#ZNCine – Crítica de Aliados, de Robert Zemeckis

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Dirección: Robert Zemeckis
Guión: Steven Knight
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Don Burgess
Reparto: Brad Pitt, Marion Cotillard, Jared Harris, Daniel Betts, Lizzy Caplan, August Diehl, Simon McBurney, Thierry Frémont, Matthew Goode, Anton Lesser, Marion Bailey, Camille Cottin, Charlotte Hope
Duración: 124 minutos
Productora: GK Films / New Regency Pictures / Paramount Pictures
País: Estados Unidos
Valoración:

 

La llegada de Aliados a las pantallas cinematográficas de todo el mundo ha venido, como viene siendo uso y costumbre, del interés generado a varios niveles por la producción de una cinta de estas características. Por un lado, por el regreso del veterano cineasta Robert Zemeckis –acompañado a la música por el ilustre compositor Alan Silvestri-; por otro, por la pareja protagonista –Marion Cotillard y Brad Pitt- cuya colaboración profesional se ha visto trufada por los cotilleos que tanto gustan a la prensa rosa; por último, pero no por ello menos importante, por la capciosa comparación con ese clásico incontestable que fue, es y será Casablanca. Una historia de amor en la ciudad marroquí durante los días de la Segunda Guerra Mundial evoca inevitablemente al relato de Ilsa Laszlo y Rick Blaine. ¿Se atreverían una vez más a intentar enmendar la plana a Michael Curtiz? Ya les puedo adelantar que no: dejando aparte las coincidencias espaciales y temporales, el único punto de conexión entre ambas cintas es la música y más concretamente un piano y el himno nacional francés.

La historia se inicia, como se ha dicho, en la zona francesa del protectorado de Marruecos. La ciudad de Casablanca está bajo el control del gobierno de Vichy, que dirige los destinos de la zona que los alemanes no han ocupado. A la urbe magrebí llega Max Vatan (Brad Pitt), un oficial canadiense con la misión de eliminar a un alto representante germano; su contacto es Marianne Beauséjour (Marion Cottillard). Deben fingir que son matrimonio en los días previos a la ejecución del encargo. Él es un espía experimentado; ella una integrante de la resistencia gala que ha visto cómo eliminaban a camaradas y amigos. Los dos son profesionales cuya supervivencia da testimonio de sus capacidades en las operaciones encubiertas. Asumen que cada misión puede ser la última y viven bajo esa premisa. Enamorarse no es una opción, pero sucede. La historia podría tener un final feliz, si no fuera por el hecho de que la inteligencia aliada informa a Max de la posibilidad de que Marianne sea una agente doble que, consecuentemente, ha vinculado sus lealtades al Tercer Reich. El sueño del oficial Vatan se troca rápidamente en la pesadilla de la incertidumbre.

La película tiene dos partes bien diferenciadas: por un lado, la que se ambienta en Casablanca, en la que la pareja protagonista toma contacto. Beauséjour es doblemente la cicerone de Vatan, al que alecciona no solamente en los pormenores de la misión, sino también de las formas para que su tapadera funcione: han de ser el perfecto matrimonio cuyos cónyuges se reúnen después de largo tiempo de separación en medio de un conflicto bélico; él ha de ser un perfecto parisino que pueda conseguir acceso a los lugares adecuados. Una palabra de más, un gesto inadecuado y todo puede acabar muy mal. Los días previos a la fecha fatídica se suceden mientras Max y Marianne se aproximan… hasta que sucede lo inevitable.

La segunda parte de la cinta se desarrolla en el Londres bombardeado inmisericordemente por la aviación germana. A la sede de la inteligencia aliada llega una información según la cuae Beauséjour podría estar al servicio del Abwehr y su participación en la misión de Casablanca obedecer a los intereses del Eje. Vatan, cuya hoja de servicios parece llamarlo a más altos destinos, se ve dividido entre el deber y el incipiente amor. La película de espías en tiempos de guerra acaba de convertirse en una de suspense.

El resultado de la combinación de ambas partes es una película entretenida en la que destaca sobremanera la cuidada ambientación. Escenarios, vehículos, ropajes y demás elementos de atrezo contribuyen a que la audiencia se zambulla rápidamente en la Casablanca de los días de Vichy, donde la aparente tranquilidad de la ciudad esconde una bullente actividad por parte de las potencias enfrentadas. Marian Cotillón se mueve como pez en el agua en esos ambientes, siendo su interpretación uno de los puntos más fuertes de la cinta. Por su parte, Pitt toma la iniciativa en la parte correspondiente al misterio de la lealtad de Beauséjour. La fría y nubosa Inglaterra sustituye al ardiente Sahara y evoca la helada garra de la incertidumbre que se apodera de una persona que ve cómo las seguridades que le aportaba la vida se convierten en terreno movedizo. Don Brad responde bien, pero su rostro está un tanto inexpresivo; casi parece que su interpretación se sustenta sobre todo en la mirada. La interacción entre ambos es correcta, pero no hay ni por casualidad la química con la que ha querido venderse esta cinta entre el público más cotilla.

Como conclusión, hay que indicar que tenemos entre manos una película solvente cuya pega principal viene dada por la simplificación que se hace de los elementos de suspense, con el fin de potenciar el factor romántico y agónico. Una revisión detallada de la trama permite descubrir unos cuantos agujeros de los que restan consistencia y credibilidad a la historia en su conjunto. Al mismo tiempo, se introducen factores cuyo desarrollo hubiera dado mayores dosis de intriga a una cinta que, no obstante, cumple. La simpleza con la que se manejan las sutilezas del juego de fintas o contra-fintas en el espionaje bélico no llega a los vergonzosos extremos de otras cintas, pero en cuanto empiezan las preguntas posteriores a la salida de la sala de proyección, estas no paran y llevan a la película a unos cuantos callejones sin salida. Obviado esto, la audiencia pasará un rato entretenido, sin más.

  Dirección: Robert Zemeckis Guión: Steven Knight Música: Alan Silvestri Fotografía: Don Burgess Reparto: Brad Pitt, Marion Cotillard, Jared Harris, Daniel Betts, Lizzy Caplan, August Diehl, Simon McBurney, Thierry Frémont, Matthew Goode, Anton Lesser, Marion Bailey, Camille Cottin, Charlotte Hope Duración: 124 minutos Productora: GK Films / New Regency Pictures…
Dirección - 7.9
Guión - 7.2
Reparto - 7.6
Apartado visual - 8.9
Banda sonora - 7.5

7.8

Vosotros puntuáis: 5.5 ( 2 votos)
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ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
5 diciembre, 2016 10:46

A mí me ha gustado bastante, la verdad. Funciona a la vez como thriller de espionaje y drama (dramón diría yo) romántico. Por encima de la media de lo que hay ahora mismo en cartelera.

Como curiosidad la trama de dos espías que se enamoran durante una misión, se casan y su amor entra en conflicto con su trabajo, es también el argumento de Señor y señora Smith, la película donde Brad conoció a Angelina. Curiosa coincidencia… 😛