Ye, de Guilherme Petreca

Hoy os traemos el cómic Ye, del autor Guileherme Petreca. Una historia con elementos surrealistas llena de simbolismo, con un personaje prácticamente mudo y un dibujo que trabaja las sombras con una maestría muy notable.

0
1424

Edición original: Ye (Veneta, 1 Enero 2016)
Edición nacional/España: Ye (Barbara Fiore Editora, marzo de 2021)
Guion: Guilherme Petreca
Dibujo: Guilherme Petreca
Traducción: Carlos Gumpert
Formato: Rústica. 160 páginas. 18€

La nueva remesa de talento está lista

«Esta historia trata de cómo el rey sin color dejó su marca en mí»

Cuando se habla de los nuevos talentos emergentes, siempre se dice en general, como una abstracción. Se señala la esperanza de que el medio del cómic sobreviva gracias a este relevo generacional que esté, al menos, a la misma altura que el anterior. En esta ocasión no se hablará de un concepto general, se concretará. Aquí nos encontramos la prueba de que las nuevas generaciones vienen, y lo hacen pisando fuerte.

Guilherme Petreca es una de las principales revelaciones de la nueva narrativa gráfica brasileña. Lanzó su primer cómic, Galho Seco en 2013 de forma independiente. En 2015 publicó el libro ilustrado El carnaval de mis demonios de Balão Editorial, que resultó finalista en el 58º Premio Jabuti en la categoría Ilustración. En 2016 lanzó la novela gráfica Ye de la editorial Veneta, con la que ganó el 29º HQ Mix Trophy en la categoría de mejor artista nacional de 2017. El año que recibió ese premio auto publicó el cómic Superpunk, del cual podemos disfrutar algunos episodios aquí. A parte de dibujante de cómics también ha demostrado su valía como director de arte para proyectos de animación, como la serie de televisión en colaboración entre Disney y Danone, Dino Aventuras, o Taina y los Guardianes de la Amazonía de Nickelodeon.

Una fábula simbólica

La historia nos narra la historia de Ye, un joven de un pequeño pueblo del campo. Tras ser herido por un arma que no conoce cura, el joven deberá ir en busca de una bruja que le sane. Por el camino se encontrará con piratas, bandidos, magos, payasos y muchas delirantes aventuras.

En esta obra se nos plantea un viaje iniciático, el viaje de Ye, un joven que solo sabe decir eso mismo, “YE” y que aprenderá a enfrentarse a sus demonios, entre ellos los que no le dejan decir nada más que eso. Todo en la obra, incluyendo el propio mundo presentado como rutinario al inicio, tiene forma y fondo de fábula. Cada personaje, y objetos relevantes tienen una segunda lectura, a veces evidente, y otras no tanto. Pero el simbolismo es constante y nada oculto, desde que al comienzo de la obra aparece un avión y lanza un misil que se convierte en un cuervo negro que se posa en la casa de Ye, y que propicia la aparición de aquella herida interna.

En un inicio mi primera interpretación pasó por el viaje homérico, y de alguna manera es así, pero si tengo que relacionar mis sensaciones en cuanto a las referencias de otras obras, os hablaría en primer lugar de La princesa Mononoke, en la que nuestro Ye haría de una suerte de Ashitaka, que va en busca de un ser de conocimientos superiores para que le sane una herida que no tiene que ver con la sangre sino con el espíritu. En este sentido la obra de Ye queda muy relegada al segundo puesto, dado que la comparación es sumamente injusta. Pero aun con todo mantiene gran parte de la esencia que hizo grande a la película de Hayao Miyazaki. Nos encontramos con una obra repleta de elementos más juveniles y menos serios que la obra japonesa, aunque no por ello Ye se libra de pasar por penurias, por conceptos como la muerte o el dolor. Sin embargo, sus consecuencias son paliadas o difuminadas por ese halo que desprende de esperanza emotiva, que a veces nos hace recordar a una especie de Principito o de Little Nemo. En cuanto al cierre de la obra se percibe una sensación de urgencia, quizá por temor a alargar el final y conseguir un anticlímax. Pero en mi opinión se debería haber alargado más la despedida, que parece suceder en un suspiro. Literalmente en 2 páginas.

En cuanto al apartado gráfico, es sin duda el gran elemento dominador en la obra. Desde que se abre la primera página hasta que se cierra el volumen, el dibujo se lleva toda la atención del lector, y fue lo que hizo que me fijase en él. Se nos presenta un planteamiento en un blanco y negro absoluto, que mezcla las manchas que predominan en los momentos de tensión, con el rayado que da esa sensación de grises, y que consigue un volumen tan agradecido. En el estilo, incluso en parte de la concepción de la historia, la obra Tres sombras, de Cyril Pedrosa, no hacía más que venir a mi cabeza, y es más que seguro que fue uno de los autores a los que acudió al decidir el estilo de su obra, y en general el suyo propio. Hay momentos en las que las páginas se llenan de negro, y el personaje queda envuelto en un manto oscuro, y otros en los que los blancos son los predominantes absolutos, pues la luz y la sombra son un factor fundamental tanto en la superficie como en el fondo del cómic. En el único momento en el que el autor parece flaquear, en el sentido gráfico, sería en las peleas, en las que no acaba de encontrar la posición adecuada para enfatizar los movimientos, y que por momentos parecen quedarse agarrotados. Por lo demás, tanto en las expresiones faciales como en la construcción de personajes no convencionales, fondos, y sobre todo el uso de las sombras, estamos ante una promesa que seguro dará mucho que hablar en un futuro no muy lejano.

El relevo generacional da buena espina

Cuando se habla de nuevas promesas, la gente espera que sea un autor ya consagrado, y eso es un error de concepción. Guilherme Petreca es lo primero, y sin embargo tiene mucho camino por delante para su consagración, y menos mal.

Lo que hace a estos autores y autoras ser la esperanza de la renovación generacional es su potencial, su margen de mejora. Lo más importante en estos casos siempre es encontrar al artista en una progresión ascendente, y si ese camino es el que recorre este autor, cosa que por ahora sucede, sin duda será uno de esos nombres destacados del futuro. Nosotros aquí estaremos, esperando ser testigos de ese recorrido, y recibiendo como lectores los obsequios que nos vaya brindando su viaje.

Lo mejor

• Su simbolismo, con el que el lector puede encontrar una segunda lectura, pero que no se interpone en la historia de la superficie.
• El dibujo, que está casi a la altura de los grandes narradores del medio, y con un estilo muy llamativo, que hará las delicias de gran cantidad de público.
• El relevo generacional parece estar a la altura de sus predecesores.
• El precio del volumen.

Lo peor

• La prisa con la que termina la historia.
• En las acciones de lucha, no son muchas, pero se le nota que tiene margen de mejora en cuanto a la fluidez.

Edición original: Ye (Veneta, 1 Enero 2016) Edición nacional/España: Ye (Barbara Fiore Editora, marzo de 2021) Guion: Guilherme Petreca Dibujo: Guilherme Petreca Traducción: Carlos Gumpert Formato: Rústica. 160 páginas. 18€ La nueva remesa de talento está lista "Esta historia trata de cómo el rey sin color dejó su marca en…
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 8.5

7.8

Simbólico

Ye se presenta como una obra llena de simbolismo, cargada de personajes entrañables, y de situaciones delirantes. Con un autor que promete traer al medio grandes obras, una historia tan intima como accesible al gran público, y un dibujo atractivo y cálido; Ye es una obra que todo el mundo por uno u otro motivo podrá disfrutar.

Vosotros puntuáis: 9.46 ( 4 votos)
Subscribe
Notifícame
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments