Veneno y su amistosa vecina dicen adiós

En los tiempos marvelitas que corren, superar 40 números sin latiguillos como Superior o Vengadores adheridos es todo un hito digno de mención. Más incluso cuando la serie en cuestión está protagonizada por un personaje conocido principalmente por su faceta villanesca y cuyo rostro no se pasea por la gran pantalla desde que apareciera en Spider-Man 3 allá por 2007, con la tez del escuálido Topher Grace.

Tras ver las solicitaciones de noviembre, sin embargo, algo parecía oler mal en el país de los simbiontes. Sospecha que ahora se confirma a través de la propia web de Marvel. El segundo volumen de Venom (el primero lo escribió Daniel Way a principios de siglo) llegará a su fin en octubre con el número 42 y un viaje al infierno que incluirá a Calavera, la DOA y hasta a Mefisto. Con la misma originalidad, el alma y el gusto por lo sobrenatural por la que se ha caracterizado, Cullen Bunn terminará su serie a lo grande, cerrando ciclo y presentando nuevo sidekick.

Tras 28 números a su espalda (contando, como él mismo apunta, el crossover Minimum Carnage), quien comenzara como la mano derecha de Rick Remender, ayudando a paliar su ocupada agenda, ha logrado hacer suya una serie que, gracias a la libertad con la que jugaba, no hace más que sorprender.

“Con el número final trato de tejer elementos presentes desde el comienzo: La lucha de Flash contra el alcoholismo; la relación con su padre; sus heridas. Todo esto le ha hecho lo que es. Es un fracasado y un matón y un tipo que está un paso de arruinar toda su vida y la vida de los que están a su alrededor. A medida que cerramos la historia, comenzamos a ver a Flash volviendo a recomponer las piezas. Trata de hacer algunas decisiones inteligentes. Trata de proteger a su gente. Incluso comienza a plantearse si está agrediendo al simbionte.” Toda una declaración de principios por parte de Bunn, que además anticipa que Andi, la vecina y protegida de Flash a la que Jack O’ Lantern dejó sin padre (y cuya madre sigue envuelta en misterio), será la pieza faltante del puzzle para rehacer su vida. Para los no iniciados, la joven ha sido poseída por un nuevo simbionte llamado Mania, un extracto del simbionte original separado de Veneno para protegerla de un gas venenoso. Todo un culebrón de los buenos.

Y aunque argumentativamente y desde el punto de vista de evolución de personajes será un final ideal, Bunn ya adelanta que será imposible cerrar todos los cabos sueltos. Lo único que puede decir es que “al final de Venom 42, Flash se encontrará en una posición que nunca habría querido – ni esperado”. Como padre ¿quizás? ¿Decidiéndose por una vida tranquila en Philly y dejando que Veneno encuentre nuevo huésped? No parece que el devenir del Thunderbolt vaya a ir por esos derroteros, aunque su futuro se plantea, al menos, alterado: “Tocaré la relación de Flash con el simbionte. Es un encuentro que cambiará la manera en la que interactúan. Me encantaría ver esto más desarrollado. Creo que un cambio interesante podría ser que Flash y el simbionte trabajaran juntos sin confrontación.”

“¿Cómo consiguió Venom crear otro simbionte? y ¿Por qué Hellstrom aparece en tantos lugares –con tantas personalidad- al mismo tiempo?” son algunas de las preguntas que, por el contrario, sí recibirán respuesta en estos últimos números.

Aún con la triste noticia para los seguidores, esto no quiere decir que noviembre sea un mes sin el cadete Thompson. Ni mucho menos. El undécimo mes del año se lo reserva Slott para el esperado cruce del héroe de Philadelphia con el Dr. Spider-Man, quien, recién salido de su encuentro con Spider-Man 2099, deberá enfrentarse con otro viejo amigo arácnido del difunto Peter Parker, en ‘Darkest Hour’.

Pero antes del fundido en negro, quedan por delante tres números dibujados por Jorge Coelho y dedicados casi por completo a la introducción de la nueva Mania –ese simbionte con melena a lo Goku- y el regreso del desfigurado cabeza calabaza, que se ha convertido por méritos propios en la gran némesis de la serie (con permiso de Bennett Brant, el hombre mosca y otros tantos malosos que nunca nos hubiéramos imaginado volviendo a la primera plana). “¡Es como una película de Rob Zombie en forma de super-villano! Creo que algunos se sorprenderán al conocer cómo Jack escapó de la prisión. Cuando el secreto se sepa, veremos a Jack más peligroso y bizarro –con perdón del anglicismo- que nunca”. De hecho, como se ha revelado en el número 39, en realidad no es Jack quien ha escapado de la prisión, sino un tipo normal poseído por su alma, guardada entre rejas.

Asimismo, la relación entre Andrea/Mania y el rubio se presenta de lo más interesante y dinámica: “Algunos pensarán que Flash puede convertirse en su tutor, pero ése no es el caso. La vida de Andi cambiará por completo y envolverá una nueva casa y un nuevo tutor legal (su tía). Veremos a Veneno tomando a Mania bajo su manto, mientras que Andi tendrá muchos problemas para adaptarse a su vida civil”. Dado que la relación con su simbionte nace desde un lugar tan oscuro como el luto, parecerá incluso que Andi será mucho más capaz de controlar al segmento del monstruo alienígena que su propio mentor, aunque, sobre este tema, puede haber todavía algún que otro interrogante a la espera de ser resuelto. Acerca del misterioso paradero de su madre, Bunn dice que es algo que le encantaría explorar más y que traerá una nueva dinámica al personaje.

Ahora que las series adolescentes Marvel parecen estar cerrándose, preparándose para la pole position de Marvel Now 2 -sea como Nuevos Guerreros, Jóvenes Vengadores o cualquier otro mote que se os ocurra- ¿podría ser Manía uno de los personajes estrellas de la nueva hornada de jóvenes estrellas? ¿Será Flash Thompson el monitor de gimnasia super-heroico que siempre estuvo destinado a ser?

No es el Venom de tus padres

La serie fue lanzada en 2011 con un equipo de lujo y un slogan ideal: Éste no es el Veneno de tu padre. Steve Wacker volvió a hacer magia, dio la vuelta a un concepto quemado y reunió para la ocasión a un equipo de lujo: Escritor curtido en las lides callejeras y terror, Rick Remender –cuando empezaba a repuntar en Marvel y todavía no se lo rifaban en la oficina-, estaría acompañado por la superestrella Tony Moore, co-creador de Los Muertos Vivientes al que aprovechamos para recordar ahora que no pasa por su mejor etapa.

La estrategia era tan simple como rompedora. Venom no sería en esta ocasión el desolado y brutal antihéroe Eddie Brock, ni el salvaje y vació Mac Gargan – tan carismático bajo la pluma de Warren Ellis-. No siempre, al menos. Esta vez el simbionte sería el Agente secreto Venom Flash Thompson, parapléjico frenemy de Peter Parker que había tomado el manto del simbionte a en un arco en la serie madre a las órdenes del equipo creativo liderado por Wacker y Slott.

Las ventas comenzaron bien. Por encima de la media. Golpes de efecto. Acción. Sangre. Y una cuenta atrás de 48 horas antes de que el alíen se volviera completamente destructivo, dejaban al lector constantemente al borde del ataque de nervios. Y eso sin mencionar los impresionantes dibujos de todo un maestro del terror.

Pese a la ñonez que el soldado Thompson tantas veces había demostrado, el personaje por fin tenía algo que decir, una historia por contar. De pronto, se veía sumergido en lo más bajo de su mundo personal (la muerte de su padre, alcoholismo…) pero también se asomaba a la cumbre del mundo super-heroico del que siempre había sido fan. Incluso el Capitán América apreciaba sus cualidades, invitándolo a fichar por los Vengadores Secretos, por donde, a decir verdad, pasó sin pena ni gloria (con un Remender con las manos atadas y el fusil poco cargado).

No obstante, Tony Moore (al que nadie daba más de dos telediarios) sólo dibujó, intermitentemente, seis números. A lo que siguió la salida de Remender, reclamado por los Vengamutantes y esa dinámica de grupo que ha convertido en su especialidad. Por suerte para la colección, entonces llegó Cullen, guionista para todo de Marvel, siempre cumplidor y eterno sustituto que le ha dado al universo de la serie una personalidad propia.

A partir de ese momento, fuimos testigo de las ideas más alocadas, desde su traslado a Filadelfia hasta un muy disfrutable crossover con X-23, Hulk Rojo y la Motorista Fantasma (una combinación que nadie cuerdo se hubiera planteado) y otro con la Araña Escarlata de paseo por el Microverso; Luchas de Simbiontes varias; Un nuevo atuendo para Brock; Todo un plantel de secundarios y antagonistas donde la línea no queda bien diferenciada; Monstruos infernales; Una relación condenada al fracaso con Valquiria, etc. Las ventas, no obstante, no han acompañado. Han ido cayendo paulatinamente y de manera firme, hasta hoy, el día de su cancelación. Como se suele decir en estas ocasiones, fue bonito mientras duró.

Con la cancelación de Veneno, por cierto, Marvel se carga su serie más longeva. ¿Tiene la editorial alergia a llegar a los 50? ¿Habrá relanzamiento a principios de 2014? ¿Alguien nuevo ocupará el manto? ¿Miles Morales está disponible?

Fuente: CBR. Marvel.