariko,… A ver, en principio la madre (que no aparece) es Mariko Imari, que tiene 3 hijas (Mariel la detective, Marina la hermana pequeña y Marin jugadora de béisbol), pero tienes que fijarte bastante en quién dice qué a quién para ponerte en posición. Eso, o yo no llego al mínimo, que también podría ser. En todo caso son puntos negativos pero no empañan una buena valoración global de la historia.

Lo que sí es remarcable es la edición: un único tomo, con sobrecubiertas a doble página, casi intercambiables. Con preciosos dibujos en cada cara, flanqueados con “viñetas verticales” con los protagonistas, de mayor a menor importancia, en ambas caras. También hay varias páginas a color y, contrariamente a lo que pasa en muchos tomos, no solo se encuentran al principio del volumen, sino que están repartidas por toda la historia. Hasta donde yo sé esto es una dificultad editorial notoria, ya que es más fácil reunir todas las páginas a color al principio del tomo (el primer pliego), que repartirlas por todo el volumen. Sea como sea, es de agradecer que se hayan conservado para que podamos disfrutar de esos tonos suaves pastel lanzados como manchas de pintura.

Un poco de historia: Las fanediciones: trabajar altruistamente

Sabido es que en los principios de la edición de manga en España, el mercado era mucho más reducido que el actual. Era algo incipiente, a rebufo de un gran éxito como DragonBall y con el recuerdo de éxitos aislados (la “prehistoria”, que digo yo), como Mazinger Z, Heidi, Los Caballeros de Coña…. perdón del Zodíaco, y más. En la época que dominaba la grapa, se iniciaron muchas colecciones, algunas intentando repetir el éxito de Goku & Cía. Y otras cubriendo otro tipo de lectores. Los años nos han enseñado que muchas de esas obras fueron grandes clásicos (Ranma ½, 3*3 Ojos, El puño de la Estrella del Norte, etc), pero desgraciadamente el mercado no pudo asumir tal oferta y muchas de las series cerraron por la fatídica frase “falta de ventas”. Multitud de esas series sucumbieron a los fríos números. Aparentemente no eran rentables más que un puñado de series, mientras que el resto, por muy buenas que fueran, pasaron al limbo. Con el tiempo, los lectores más acérrimos de algunas de esas series aprendieron inglés, o japonés incluso, y se liaron la manta a la cabeza para llevar, ni que fuese de forma anecdótica (comparado con lo que representa la edición a nivel nacional por parte de una empresa profesional, claro), la continuación de esas series cortadas por poco rentables. Era un trabajo titánico, más en una época en que Internet era mucho más pequeño que ahora. Suponía sacar el material de algún sitio (contactar con gente inglesa que había comprado las ediciones de Viz de las cuáles bebían la mayoría de series de esa época, o incluso comprar los tomos de importación desde Japón), hacer unas buenas digitalizaciones, y dedicarse a traducir el texto. Sustituir los bocadillos, montar la fanedición y ponerlo en circulación en tiendas que eran receptivas a cambio de publicidad dentro de la publicación. También se distribuían en Salones de cómic. El trabajo recaía normalmente en una persona, auténtica fan de esa serie que los ogros de Planeta o Norma habían cortado, y llevaba el trabajo adelante, muchas veces tardando un año o más en sacar un número. Las tiradas eran cortas, ya que siempre era posible sacar otra edición. Y para no hablar del dinero que costaba, siempre sufragado por el faneditor o un pequeño grupo de personas. Pese a que se tenía que meter dinero, estoy seguro que era el tiempo usado lo más costoso. El dinero “solo” es dinero, el tiempo dedicado a un proyecto no vuelve jamás.

Con el tiempo los faneditores se fueron conociendo, en Salones del manga básicamente. De esa unión salió SADEL, asociación sin ánimo de lucro que arrejuntaba todos los proyectos de fanedición en España y reunía en un punto de Internet (bajo el paraguas de la eterna Dreamers), toda la información sobre las series, su estado, próximos lanzamientos, etc. Algunas de las series con más solera que vieron su continuación en este peculiar formato fueron 3*3 Ojos, Kimagure Orange Road, Santuario, obras de CLAMP, La Espada del Inmortal, Fushigi Yuugi, Nausicäa, Patlabor, Candy Candy, Dragon Quest u obras de Rumiko Takahashi. El plantel durante estos años ha sido impresionante, pero tengo la sensación de que está todo muy parado, La noticia más reciente es de hace un par de años (Enero 2006), y creo que el foco de atención se ha movido hacia el fansub, otro fenómeno ligado al manganime y a formatos P2P del que podemos hablar otro día. Pero mucho de ese trabajo se vio recompensado cuando el interés, al cabo de los años, de las mismas editoriales que habían cortado la serie años atrás u otras que habían ido apareciendo a lo largo de ese tiempo, en republicar ese mismo material se hizo patente y real. Los ejemplos quizá más carismáticos serían Monster, Candy Candy, Patlabor (aunque esta volvió a cerrar por las malísimas ventas), obras de Tsukasa Hojo y de CLAMP, La Espada del Inmortal o yaoi como Zetsuai. A esto, que se le llama en el mundillo “misión cumplida”, es lo que aspira cualquier faneditor: que una grande se fije en su trabajo. Por desgracia grandes obras como KOR o 3*3 Ojos aún están en el limbo. Algunas de ellas llevan años siendo reclamadas, como esta última o Dragon Quest, siendo ya temas clásicos en foros o listas de correo.


Portada de un volumen de Monster faneditado

El trabajo no solo se ha visto recompensado con la edición del manga en sí, sino que algunos nombres del mundillo han traspasado el anonimato y cualquier persona metido en estos termas conoce a gente como ca_in, Raven, Kalisto no baka o la pareja Bernabé&Calafell. Estos últimos saltaron al mundo profesional y tienen una agencia de traducción que lleva varias series al mismo tiempo. Demostración del hecho de que esforzándote mucho, la industria se te acerca y consigues el éxito en algo que te gusta. Algo así como esta web 🙂 🙂 🙂

Sinceramente he escrito bastante sobre el tema pero yo nunca he estado en contacto con nadie de este mundillo. Como máximo ayudé de forma muy minoritaria con la traducción de los primeros números de Santuario, faneditado por Raven. En el caso que nos ocupa, fue ca_in el que faneditó Ring The World, una historia corta dentro del libro Hydrogen, del mismo autor que Forget Me Not. Pero aunque yo no sea un experto en el tema, es suficiente para que la gente que no conocía este aspecto del manganime sepa algo más de ese mundillo underground en el que se mueven los auténticos fans de las series. Que yo sepa no hay ejemplos de fanedición en el mundo del superhéroe, quizá porque el inglés siempre ha estado más a mano o porque la importadora Previews siempre ha estado ahí, abasteciendo con las últimas novedades del mercado USA. El mismo cuento para el europeo. El movimiento de la fanedición nació y ¿murió? dentro de los límites del manganime.

Valoración: Hace semanas que me rondaba por la cabeza hacer un especial de MundoManga donde no apareciese, para llevar la contraria ni que sea una vez, ni una gota de sangre (ya habrá tiempo para volvernos a ensuciar las manos, tranquilos…). Entonces apareció el viejo conocido de Tsuruta para salvar el día. Nos encontramos con una historia costumbrista, sin grandes dosis de acción (las justas en lo relacionado con Vecchio), y con una buena definición de personajes. Está claro que Mariel lleva la voz cantante, pero todos los secundarios tienen su momento. Es una historia 100% Tsuruta: mujer protagonista, una persona mayor “sabia” y el “novio/amigo íntimo”, aparte de otros, claro está. Trata del amor pero sin caer en los tópicos del shojo, y tiene un ambiente único que el autor sabe darle. Cierto es que hay algún aspecto que no queda muy claro, aunque el autor combina con maestría las líneas argumentales para dar bocados de información. El ritmo pausado, la poesía visual de Venecia, el argumento,… todo está ahí para que lo disfrutemos. Como nos podíamos haber olvidado de alguien como Kenji? Descubridlo vosotros mismos!

Enomoto, by Enomoto: caca culo pedo pis

 

Edición original: Enomoto JAP
Fecha de edición: octubre de 2004
Guión y dibujo: Shunji Enomoto
Color: Blanco y negro
Formato: 146 págs.
Ediciones La Cúpula (6,5)

 

Sinopsis: Descripción editorial: “Desde Japón: La familia más disfuncional del mundo. Gosuke Maeda es un solterón, un irresponsable, un gandul, un inútil, un comilón, un maleducado, un salido, un impresentable. Sus aficiones incluyen emborracharse hasta caer redondo, lanzarse cuescos en público, meter mano a las señoritas que se cruzan en su camino, mear y cagar. Michiro Maeda es el hijo de Gosuke y su versión corregida y aumentada. Un pequeño monstruo hiperactivo capaz de dejar a Shin Chan a la altura del betún que no pierde ocasión para unirse a su padre en los festines de escatología que desata. Juntos, siembran catástrofe allá por donde pasan. Y la carcajada”


Enomoto non plus ultra!

Entre líneas: Imaginaos a un Shin Chan desbocado. Pensad en el culet culet/culito culito como lo más inocente que sale de su mente y cuerpo. Y digo cuerpo porque hay que avisar que este manga es escatológico, extremo. Veremos meadas, cagadas, desnudos, acciones estúpidas como meterse de cabezazos contra la mesa para poder tocar la teta de tu compañera de trabajo, tocamientos varios, vejaciones, muertes horribles y viajes de punta a punta de la ciudad por el aire para visitar a tu abuela o ir al dentista. Mata a perros con solo un golpe en la cabeza o conviértete en excremento de rata. Bebe líquidos contaminados por ratas muertas y vomita la primera papilla. Tírate pedos delante de las guapas secretarias y manoséalas cuando te hayan despedido (recuerda: ya no es acoso sexual! A por ellas!). Sácate el carné de conducir para matar viejas a lo Carmageddon. Haz que tu máxima preocupación en el día sea esquivar una caca de pájaro que vuela hacia ti o dejar que te manche. Haz todo esto, y si las estrictas normas sociales no te dejan……. cómprate Enomoto!!!!


Que inocente era Superman…..

Bien, retomemos la compostura. En la sociedad occidental las formas tienen mucha importancia, pero en Japón aún tienen más prioridad, haciendo que la visión pública de la sociedad sea blanca y pura. Pero por debajo viajan los instintos. Y Enomoto se encarga de sacarlos a flote. En una sociedad muy estratificada en clases, los impresentables de Gosuke y su hijo adquieren todos los vicios y malas maneras que esa sociedad (y cualquiera) quiere esconder. La verdad es que la primera vez que lo leí acabe un poco harto de tanta escatología. Un poco me recuerda a ese hit del cine gore-fiesta que es Braindead, tu madre se ha comido mi perro, que está muy bien pero llega a cansar. Por suerte, en la relectura actual lo he disfrutado mucho más. Es una lectura muy rápida, además los capítulos suelen acabar con la muerte de uno de ellos, renaciendo como si nada pasara en la siguiente página. Si Shin Chan va por el camino de la ambigüedad sexual o dando protagonismo a marimachos o travestidos, Enomoto exprime todo lo escatológico del ser humano.

Realmente el autor debe estar como una cabra, pero dibuja muy bien: el trazo es firme y la composición clara y pulcra, con mucho movimiento y con una particularidad: en ciertos momentos ralentiza la acción, sin más ayuda que la composición de la página y los movimientos de los protagonistas. Curioso que entre tanta vulgaridad use un recurso de forma tan efectiva.


Que monada de criatura, fotomontaje. La sangre la perdonamos 🙂

La edición de La Cúpula es correcta. No debe haber nada especialmente difícil de editar en este caso. Lo que sí era necesario era traducir el montón de información que está fuera de los bocadillos, desde exclamaciones hasta gritos exagerados que de otra forma perderían la gracia. O sea, en este caso, los puristas que abogan por dejar el dibujo tal cuál no escogerían la mejor opción. Se podría subtitular debajo, pero sería excesivo ya que a cada poco rato hay algo que traducir, y se perdería la inmediatez que hace cómica la situación. Desgraciadamente la editorial no sacó más números, por lo que se ha quedado como un número único. La “historia” es tan surrealista que uno no se imagina qué puede pasar en el segundo tomo.

Valoración: Desde luego este no es un cómic para todo el mundo. Te tienes que acercar a él con un estado de ánimo muy particular, destroyer y ser capaz de reírse de todo. Hay escenas escatológicas que pueden herir la sensibilidad de algún lector, normalmente acerca de los excrementos humanos (vere ejemplo abajo). Pese a esto, el manga acaba tomando un aire en el que pides más y más, en un crescendo contínuo de barbaridades e idas de olla. Realmente es algo distinto, extremo, que nos enseña hasta donde pueden llegar esos japos cuando se lo proponen. Superada la sorpresa inicial, es muy divertido de leer, y la sensación de saturación la acabas enviando al pedo para continuar disfrutando de la lectura. Se merece como mínimo un vistazo y que os arriesguéis (si lo encontráis) con el incontrolable Enomoto.


La joya de la corona (una de ellas)

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Alberto Benavente
27 febrero, 2008 14:03

Enomoto!!! por dios! que recuerdos. Se lo dejé a alguien..no se a quién..y aún no me lo ha devuelto. Ale, aprovecharemos en el salón para rebuscar de nuevo.

Que grande. Brutisimo, pero grande, grande.

CHACAL
CHACAL
28 febrero, 2008 8:33

OYE MI CHAVO que me has dado a probar un manjar de buen dibujo con tu primera parte de tu artículo, en las nubes me recordó a mi ciudad Acapulco así playera, paradisíaca y…Y… de pronto mi chavo me recuerdas los diferentes nombres de lo que me sale por ahí atrás… CACA, POPO, MIARDA, ESCREMENTO, AGUA DE POZO, y… y…mi chavo me dejaste de a 6, me has definido (y no por que no pasen ESAS COSAS en algún comic…jesu) adoro las historias de súper héroes, el manga o anime o hentai ya no lo podré leer (o ver) calmadamente en el “trono”, el baño será terreno vedado para una historieta (americana o japonesa…porno a lo mejor) pero ¡bueno!
Buen articulo del cielo a la caca uuf

Dra.C
Dra.C
28 febrero, 2008 14:25

XDDDD

Fuí de los pocos habituales de mi libreria a los que le gustó Enomoto!. Y la verdad es que Tsuruta desde la primera publicación de Miss China es uno de mis mangakas favoritos.

Por cierto, muy buena la parte de las que hablas de las fanediciones, todo un ejercicio de «memoria historica»!!, recuerdo las primeras fanediciones dentro de algún fanzine de manga y que posteriormente se fueron «profesionalizando» y haciendo pequeños tomos con portads a color y cosas así, evidentemente hoy día el propio concepto de la fanedición…vamos a llamarla física, en papel,a desaparecido por varios motivos, pero el más claro es por el desembolso economico que comporta y por que la distribución esta mucho más limitada, en el saló del comic por ejemplo no se pueden vender al ser «productos» con un copyright internacional pero sin licencia para la explotación en España y la verdad es que ya no sé como irá en las librerias, pero en muchas te pedían un tanto por ciento del precio de portada por tenerlas ahí. En todo caso, no considero que la fanedición esté muerta, solo que se ha amoldado a los nuevos tiempos, solo tienes que meterte en
cualquier pagina de fansubs, aparte de anime suelen tener scans taducidos al español de mangas muy conocidos y pedidos pero no licenciados, y como antaño, una vez se anuncia la publicación por una editorial se corta la distribución de la serie en la web. Y curiosamente on-line también existe la fanedición de tebeos Usa, algo que antes, como bien dices, creo que nunca se llegó a dar.