#ZNMesMorrison – Un vaso de agua

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Edición original: “A Glass of Water” Fast Forward #1 (1992), Piranha Press (DC Comics)
Edición nacional/España: Grandes autores de Vertigo: Dave McKean (ECC, 2015)
Guion: Grant Morrison.
Dibujo: Dave McKean.
Entintado: Dave McKean.
Color: Dave McKean.
Traducción: Guillermo Ruiz Carreras
Formato: Cartoné. 120 págs. A color. 13,95€

Una mujer de mediana edad, sentada en su salita, cuenta una historia que recoge retazos de su vida, ciertamente anodina, durante 17 páginas. Todo tiene un aire triste, algo sórdido, aunque también un poquito romántico. Sin embargo, al terminar el relato, una emoción inexplicable te embarga y no puedes evitar sentir un sobrecogedor desconsuelo. Se te hace un nudo en la garganta… llorar es lícito.

Sólo cuando se juntan el genio de Morrison y de McKean se crean joyas así.
La pareja artística no necesita presentación, y menos la persona a la que le estamos dedicando este mes tan especial en Zona Negativa, pero al menos situémonos. Grant Morrison (Glasgow, 1960) es guionista de múltiples obras, enfant terrible del cómic mainstream por derecho propio. Su trayectoria abarca desde unos inicios pop (algunos dirían punk) en el mercado del Reino Unido (Zenith), la famosa ola británica que aterrizó en DC entre finales de los 80 y principios de los 90 (Animal Man, Arkham Asylum), la consagración de los conceptos más inverosímiles dentro del cómic americano de superhéroes (La Patrulla Condenada, Los Invisibles), hasta el talento superlativo de su carrera ya asentada (All- Star Superman, New X-Men). El también británico Dave McKean (Maidenhead, 1963) es un artista principalmente gráfico, al que cuesta definir y que ha mantenido una creatividad en constante evolución desde su debut de la mano de Neil Gaiman (Casos Violentos). Con éste se acerco y se mantuvo ligado al cómic americano (Orquídea Negra, Sandman), excepto por puntuales colaboraciones con otros autores (como el ya mencionado Arkham Asylum). Creador completo demostrado gracias a su Cages, ha ido abandonando el medio para dedicarse a la ilustración, la fotografía, el cine, el teatro, la música…

Cuando dieron lugar a esta bomba sentimental de orfebrería en 1992, el dúo estaba liado en proyectos mucho más ambiciosos. Morrison andaba en pleno desarrollo de la Patrulla Condenada, su segunda obra de corte súper-heroico para DC, la cual estaba destinada a convertirse en una revolución del medio. Además, probablemente se encontraba escribiendo el guion del Misterio Religioso, su segunda novela gráfica. McKean, por su parte, sacaba el mismo año y mes Señal y Ruido, una nueva y fascinantemente experimental colaboración con Gaiman. También para él seguía produciendo las portadas de Sandman y comenzaban, juntos otra vez, los primeros pasos de la futura Mr. Punch. Pero nada de lo que hacían estos talentos por separado nos da muchas pistas para entender la génesis del pequeño relato que nos ocupa. El título clave es aquella primera colaboración por la que ambos se habían consagrado, para bien y para mal.

Su primera colaboración

Asilo Arkham: una casa seria en una Tierra seria había resultado un éxito por encima de lo esperado para todos y cada uno de los implicados. Es de hecho la novela gráfica original más vendida de todos los tiempos, al menos lo seguía siendo para cuando Morrison publicó su libro Supergods en 2011. En esta personalísima pero no por ello menos sobresaliente historia del cómic, admite que, pese a las superventas, la crítica fue destructiva. Incluido su amado/odiado Moore le dio el varapalo. Había aplicado con esfuerzo todas las referencias posibles, sus nuevas teorías creativas y sobre el concepto de superhéroe. Pero precisamente por ello el resultado era en parte pretencioso y sonaba falso. “Cuando me miré en el espejo lunar de Asilo Arkham, el reflejo reveló la máscara grotesca de desprecio sarcástico que me había construido para enmascarar mis incertidumbres”. Por su parte McKean también ha admitido cierto arrepentimiento. No tanto como de Orquídea Negra, que lo encuentra “vergonzoso”, pero tampoco le dedica palabras amables “no era yo […] comercialmente exitoso, pero creativamente, bueno, frustrante”.

La oportunidad de resarcirse se la ofreció la propia DC comics a través de Piranha Press. Nacido en 1989, este sello fue una aventura editorial de DC para captar talento independiente y buscar mercados alternativos. A los autores se les ofrecía mantener la propiedad de su trabajo (aunque existe alguna polémica sobre ello) y, desde luego, una ventana al mundo mucho más grande que la que podría dar la autoedición. Bajo la batuta de un totalmente ajeno al cómic Mark Nevelow, el resultado fue absolutamente eclético y realmente marginal, aunque en consecuencia y desgraciadamente, no exitoso. En todo caso, no se puede negar que sirvió de semilla, previo paso por el sello Paradox, para la futura Vertigo. Y, por supuesto, que nos dejó algunas curiosas maravillas como Gregory, Porqué odio Saturno, Epicuro el sabio y la que nos ocupa. “Un vaso de Agua” fue publicada por Piranha Press en el primer número de la antología Avance Rápido, que tuvimos la suerte de ver publicada en España gracias a Ediciones Zinco.

Otra curiosa maravilla

Lo dicho, la pareja aprovechó la oportunidad y crearon algo en el lado opuesto a su recordado, fastuoso y faraónico Asilo. En este relato corto, tanto el guion como el dibujo son minimalistas. Un solo personaje, una historia narrada, no hay cambios de tiempo ni elipsis. Una misma estructura, un foto-realismo crudo, un mismo attrezzo, (casi) un mismo plano. Como la describió el crítico Greg Carpenter muy acertadamente, es el movimiento Dogma aplicado al comic.

Sin embargo, a pesar de la aparente simpleza, se esconden muchos detalles, tanto creativos como informativos. Respecto a lo segundo, Morrison aprovecha para meter su habitual retahíla de referencias culturales, aunque esta vez claramente enfocadas al Romanticismo. Pero lo que embarga es la creatividad.

Minimalismo secuencial

McKean se regodea en variaciones sobre la figura. Sus dibujos pasan de la fotografía, al foto-realismo, rallado, sombreado, hasta el puro esbozo en ocasiones. En algunas viñetas, formas que evocan grabados y florituras parecen asomarse, como ensoñaciones de la protagonista. El plano es casi siempre el mismo, de frente a la delicada mujer que mira directamente al interlocutor, sentada, detrás de una mesa en la que se apoya un vaso de agua y con una ventana a su lado. Los pocos cambios de encuadre ayudan a situarnos en una deprimente localización con tuberías viejas, manteles vetustos y árboles desnudos al exterior, que parece frío y nubloso. Ella hace gestos, muy pocos exagerados, la mayoría delicados. La postura, las sutiles muecas de su cara y el movimiento de brazos y manos hacen más que cualquier histrionismo. Igualmente, un color entre sepia y azulado, es aplicado con maestría para casi no destacar salvo cuando debe. Como en el momento más intenso de la historia, reforzando la vergüenza de la pobre mujer.

El color de la vergüenza

Morrison se deshace de artificios por primera y casi por última vez en su carrera. Demuestra su talento narrativo a través de la creación de un personaje real, honesto y trágico. Por la manera en que distribuye las necesarias pinceladas que ayudan a comprender el porqué de la historia y su desenlace. Nos muestra otras personas que rodean a la protagonista por medio de la opinión de esta, en absoluto libre de prejuicios, pero por ello mucho más honestas. Nos enseña el gris mundo en el que vive esta cándida señora a través de las atesoradas gotas de color que la hacen patéticamente feliz. Va sembrando discretamente un aparentemente estéril campo de emociones vulgares para apuñalarnos al final con un torrente de lástima.

Los silencios son cruciales, preciosos.

El final es simplemente genial.

La portada original

16 años tenía yo cuando llegó a mis manos esta historia intimista y realista de la misma editorial que me proveía de superhéroes y ficción. No niego que ya fuera un chaval sensible, capaz de entrever lo que podía ofrecer el medio que seguía con fervorosa pasión. Sabía que había autores que escapaban de mi radar y que llevaban tiempo ofreciendo historias más personales y cotidianas. Pero simplemente no despertaban mi interés. Es ahí donde creo que estaba el objetivo de Piranha Press, abrir los ojos de un público demasiado ensimismado. Y lo cumplió con creces.

Otro descubrimiento clave fue Morrison, como aficionado. Quiero decir que ya era consciente de quien escribía o dibujaba mis cómics favoritos, quién era el autor de aquella obra tan especial. Pero después de ponerme los pelos de punta con la mirada de Animal Man y hacerme releer Kid Eternity una y otra vez hasta comprenderlo, esta fue la definitiva. Estaría atento a lo siguiente que pudiera ofrecerme… y qué decisión más acertada.

Edición original: “A Glass of Water” Fast Forward #1 (1992), Piranha Press (DC Comics) Edición nacional/España: Grandes autores de Vertigo: Dave McKean (ECC, 2015) Guion: Grant Morrison. Dibujo: Dave McKean. Entintado: Dave McKean. Color: Dave McKean. Traducción: Guillermo Ruiz Carreras Formato: Cartoné. 120 págs. A color. 13,95€ Una mujer de…
Guion - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 6.5

8

Minimalismo

Una pequeña joya, diferente y sensible, a descubrir

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Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
12 marzo, 2021 11:22

Esta si no la tenia. Que tesoro total ese tomito de Zinco de Piranha…

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Dr Kadok
12 marzo, 2021 15:22

Y chequeando en Argentina inconseguibles (cada vez va quedando menos resago de Zinco, la otra vez como ya conté conseguí los dos tomos de Historia del UDC a nada)

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
14 marzo, 2021 22:59

Leido. Otra belleza perfecta como todo lo que hacía Morrison (y McKean) en aquellos años. Ese final…en medicina te enseñan que es la forma más barata de hacerlo…
.

Ángel García-Tetuá
En respuesta a  Dr Kadok
14 marzo, 2021 23:45

Es una obra que me encanta. El nivel de Morrison en estos pequeños proyectos es muy alto.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Enrique Doblas
15 marzo, 2021 18:49

Nah imposible. Pensá que acá a Argentina siempre llegó el rezago del rezago de Zinco, y de vez en cuando encontrabas alguna joya. Lo leí en ReadComicOnline (perdón Grant y David perdón!!!)