El magnetismo de la oscuridad
Hay veces en las que, mientras lees una nueva obra, puedes sentir que estás ante el comienzo de un nuevo equipo creativo con muchísimas alegrías por delante. Ocasiones en las que guionista, dibujante y colorista se compenetran tan bien que sabes que es imposible no volver a verlos trabajar juntos. Eso es algo que a mí me sucedió con Middlewest.
Aquella fue la primera colaboración entre Skottie Young y Jorge Corona, dos autores con carreras interesantes y ascendentes. El primero arrastra ya una popularidad notable gracias a su trabajo en Marvel, donde a pesar de aterrizar como dibujante (¿recordáis aquellas portadas de bebés Marvel?), poco a poco fue asentándose como un guionista solvente (Mapache Cohete y Groot, Deadpool, Academia Extraño). Eso, sin olvidar su intensa labor en el mercado independiente, iniciada con la divertidísima y salvaje I Hate Fairyland (que por cierto vuelve este mes en EEUU) y continuada puramente como guionista en obras como Bully Wars, la citada Middlewest o la recién estrenada Twig. Por su parte, Jorge Corona quizás no contaba con la misma popularidad que su contraparte escritora hasta el estreno de Middlewest (que le valió dos nominaciones al Eisner), pero sí con una interesante carrera tanto dentro de DC (Teen Titans Go!, Nightwing, Robin) como en el mercado indie, con títulos como la interesante Nº1 with a Bullet, que le granjeó otra nominación al Eisner como portadista.
Bajo mi punto de vista, ambas carreras alcanzan sus mejores cotas precisamente juntos. El apasionante viaje de Abel y su zorro por un mundo mitad fantástico, mitad realista, plagado de magia y lastrado por el trauma familiar fue uno de los mejores trabajos que se pudo encontrar en Image Comics durante sus años de publicación, además de la presentación en sociedad del enorme potencial que poseían ambos autores al trabajar juntos, sin olvidar la inestimable presencia del colorista Jean-François Beaulieu, habitual en el arte de Young. Estaba claro que un grupo con tantísima química no podía quedarse en una única colaboración, y por suerte así ha sido.
Soy quien amas en la sombra es el título de esta nueva colaboración. Estrenada originalmente en agosto de 2021 dentro de Image Comics y traída a España por Norma Editorial este pasado mes, esta miniserie supone un nuevo paso en la colaboración del equipo, que decide pasar de la fantasía al terror. Lo hace, además, recurriendo a uno de los tropos más antiguos del género: el de las casas encantadas.
La obra nos presenta a Ro, una artista sumergida en un gran bache creativo que busca por todos los medios alguna manera de recuperar la inspiración para seguir pintando. Para ello, Ro recurre a una excéntrica medida: alquilar una casa abandonada sobre la que se rumorea que está embrujada, y habitarla en soledad en busca de despertar a las musas. Sin embargo, lo que la joven despierta dentro de la casa no es ninguna musa, sino un extraño y aterrador ente que mora entre las sombras del edificio… ¿o quizás no? Quizás ese extraño ser solitario sea exactamente lo que Ro necesita para volver a crear arte.
Así arranca una obra que vuelve a mostrarnos que Skottie Young tiene mucho que decir como guionista. El autor tejano nos sorprende adentrándose en el terror con una desempeño magnífico. Lejos de lanzarse al terror superficial en busca del susto y el gore, Young construye con mimo a sus dos personajes principales, Ro y la criatura, y desarrolla su relación con una calma inesperada para una serie de tan solo cinco números. El terror siempre ha funcionado muchísimo mejor cuando los personajes nos importan, y el guionista de I Hate Fairyland logra golpearnos con fuerza al tejer una trama que fluye desde el romance al terror con una naturalidad brillante.
Es precisamente en ese contraste donde reside el mayor punto fuerte de la obra, pues Soy quien amas en la sombra se presenta inicialmente como una metáfora del bloqueo creativo para descubrirse finalmente como una parábola sencilla pero poderosa de las relaciones tóxicas y el maltrato. El viaje que experimenta Ro con el ente que mora las paredes de su hogar reproduce con precisión los pasos de la evolución de este tipo de parejas, los inicios de fascinación y erotismo que poco a poco van dejando sitio solo a la oscuridad que el maltratador llevaba por dentro. La obra resulta precisamente más aterradora por eso: porque a pesar de estar leyendo una historia de fantasía, es imposible no sentir un halo de realidad a lo largo de todo el volumen. Un volumen que acaba rápido (128 páginas), pero que no adolecen de más espacio. La historia dura exactamente lo que debe.
La otra gran virtud de la obra es, como no podría ser de otra manera, el arte. Jorge Corona vuelve a hacer un trabajo fantástico y demuestra que sabe moverse como pez en el agua por el género, creando un escenario imponente para la historia. La mansión en la que tiene lugar la obra es un personaje más de la narración, y Corona es capaz de convertirla en un lugar solitario, acogedor u opresivo según el tono de la historia va avanzando. El autor logra además transmitir una sensación de intranquilidad y asfixia constante jugando constantemente con los encuadres de las viñetas, a veces incluso en la misma escena, usando distintos rincones escondidos de la casa para narrar la acción y generando la sensación constante de ser observado.
Comentaban los autores que comenzar a crear una obra en la que el aislamiento tiene un peso tan grande para encontrarse al poco tiempo con el confinamiento de 2020 provocado por el COVID les sembró grandes dudas sobre el cómic, preguntándose si los lectores querrían revivir una experiencia tan dolorosa para todos. Y sin embargo, o al menos en mi caso personal, no hace más que mejorar la potencia de la obra. El encierro de Ro resuena mucho más tras saber de primera mano lo que es estar encerrado en tu hogar por obligación.
No podemos terminar sin mencionar a Jean-François Beaulieu, que sigue demostrando ser uno de los mejores coloristas de toda la industria. Ya nos quedó claro con Middlewest que el canadiense y Jorge Corona se compenetran de manera increíble, y esta obra no es una excepción. Beaulieu logra teñir las páginas de un aura de pesadumbre y oscuridad, que vibra más gracias al contraste creado con los espacios luminosos creados por las velas del escenario, a los que el artista hace brillar con tonos cálidos y confortables, y que van en declive según la historia se va tornando más oscura. El resultado final es otro genial recital del colorista sobre cómo jugar con la iluminación, algo que siempre ha dominado a las mil maravillas.
Soy quien amas en la sombra es la confirmación de que el equipo creativo formado por Skottie Young, Jorge Corona y Jean-François Beaulieu ha venido para quedarse. Los autores de Middlewest se pasan al terror con exitoso resultado y logran entregarnos un breve pero potente relato sobre la creatividad y las relaciones abusivas que, a pesar de estar plagado de sombras, brilla con esplendor entre los últimos estrenos.
Lo mejor
• El sencillo pero poderoso retrato que hace Young de las relaciones abusivas.
• Jorge Corona da un recital de ambientación y puesta en escena terrorífica.
• El color de Beaulieu, como siempre, excepcional.
Lo peor
• Esperar al nuevo trabajo del equipo.
Guion - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.7
Opresiva
El equipo de Middlewest se adentra en el terror para traernos una miniserie potente y claustrofóbica en la que explora las relaciones abusivas con un arte despampanante.
