20th Century Boys de Naoki Urusawa

9
7392

Por Miguel Ortega Pereira

Redactor de AniMangaWeb

¿Cómo analizar una obra como 20th Century Boys? Una obra que posiblemente se haya convertido en el seinen más famoso y laureado en España en los últimos tiempos, aunque hay que recordar para futuros premios para no menos futuros eventos que su edición data del año 2004. ¿Cómo explicar que es un gran seinen, pero que bebe de su hermano mayor Monster? ¿Cómo comentar las diferentes historias de una obra sumamente coral? La verdad es que no deja de ser fascinante la maestría del padre de Yawara Inokuma a la hora de manejar los hilos de una historia no complejamente entretejida, sino digna de haber sido firmada como guión para la próxima y cardíaca película del director de El Protegido. Sin embargo no caeremos en la tentación de crear comparaciones imposibles con la persona que dirigía al actor de La Jungla de Cristal. Naoki Urusawa, como otros grandes autores del manga ya sean Osamu Tezuka, Buichi Terasawa, Yoshihiro Tatsumi, Ryoichi Ikegami and Co. o Jiro Taniguchi entre muchos otros, merece un apartado aparte. No tan sólo por la parte de dibujante que le corresponde, notablemente entrañable, sino que ha conseguido algo que quizás los anteriormente citados mangakas no pudieron o no han podido: mantener en vilo al lector hasta la última página no del manga en su conjunto, sino del volumen que se posea en las manos en esos momentos. Así pues, vamos a intentar adentrarnos un poco más en esa transición establecida por Urusawa desde los años de la Guerra Fría hasta un año antes de la Odisea Espacial. Sí, sí, habéis leído bien, justamente un año antes, concretamente el 31 de diciembre del año 2000. El año que cambió el mundo. La fecha que define 20th Century Boys.

¿Pero es realmente un seinen? Sin entrar en tecnicismos que no llegarían a ninguna parte, como la información del género que trata la revista dónde se publicó 20th Century Boys en el país del Sol Naciente, podemos decir la mítica respuesta “sí y no”. Sí, pues la cantidad de alusiones históricas, la profundidad de los personajes y demás detalles hacen que su pertenencia a dicho género sea obligada. Sin embargo, no, pues el tema principal, es el mismo que describe la trilogía de George Lucas, la lucha del bien contra el mal. Y esta idea, ¿acaso no se establece en muchos shonens o shojos actuales? Adentrémonos, pues, en esa lucha que todavía no ha llegado a su final de la mano de Planeta DeAgostini Comics…en España, claro.

Kenji Endô, es un hombre, normal y corriente. Por diversas circunstancias se ha encontrado al frente de una tienda de veinticuatro horas junto a su madre y a la hija de su hermana, Kanna, que la “abandonó” al cuidado de su familia sin dar explicación razonable alguna. El negocio no acaba de ir bien, el comercial de la franquicia bajo cuyo nombre venden los productos de la tienda no pudo adivinar en su momento el significado de la palabra “cortesía”. Un día, reciben la visita de dos inspectores de policía que están investigando un caso de desaparición de la familia Shikishima. El padre de la misma, un reputado científico en un campo que no mencionaremos, resulta ser un cliente asiduo de Kenji, quien le transporta bebida ocasionalmente. Tras unas preguntas Kenji decide comprobar la situación por sí mismo. Al ver que no hay nadie decide llevarse las botellas vacías de la casa, pero se detiene delante de un símbolo pintado en una de las paredes de la casa.

Kenji, no sabe porqué, pero le resulta familiar la marca descubierta. Así que decide preguntar a sus antiguos compañeros de clase en la boda de uno de ellos, Keroyon. Sin embargo, Maruo y Yoshitsune, pese a que también les suena la marca, no le prestan mucha atención, pues hay divertimentos mucho mayores que atender, la bebida y el, tan odiado por Kenji, karaoke.

Lamentablemente, poco durará la tranquilidad de Kenji. Al día siguiente, Maruo, el, en todos los aspectos pensables, noblote aliado de Kenji, le hace una visita alterado mientras éste se encuentra en la tienda despachando, para mostrarle una terrible noticia que ha aparecido en ese día publicada en el periódico: Donkey, un antiguo compañero del colegio, había muerto, aparentemente al tirarse desde lo alto de un edificio. Apenado por la pérdida de su “infatigable” colega, Kenji comienza a recordar tantas y tantas “aventuras” vividas junto a Donkey y demás colegas de colegio años atrás, cuando el rock estaba en su época dorada y el mundo recibía con jubilo la retransmisión de los primeros pasos espaciales de la mano de Neil Armstrong. Pero dejemos a un lado, los recuerdos de infancia apartados momentáneamente, “adelantar” tales memorias sería imperdonable. Ante tal triste acontecimiento, Kenji se prepara para ir al funeral de su añorado colega. No obstante, antes de acudir ve que ha llegado una carta para él de Donkey. Se sorprende ante dicha misiva, pero mayor será su sorpresa cuando al leerla, observa que Donkey le formula una pregunta absolutamente inesperada, el origen del mismo símbolo que se encontró Kenji en la casa de la desaparecida familia Shikishima. Asombrado por las nuevas recibidas, Kenji se dirige al velatorio de Donkey para mostrarle sus respetos.

Se encontrará de nuevos con sus compañeros de la infancia Maruo, Yoshitsune, Keroyon y Mon, que ha llegado para tal evento desde Alemania. Los mismos recuerdos que asaltaron de manera natural a Kenji, llenan las mentes de todos ellos. Kenji, conociendo el carácter alegre y tranquilo de Donkey no se cree, en absoluto, la versión oficial, el suicido y tiene sospechas acerca de un presunto asesinato.

Kenji, que pregunta a sus colegas acerca del misterioso símbolo y su posible relación con una organización secreta. No logra obtener ninguna respuesta satisfactoria ante la firme decisión de recorrer la distancia que separa el estado sobrio del ebrio. Sin embargo, la lucidez de Mon resurge debido a los recuerdos de una base secreta que sus años infantiles construyeron en medio de un descampado con cuatro hierbas puestas en forma de iglú y disponen todos ellos ir a recuperar cierto paquete que yace allí enterrado desde hace años.

Bajo el riesgo de que la policía les arreste por desorden público en plena madrugada se dirigen al lugar en el que antaño estuviese ubicada la base secreta. Cuando parecen que, definitivamente, van a desistir en tan rara empresa, Maruo encuentra la que caja en la que los antiguos tesoros de unos niños soñadores debían acometer la misión imposible de sobrevivir al tiempo.

Una caja que desvela muchos más secretos de los escondidos a principios de los años setenta. La razón es que el mismo símbolo se encuentra grabado encima de la caja. Un símbolo, un gran ojo con una mano cerrada y el índice extendido hacia el cielo, que comienza irremediablemente a perseguir la mente de Kenji, como si de una pesadilla se tratase. Irónicamente, esta aseveración se queda corta observando el devenir de la historia.

Es más que posible que muchos lectores de esta obra puedan quejarse ante una explicación demasiado detallada o ante una argumentación escasa de detalles. Nada más lejos de lo contrario. Lo contado hasta el momento para Naoki Urusawa no ocupa más de un volumen y, además, nos dejamos la parte más importante que, por cuestiones obvias, hemos de coger con pinzas. ¿Quién dirige los hilos de la organización secreta que planea destruir el mundo? ¿Quién es “Amigo”? ¿El líder de la una secta fanática o un charlatán que hace acopio de las mentes de los jóvenes más descuidados para sus propios beneficios?

Sin duda, hasta ahora, el acercamiento puede haber sido tedioso, incluso bastante apto para una película de acción que el mismísimo John McTiernan podría firmar. Llegados a este punto de la historia, se puede intentar averiguar cuál va a ser ese punto álgido que toda novela, cuento o relato ha de encubrir. Aunque sería en vano. La palabra que buscáis es “dualidad” y, disculpen ustedes, pero no nos hemos vuelto tan locos como para ser puestos a disposición del Dr. Saito.

¿Dualidad en qué? En Kenji. Mejor dicho, en todos sus compañeros de infancia. Pues todos ellos son culpables e inocentes de semejante plan para destruir el mundo y que se verán obligados a combatir, a pesar de ser tratados como terroristas. El móvil no será más que un simple cuaderno. Un cuaderno, escrito dentro de la base secreta de la infancia, en el cual las fantasías para convertirse en héroes fueron plasmadas con sumo detalle. Con tanto detalle que “Amigo”, las ejecutará al pie de la letra, sembrando el caos en forma de arma biológica o de sucedáneos de Tetsujin Nº28 y Mazinger Z al mismo tiempo. Entonces, si todo procede de un cuaderno que se escribió en un escondrijo conocido por muy pocos hace muchos años…a buen entendedor, pocas palabras bastan.

Pero en las fantasías de un niño, la figura del salvador o salvadores de la tierra siempre juega un papel más relevante. Así que Kenji, junto con sus compañeros de colegio inician una cruzada que les llevará irremisiblemente a una nochevieja sangrienta. Fecha en la que Kenji descubre, finalmente, la identidad de “Amigo”. Y decimos Kenji y no el lector, pues como en las mejores familias del más alto linaje, la herencia es algo que se contempla a todos los niveles y si Kenji decide tomar las riendas en pos de la salvación del mundo a través de una lucha sin cuartel. Más allá del día 31 de Diciembre del 2000, será su sobrina Kanna la que tome el relevo y asuma la responsabilidad de la resistencia en una nueva época que surgirá tras un milagro.

A grandes rasgos, consideraríamos todo lo anterior como las ideas básicas que se van entremezclando con historias secundarias que, al fin y a la postre, son las que nos harán quedar estupefactos ante los continuos cambios de guión planeados por Urusawa. Y es que, 20th Century Boys es una de los pocos mangas que presenta una característica harto singular: la sorpresa al final de cada tomo. Puede parecer mentira, pero es tan real como la mejorable edición de 20th Century Boys que Planeta DeAgostini Comics, habitual y única residencia española de Naoki Urusawa, nos presenta.

Los múltiples episodios, que conectan y sirven como base de las diferentes ideas, giros y recovecos, son buena prueba de lo mencionado anteriormente. Los capítulos del “Aula de Ciencias”, “La Cuesta del Ahorcado” o “Viva la Expo” (pues sí, como en Moonlight Mile, la Expo también aparece, aunque de un modo mucho más abrumador) son dignos de ser eternamente recordados.

Nos encontraríamos ante un gran dilema si se nos preguntase si es la mejor obra de Naoki Urusawa de las tres que se han editado hasta el momento en España. Si dejamos a un lado al instructor protagonista de Pinneapple Army, podemos argumentar que Monster es, posiblemente, desde un aspecto formal y estructural, una historia mejor tratada, es decir, más “literatura”. En cambio, 20th Century Boys, pedimos disculpas por anticipado por la analogía, tiene el espíritu de El Código Da Vinci y eso significa “ansias por leer el siguiente volumen”. Y es que la forma de narrar del padre de la judoka Inokuma es más que soberbio, sublime. Eso sin mencionar su particular estilo de línea fina, con un trabajo de los fondos casi extenuante para la vista del lector, es decir, nada de páginas en blanco con un primer plano de la “magical girl” de turno.

Hasta aquí os hemos allanado el terreno para que descubráis las siguientes etapas de Kenji, Kanna y sus compañeros en una lucha aún no terminada en España, pero sí en Japón. Así que, “amigos”, sólo “Dios” sabe lo que acontecerá a la humanidad.

Artículo anteriorSOBREVIVIR AL SALÓ CON 100 € (Juanjo Palacios)
Artículo siguiente52 semana #4: Bailando con monstruos
Raúl López
Naci en Sabadell (Barcelona) en 1978 aunque siempre he vivido en Barbera del Vallés. Mi afición por los cómics de superhéroes se comenzó a gestar en el momento en que mi profesor de EGB, Joan, me dejó algunos números de Clásicos Marvel que contenían las historias: La muerte del Capitán Stacy, La muerte de Gwen Stacy y La última cacería de Kraven. Desde ese momento me convertí en fan absoluto de Spiderman y por extensión de Marvel Comics. Con el paso de los años aprendí a paladear el buen cómic sea cual sea la editorial, el personaje o autor. En 1999 fundé Zona Negativa como el rincón donde hablar de aquello que me apasionaba, el resto es historia.
Subscribe
Notifícame
9 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
highlander
5 junio, 2006 12:26

No sy un apasionado del manga, de hecho no me suele gustar.
Aunque algunas obras les doy una oportunidad.
Pero…
Monster me encantó (se lo hice leer a mi madre)
y 20th Centur Boys no le va a la zaga
No tenía ni idea de que existía otra obra de Urusawa publicada en castellasno…¿Qué tal es Pinneapple Army? ¿Me la recomendáis? ¿Es fácil de encontrar? ¿Cuántos tonmos (y €) son?….
Perdón por la ristra de preguntas

El amanecer de los tiempos

Shadow_of_Terror
5 junio, 2006 12:59

Son 8 tomos pero en España solo se editó uno…. Precio…. Segunda mano, lo que te quieran pedir, desde 16€ hasta 19€… Pero eso si, es una maravilla de obra… Recomiendo echarle el guante en posibles Salones o tiendas de segunda mano

Guthwulf
Guthwulf
5 junio, 2006 13:07

Simplemente queria recalcar el hecho de que 20th Century Boys no ha terminado en Japon, sino que esta en estado de suspenso mientras el autor se da un descanso (que puede terminar o no), pero la serie no tiene un final propiamente dicho

Miguel Ortega
5 junio, 2006 14:15

Lo del descanso de Naoki Urusawa es una de las muchas hipótesis que se han esgrimido, pero el propio autor oficialmente no ha dicho ni que haya finalizado ni que vaya a continuar. Es una noticia que en AniMangaWeb ya analizamos en su momento. Y, viendo otras obras como acabaron, es decir, Monster, no es erróneo suponer que se haya acabado. Así que, de momento ha finalizado, si no hay comunicado oficial ^^.

Micko
5 junio, 2006 16:31

En Japón, después de la palabra fin, estaba escrito que la historia volvería el año que viene… queda tiempo para especular.

Sobre lo de que Pineaple Army es bueno… ejem, ejem. Quedémonos con Monster, 20th century boys y Pluto.

rorschach
rorschach
5 junio, 2006 16:33

Yo he leído que en «petit comité» y con unas copas de más el propio autor bromeaba sobre reconvertir la serie en un «elige tu propia aventura».

(El «petit comité» es un conocido Karaoke de Tokyo).

Shadow_of_Terror
5 junio, 2006 19:51

Hombre Micko, a mi me parece una obra bélica genial… por lo menos el primer tomo, el segundo como tenía que leerlo en mangascans me lo dejé a mitad… XD Pero las historias contadas de forma independientes son muy buenas, lo que pasa es que al verlo como registro totalmente diferente a lo que suele hacer de normal, choque bastante, pero lo cortes no quita lo valiente ^^

Miguel Ortega
5 junio, 2006 21:42

Por eso, que para especulaciones no estamos. Si la continúa ya lo dirá…aunque sea en el Karaoke XD. Y Pinneapple Army es una obra diferente desde el principio, pues no es Urusawa el guionista y se nota bastante, pero como dice Shadow, las historias son buenas individualmente, una lástima que nadie se atreva a traerla pues con el tirón actual en España de Urusawa estoy seguro que tendría buena acogida.