X-Treme X-Men

7
5378
 


Edición original: Marvel Comics – julio – octubre – 2001
Edición España: Comics Forum – mayo 2002
Guión: Chris Claremont
Dibujo: Salvador Larroca
Entintado: Salvador Larroca
Color: Liquid!
Portada: Salvador Larroca
Precio: 14,99 euros (tomo en tapadura de 128 páginas)

 

En su línea de convertir en novelas gráficas miniseries caracterizadas por la singularidad de sus autores, Forum incluyó un caso excepcional, justificado por la nacionalidad de su dibujante y la relación que el sello editorial tenía con este. Salvador Larroca había velado armas con ilustraciones de todo tipo en la división «comiquera» de Planeta DeAgostini. Una vez desembarcado en los Estados Unidos, el dibujante valenciano había hecho equipo con el mítico Chris Claremont, primero narrando las aventuras de los Cuatro Fantásticos y más tarde contando las aventuras de la Patrulla-X. El patriarca mutante se llevaría al ilustrador hispánico a la colección en la que la casa de las ideas le daba carta blanca para hacer un poco lo que le diera la gana.

En la transición inter-secular, el creador de la franquicia mutante había vuelto a hacerse con el control de las colecciones protagonizadas por la Patrulla-X, después de nueve años de ausencia. Una parte de la parroquia veía los cielos abiertos, después de soportar burdos remedos como los perpetrados por Scot Lobdell y comprobar que autores de talento como Fabian Nicieza, Steven Seagle o Joe Kelly tomaban las de Villadiego al no soportar el excesivo control de la opaca oficina mutante. Sin embargo, aquel retorno solamente duraría un año escaso. En el otoño de 2000 había visto la luz la primera película de la franquicia-X y su éxito –nada desdeñable, después de muchas suspicacias y no pocas decepciones- no había sido rentabilizado en la forma de un aumento de las ventas. Como consecuencia, Claremont dejó paso a Grant Morrison y sus New X-Men, pero conservó una colección y un catálogo de personajes para contar lo que le apeteciera. El resultado fue una colección entretenida en la que don Chris demostró que, pese al desgaste, el que tuvo seguía reteniendo.

La premisa de la serie era la idea de que Tormenta liderara un equipo destinado a recopilar los diarios o libros de(l) Destino. La fenecida mutante, pareja de Mística, había escrito unas visiones que hablaban del futuro de la especie y de la humanidad en general. Ororo y sus huestes viajarían por todo el mundo y parte del extranjero, intentando desentrañar la imagen de conjunto descrita en las transcripciones de Irene Adler (sí, Claremont también jugaba con el pasado holmesiano). Bajo el estandarte de Munroe se reunirían Pícara, Gambito, Ave de Trueno (el mutante hindú introducido previamente en las series patrulleras), Mariposa Mental, Bishop y Bestia. Prontamente, este último retornaría al grupo de Cíclope, pero don Chris aprovechó para justificar la mutación leonina de Hank. Al parecer, había habido un malentendido a la hora de repartir estampitas.

La primera aventura del grupo llevaría a los chicos y chicas extremados a visitar Valencia, la patria chica de Larroca. Las ilustraciones de la capital del Turia, la ambientación y hasta la degustación del café con leche (pero no de los panquemaos, muy mal, Bishop) compensaron sobradamente las aberraciones de épocas pretéritas, como el Madrid del Águila (cortesía de Scott «el único nombre español que conozco es Migdalia» Lobdell) o la Barcelona de Indiana Jones (ejecutada por David «Mejor no me salgo del Hombre de Hierro» Michelinie). La búsqueda del primer volumen llevaría al equipo a una dura batalla con un misterioso mutante español llamado Vargas. Las habilidades en combate individual de este contemporáneo cid campeador (ejem) supondrán un duro coste para la alineación comandada por Tormenta.

Varias son las cosas a destacar de esta recopilación. Por un lado está el hecho de que Claremont recuperara para la causa a unos personajes que habían languidecido en manos menos capaces. Tormenta volvía a brillar con luz propia, después de que muchos guionistas no supieran qué hacer con ella; Bishop tenía ¡por fin! algo parecido a una personalidad y un trasfondo (algo que se había intentado llevar a cabo en su miniserie de la mano de otro ilustre artesano del guión llamado John Ostrander). En un ejercicio de retrocontinuidad, Tessa –la fiel lugarteniente de Sebastian Shaw- pasaba a ser Sabia (Sage) una espía de Xavier en el corazón del Club Fuego Infernal. Betsy, Pícara, Remy… todos ellos parecían recuperar o conseguir algo de profundidad.

Por otro lado, resulta inevitable referirse al trabajo de Larroca en estos primeros compases. Sus lápices fueron objeto de un tratamiento especial que aplicaba directamente el color, dando un resultado curioso e interesante. El diseño rojo y negro de los uniformes suponía un agradable cambio respecto al amarillo licra de antaño. Aquí empieza a hacer «homenajes visuales» a personas famosas, introduciendo –o eso decía- a Tom Cruise y Nicole Kidman como altos funcionarios del Gobierno de España. Solo las explicaciones contenidas en esta edición especial permitían identificarles, pero en años posteriores la técnica de don Salvador se haría más depurada… hasta el punto de tener que modificarse sus lápices originales, pero esa es ya otra historia.

Para la posteridad y el sano cachondeo, quedan las exclamaciones en latín de la Guardia Civil, la división tecnológica de la Meletérica, el rescate del histórico tricornio, ciertas onomatopeyas de disparo o la tendencia del ilustrador a convertir su ciudad en un solar.

La colección en grapa se publicó en sus primeros números de forma paralela a esta recopilación, de modo que hubo que esperar a la quinta entrega para tener material nuevo. Larroca, desgraciadamente, marcharía para otros encargos –conservando la condición de portadista durante algún tiempo-; por su parte, Claremont seguiría contando aquí lo que le apetecía hasta que volvió a hacerse cargo de la colección principal, a mediados de la década pasada. Sin embargo, esa es otra historia.

Ilustración de Salvador Larroca
La Patrulla-X de Tormenta, a la caza de los libros de Destino

  Edición original: Marvel Comics – julio – octubre – 2001 Edición España: Comics Forum – mayo 2002 Guión: Chris Claremont Dibujo: Salvador Larroca Entintado: Salvador Larroca Color: Liquid! Portada: Salvador Larroca Precio: 14,99 euros (tomo en tapadura de 128 páginas)   En su línea de convertir en novelas gráficas…
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.9

7.6

Vosotros puntuáis: 6.58 ( 11 votos)
Subscribe
Notifícame
7 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
sparkyal
sparkyal
Lector
2 agosto, 2016 10:17

Una de las mejores etapas patrulleras de esos años. Claremont volvía a brillar, lo mejor que ha dibujado Larroca, buen tratamiento de personajes. Lograron que me gustase Bishop, un personaje bastante odioso hasta que Claremont puso sus manos en él, el nuevo rol de Sabia .
Lástima el cambio de dibujantes y los personajes nuevos desaprovechados como Salvavidasy su hermano.

flashpoint
flashpoint
Lector
2 agosto, 2016 11:23

En lo personal no me gustó en su minuto. La leí una vez y la dejé guardada en el estante. Creo que después de tantos años podría volver a mirar esta colección. Eso sí los números que no está Larroca y dibujó (un artista que no merecía estar en ningún título de los X-Men y del que no me daré el tiempo de buscar su nombre), no los compré por lo que nunca terminé de leer esta colección.
En todo caso, para mi la mejor etapa de Claremont por esos años fueron con Davis en Uncanny X-Men entre la era de Morrison y Dinastía de M.

billyboy
billyboy
Lector
2 agosto, 2016 12:36

Y yo que me quede con las ganas de lo que tenia planeado Claremond con Bettsy y era que recuperara su cuerpo original por lo que paso con ella en la serie.

Jack
Jack
Lector
2 agosto, 2016 21:19

Steve Seagle y Joe Kelly talento? En otras series puede ser, con los mutantes hicieron a Lobdell bueno. Horribles sus etapas

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
En respuesta a  Jack
3 agosto, 2016 13:31

Recordamos a Seagle y Kelly de maneras distintas.

Por mi parte me agradó sus propuestas, si bien es bien sabido que Marvel coartó muchísimo sus planes y al final todo quedó en agua de borrajas.

Es hablar de Steve Seagle y me acuerdo con lágrimas en los ojos de su versión de Alpha Flight, que ahí si te reconozco hizo un trabajo ampliamente superior a sus números de los X-Men.

Dultyx
Dultyx
Lector
2 agosto, 2016 23:13

A mí me gustó esta etapa, era un rollo muy diferente, reconocía a los X-Men y la trama de los Diarios de Destino que quedó colgada de los años anteriores siempre me pareció apasionante y una lástima que no se centraran en ella. Creo que los tres tomos primeros que se hicieron de X-Treme X-Men son los mejores. Luego, cuando cambió el dibujante, para mí perdió el interés e incluso la historia, que no sé si todavía escribía Claremont. Personalmente, me gustaría hacerme con los tooms hasta la última batalla de Vargas, aun y dejando el resto de la serie colgada. Para mí ahí quedaba bien cerrada.

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
3 agosto, 2016 13:27

A mí personalmente esta serie me gustó muchísimo, de principio a fin, con algunos arcos narrativos más conseguidos que otros.

De hecho, cuando salió el último número me releí la serie completa, y la sensación fue de mayor consistencia que cuando la leía número a número.

Al igual que en los Cuatro Fantásticos, Claremont se marca sus mejores historias desde su vuelta a Marvel y ofrecía clasicismo frente al movimiento innovador de Grant Morrison en New X-men, con la pérdida de la Bestia tras el primer arco en favor de la serie del escocés.

Muy de acuerdo con Don Luis Capote, Tormenta volvió a brillar con fuerza en esta serie y Larroca nos dio lápices para el recuerdo durante toda su estancia en esta serie, que si mal no recuerdo, fue sacado de esta serie en contra de su voluntad.

En resumen, para mí, una de las grandes series de mutantes de aquellos años que fue ignorada por la mayoría del fandom, y que yo personalmente recomiendo (sí, incluso esos números dibujados por el dibujantes innombrable: Igor Kordey, se llamaba el caballero).

Todo el viaje merecía la pena.