Las 52 reseñas: Batwoman 1 y Batman and Robin 1

Pedro Monje

 

Edición original: Batwoman #1.
Guión: JH Williams III y W Haden Black.
Dibujo y entintado: JH Williams III.
Color: Dave Stewart.
Formato: grapa de 32 págs.
Precio: 2,99 $.

 

J.H.Williams III es el mejor en lo que hace, y lo que hace si es muy bonito. En la primera entrega de Batwoman, lo vuelve a demostrar una vez más, por si hubiera alguna duda. Este excelente dibujante tan pronto nos ilumina con las escenas de acción al más puro estilo Alex Ross como cambia completamente de registro hacia un Alex Toth o Frank Miller en las escenas mas cotidianas, todo ello con sus ya famosas composiciones a doble página que podrían estar diseñadas por el mismísimo Jim Steranko o Frank Quitely. Pero antes, retrocedamos en el tiempo para una pequeña lección de historia.

La publicación de las aventuras de Batwoman ha sido bastante peculiar desde su creación. Afortunadamente, es de los pocos casos en lo que todo, absolutamente todo, que tenga la palabra Batwoman incluida es altamente recomendable. El personaje fue creado por Greg Rucka en la séptima entrega de 52 hace ya seis años, con un alto impacto mediático a consecuencia de la combinación “Batman + lesbiana”. Desde DC, sabiamente, decidieron no desgastar la popularidad del personaje y sus apariciones se espaciaron en el tiempo, siempre dejando un regusto interesante. El propio Greg Rucka fue el encargado de definir al personaje en series como La Biblia del Crimen o en Final Crisis: Revelaciones. Pero el canto del cisne llegó hace dos años. En 2009, en un escenario post-Batman RIP, Kate Kane se convirtió en la protagonista principal de Detective Comics entre los números 854 y 863, en la historia denominada Elegía.

Aquí es donde todos los astros se alinearon y J.H. Williams se subió a bordo del barco de Batwoman para escribir una de las mejores colecciones publicadas por DC en la última década. El dibujante venía de labrarse una excelente reputación en obras maestras del medio como Los Siete Soldados de la Victoria con Grant Morrison, Desolation Jones con Warren Ellis y, sobre todo, Promethea con Alan Moore. ¿Qué no habrá aprendido de esos tres grandes guionistas?

La relación amorosa auto-destructiva de Kate con la ex-detective Renee Montoya, la influencia del murciélago, la relación con su padre/entrenador/mayordomo/jefe de operaciones, la trágica historia de su pasado y el origen de Batwoman, así como el descubrimiento de un evento que cambió su vida por completo dos veces distintas (guardemos el misterio para aquellos insensatos que no se hayan leído todavía estas aventuras), además de excelentes guiños a la continuidad DC junto con la rubrica de juntar a Kate con su prima Bette (la joven titán conocida Flamebird) conformaban una historia que conjugaba como nunca guión y dibujo (tampoco debemos olvidar la enorme labor de Jock). Todo parecía perfecto, y lo era, pero esto se acabo. Greg Rucka dejaba la editorial y a todos los aficionados en un mar de dudas. ¿Dónde continuarían las aventuras de Batwoman? ¿Quién cogería el testigo de Rucka?

J.H. Williams, acompañado de su padawan W Haden Black (guionista de las series de animación y de videojuegos del universo Star Wars) son los encargados de continuar las aventuras de Batwoman, esta vez (¡por fin!) bajo su propia cabecera. El primer número sería Batwoman #0 (Noviembre de 2010), para poner al día a los lectores desde el punto de vista de Batman, en uno de los mejores números (sino el mejor) que publicó DC el año pasado. Misteriosamente, las siguientes entregas no salieron a la venta hasta ahora, diez meses después, sin ninguna explicación (Luego supimos que se lo estaban reservando para el relanzamiento del Nuevo Universo). Esto conviene tenerlo en cuenta, ya que Batwoman #1 no es un comic que estuviera escrito con un relanzamiento en mente. En cualquier caso, tras una larga espera, ayer se publicaba la primera entrega, la primera parte de una nueva saga, Hidrology. ¿Qué nos ha parecido?

Antes de nada, hagamos un grandísimo esfuerzo por no hablar del dibujo (que a la hora de la verdad, es la verdadera razón por la que seguimos esta serie, sin olvidar la encomiable labor del colorista Dave Stewart). Hablemos del guión. Y hay mucho para hablar, porque el número tiene de todo: un tono realista a la vez que detectivesco, con pequeñas dosis de terror y los justos conflictos familiares. Si algo se puede reprochar al equipo creativo (o agradecer que se salgan del canon, uno ya nunca sabe que es mejor) es la última página. Donde todo el mundo hoy en día ya espera una espectacular splash-page, ellos han preferido hacer una transición más suave hacia el numero dos, acentuando la sensación de que el número se queda corto.

En cualquier caso, una vez bien definida Batwoman, los guionistas se esfuerzan por ampliar el elenco de personajes secundarios en la serie. Hasta ahora teníamos al padre de Kate, el interés amoroso (la detective Sawyer) y en los últimos episodios a Bette Kane, su prima/sidekick (en una bella e intencionada similitud al clásico duo de Batman y Robin). Está claro que para todos ellos hay argumentos en marcha, a cada cual más interesante y diferente, pero todavía hay sitio para más. Para ello, J.H.Williams se saca un as de la manga y recupera a la agente Chase (personaje con el que se dio a conocer en DC Comics durante la corta serie de Chase en 1997, publicada por Planeta en un recomendable tomo de Universo DC). El carisma y la nostalgia son pues dos factores más que hay que sumarle a esta primera entrega de Batwoman. Además, en sintonía con el resto de colecciones del relanzamiento DC, en estás paginas también aparece un nuevo villano. Villana, en este caso, llamada La Llorona (Weeping Woman). Un cruce entre Poison Ivy y el Sombrerero Loco con poderes acuáticos, con unas gotas de terror que la hacen de lo más apropiada para Gotham City a la vez que en sintonía con villanos previos de Batwoman, siempre de carácter religiosos o místicos con tintes de leyendas urbanas que tanto juego dan en Gotham City. Y de propina, Batman. Todo ello forma una explosiva mezcla que nos deja con ganas de más. Y es que, ¿qué más podemos querer?

Enlaces de interés:
  Blog de JJH Williams III.
  Sección de originales de JH Williams a la venta.
  Entrevista a JH Williams en CBR tras publicarse Batwoman #1.
  Ficha del tomo de Batwoman de Planeta.
  Ficha de Batwoman #1 en la web de DC Comics.
  Noticias cubiertas en Zona Negativa sobre Batwoman aquí y aquí.

Mariano Abrach

 

Edición original: Batman and Robin #1.
Guión: Peter J. Tomasi.
Dibujo: Patrick Gleason.
Portada: Patrick Gleason.
Entintado: Mick Gray.
Color: John Kalisz.
Formato: grapa de 32 págs.
Precio: 2,99 $.

 

La serie Batman and Robin nació para ser el comic de Batman de Grant Morrison, en donde el escocés seguiría trabajando independientemente del resto de los autores de la línea Batman. Sin embargo, al ser una serie que funcionó muy bien en ventas (como no, si era la más importante del personaje en el momento) sobrevivió a la partida de Morrison a su otra nueva serie a medida, Batman Incorporated, y también sigue existiendo tras el relanzamiento de la totalida de los títulos del Universo DC.

Claro que este segundo volumen de Batman and Robin es muy diferente al original. Sin ir más lejos, quien vestía el traje de Batman entonces era el primero de los ex-Robins, Dick Grayson, junto al más reciente de los acompañantes del murciélago, Damian Wayne. Este cuarto Robin (quinto si contamos a Stephanie Brown) sigue siéndolo en el UDC post-relanzamiento, pero Batman es el de siempre, Bruce Wayne. Por lo tanto, la dinámica que se establece es completamente distinta a la del primer volumen de BaR, ya que tenemos a Bruce y Damian Wayne, padre e hijo, trabajando juntos. Esto se vio realmente poco desde que existe el joven heredero, creado como lo vemos aquí por el mismo Morrison allá por el 2006, para Batman e Hijo. Ejercitando poco la memoria, Bruce y Damian trabajando en equipo como Batman y Robin, sólo lo vimos en el especial Batman: The Return, otra vez por Morrison con David Finch, además de en la mencionada primera historia del actual Robin.

En lo que no se modificó el volumen 2 respecto al original, es en que los autores herederos de Grant Morrison son Peter Tomasi y Patrick Gleason. A ellos nos habían prometido en su momento, pero sólo realizaron un arco argumental (entre el #20 y el #22) desapareciendo de esta serie sin dar explicaciones; hoy podemos suponer que la salida se debía en lo que respecta a la preparación anticipada de esta nueva Batman and Robin.

Pasando específicamente a este comic, una de las primeras impresiones es que esta es una de esas series de las 52 que se pensaron con los lectores de siempre en mente ya que la colección es una muy requerida desde el #1 por el público (porque era de Morrison o porque era la principal de la línea en el momento, pero no viene eso tan al caso). Esta apreciación resulta de notar que no se detiene en explicaciones introductorias y continúa con el trasfondo de los últimos años de historias de Batman.

No está presentada de modo tal que sea una lectura de accesibilidad absoluta (como si sucedía con Detective Comics). Un lector que no viene siguiendo la continuidad del murciélago, aunque sea sin leer todas sus series, quizás salga de este comic con muchas preguntas, en particular sobre este Robin. Pero lo único que se necesita saber está presentado en estas páginas: es el hijo de Batman, y es un pequeño soberbio, violento, insensible y muy bien entrenado; lo que le faltará al nuevo lector son los por qués de todo esto, cuya respuesta tendrá en próximos números de la serie tal vez, o si necesita conocer todas las respuestas ya mismo, Wikipedia está un clic de distancia. Claro que esta es la perspectiva de alguien que conoce los cómics anteriores opinando sobre lo que puede pensar un nuevo lector. Si se analiza un poco más, podemos suponer que alguien que no sabe nada de lo que sucedió recientemente con Batman podrá entenderlo todo sin problemas, ya que este comic no es nada de difícil comprensión ni resulta imposible su lectura. Por lo tanto, más allá de los detalles que se le escapen y las dudas e interrogantes que le surjan, podrá seguir la lectura de Batman and Robin #1, enterarse de lo que pasa y disfrutar (o no) de él.

Concretamente en lo que refiere a este nuevo #1, es en gran medida lo que se esperaría usualmente de un primer número: presentación de personajes y del conflicto de la narración que desarrollarán. Como ya se dijo, no ahonda en detalles que harían la lectura más lenta y aburrida y se interesa más en mostrar a Batman y Robin en acción resolviendo un conflicto puntual, mientras se prepara el escenario del verdadero nudo de la historia, el cual dicho sea de paso, muestra relaciones directas con la trama de Batman Incorporated. Y para los que renieguen de la accesibilidad, se puede argumentar que invita a conocer más sobre los personajes en próximas entregas, en curso de la acción.

En medio toda la acción enumerada, Tomasi se detiene por varias páginas para profundizar como en ningún otro momento del comic en la caracterización de los protagonistas, tanto individualmente como en la dinámica de la relación entre ambos, destacando la relación padre/hijo de estos Batman y Robin, así como en la relación de Bruce con sus padres, o mejor dicho, en la actitud de él hacia la muerte de ellos, realizando un notable cambio respecto a la manera habitual de tratar este aspecto del personaje.

De toda la oferta del grupo de comics de Batman y afines, Batman and Robin presenta en este #1 sus particularidades. Cabe destacar en este punto la diferenciación de series de la línea: esta es la única en la que están Batman y Robin, al menos en los roles protagónicos, compartiendo la cabecera. Para el Caballero Oscuro en solitario hay otras ofertas diferentes entre sí: Batman, Detective Comics y The Dark Knight. Sus protagonistas es una de esas particularidades, pero también lo son la forma de escribirlos de Tomasi, el dibujo de Gleason que resulta light en comparación de otros artistas de la línea (pensando en Tony Daniel y David Finch) al darle un tono más clásico y superheroico, y el público no necesariamente nuevo al que apunta. Es un primer número que no da mucho en sus veinte páginas, pero que sí promete que habrá una lectura interesante a mediano plazo.